martes, 28 de febrero de 2023

Había una vez un circo

 


Como todos los niños, de pequeño me encantaba ir al circo, cosa que, por desgracia, no sucedía frecuentemente, de modo que cuando llegaba la ocasión la disfrutaba enormemente. Si bien me gustaban todos los números circenses, el que más era el de los payasos. Aun de mayor y con nietos, me siguen haciendo reír con sus divertidas y estrafalarias ocurrencias.

El circo siempre ha sido un espectáculo ambulante, a excepción de unos pocos que tenían, y siguen teniendo, una ubicación fija, como por ejemplo el circo Price. Los famosos “payasos de la tele”, los que cantaban esa cancioncita que he utilizado para el título de esta entrada, tuvieron un espacio fijo en un programa de televisión durante casi diez años y que entretenía a pequeños y mayores.

Muchos son los que afirman que el circo nunca desaparecerá. Así lo espero. Y no van errados. El circo sigue atrayendo a las nuevas generaciones, aunque ha tenido que modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos.

Tanta ha sido su adaptación, que ahora también se ha instalado en una ubicación sorprendente: el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Y cada vez con mayor frecuencia nos regala actuaciones emocionantes y, a veces, hilarantes. Lo malo es que no es un espectáculo apto para menores, pues las payasadas de algunos de los actores se intercalan frecuentemente con insultos de gran calibre.

Recientemente he tenido conocimiento de la última bufonada, en esta ocasión protagonizada por un partido político de extrema derecha. Lo que faltaba.

Todos hemos sabido de la existencia de los llamados tránsfugas, los que cambian de chaqueta si la ocasión lo requiere, buscando siempre el beneficio propio. No resulta muy sorprendente ver cómo un diputado cambia de su partido de toda la vida al partido vecino, al más próximo y compatible con sus creencias o intereses políticos. Que alguien se pase, por ejemplo, de Podemos al PSOE o viceversa, podrá parecernos extraño por improbable, pero no imposible; si el salto es de C’s al PP, o al contrario, menos extraño; y si el traspaso es del PP a VOX o de VOX al PP, pues tampoco nos resultaría extraordinario. Pero la noticia más inesperada para mí, por estrafalaria, por no decir grotesca, es el anuncio de VOX de presentar una moción de censura al Gobierno de Pedro Sánchez utilizando a Ramón Tamames como candidato a ocupar la presidencia en caso —claramente improbable— de ganarla.

Ay, Tamames, quién te ha visto y quien te ve. Es cierto que, con el transcurso de los años, este famoso político y economista ha ido derivando hacia posiciones cada vez más conservadoras, incluso en materia económica. De militar, en 1950, en el PCE, pasó a fundar IU en 1981, pero el salto más chocante tuvo lugar en 1989, cuando ingresó en el CDS, al partido de Adolfo Suárez, que acabó abandonando poco después para dedicarse a los negocios. Una deriva política de un extremo al opuesto solo la había visto en el caso de Federico Giménez Losantos, que en sus años mozos militó en el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya), un partido de ideología comunista, y que ha acabado simpatizando —y votando, según sus propias declaraciones— a los partidos de derecha (C’s, PP y VOX). Lo que nunca me habría imaginado es que un excomunista como Tamames, acabara accediendo a representar a VOX para expulsar de la Presidencia del Gobierno a un socialista, acabando así con la coalición entre PSOE y Podemos.

¿Acaso el problema reside en la avanzada edad de Tamames, pudiendo inferir de su aceptación a la invitación de Santiago Abascal que este venerable anciano ya empieza a chochear? ¿Puede alguien pasar de ser un declarado antifranquista a simpatizar con un partido de extrema derecha? Pues parece que sí; y para muestra, un botón.

Desde luego, los designios de algunos partidos son inescrutables. Que el resultado de esa moción de censura presentada por VOX será, a todas luces, adverso a sus pretensiones nadie lo duda. ¿Para qué presentarla, pues? Y ¿por qué fichar, para encabezarla, a un anciano y antiguo excomunista que había quedado relegado al olvido políticamente? Pues para liarla parda, para hacer un numerito, un espectáculo que todos seguiremos con atención aun conociendo el final. Las trifulcas circenses de los payasos siempre acaban igual, y aun así nos divierte contemplarlas.

