jueves, 12 de diciembre de 2019

Viernes negro



Todos sabemos lo que es el Black Friday. Nos lo recuerdan constantemente los grandes comercios y la sociedad en general. Un día que parece festivo sin serlo.

He ahondado un poco sobre el origen de esta expresión. Parece ser que, en contra de la creencia popular, no tiene nada que ver con un día de rebajas en el precio de los esclavos negros. Según las distintas fuentes consultadas, tiene —como siempre ocurre en estos casos— varias versiones más plausibles y sobre todo menos desagradables. Una se refiere al denso tráfico de personas y vehículos que se originaba en las calles de Filadelfia —lugar de origen de esta expresión— el día siguiente al de Acción de Gracias —que siempre es el cuarto jueves de noviembre—. El empleo de este término empezó a utilizarse por los agentes de tráfico a principios de los años sesenta, extendiéndose al resto de los estados de la unión a mediados de los setenta. Más tarde apareció otra explicación alternativa, en la que el término “negro” hacía referencia a las cuentas de los comercios, que en esas fechas pasaban de los números rojos al negro gracias a las elevadas ventas que se registraban. Sea como sea, desde entonces, los comerciantes utilizan ese día para ofrecer atractivas rebajas a los compradores, aprovechando la cercanía de las fechas navideñas.

Nuestro país, ávido por integrar a nuestros hábitos todo tipo de tradiciones extranjeras que supongan un beneficio económico —véase el famoso Halloween, que la mayoría de seguidores no tiene ni idea de lo que significa—, ha absorbido también esa costumbre que no niego que tiene un gran atractivo para el ciudadano de a pie. Hasta ahora conocíamos y esperábamos las rebajas de verano —en julio— y de invierno —en enero— como las únicas permitidas, pero desde hace ya algún tiempo se les ha añadido otras más a lo largo del año.

Pero no es solo eso de lo que quiero escribir. Ya sabéis que me gusta andarme un poco por las ramas antes de entrar en materia, sobre todo cuando la materia no necesita de muchas palabras.

¿Qué quiero decir de este viernes negro? Pues que es una más de las formas de alentar el consumismo a las que ya nos tienen acostumbrados. Nos ametrallan sin piedad, día sí y día también, con fascinantes mensajes, con atractivas e irresistibles ofertas que no podemos rechazar, so pena de ser unos mentecatos que no saben aprovechar las grandes oportunidades. Cierto es que hay ofertas que valen la pena y no voy a entrar en valorar la calidad de los artículos rebajados, algo que ya comenté tiempo atrás al tratar de las rebajas en general. Hay productos que realmente se ofrecen a un precio muy interesante y tampoco voy a entrar a valorar el elevado margen de beneficio que todavía les queda a los grandes comercios.

A esto debemos añadir las horas extras que deben trabajar los empleados, no solo ese viernes negro sino incluso en días que deberían ser festivos. No sé si la remuneración extra vale suficientemente la pena, si trabajan voluntariamente u obligados por las circunstancias, pues ya se sabe que negarse puede significar entrar en la lista negra. Y ¿qué les ocurre a los pequeños comerciantes? Pues que tienen que secundar esas rebajas si quieren competir con las grandes superficies, aunque después resulte que nos les ha salido a cuenta.

Y finalmente, lo que no soporto del Black Friday es el trato al que estamos sometidos, como ovejas en el corral. Empiezan a torpedearnos dos semanas antes  —calculo haber recibido cientos de mails de distintas firmas— y luego, cuando creemos que ya ha terminado ese suplicio, hay establecimientos que siguen con una especie de secuela unos días más hasta volvernos a impresionar con el Cyber Monday, también originario de los EEUU y vinculado al día de Acción de Gracias. Si seguimos así, acabaremos adoptando también esta celebración. Habrá que irle buscando una justificación.

25 comentarios:

