Cada vez somos más conscientes
de la importancia de llevar una vida sana. Sea por querer estar sanos o por la cada
vez mayor eficacia de los medicamentos y de los tratamientos saludables, la
esperanza de vida en España en este año que abandonamos es de 85,9 años en las
mujeres y de 80,5 años en los hombres, con una media, por lo tanto, de 83,2
años. En el año 2000 esta media era de 78,9 años y se estima que en 2040
alcanzará los 85,8 años, que se estima será la cifra más alta de Europa.
Será por el buen comer (los
que pueden hacerlo) y la dieta mediterránea, pero también influye, creo yo, las
ganas de vivir y de conservarse en buenas condiciones físicas. Por supuesto que
la genética también juega un papel importante. Pero mientras la longevidad
adquirida genéticamente es algo que no podemos controlar, la adquirida gracias
a nuestra preocupación y cuidados personales sí.
Quien más quien menos, todos
tenemos, al llegar a una cierta edad, algún que otro achaque. Colesterol, triglicéridos,
glucemia, tensión arterial, etcétera, son algunos de los parámetros biológicos
que debemos controlar con frecuencia. De este modo, tenemos que evitar o
reducir el consumo de grasas, azúcares, café y una retahíla que alimentos que
no solo nos gustan, sino que nos encantan. Un buen asado, una pieza de
chocolate o de tarta, una copa de licor… Dicen que todo lo bueno, o mata o es
pecado. Hace tiempo que dejó de importarme pecar, pero sí quiero vivir muchos
años y en buenas condiciones físicas y mentales.
Cuántos, al acercarse el
verano, se ponen a dieta (sobre todo las mujeres) o van al gimnasio para lucir
tipo y abdominales (sobre todo los hombres). ¿Por qué no hacen lo mismo durante
todo el año? ¿Por pereza o porque no necesitan lucir tipo? Yo soy de los
primeros. Nunca he ido a un gimnasio ni he practicado deporte alguno. Cuando un
día, alertado por un artículo médico, comprobé que, a pesar
de tener un índice de masa corporal (IMC) adecuado, mi perímetro abdominal
estaba algo por encima del valor máximo saludable para el hombre (102 cm) según
la Organización Mundial de la Salud (OMS) —parámetro que indica el riesgo de
sufrir eventos cardiovasculares—, me puse manos a la obra. Empecé a seguir estrictamente
las recomendaciones para una alimentación saludable y hacer ejercicio andando
una hora diaria o diez mil pasos (hoy día cualquier smartphone tiene una
aplicación para calcularlo). Llevo varios años siguiendo estos consejos y lo
único que he conseguido es no ganar peso, pero la dichosa cintura se niega a
reducirse. Visto lo visto, no me ha quedado más remedio que, por lo menos,
intensificar mi vigilancia en lo que como.
Pero, al parecer, no lo he
hecho del todo bien y lo sé. El análisis de sangre que me hicieron hace tan
solo unos días reveló un nivel de glucosa un poco por encima del valor máximo
recomendado. La culpable de ello ha sido una caja de bombones que cada noche,
después de cenar, me decía ven y ábreme. Y yo, que soy muy obediente, iba y la
abría. Y una vez abierta, pues ya que estamos, me llevaba a la boca una de esas
delicias bomboneras. Pero es que, una vez probada una, no podía resistir la
tentación de probar otra, y otra. Y así tres al día durante un mes
aproximadamente. No tengo, pues, derecho a quejarme. Toda casusa tiene su
efecto y quien siembra vientos recoge tempestades.
Y ahora estamos en esas fechas
tan proclives a los excesos de todo tipo, sobre todo económicos y gastronómicos.