¿Cuánto tiempo seguiremos viendo espectáculos de risa en el Congreso? Creo que va para largo. De todos modos, prefiero la comedia al drama, aunque, si no hay elección, me conformo con la tragicomedia. Al menos, por el momento, nunca hemos visto el hemiciclo convertido en un cuadrilátero en el que los contendientes se parten la cara, como ocurre en algún Parlamento extranjero. Prefiero llorar de risa que de miedo.

Visto lo visto, yo le propondría a la actual presidenta del Congreso de Diputados que iniciara la sesión parlamentaria preguntado a todos los presentes: ¿Cómo están ustedeees? A ver si así se atenúa la tensión.

 

16 comentarios:

  1. No hay nada más parecido a un político de derechas, que otro de izquierdas.
    La unidad de la patria ante todo.

    Una abraçada!

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    1. Será que es cierto que los polos opuestos se atraen o cuanto más distintos más iguales, del mismo modo que cuanto peor, mejor, je, je. Cosas más raras se han visto.
      Una abraçada,

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  2. Al contrario que a ti, no me gusta el circo y los payasos es lo que menos me gusta. Me resulta deprimente todo ello y además desde pequeña. Ahora bien, ese circo mediático que se monta en el hemiciclo, más que deprimente me resulta grotesco.
    Lo de la moción de censura es incomprensible, pero lo del salto del PC a VOX del señor Tamames no lo creería de no ser porque hace ya muchos años (más de treinta porque aún vivía en León) lo vi en algún político provincial que hizo el salto del PC a la antigua Alianza Popular. Así es que ya me lo creo todo. Y lo que más podría creerme es que Tamames chochee.
    Un beso.

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    1. Bueno, Rosa, ya se sabe que para gustos los colores, aunque creo que debes ser la excepción, je, je.
      En política y en cualqjier ámbito de la vida, todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión y de ideología, pero ir de un extremo al opuesto me resulta inquietante y a veces creo que quien así obra es que no tiene las ideas nada claras o bien es un chaquetero. La deriva conservadora de Tamames es de traca, pero nunca me habría imaginado que llegara a caer tan bajo o que chocheara hasta el punto de abrazar al enemigo. Quizá es que se ha aplicado el cuento de que si no puedes con el enemigo, únete a él.
      Un beso.

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  3. Cada vez valoro más lo que hicieron nuestros políticos cuando murió Franco. Que Fraga y Carrillo fueran capaces de sentarse a dialogar en una mesa me parece encomiable, aunque la alternativa a no hacerlo pudiera perjudicar a todos. No sé yo si los políticos de hoy serían capaces de hacerlo.
    Un abrazo.

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    1. Muy cierto. La política se ha ido degradando hasta llegar a extremos intolerables. Por muy distintas que sean las ideologías nunca hay que perder la compostura y dejarse de patrañas, mentiras e insultos con el único objetivo de ganar adeptos y votos.
      Un abrazo..

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  4. En todos lados son iguales esos tipos. Acá les dicen Chapulines.
    El circo me gustaba pero creo que no demasiado.
    Abrazos amigo.

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    1. Los mismos perros con distintos collares.
      Yo solo conocía el término "chapulines" para los insectos (pequeñas langostas o saltamontes, como aquí les llamamos) que se comen fritos. Esa segunda acepción seguro que tiene que ver con lo de saltar de un lugar a otro, je, je.
      Un abrazo, amigo.

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  5. Yo soy la loca de Miliki, de pequeña me llevaron a una actuación de Los payasos de la tele, y a mis hijos los llevé al Circo del arte para ver a Miliki.
    Respecto a Tamames, circula por ahí una escena de "Cuéntame" de hace unos 20 años en la que Marta Altamira(novia de Toni) le habla al susodicho de Tamames, y Toni dice que doña Herminia opina que todos cambiarán de chaqueta, y Marta dice que este no, es un marxista de los pies a la cabeza. Pues la abuela Herminia tenía razón, jajaja.
    Feliz tarde.

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    1. Alguien calificó al Circo como el mayor espectáculo del mundo. Por lo menos, ese era el título de una famosa película de los años 50. Y yo estoy de acuerdo con esa definición. La Compañía del Circ du Soleil es una prueba de ello.
      Vaya con Herminia. Resultó ser una visionaria, ja, ja, ja.
      Un abrazo.

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  6. Me ha gustado como has hilado circo y congreso pues realmente en poco se diferencian hoy en día. Bueno sí, la gente del circo es mucho más respetable que los payasos del congreso. Y ahora, Tamames dispuesto a montar el número. ¿Se debería pedir un certificado de aptitud mental al personal que se presente a candidato en una moción de censura? Me parece que le han engañado o se ha dejado engañar. Supongo que habrá que disfrutar de otra tarde de circo en el Congreso aunque esta vez da más pena que risa.

    Un fuerte abrazo, Josep.

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    1. Es triste decirlo, pero yo limitaría la edad para ejercer cargos políticos de gran envergadura, como la presidencia del Gobierno. Ahí tenemos a Trump, a Berlusconi y a Biden, que ya dan señales de no estar muy finos mentalmente.
      Un abrazo, MIguel.

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  7. Me ha parecido muy acertada por tu parte esa similitud entre "el circo de toda la vida" y "el circo político". La gran diferencia a mi juicio es que, mientras en el circo de toda la vida nos daban ganas de reír, en el circo político lo único que me dan ganas es de llorar.

    Un abrazo, Josep.

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    1. En el circo "de toda la vida", lo único que me ponía en tensión eran los trapecistas, viendo sus piruetas y saltos de columpio en columpio, arriesgando su integridad física. En el circo mediático y político, ya sea en el hemiciclo de Las Cortes Generales como en los medios de comunicación, lo que me pone de los nervios es ver las burradas que se dicen y se hacen sin ningún tipo de escrúpulo ni vergüenza ajena.
      Un abrazo, Pedro.

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  8. A mi de pequeña me encantaba el circo y sobre todo los payasos, lo que me reía con ellos, pero desde luego ves el Circo del Sol y es otra cosa, y sinceramente si me quedo con uno de los dos, me quedo con el Circo del Sol.
    Lo de Tamames no hay donde cogerlo, lo que menos me podía iamginar o pasarseme por la cabeza que fuera a liderar la moción de censura el Señor Tamames, es algo que todavía no alcanzo a comprender y más cuando va a ser una moción solo para que este señor tenga su minuto de Gloria y poco más porque el resultado todos sabemos cual va a ser, de modo que no entiendo que pretende el Señor Abascal con esta maniobra, pero que quieres que te diga, la politica y los espectaculos que ultimamente asistimos es que me aburren y a veces me ponen nerviosa y sinceramente empiezo a estar un poco harta de este otro circo que no es precisamente para reir si no que bajo mi punto de vista dan muchísima pena, pero es lo que toca por lo visto.
    Un abrazo. y seguimos avanzando y mejorando, de momento ya ha salido a la calle dos veces, se cansa pero contenta.

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    1. El circo ha evolucionado mucho desde nuestra infancia. Ahora es mucho más sofisticado, como Le Cirque du Soleil, pero todavía existen circos que conservan aquella aureola de antigüedad y tradición, como, por ejemplo, el circo Raluy, con la carpa de toda la vida, aunque sus números son más modernos y sin animales.
      El circo clásico era un lugar donde pasarlo bien y olvidarnos de los problemas, pero el circo que nos ofrecen los políticos se acerca más al número de los cuchillos que lanza un tipo con los ojos vendados, que nos tiene sobrecogidos.
      Ver los numeritos que se montan en el Congreso es vergonzoso y demuestra la poca calidad democrática de quienes se enzarzan en insultos a falta de razones.
      Y el numerito de utilizar a Tamames me recuerda al de ventrílocuo, siendo este venerable anciano el muñeco y Abascal el tipo que lo manipula.
      Un abrazo, Tere.

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