  1. No te creerás si te digo que me enteré de eso al día siguiente. Creo que no estoy en este mundo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no sé si vivirás en otro mundo o simplemente en las nubes, ja,ja,ja.
      Realmente me sorprende que no te hayan acribillado con la publicidad en torno a ese viernes. O no ves la tele o en Zaragoza no hay viernes negro, je,je.
      En todo caso, tú te lo has ganado.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. De lo que si soy consciente es de que España que en su tiempo tenía programadas sus fiestas típicas o que encajaban con las costumbres e ideología de sus habitantes, solía tener también aquel tufillo dictatorial instituido por los mandamases de la dictadura, que intentaban imponer el franquismo a través de fiestas, como la del "Día del Caudillo", El 18 de Julio, El "Día de los Caídos", el "Día de la Victoria" y otros más por el estilo, después con la llegada de la democracia monárquica, ha ido decantándose hacia extremos tan ridículos o incomprensibles como tomar "prestadas" ciertas celebraciones yankis, que no encajan para nada con nuestra ideosincrasia y se nos imponen a la fuerza como reclamo comercial, que dudo todavía si esas ganancias de las que tanto se jactan los medios de comunicación de proclamar como "milagrosas" o que ayudan a sanear nuestra economía tan deficitaria, bueno, pues como decía dudo mucho de ello, puesto que lo que si está claro es que son las multinacionales y la banca extranjera quienes realmente se llenan los bolsillos, esquilmando a los países pobres o menos afortunados en sus respectivas economías. Digamos que una vez más "El pez gordo se come al chico" y por tanto no estoy de acuerdo con estas estrategias comerciales.
    Me ha resultado un buen pretexto el tomar como referencia esta nueva "festividad" y crear este interesante debate, por lo que te felicito por la idea de llevarlo a la práctica, amigo Josep. Seguiré atenta el desarrollo de las distintas intervenciones y gracias por crear este debate.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En nuestro país se ha confundido la modernidad con la importación de costumbres extranjeras. Ya empezó la cosa con el Papá Noël. Al final los Reyes Magos tendrán tantos contrincantes que, o bien los niños no sabrán a quién pedir los juguetes, o los padres tendrán que pedir un préstamo para hacer frente a tantos gastos navideños.
      Muchas gracias, Estrella, por tus comentarios, siempre tan suculentos, je,je.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Pues yo no hago mucho caso a las rebajas, ni del Black Friday ni las rebajas tradicionales de julio y enero, ni de nada. Cuando necesito algo, voy y me lo compro sin más. A veces miro si hay alguna oferta en esos días que merezca la pena, es verdad, pero sin demasiadas pretensiones. Muchas veces las rebajas pasan delante de mí sin que les preste atención. Cada vez intento participar menos en estos juegos de la sociedad de consumo. Estoy de acuerdo contigo. Un abrazo, Josep

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo solo aprovecho las rebajas si necesito de antemano comprar algo. Entonces me espero un poco para ahorrar algo de dinero, pero el artículo que compro rebajado tiene que ser el mismo o de la misma calidad. Nunca he comprado por comprar, pero parece ser que hay mucha gente que sí y ese Black Friday es otro atractivo para hacerlo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Somos unos copiones Josep, ja, ja, ja. Por copiar, copiamos hasta las hipotecas subprime que también venían del otro lado del océano. El caso es la cosa esta del Black Friday pienso que supone un cierto revulsivo para la economía y buscando bien puedes encontrar ofertas nada desdeñables. Peo como en todo creo que los españoles tendemos a la hipérbole. Han dado la lata de una manera tremenda y el puñetero correo electrónico se ha convertido en una pesadilla. Me sangran los ojos con el puñetero Black Friday.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Miguel, lo malo es que siempre compiamos lo que nos perjudica o bien beneficia a los comerciantes y bancos. No imitamos los salarios ni los servicios sociales de otros países que están por encima de nosotros. Podrñiamos, por ejemplo, imitar a Francia y jubilarnos a los 62 años, je,je.
      Y también es cierto que la publicidad llega a todos los rincones del Universo. Difícil es escapar a ella.
      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Hola compañero estoy contigo en tooooodo, también busque de dobde venía el nombre, claro, gringo sobre todo Y prefiero quedarme con ese consumismo animal en el previamente te torturan y te hacen la prueba de la anestesia dos meses antes. Conforme se acerca el susodicho frai ya estás anestesiado para tirar por la borda y que te rueden los euros por la cuesta de e ero . Frai-nochebuena-navidad-papanoel-magos-rebajas...Llegas al final de la cuesta para que te hagan un reciclaje total de todo lo que te ha engordado, no has comido, has tirado, no has usado, o solo una vez,no te ha gustado al final, no te queda bien,...y todo empieza con el frai ahora, antes empezaba con el Noel. Pues ya ves, se nota que me apasiona ir de compras. 😄😄Un abrazo y me quedo con los viernes refkexivos, los tuyos (aunque no siempre sean viernes) y los de Gemma. Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soy un desastre escribiendo con móvil, cuántas faltas!!!😂

      Eliminar
    2. Hola, Eme. Ahora podemos disfrutar de las "Super Navidades", un paquete completo, como el que describes. Se compra y se come compulsivamente. Quien se lo puede permitir debe disfrutar a lo grande, aunque ignore que con su excesivo consumismo está haciendo un flaco favor al cambio climático, y no piense que cada vez hay más gente que no puede permitirse nada de eso. Es como tirar el dinero ante las narices del más necesitado.
      Un fuerte abrazo.
      P.D.- Escribir por el móvil es un coñazo, así que estás perdonada, je,je.