Y todos pensamos: bueno, luego me pongo a dieta y ya está. ¿Es así realmente? ¿O
quizá ocurre lo mismo que con los buenos propósitos para el próximo año? ¿Es un
propósito definitivo o temporal? Del mismo modo que en estas fechas sentimos la
necesidad de ser buenos —siguiendo lo que los mensajes publicitarios nos
transmiten—, y luego, cuando regresamos a la vida cotidiana, todo se olvida y
volvemos a ser los mismos de siempre —algunos tanto o más buenos, otros tanto o
más cabrones—, la mayoría de la gente también abandona los propósitos de llevar
una vida sana.
No debemos dejar la
responsabilidad de cuidar nuestra salud a los medicamentos. Tenemos que poner
de nuestra parte, controlando nuestros hábitos, evitando los malos e
intensificando los buenos.
Vamos a permitirnos saltarnos esta
regla por unos días, sino no sería Navidad, pero volvamos al redil lo antes
posible, no sea que nuestro sistema digestivo se resienta más de la cuenta y
nuestro perímetro abdominal se salte en exceso la línea roja y no quiera volver
a la normalidad.
Que disfrutéis de estas
fiestas navideñas, que seáis buenos de verdad y que entréis en el nuevo año con
el pie derecho.
¡Hasta el 2020!
Un fuerte abrazo.
¡Ah, como te entiendo, Josep! Me pasa lo mismo que a tí. No soy de hacer mucho deporte, más bien ninguno, aunque si de caminar, eso si me gusta, y una hora al día no me la quita nadie, además ya tengo a mi perrito que me avisa cuando me la salto. Pero...¡los dulces!¡Qué ricos están los condenados! Y cuando abro la caja tampoco soy capaz de comer uno y ya está, y ahora las fechas en que estamos son malísimas para eso. Cuento con una pequeña ventaja, y es que soy de constitución física más bien menuda, pero en los últimos meses mi perímetro abdominal también a aumentado algún centímetro, asi que tengo que cuidarme. Procuraré no excederme demasiado en estas fiestas y ., eso si, después del 6 de enero, dieta sana y saludable a tope.
ResponderEliminarQue pases también Feliz Navidad y tengas un Año Nuevo generoso en alegrías.
Un abrazo muy grande.
A veces tenemos que permitirnos algún pequeño exceso, si no la vidad sería muy insulsa, je,je.
EliminarYo tambiñen tengo un perro con el que comparto caminatas; mientras yo camino, él corre y aun así está un poco gordito.
Pues nada, después de saltarnos la dieta estas fiestas, hay que volver a la vida sana.
Feliz Navidad y próspero Año Nuevo, Rita.
Eso de los tres bombones diarios, siendo tan cuidadoso como dices, me parece un pecado venialísimo. Mereces llegar a centanario en plenas facultades.
ResponderEliminarYo tampoco he practicado habitualmente deportes y no frecuento gimnasios. Hago lo que tú. Me planteo también 10000 pasos mínimo y los hago sin esfuerzo. A veces paso de 20000, salvo una vez que me piqué y superé los 60000. El aparato decía que había superado los 47 kilómetros. Fue una tozudez, porque no llevaba ni calzado adecuado siquiera. Lo único que tengo fuera de lo aconsejable es el colesterol.
Felices Fiestas y un magnífico 2020, con salud sobre todo..
Un fuerte abrazo.
ALgún dia de estos te apuntarás a una Maratón, je,je.
EliminarHay gente que dice que sale a caminar, pero cuando los ves, andan a paso de tortuga, no saben que para que este ejercicio surta un mínimo efecto hay que andar con cierta rapidez o agilidad.
Me alegra que pienses que comerme esos tres bombones diarios es un pecado venial, pero ambos sabemos que no es así, ja,ja,ja.
Que pases unas felices fiestas y que tengas un saludable 2020 lleno de refranuevos.
Un fuerte abrazo.
Vas estupendamente para llegar a centenario. Cuidarse está empezando as er una manera de entender la vida, y así debe ser. Hay condicionantes genéticos, cuyo peso es enorme, pero seguro que hasta en esos casos, poner cada uno d e su parte, hacer una alimentación sana y un ejercicio adecuado son claves para la calidad de vida.
