Sé que repasar lo hecho a lo
largo del año tiene un valor relativo, a menos que resulte provechoso. Cuando
ejercía mi profesión, la Empresa para la que trabajaba siempre me pedía a
finales de año una Memoria anual de las actividades del departamento que
dirigía, para juzgar la eficiencia del mismo y cuantificar las tareas llevadas
a cabo.
En mi actividad bloguera, solo
hice un recuento de lo publicado en una ocasión, y de ello hace algunos años
ya, y alguno/as de mis lectore/as me comentaron que no le diera demasiada
importancia a las cifras, pues lo importante es disfrutar haciendo lo que a uno
le gusta, independientemente de los resultados obtenidos de esa cuantificación.
Tenían, y tienen, toda la razón del mundo.
Pero, acostumbrado a los
cálculos y seguramente afectado por la secuela de una deformación profesional,
no he podido evitar volver a echar cuentas y ver cuán productivo ha sido el año
2023 en publicaciones, pero con el centro de atención puesto en su eficiencia,
es decir en cómo han sido aquellas valoradas por mis seguidore/as. Mi percepción
me decía de antemano que se había producido un declive en ambos apartados:
menos publicaciones y menos comentarios. Y esta corroboración ha sido mi
pasatiempo durante los últimos días del año que nos deja, pero sin ninguna
intención de hacer un propósito de enmienda para el que vamos de estrenar. A
fin de cuentas, no sabría cómo mejorar estos resultados. Este ejercicio no ha
sido, pues, como quien se pone el termómetro porque cree tener fiebre y si es
así se toma un antipirético y va al médico para que le diga cuál es el problema
y qué tratamiento debe seguir.
Dicho esto, pasemos al
resultado de mi escrutinio:
En primer lugar, muestro los
datos obtenidos de mi escrutinio en una tabla, para que así resulte más
vistoso, aunque lo más interesante es la conclusión a la que se llega
observando estas cifras, algo que resumo más adelante.
RETALES DE UNA VIDA |
||||
Año publicación |
Publicaciones |
Comentarios |
Comentarios/entrada |
Entrada más comentada |
2019 |
30 |
654 |
21,8 |
Un negocio peligroso (48) |
2020 |
37 |
796 |
21,5 |
La nueva vecina (45) |
2021 |
19 |
492 |
25,9 |
Un cuento de Navidad (54) |
2022 |
20 |
474 |
23,7 |
Mi amigo el robot (47) |
2023 |
18 |
386 |
21,4 |
Piedra volcánica/Obra póstuma (43) |
CUADERNO DE BITÁCORA |
||||
Año publicación |
Publicaciones |
Comentarios |
Comentarios/entrada |
Entrada más comentada |
2019 |
30 |
449 |
15,0 |
La caza: deporte, necesidad o
salvajada (22) |
2020 |
33 |
530 |
16,1 |
¿Qué hay para comer? (24) |
2021 |
21 |
317 |
15,1 |
Diario de un paciente atribulado
(24) |
2022 |
20 |
240 |
12,0 |
Dios los cría... (17) |
2023 |
25 |
240 |
9,6 |
Eutanasia (13) |
En primer lugar, resulta
destacable el descenso en el número de publicaciones desde 2020 hasta 2023, lo
cual podría, en el mejor de los casos, imputarse a la pandemia, por un lado, y
a la enfermedad que padecí durante 2021 y 2022, por otro, que ha dejado un poso
de apatía por mi parte y, en consecuencia, de falta de inspiración.
En segundo lugar, e
independientemente de mi lógica desidia, también se observa un claro descenso
en el número de comentarios recibidos en ambos blogs en el mismo periodo de
tiempo. Ignoro si en ello también influyó la pandemia o se debió, como sospecho,
a una pérdida de interés por parte de mis lectore/as.
Sea como sea, en ambos casos,
la solución —si es que tiene que haber forzosamente una solución— se me escapa.
Mi actividad es algo que, por el momento, me resulta muy difícil, si no imposible,
de restablecer para que vuelva a los niveles anteriores. El menor interés por
lo que publico seguramente sea debido a que ha disminuido la calidad de lo que
escribo, tanto en el ámbito de los relatos en Retales de una vida, como en el
de mis posts en Cuaderno de bitácora. En este último caso, puedo entender que el
interés de los temas tratados puede haber decaído, pero en cuanto a los relatos
de ficción, el menor interés puede ser debido a una caída en su calidad. Y eso
ya es más relevante.
Pero, por lo visto, no soy el
único que “sufre” esta escasez de comentarios en su blog —ya se sabe, mal de
muchos...—, pues mientras hay blogs que reciben 50, 60, 80 y más comentarios,
los hay que solo reciben una decena, como mucho y en cambio son, en mi opinión,
de gran calidad, y no creo que sus propietario/as se preocupen por ello.
Por último, quise ver cuáles fueron
las publicaciones mejor valoradas en base al número de comentarios recibidos,
aunque debo hacer una aclaración, y es que aquellos relatos que han participado
en un concurso promovido por El Tintero de Oro, reciben muchos más comentarios de
lo habitual debido a que todos los participantes están obligados a leer y
posteriormente puntual todos y cada uno de los relatos del resto de
participantes si quieren ser, a su vez, valorados.
En mi caso, he marcado en
negritas las entradas más comentadas en mis dos blogs.
En el blog Retales de una
vida, el relato más leído fue Un cuento de Navidad, con 54
comentarios, cuando raramente supero la docena; y es que este cuento, publicado
el 3 de diciembre de 2021, participó en la XIX edición del concurso de relatos
de El Tintero de Oro. No hace falta explicar de qué trataba, pues con el título
ya se deduce. El resto de relatos más leídos, con 43-48 comentarios, también
participaron en distintas ediciones de este concurso, motivo por el cual
obtuvieron esas cifras tan elevadas para mí.
En el blog Cuaderno de bitácora,
fueron dos las entradas más comentadas: ¿Qué hay para comer?, y Diario
de un paciente atribulado, ambas con 24 comentarios. Como estos posts no
participan en ninguna competición, los comentarios están exentos de cualquier
tipo de influencia externa.
En la primera entrada mencionada,
publicada el 6 de mayo de 2020, exponía la dificultad que entraña conocer
realmente las propiedades nutritivas de ciertos alimentos y la información
tendenciosa que se nos ofrece para vender más, ocultando u omitiendo su
contenido en aditivos sintéticos y, peor aún, los problemas derivados de una
manipulación higiénica deficiente o de condiciones insalubres de conservación.
En la segunda entrada,
publicada el 11 de febrero de 2021, exponía, en forma de un diario personal, mi
calvario tras diagnosticarme un tumor maligno y el vía crucis que representó el
tratamiento al que tuve que ser sometido. Dicho diario tuvo un final abierto,
dejando en el aire el desenlace de todo ese proceso, que solo duró,
afortunadamente, catorce meses, y que finalmente publiqué poco antes de recibir
el alta médica, con el título “El diario se cierra”, que obtuvo 14 comentarios,
un número superior a la media de todo ese año (11,4).
Y aquí finaliza el recuento y
evaluación de mi labor bloguera desde enero de 2019 hasta el 31 de diciembre de
2023. No me atrevería a decir que los resultados han sido malos, pero sí peores
de lo esperado y deseado. Aun así, me quedo con el refrán popular que dice que
a falta de pan buenas son tortas.
Y con esta entrada, despido el año 2023, esperando que 2024 sea realmente venturoso en todos los aspectos, tanto a nivel personal como comunitario.
¡Feliz año nuevo!