      Eliminar
  6. Hola Josep. Yo la única justificación que tengo con esto, es que no le hago ni caso a estos días que no se ni pronunciar, como tampoco a las rebajas porque jamás he encontrado nada que me guste. Yo tengo un sistema, compro cuando algo según lo veo, me encanta, por supuesto si el precio acompaña, si no allí se queda por mucho que me guste, :))). De cualquier forma estoy de acuerdo en lo que dices, todo está pensado para el consumismo, pero la culpa en estas ocasiones, siempre es del consumidor...
    Un abrazo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Elda. Como le digo a Rita, yo también aprovecho las rebajas si coinciden con una necesidad de comprar algo en concreto. A lo sumo, si lo que deseo es bastante caro y sé que al cabo de unas semanas estará rebajado, pues me espero y aprovecho la ocasión.
      Los que siempre salen ganando con las rebajas son los grandes comercios. En principio, quien compra en época de rebajas, no debería comprar fuera de ella, pues ya tiene lo que quería y rebajado. Pero, al parecer, no es así y la gente compra dentro y fuera de las rebajas. Es decir, compra más de la cuenta.
      Un abrazo y buen fin de semana.

      Eliminar
  7. La primera vez que tuve noticias de el viernes negro fue hace años en una magnífica novela de Richard Ford titulada "Acción de Gracias". Allí hablaba de ese día en que las familias salen de compras prenavideñas aprovechando que se han juntado para celebrar Acción de Gracias. Poco sabía yo que pocos años después, en España se iba a celebrar más aún que en Estados Unidos porque allí es un día y aquí ya empieza a ser la semana y luego la siguiente y luego será el mes y se alargará hasta navidad. Pues buenos somos nosotros.
    Y sí, lo de que terminamos celebrando Acción de Gracias, ya lo he vaticinado yo hace tiempo. ¿Tú crees que necesitamos justificación? Pues buenos somos nosotros (bis).
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que nosotros, puestos a copiar, copiamos a lo grande. ¿Que ellos tienen el Blck Friday?, pues nosotros el Week Friday o el Month Friday. Qué caramba. Si tenemos que hacer rebajas que duren al máximo, a fin de cuentas la gente se lanza a la primera de cambio a comprar, necesite o no lo que adquiere. Ahora la cuesta de enero debe haberse convertido para muchos en la escalinata de enero.
      Un beso.

      Eliminar
  8. Es la sociedad de consumo en la que estamos inmersos. Y si preguntamos todos diremos que no hemos caído en comprar por comprar pero lo cierto es que las calles estaban repletas de gente con bolsas.
    SAludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La sociedad de consumo hace muchos años que se está aprovechando de nosotros. Nunca he entendido esa avalancha de gente que se lanza sobre los expositores de ropa, que parecen como si fueran unos hambrientos que se lanzan sobre ricos manjares. Como tampoco entiendo que alguien pueda comprar algo por el sismple hecho de estar rebajado y que muchas veces es de peor calidad.
      Como les digo a Rita y a Elda, yo sí reconozco haber comprado alguna vez durante las rebajas, pero siempre un artículo que necesito.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Es una estrategia más para envolvernos en este consumismo que nos está "consumiendo". Al acabar de leer tu entrada levanté la vista y miré a mi alrededor,... ni te puedes imaginar la pila de cosas inútiles que me rodean.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, compañero. Es una estrategia que funciona muy bien. Compramos y muchas veces lo hacemos atraídos por esos cantos de sirena que solo pretenden seducirnos y embriagarnos. La fechas navideñas son proclives a esa seducción, pues obran maravillas en el cuerpo y alma de los consumidores. Luego ocurre lo que comnetas, que vemos que estamos rodeados de cosas prescindibles.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. A mí el Black Friday me parece un timo como una catedral de grande! ¿Sabes lo que hacen las multinacionales como Fnac? El día de antes suben el precio del producto, para después ponerle la etiqueta de descuento encima. Así parece que el producto está rebajado cuando en realidad te cuesta lo mismo que durante el año. Esto lo comprobé hace años, cuando me esperé al Black Friday para hacer una compra y me encontré con esto el día que fui a buscarlo. Era un blueray de una serie y al ver costaba igual que una semana antes aluciné!
    Desde entonces le he cogido manía al fnac. Respecto a las rebajas más de lo mismo. La verdad es que he ido pocas veces de rebajas porque las multitudes me agobian muchísimo. Reconozco que de más joven he sido muy consumista, sobre todo con la ropa, pero ahora cada vez necesito menos cosas :)) y la verdad que incluso soy más feliz jajaja
    El origen del Black Friday no sé bien, pero veo que has hecho los deberes y has investigado jajja Molt bé! :)
    Halloween pues me gusta la fiesta, aunque sea una americanada la encuentro graciosa. Eso sí, donde se ponga la castanyada y los panellets de pinyones que se quite lo demás jajaja
    Un besito!! Buena reflexión Josep!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, María. Muchas veces he sospechado lo que comentas, pero no he tenido prueba de ello. Sí que he observado en más de una ocasión que el artículo que había visto antes de las rebajas y que quería comprar o no estaba rebajado o simplemente ya no estaba expuesto. Lo que está también claro es que por mucha rebaja que apliquen, el margen sigue siendo muy alto. Así que en realidad cuando más nos toman el pelo es cuando compramos al precio originalmente marcado.
      A mí Halloween no me molesta en absoluto, que cada uno disfrute a su manera. Lo que me molesta es que tengamos que apechugar, nos guste o no, comprando caramelos y golosinas por si los niños de la comunidad nos llaman a la puerta con el típico "truco o trato", je,je.
      Un petó.