ResponderEliminarPor unas navidades con salud y compañía, afectos y bellos recuerdos y que la entrada del aó próximo te pille con las esperanzas en nuevos proyectos. Un abrazo
Genéticamnete he salido más a mi madre, que aparentaba muchos años menos de los que tenía, pero en cuanto a la longevidad espero parecerme a mi padre, que casi llegó a centenario, je,je.
EliminarTe deseo todo lo mejor para estas navidades y para el año que está a punto de nacer.
Un abrazo.
Solo con que viva tanto como mi padre (le faltaron 4 meses para los 100) ya me conformo, amigo.
ResponderEliminarYo también te deseo unas felices fiestas navideñas y muchos años felices por delante.
Un abrazo.
Así es, a estas edades hay que cuidarse lo máximo, aunque eso se tendría que hacer desde que uno es joven, y hoy día ya parece que la juventud a cogido conciencia, aunque fijándose uno bien cada vez hay más niños gordos, osea que tal vez sea una minoría los que se cuidan, o les cuidan esa alimentación desde pequeños.
ResponderEliminarYo hago ejercicio desde hace muchos años y no lo dejo, aunque no lo hago por mantener la línea que esa ya la tengo impresa, :))), sino por mantener la agilidad y tantos beneficios que aporta.
Bueno pues ya sabes, en estos días disfruta de los bombones y demás dulces, y cuando se acaben las fiestas, a cerrar la caja del chocolate, pero lo mejor para que no te de tentación, es no comprarlo.
Que pases unos días muy buenos en compañía de los tuyos, y que el 2020 os colme de venturas.
Un cálido abrazo Josep.
Aquí tendríamos también que hablar de la educación. Uno aprende a comer desde niño. Si a un niño se le tolera no comer lo que se le pone en el plato y, para que coma, se la da comida poco saludable (bollos, muchas hamburguesas y patatas fritas, etc,) al final se acostumbrará a no comer sano, de ahí que haya tal aumento de niños obesos. En casa me obligaban a comer verduras, cosa que no soportaba, y ahora me gusta muchísimo.
EliminarLa personas que, por vagancia, permanecen sentadas muchas horas, acaban con los músculos atrofiados, je,je.
Estos días intentaré contenerme todo lo que pueda dentro de un margen porque, aunque la Navidad no signifique forzosamente comer opíparamente, estando en familia es caso obligado hacer una excepción a la regla.
Que pases unas felices fiestas y que sigamos leyéndonos muchos años con salud.
Un fuerte abrazo, Elda.
Veo que eres otro que ha comprobado que el caminar y lo de los diez mil pasos no adelgaza ni un gramo. Puede que evite añadir gramos a los que ya se tienen, pero de perder, nada. Y yo me pregunto ¿qué pasa con las quinientas calorías que se pierden con los seis kilómetros en una hora de rigor?
ResponderEliminarTampoco es que yo necesite perder mucho, pero un par de kilicos...
A mí me pierde el dulce. Menos mal que, al menos es casero, hecho por mí misma. Y es que me gusta tanto hacerlo como comerlo. A ver en los próximos análisis qué pasa.
Un beso.
Pues sí, lo único que puedo afirmar es que no he engordado ni un gramo, je,je Claro que tampoco puedo comparar conmigo mismo. ¿Qué habría pasado de no haber hecho ningún ejercicio físico? Lo que sí es cierto es que después de una caminata me siento más ligero y mejor.
EliminarA mí siempre me gustó más lo salado que lo dulce, pero desde hace unos años la cosa ha cambiado. Dicen que cuanto mayor te haces, más goloso te conviertes, je,je. Al menos en mi caso así es.
Un beso y un día es un día.
De unos años para acá este tema del cuidado de la salud o el "llevar una vida saludable" es algo que ha irrumpido en los medios de comunicación como una especie de remedio o panacea capaz de solucionar todos los males, lo cual puede llevar a engaño, pues si bien es verdad que un estilo de vida saludable ayuda a mejorar nuestra salud y estado de ánimo, pero tampoco hay que confiar demasiado, pues se mueven demasiados intereses en torno suyo.
ResponderEliminarTambién estoy de acuerdo contigo, amigo Josep, en que la alimentación y la dieta son fundamentales para tener mejor calidad de vida y que la salud no se resienta, pues como tú muy bien expones, hay que reducir o evitar (en ciertos casos) el consumo de grasas, azúcares, café y muchos más componentes alimenticios.
De nada sirve extenuar el cuerpo haciendo ejercicio si la dieta sigue siendo excesiva en esos componentes ya mencionados, al contrario un exceso de ejercicio tampoco es saludable ni reduce el peso, lo que hace es agotar las reservas minerales, agua, etc.
En cuanto a estas fiestas que se avecinan, no creas que por ello cambio mis hábitos de vida, al contrario sigo alimentándome como cualquier otro día del año.
Me ha encantado tu nueva propuesta de debate y participar con mi modesta opinión.
Aprovecho para desearte unas Felices Fiestas de Navidad rodeado de tu familia y seres queridos y que en 2020 se cumplan todos tus sueños y proyectos.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella. De todo se hace negocio, hasta de la salud. Y no solo a base de tratamientos eficaces sino, por desgracia, de curas milagrosas que solo buscan estafar al incauto. Muchas veces, en lugar de recurrir a terapeutas, una alimentación sana es el remedio a muchos males. Ya dijo no recuerdo quién, que somos lo que comemos y que los alimentos son nuestra medicina. También creo que, si bien hacer deporte o simpolemente ejercicio es bueno, maltratar el cuerpo hasta la extenuación no lo es en absoluto, pues lo sometemos a un estrés innecesario y perjudicial.
EliminarMe alegro que seas capaz de seguir con tus costumbres alimenticias durante este periodo de excesos, je,je.
Que disfrutes, haciendo lo que sea, de estas fiestas y te deseo que el próximo año y los sucesivos te sean favorables.
Un fuerte abrazo.
Ay, Josep Maria. A mi la comida me pierde, pero me pierde esa del picoteo (como diría mi madre) como por los ojos, je, je. O el dulce, mmm... el dulce, ya estamos, no haciendo ni caso a tus recomendaciones. La verdad es que intento comer lo mejor posible, el tema del deporte no lo llevo muy bien y me haría falta ya que paso muchas horas sentada, pero supongo que la pereza en ese sentido me invade terriblemente. Lo que si es cierto es que antes de tener que esperar que los medicamentos nos arreglen, nosotros deberíamos tomar medidas para intentar llevar una vida más saludable.
ResponderEliminarAprovecha estos días con los bombones, que es la mejor excusa que tenemos para comer todo lo que podamos sin sentirnos culpables por ello, ;)
Y si te sirve yo eliminé el chocolate comprando el negro que con una onza te quita las ganas de comer más y te cubre la necesidad de dulce.
Un beso, y Felices Fiestas.
Pues si comes por los ojos, los ojos se te pondrán como platos, ja,ja,ja.
EliminarLos que llevamosuna vida sedentaria, tennmos que obligarnos a mover el esqueleto, aunque solo sea haciendo una tabla de gimnasia en casa.
Y sí, creo que aprovecharé estos días para permitirme un pequeño exceso con los dulces y que me quiten lo bailao je,je.
Un beso y que también pases unas felices fiestas.
Has tocado un tema que me apasiona y me atañe directamente por dedicación laboral.
ResponderEliminarNo voy a extenderme porque no es plan, tan solo decirte que Grande Covián decía que había que comer de todo en un plato pequeño y un 'poquito' más de lo que a uno le guste. Porque en el comer hay un factor primordial: el placer. De nada sirve, o de muy poco, comer verdura y fruta a todas horas si uno no disfruta con ello. No hay que abusar, pero si te gustan los bombones, pues date el gusto, luego haces un poco más de ejercicio (si acostumbras a pasear, te das un paseo más largo) y se arregla.
A mí también me pierde el chocolate, especialmente los bombones. Cuando me regalan una caja, los días que me dura (que suelen ser muy pocos) me dedico a subir hasta mi casa sin el ascensor para compensar, ja, ja, ja.
No te agobies con esa cintura, no sé si sabes que para medir riesgo cardiovascular es más adecuado el índice cintura/talla porque no es lo mismo 102 cm en un hombre que mide dos metros que en uno que mide un metro y medio.
Besos y ¡Felices Pascuas!
Pues sí, siemrpe oí que deberíamos levantarnos de la mesa con un poquito de hambre, pero nunca lo practico. Lo que sí procuro hacer es no hartarme, je,je. Debo reconocer que, aunque me cuido, no sigo las reglas al pie de la letra. Dicen que hay que hacer cinco comidas al día, comer poco y frecuente. Yo empiezo por no desayunar más que un café con leche, y lo he venido haciendo desde casi toda mi vida. Soy incapaz de comer a primera hora de la mañana y cuando tengo hambre ya es mediodía, Pero hace muy poco leí un artículo que afirmaba que no es necesario desayunar si el cuerpo no lo pide. En fin...
EliminarTienes razón de que la medida de la cintura tiene que valorarse en función de la talla. Lo que no sabría decir es si ese pequeño exceso por encima de los 102 cm es mucho o poco con mis 169 cm de estatura.
Que pases unas muy felices fiestas.
Un beso.
Das mucho en qué pensar Josep. Por ejemplo yo en estas fechas nunca me excedo, es raro que coma de más y bebo lo acostumbrado, jajaja. Yo soy de esos que por acá llamamos de carrera larga, pero con los años ya no queda con quienes hacer la carrera, jajaja.
ResponderEliminarCreo que te cuidas lo suficiente para ser longevo y sobre todo estando sano.
Abrazos mi buen amigo y mis mejores deseos para los tuyos.
Llega un momento en la vida que uno tiene que echar el freno si quiere llegar a la estación término sin demasiados sobresaltos ja,ja,ja.
EliminarCuídate y que pases unas felices fiestas, si puede ser bien acompañado, je,je.
Un fuerte abrazo, amigo.
Cuidar la dieta es terrible cuando nos gusta comer de todo. Yo me mantuve en mi peso ideal casi siempre, pero desde que cumplí los 60 no hay manera me fui engordando unos 5 kilos de más. Casi siempre hago ejercicio y camino mucho. últimamente me ha dado una rodilla lata y he tenido que hacer reposo y no veas como me pide el cuerpo comer dulce. Me dura una tableta de chocolate negro mas de un mes. Tan siquiera como una onza cuando me acuerdo. También me gustan los bombones y tengo una caja que me regaló mi nuera creo recordar el año pasado por Navidades y todavía está cerrada, todo sea que cuando la abra ya se hayan caducado los bombones. Me pierden mas las galletas sobre todo cuando tomo un café con leche tengo que mojar alguna. Así que en estas Navidades me pienso pasar un poco y después ya pondremos remedio. Felices Fiestas Josep, un abrazo.
ResponderEliminarSi en esta vida nos sacrificanos por los que queremos, ¿cómo no vamos a hacer un sacrificio por nuestro propio bien?, je,je. Así qie si queremos vivir mucho y bien, tenemos que cuidarnos sin necesidad de pasar muchas penurias gastronómicas, ja,ja,ja.
EliminarQue pases unas felicces fiestas, Mamen.
Llevo a dieta un año, si si, un año y me esta costando llegar al objetivo ni te lo cuento, pero bueno ya me queda poco, espero que para el 2020 a no mucho tardar, en un par de meses como mucho, haya conseguido llegar a él, en fin, cuando uno quiere algo cuesta, eso si, satisfecha porque he conseguido adelgazar que era mi propósito.
ResponderEliminarY estas fiestas si te tienes que tomar algún dulce, bombón, turrón, lo que sea no te reprimas, luego ya vuelves a la rutina, caminata, pollo o pavo y lechuga y pescado azul y alá a perder peso, pero pienso que estos días son para disfrutar no solo con la familia si no también comiendo, eso si, con conocimiento, tampoco es cuestión de pegarse un atracón.
Bon Nadal y buen 2020.
Un abrazo.
Pues si tienes fuerza de volutad conseguirás tu objetivo. Como cuando yo dejé de fumar, je,je. De todos modos, aparte del placer de los bombones, tengo la suerte de que me gusta la comida sencilla, la dieta mediterrénea. Me encantan las legumbres, la fruta y la verdura y hace tiempo que evito comer carne roja. Con el pescado y la carne blanca (pollo o pavo) tengo más que suficiente. Ahora bien, tengo claro que estas fiestas me saltaré a conciencia esta dieta sana, ja,ja,ja.
EliminarBones festes!!
Un abrazo, Tere.
¡Hola!
ResponderEliminarYo soy de comer mucho, diría que demasiado, y de momento no engordo pero creo que el día que empiece no voy a parar, jejejeje. Lo importante es moverse e intentar comer equilibrado. Tú eres muy obediente, y esa caja de bombones que te llamaba, pues claro, hay que obedecer.
Aprovecho para desearte muy muy felices fiestas, que 3030 sea mágico.
Hola, Gemma. Se de gente que come muchísimo y no engorda ni un gramo. Es una suerte para su cuerpo y una desgracia para su bolsillo, ja,ja,ja. Yo siempre he sido muy obedinente y luego me he arrepentido, pero con los bombones no, je,je.
EliminarYo también te deseo unas felices fiestas y me limito a desearte un feliz 2020. Del 3030 ya hablaremos desde el otro mundo, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Muy feliz Navidad💚😙
ResponderEliminarHola, buhoevanescente. Yo también te deseo un feliz Navidad.
EliminarUn abrazo.
Pues si, la salud hay que cuidarla incluso sin padecer de nada, precisamente para no padecerlo. Pero estos días nos lo ponen muy difícil, la tentación es grande.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD ¡¡¡¡
Tenemps que aplicar el refrán de que vale más prevenir que curar. Y aunque estos días sean propensos al exceso gastronómino, tenemos que volver a la vida sana tan pronto como sea posible, je,je.
EliminarFeliz Navidad, Manuela!
Cada uno es dueño de sus excesos y en estas fechas mucho más, el no saber decir que no a un buen plato ofrecido con cariño por un ser querido es algo que debemos aprender a decir y el que lo ofrece entender el motivo de ese no.
ResponderEliminarUn abrazo Josep
Puri
Sí, claro, cada iuno tiene que apechugar con las consecuencias de lo que hace y como siempre hay motivos para una excepción, ¿qué mejor motivo para no respetar una dieta sana que complacer a quien quiere complacerte?
EliminarUn abrazo, Puri, y que pases unas felices fiestas.
Recuerdo hace muchos años -y cuando digo "muchos años", en realidad quiero decir: muuuuuchos años-, que dos de los protagonistas de la famosa serie Verano Azul -el Tito y el Piraña- lanzaron un disco con canciones. Y una de ellas decía así: "Comer, comer, es lo mejor para poder crecer". Y claro, yo que por entonces era bastante obediente, comí y comí. Y crecí. Lo malo es que no sólo crecí hacia arriba, sino que también crecí a lo ancho. Desde entonces, mi batalla contra la báscula ha sido una constante. Unas veces he ganado yo y otras ha ganado ella -parecemos un matrimonio, ahora que lo pienso-. En fin, como si de una saga de cine épico se tratase, mi guerra contra la báscula continúa. En estas fechas, por cierto, estoy protagonizando un nuevo capítulo de la saga: "Navidades. La batalla de los dulces". Y es que el turrón de chocolate y arroz inflado me pierde. Si consigo salir vivo de esta, prometo enmendarme en 2020, y poder decir sin ruborizarme: "que la dieta te acompañe, amigo mío". ; )
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Josep. Y ya que estamos: ¡Felices Fiestas para todos, y todas, y todes! : ))
Mi madre también me decía lo mismo que la canción, pero añadiendo a la comida un buen vaso de leche, como los americanos, remataba. Yo también era muy obediente, pero me quedé más bien canijo y por debajo del metro setenta. Con los años he engordado, pero no he crecido, je,je.
EliminarYo creo que hay momentos en los que tenemos que ignorar a la báscula, esa compañera a la que miramos desde la altura, algunos con orgullo, otros con desprecio y otros con temor.
Disfrutemos de estas fiestas dándonos una tregua con la báscula, como si de una guerra se tratara.
Que seas muy feliz, con y sin dulces, amigo Pedro.
Un abrazo.
Hola Josep Ma, por qué será que todo lo que nos gusta engorda, jajaja
ResponderEliminarTocas un tema importante sobre nuestra responsabilidad en la alimentación y nuestra salud.
Yo soy una fan del deporte no solo verlo por tv sino practicarlo y cada día hago alguna cosa aparte de andar unos tres km de vuelta del trabajo a casa. Acostumbro a ir al gimnasio al mediodía y después vuelvo al trabajo y los beneficios los considero no solo en el cuidarse físicamente sino sobre todo en la parte mental, es ideal para deshacerse de tensiones y volver con ánimos renovados.
Con los años, al menos en mi caso ha sido así, aquello que no me engordaba decide hacerlo y toca cuidarse un poquito sin renunciar a los placeres.
Besos y muy feliz navidad
Hola, Conxita. Pues sí, todo lo bueno también es malo, según se mire, je,je.
EliminarPor mucho que me lo he propuesto, he sido incapaz de hacer deporte, no siquira correr, a lo sumo andar. Y es que no tengo prisa por llegar a ninguna parte, ja,ja,ja. Hablando en serio: admiro a los que, como tú, tienen la fuerza de voluntad para dedicar una o dos horas diarias al ejercicio físico, ya sea en la calle o en el gimnasio, siempre que sea sin pasarse de la ralla. Una cosa es mantenerse en forma y otra machacarse, je,je.
De todos modos, con la edad se tiende a ganar algo de peso. Lo importante es que ese algo no se convierta en mucho.
Un beso y que pases unas felices fiestas, amiga.
Estás seguro que no escribiste una crónica sobre mi?
ResponderEliminarFeliz Navidad y "sentidiño"!
;)
Ja,ja,ja. Pues te aseguro que no, no conocía tus cuitas gastronómicas.
EliminarFelices fiestas y "seny", je,je.
Hola Josep Mª jaja la tentación vive al lado, junto a ti ¿quién no echa mano al mantecado? con la exucusa de que hay que comérselos. Pero lo tuyo con la caja de bombones... qué bueno también lo de la barriguita, ay amigo, eso si que es difícil y sino que nos lo digan a las mujeres que se nos pega en las nalgas. Mi padre está ya en puertas de tener 92 años, así que superó la previsión de este año. Su salud es bastante buena, siempre se ha cuidado mucho en el comer; nunca ha comido más de lo que creía era necesario para él. Esto es algo que siempre admiraré de él y lo sigue llevando a rajatabla. Creo que el estómago es el mismo de cuando era un crío, no ha estirado ni una mijita. Yo le parezco más a mi madre, comer por comer a veces, gula y claro ahí dentro todo se estira. Como siempre tus crónicas reflexivas tan geniales ahora voy por el último post. Un abrazo compañero
ResponderEliminarHola, Eme. La tentación vive en todas partes, je,je. Mi padre llevaba el mismo estilo de vida que el tuyo y vivió hasta los 99, le faltaban cuatro meses para los 100. Así que ya sabes...
EliminarEs curioso el reparto de la grasa corporal en los hombres y las mujeres. Hasta en esto somos distintos, ja,ja,ja.
Un abrazo y que estas fiestas no nos pongan más kilos encima.