      Eliminar
  11. Hola, Josep Maria.
    El problema no es que nos haya dado por adquirir todas las costumbres, festividades y todo lo que nos venga o nos echen encima, siempre que se incorpore en nombre del consumismo estoy segura que lo aceptaremos, sino que parece que las nuestras poco a poco se van perdiendo, y eso es la pena real, ahora los niños quieren o solo conocen Halloween. Y sobre el Black Friday es increíble el marketing que emplean para que termines comprando cosas que seguro que no necesitas. Y es que no se necesita tanto para vivir.
    En fin, aquí en secreto te diré que yo no compré nada, ;)
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Irene.
      Pues sí, a medida que vamos incorporando nuevas tradiciones, se van perdiendo las de toda la vida, aunque me da la impresión que entran más de las que salen.
      En mi familia se celebra todo: el Papá Noël, el tió, los Reyes Magos, y porque no hay más, ja,ja,ja.
      El Black Friday, al igual que las rebajas del resto del año, incentiva la compra compulsiva. Son muchos los que van acumulando cosas que luego resultan inservibles. Y mientras tanto, hay gente que no tiene donde caerse muerta.
      Me alegro que no picaras, je,je.
      Un beso.

      Eliminar
  12. Hola.
    Halloeen no es una celebración extranjera, es de origen celta y aquí en el norte se ha celebrado desde hace mucho. Mis padres ya lo celebraban en los 50. No se llamaba así, era el Samaín, y mi abuela vaciaba calabazas y ponía velas dentro. No tenían esas caras que luego los americanos han puesto, eran círculos o cuadrados, y con las velas quedaban genial rodeando la casa de planta baja en la que por entonces vivían. Se hacía para celebrar el solsticio de invierno y el fin de la cosecha. Los niños se pintaban la cara con ceniza y pedían chuches por las casas. Obviamente esas chuches eran castañas, rosquillas caseras, nada de caramelos ni piruletas...Los irlandese e ingleses que emigraron llevaron la costubre a USA y allí la americanizaron. En mi blog hay fotos de niños celebrándolo en 1917.

    Respecto al Black friday, estoy de acuerdo. Este año no he picado en nada, entre la falta de tiempo y que tampoco me apetecía...
    Muy feliz día.

    ResponderEliminar
  13. Hola, Gemma. Sabía que Halloween había sido exportado a los EEUU por los irlandeses. Lo que no sabía es que en tu tierra ya se celebrara desde tiempo inmemorial. Ahora, sin embargo, se celebra en toda España por influencia norteamericana y con rasgos, creo yo, yanquis, como lo del "truco y trato". No sé por qué, pero somos mucho más proclives a copiar las tradiciones de otros países que la de otras Comunidades. Por ejemplo, el "tió", el tronco mágico catalán que "caga" regalos a los niños el día de Navidad no existe en Extremadura ni en Galicia, ni en Andalucía, etc. Lo único que heredamos de otras CCAA (y con ciertos límites) es la gastronomía. Ah, bueno, y de Cataluña el "caganer", ja,ja,ja.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar