martes, 4 de diciembre de 2018

La información, ese objeto del deseo



Dicen que la información es poder. Yo me conformo con pensar que es conocimiento, así de simple y así de importante. Sin información no podemos hacer prácticamente nada, por lo menos nada correcto. Otra cosa es que la gente desee estar bien informada y, si no la recibe, busque, incluso exija, la información. Estar bien informados nos permite tomar las decisiones más adecuadas a nuestras necesidades.

Constantemente recibimos un bombardeo de informaciones, por radio, televisión, prensa escrita y digital, y por las redes sociales. Por desgracia, no siempre es una información fiable y exenta de intencionalidad o manipulación. En tal caso, resulta difícil extraer la que realmente nos puede ayudar a discernir entre lo correcto y lo incorrecto.

Pero hay otro tipo de información, también cotidiana y extremadamente útil, que se nos niega, a pesar de tener todo el derecho a recibirla clara y puntualmente. Si la carencia de calidad o de veracidad en la información de tipo económico, político y social, me disgusta, la falta o escasez de esta otra, a la que hoy me refiero, me indigna.

¿Quién no se ha visto esperando en el andén a que llegue su tren, con una demora injustificable, sin que nadie se digne a darle una explicación? ¿Quién no ha visto su tren detenido entre dos estaciones sin tener la mínima idea del por qué? ¿Quién no ha visto su vuelo retrasado o, peor aún, cancelado, sin conocer los motivos? ¿Quién no se ha visto haciendo cola para embarcar sin que nadie aparezca en la puerta de embarque, a la hora señalada, para informarle de lo que ocurre? ¿Quién no se ha visto dentro del avión esperando al despegue sin que nadie de la tripulación le diga por qué no tiene lugar? ¿Quién no ha sufrido un apagón sin que nadie en la Compañía suministradora sepa darle un motivo? ¿Quién, en definitiva, no se ha visto afectado por un defecto u omisión en un servicio sin recibir explicación alguna?

En cualquier Compañía que ofrece un servicio público, la atención al cliente es la clave de su éxito. Captar un cliente es difícil, pero perderlo es muy fácil. Y a pesar de ello, Compañías como Renfe, Iberia, Vueling, Aena, Endesa, por citar solo unas pocas empresas de relieve, mantienen un silencio absoluto cuando sus clientes exigen conocer el motivo y la duración del fallo en el servicio esperado y abonado. Por supuesto que luego tenemos el derecho a una reclamación y a la restitución de los daños e inconvenientes causados, pero la inmediatez de la información es, repito, una pieza clave para conocer en qué situación nos hallamos, qué repercusión tendrá el incidente en nuestros planes y poder tomar una decisión al respecto antes de que sea demasiado tarde.

Es inconcebible e intolerable que, hoy día, con los medios a nuestro alcance, todavía se den casos de falta de información al usuario. Y no creo que ello pueda achacarse a una falta de inversión en infraestructuras o en personal. Creo que, simplemente, es una grave negligencia o falta de formación de este personal. Y no me vale la excusa de que están mal pagados y que ello redunda en una desidia en el desempeño de sus funciones. El posible descontento en sus condiciones de trabajo no tiene porqué repercutir en el usuario. Solo cuando se ha producido un hecho muy grave que ha afectado a miles de ciudadanos, producido pérdidas económicas sustanciales y ha provocado un alud de encendidas protestas, los máximos responsables se apresuran a dar explicaciones, a toro pasado, y se desvelan en echar balones fuera (el culpable siempre es otro), a asegurar que fue un hecho aislado y a afirmar que no volverá a ocurrir. Hasta que vuelve a repetirse.

Si para “los de arriba” la información es sinónimo de poder, para “los de abajo” es una necesidad material y moral. Una sociedad moderna no solo debe proveer a los ciudadanos de todos los servicios básicos para mantener una adecuada calidad de vida, sino también proporcionarles toda la información necesaria y suficiente para el buen uso y disfrute de dichos servicios.

La información debería formar parte de una nueva Bienaventuranza: Bienaventurados los bien informados, porque ellos sabrán en todo momento lo que les espera.



27 comentarios:

  1. El usuario no lo ven como cliente como lo concibe la empresa privada, así que, siendo cautivos, porque o tomas la renfe o si no, pues la renfe, acaban por tratarte no como ellos desean ser tratados, sino como usuarios de tercera regional, porqeu les dalo mismo.

    la información, sobre todo de los servicios, es una obligación de esas empresas que lo ofrecen. y un derecho de todos los usuarios. Ojo con los servicios sanitarios, que nos informan que hay lista de espera, pero ni de broma se arriesgan a decir si seis o diez meses y eso molesta una barbaridad. Un abrazo grande

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    1. Efectivamente, al usuario se le ve básicamente como una fuente de ingresos. Y muchas veces de problemas. Pedir explicaciones no suele ser algo bien recibido por quien debe darlas. Probalemente no se forme al personal para atender debidamete al público y aquel actúa como el funcionario indolente que no quiere asumir ninguna responsabilidad.
      Y evidentemente esta situación se da en cualquier ámbito, y el sanitario no es una excepción.
      Un abrazo.

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  2. Totalmente de acuerdo mi amigo, sobretodo con esa frase final. Tienes razón, la información da conocimiento y este proporciona mucho más que sólo poder.
    Oye y está aquello de saber por qué nos ha dejado la mujer, jajaja.
    Abrazos Josep.

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    1. Sin información no podemos andar por este mundo cruel e injusto, jeje. Aunque digan que más sabe el diablo por viejo que por diablo, muchas veces no viene mal una ayudita.
      Bueno, comprender por qué a uno le ha dejado la mujer supongo que requiere de algo más que de una información clara y detallada, pero en esto, a diferencia de lo que expongo en esta entrada, no puedo hablar por experiencia propia, jajaja.
      Abrazos, amigo.

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  3. Hola Josep, es curioso como en la época de la comunicación y de la "información" sigan ocurriendo hechos tan lamentables como suceden a diario por ejemplo en los servicios ferroviarios donde el monopolio es tan lamentable como la propia información al usuario. De hecho, y hablo directamente ahora de Renfe, cuando se producen determinados retrasos tienes derecho a la devolución de parte o la totalidad del billete, pero lo curioso es que esta información permanece "escondida" y o te buscas la vida o nadie te va a informar desde la compañía de ese derecho a devolución, a no ser que el retraso sea escandaloso y la indignación cunda entre los sufridores de siempre.
    Un abrazo.

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    1. Cuando el retraso es pequeño, entiendo que no haga falta dar muchas explicaciones pues puede ser debido a un hecho puntual e intrascendente, pero cuando se trata de, por ejemplo, media hora en un trayecto que tiene una hora de duración, los pasajeros merecen todo tipo de explicaciones y compensaciones. Pero claro, en un caso, como el de Renfe, al no existir competencia, el usuario no dispone de otra alternativa y se aprovechan de su posición dominante para ningunearlo. Pero no entiendo como ese mismo comportamiento pueda darse en compañías aéreas. A menos que no haya otra opción, yo no pienso volar jamás con Ryanair, por su incompetencia a la hora de dar un buen servicio y el trato que dispensan al viajero.
      El buen trato al cliente redunda en su fidelidad y pareve que muchas Compañías ignoran ese aspecto tan importante.
      En el otro extremo, el de un trato exquisito, puedo poner el ejemplo de unas salas de cine a las que acudimos con regularidad. Además del confort, si tienes alguna pega, el asiento no es lo suficientemente comfortable o no te gusta la película, te dan un margen de media hora para abanodnar la sala y te obsequian con una entrada gratuita para otra película. Y aunque la anomalía en el asiento se haya subsanado (tienen una App para el móvil para que puedas comunicar cualquier incidencia sobre la marcha y acuden de inmediato a intentar solventarla) también tienes una entrada gratuita. Eso es la excelencia en el servicio.
      Muchas gracias, Miguel, por tu comentario.

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  4. Les sucede como a los políticos, que les importamos una mierda. Aquellos buscan nuestros votos y estos nuestro dinero, pero por lo demás nos pueden dar morcilla a todos. Otra cosa es que los políticos traten de disimularlo mejor, aunque sea mintiéndonos descaradamente.
    Un abrazo.

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    1. Sí, amigo, los políticos tienen una particularidad muy meritoria: tiene un pico de oro. Solo he conocido (que yo recuerde) a un político que cuando abría la boca era para soltar idioteces incomprensibles, estilo trabalenguas, pero, por fortuna, hace poco que dejó el cargo y la política activa.
      La verdad es que no sabría decir qué es peor: no decir la verdad o mentir descaradamente.
      Un abrazo.

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  5. Buena reflexión la tuya sobre esa otra información que es tan importante o más como la de las noticias. Para el día a día qué duda cabe que saber si un medio de transporte lleva retraso es fundamental. Yo ya no cojo el tren de cercanías para ir a mi trabajo pero mi hija para ir a la universidad y mi marido para ir a su oficina, sí. No hay día en que no haya alguna incidencia y esa desinformación a la que aludes les enfada más que el retraso en sí.
    Pero quizás en algunas ocasiones esa falta de información tiene un sentido. En el caso de los trenes muchas veces no dicen el motivo ni el tiempo de la suspensión del servicio porque la causa que está detrás es que una persona se ha tirado a las vías y no pueden ser explícitos ni saber cuánto dura "la incidencia" porque levantar un cadáver es complejo (ni te imaginas la cantidad de gente que se suicida así).
    Es cierto que cuando de aviones se trata ahí los motivos pueden ser más espurios, como no reconocer un fallo de organización y así evitar la indemnización correspondiente al pasajero.
    Yo, para salir del paso, tengo una manera de interpretar subliminalmente los mensajes de las incidencias del metro: cuando dicen "este convoy permanecerá parado durante unos pocos minutos" me espero porque no merece la pena bajar y cambiar de itinerario", pero cuando dicen "durante un tiempo sin determinar" ahí ya me mosqueo porque la cosa va para largo.
    Un besote.

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    1. Las autoridades civiles se empeñan (y me parece bien la idea) en que usemos los servicios públicos (no el WC, sino el autobús, metro, etc,) y dejemos el coche en casa. Pero parece que no se preocupan demasiado en procurar y exigir que esos servicios sean de calidad. Yo siempre he usado el coche para ir a trabajar, pues mis lugares de trabajo siempre han estado muy alejados de mi lugar de residencia y no disponía de una buena combinación de transporte (también debo reconocer que me podía más la comodidad). En una ocasión, me vi obligado a usar el tranposte público, pues en Barcelona hubo una cumbre de Jefes de Estado y se preveía un colapso circulatorio monumental al tener que cortar, por seguridad, muchas vías de acceso a la capital. El caso es que a la ida (tren + autobús) no me fue muy mal, tardé una hora en llegar a mi destino, pero la vuelta fue un horror. Los autobuses pasaban tan llenos que ni siquiera se detenían en la parada y si lo hacían no cabía ni un alfiler. Luego, el tráfico a las siete de la tarde no era como el de las siete de la mañana y llegué a la estación de tren cuando el que quería tomar ya había partido. Cuando por fin me monté en el siguiente, venía lleno y tuve que ir todo el camino hasta mi población de pie, además el tren se detenía en cada estación más tiempo pues eran muchos más los pasajeros que subían y bajaban, y a eso añádele el tramo andando hasta casa (porque en la estación de Molins de Rei no hay aparcamiento gratuito). Total, que llegué a casa al cabo de casi tres horas. Luego me puse a hacer cálculos y con esa combinación de tren y autobús me ahorraba un euro al día en comparación con el gasto en gasolina y mantenimiento del coche. Pues mira, no volví a repetir la experiencia nunca más. En coche, calentito en invierno y fresquito en verano, y con parking en casa y en la empresa, jeje.
      Pero me he ido por los cerro de Úbeda y me he alejado del tema central. Con respecto a lo que comentas de un atropellamiento por el tren, en una ocasión, volviendo de Valencia, quedamos parados muy cerca de Barcelona a las tantas de la noche y al principio nadie soltaba prenda, pero ante un previsible motín, nos informaron que esperaban el levantamiento del cadáver por parte del juez y que lo único que podíamos hacer, si no queríamos esperar indefinidamete, era salir de la estación donde estábamos parados y tomar un taxi. Si nos lo hubieran dicho antes, nos habríamos ahorrado la hora y pico de nerviosismo y de mala leche.
      Esa interpetación que haces de los mensajes verbales, me parece de lo más práctico. Es como lo de "pisito acogedor ideal para parejas jóvenes", que no es más que un cuchitril de menos de 30 m2, jajaja.
      Dos besos, uno por la visita y el otro por haber aguantado este rollazo.

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  6. Una magnífica reflexión, sin duda.
    Muchas gracias, Julio David, por tu aportación.
    Un abrazo.

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  7. Estoy de acuerdo contigo en que esa información a la que te refieres es muy necesaria y en muchos casos, tranquilizaría mucho. Salvo en el caso del apagón en que normalmente se dan explicaciones a posteriori por radio o TV (tampoco van a llamar a cada usuario a su casa), el resto son cosas que afectan a muchas personas que están todas juntas y eso puede ser peligroso. No es que disculpe el hecho, solo le veo una explicación.
    Mi padre era maquinista de RENFE y hace muchos años (muchos, muchos; yo debía de tener unos 10 años) descarriló el tren que llevaba. No hubo más que algún herido leve y no fue culpa suya sinoi de un defecto de dilatación de la vía con el calor. Cuando salió de la máquina herido y sangrando por la cara, para ver si todos estaban bien, hubo gente que lo quería linchar y lo amenazó.
    Cuando te las tienes que ver con grupos grandes de gente, siempre hay algún cafre que nos e sabe cómo va a reaccionar y entiendo que, tal vez por precaución, se den pocas explicaciones.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa. Es que en mi población somos muy proactivos, jeje. Cuando hay un apagón que afecta, por lo menos, a todo un barrio, llamamos a los responsables de la Compañía eléctrica (de la zona, claro) para saber a qué se debe y si tardarán mucho en resolverlo. Aparte de la respuesta generalmente inconcreta o ambigua a más no poder, en alguna ocasión se han enterado por nosostros. De no haber llamado habríamos estado sin luz hasta que algún empleado diligente lo hubiera descubierto. Con el repetidor de TV, gracias al cual podemos ver la tele, lo mismo de lo mismo.
      Lo que cuentas de tu padre es lamentable. La gente saca muchas veces conclusiones precipitadas, quieren a un culpable y pagan justos por pecadores. Por supuesto que siempre hay exaltados, pero creo que el mutismo (ahora me refiero en general) solo acrecenta la indignación del afectado. Una explicación, por breve y preliminar que sea, da por lo menos la sensación de que alguien se preocupa por el usuario y que se está al tanto de los acontecimientos. Estar casi media hora (como me encontré este verano en el aeropuerto de Tenerife) haciendo cola delante de la puerta de embarque que señalaba "embarcando", cuando estaba cerrada y sin ningún empleado de la Compañía a quien pedir explicaciones del retraso, y ver de pronto a alguien entre el pasaje que nos advirtió a gritos (al mirar casualmente una de las pantallas informativas) que habían cambiado de puerta a otra situada en el otro extremo de la zona de embarque (menos mal que solo eran unos treinta metros y aun así todo fueron carreras por llegar el primero), es intolerable. Muchas veces se nos trata como a ganado. ¿Qué habría costado decir por megafonía o en persona: señores pasajeros, el vuelo a Lanzarote tendrá una media hora de retraso por (el motivo que sea) y la puerta de embarque será finalmente la 4 en lugar de la 1? Pues no.
      Muchas gracias por participar en esta especie de debate ciudadano, jeje.
      Un beso.

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  8. Totalmente de acuerdo, hay información que sin ser importantísima sí que es fundamental para los que sufrimos la desinformación, no hay nada que te moleste más que te tengan esperando minutos que se convierten en horas sin saber el motivo. También es cierto que según qué información puede ser contraproducente darla pero en muchos casos se trata de un abuso de las compañías que se aprovechan de sus monopolios y los usuarios no les importamos más que para pagar. Empresas que cuiden al cliente creo que hay pocas, espero que mejore y que los ciudadanos también nos volvamos más exigentes.
    Besos

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    1. Hola, Conxita. Solo pedo añadir que espero que la ciudadanía haga valer sus derechos y siga exigiendo responsabilidades ante cualquier fallo grave en un servicio. Si pagamos por él, este tiene que ser de calidad, y si sucede algo imprevisible, lo mínimo que pueden hacer sus responsables es dar la cara, informar, y hacerse responsables. Sería terrible que acabráramos aceptando como irremediable y asumiendo como algo "normal" los retrasos, las averías por falta de mantenimiento, entre otras deficiencias. Ya tenemos suficiente con las huelgas salvajes que nos afectan cada año sin tener ninguna culpa, como para encima tener que soportar constantes fallos en los servicios públicos.
      Un beso.

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  9. "la información es poder" y con ella nos manipular, nos someten, nos utilizan... muy acertado todo lo que comentas Josep Mª, totalmente de acuerdo con tus planteamientos. El manejo de los tiempos para informarnos es otra arma, desde luego no creo que no tengan medios ni personal preparado para informarnos, creo más bien que en ese pequeño "caos" nos mantienen cautivos.
    Por otro lado la cantidad de información con la que nos machacan nos hacen inmunes hacia lo que de verdad importa, estamos saturados.
    Enhorabuena Josep, has tocado un tema candente.
    Un abrazo muy grande.

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    1. Entiendo que hay información que se demore en darla a la espera de estar seguros de lo realmente ocurrido. Un ejemplo sería el de un portavoz de la policía que se apresurara a afirmar que un incidente grave ha sido debido a un atentado y luego resultar que no es así. Se alarmaría a la población injustificadamente. De ahí que en estos casos se vaya dando la informaciñon en cuentagotas. Pero al menos se da alguna explicación. Lo inaceptable es el mutismo ante un suceso que afecta a muchas personas al mismo tiempo y que puede aclararse casi de inmediato. Claro que si entramos en el ámbito político, hay muchos que se guardan la información por conveniencia y solo nos enteramos de la verdad (si es que nos enteramos) muchos años después. Este es el ejemplo más claro de que la información (y la desinformación) da poder a quien la tiene o la esconde.
      Muchas gracias, Xus, por pasarte y comentar.
      Un abrazo.

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  10. ¿Y que me dices de la falta de información de un paciente que esta en quirófano durante ocho horas y que su familía no sabe nada de ella?, si esta bien , si esta mal, si la operación va bien o se retrasa por algún motivo ajeno a la misma. Yo no lo vivi en persona porque era la paciente en cuestión pero te puedo asegurar que mi familía que llevaba desde las ocho y medía de la mañana esperando a saber algo, llego un momento que se desespero y mas cuando mi marido y mi hijo vierón a una enfermera salir del quirófano llorando, en fin, fue una experiencia para mi familia muy muy angustiosa.
    Sin embargo en el Hospital del Vinalopó de Elche, a mi marido lo han operado dos veces, y las dos veces en todo momento he sabido donde estaba y como estaba, porque tiene un sistema informático que te dice en todo momento cual es la situación del paciente, tras una clave que dan al acompañante para que acceda. La tranquilidad no te puedes imaginar.
    Creo que con estos dos ejemplos, queda claro, que la información es muy importe, porque si no puede ocurrir muchas cosas, entre ellas ataques de pánico, nerviosismo, etc, y creo que no hace falta llegar a esos extremos, cuando lo mas fácil es dar información. Lo que pienso es que se escudan en no alarmar, y con eso es peor el remedio que la enfermedad.
    Un abrazo.

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    1. En el ámbito hospitalario, como bien dices, la falta de información es tremedamente angustiante. A mi mujer, hace muchos años, la operaron de una simple extirpación del apéndice por laparoscopia (sin abrirla, solo con tres pequeñas incisiones en el abdomen por las que introducen el instrumental y la cámara), algo que debía ser muy fácil y rápido. El caso es que hubieron complicaciones con el aparato de insufla aire en el interior del abdomen para que este se hinche y puedan trabajar cómodamente). Pues pasaban las horas y nadie salía a decirnos (a su madre y a mí) nada en absoluto. Llegué a pensar que algo grave había sucedido, pues no encontraba otra explicación. Luego sí, nos lo contaron todo, pero el mal rato que pasamos nadie nos lo quitó de encima.
      El tema de la información médica me inspira otra posible entrada sobre la necesidad de dar al paciente (tanto por parte del médico como de la familia) toda la información sobre su enfermedad y su pronóstico aunque este sea muy negativo. ¿Es lícito en este caso decir una mentira piadosa o siempre hay que decir la verdad por dura que sea?
      Pero me he ido por las ramas y este no era el objeto de esta entreda, jajaja.
      Un abrazo.

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  11. Hola Josep Mª, aunque estamos en la llamada era de la información, en realidad es bastante difícil separar la paja del grano. Es tanta la información sin contrastar que circula por la red que se hace muy difícil a veces llegar a concretar. En lo que se refiere a la comunicación que realizan la mayoría de las compañías, esta deja mucho que desear y además en todos los ámbitos. En el caso concreto de las líneas aéreas, compañías telefónicas, y grandes corporacioes, como tú dices la información que debería ser clara y sencilla se convierte en algo inalcanzabel para el consumidor. Dar la callada por respuesta, estrellarte contra una máquina que te contesta para llevarte a una especie de bucle sin salida, derivarte a una página web,... etc son solo algunas de las sutilezas que estas compañías se han inventado para evitar dar una simple explcación.
    Un abrazo!

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    1. Hola, Norte viajero!
      No tengo mucho que añadir a lo que comentas, abundando en mi crítica. Solo se me ocurren más ejemplos de mala información a colación de lo que indicas sobre los vericuetos que uno encuentra o por los que te desvían para conseguir una información que debe estar disponible fácilmente y sin tapujos. Ponerte en contacto telefónico con una gran Compañía para solventar un problema, es harto difícil. Sería muy extenso contar mi Via Crucis personal para conseguir que Movistar me sustituyera un mando a distancia defectuoso. A través del sistema automático de atención telefónica, no había forma humana de llegar a buen puerto, marcara la opción que marcara, incluso llegando a hablar con un comercial. Al final lo pude solventar a través de su página web, pero tampoco fue muy fácil. ¿Por qué no nos lo ponen más fácil? Si quieres darte de alta la atención es inmediata, pero en caso de una reclamación entras en un bucle o laberinto en el que te pierdes sin remedio.
      No pagues un mes la factura del gas, de la luz o del teléfono y verás con qué rapidez se ponen en contacto contigo. La información no es, salvo dignas excepciones, bidireccional. "Ellos lo saben todo de tí, pero nosotros solo sabemos de "ellos" lo que les interesa. ¡Ojo con el Gran Hermano!, jajaja.
      Un abrazo.

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  12. Yo como todos, he sufrido cientos de casos y algunos efectivamente se ve claramente que los trabajadores siguen pautas de sus altos cargos y no les interesa que estemos informados por intereses de la compañía pero lo que me saca de quicio es cuando la falta de información es debido a la ineptitud o peor aún debido a la negligencia de los empleados, entonces ya es cuando me rebelo, eso ya me subleva.

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    1. Ya sufrimos suficiente con los recortes en Sanidad, Educación y demás servicios públicos, como para, además, tener que soportar su mal funcionamiento y la desidia del personal que en ellos trabaja cara al público. Es simplemente demencial.
      Muchas gracias, Manuela, por tu visita y por tu comentario.
      Un abrazo.

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  13. Hola, Josep Maria.
    Es verdad, todos como usuarios nos hemos visto afectados de una manera u otra.
    Y cuando intentas buscar la razón para saber a qué atenerte, no encuentras nunca ninguna respuesta. O te van trasladando de compañero a compañero, una técnica que debe ser para que uno se desespere y finalmente termine rindiéndose. O simplemente muestran silencio al problema. Muy buena crítica.
    Un beso.

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    1. Hola, Irene.
      Este es un mal que afecta a muchos, pero me resisto a aplicar el refrán que reza "mal de muchos...", porque para mí no es un consuelo el hecho de seamos multitud los afectados. Porque, como dicen los de Media Markt, yo no soy tonto, jeje.
      Yo creo que en estos casos se da una mezcla de ineptitud, falta de interés y cumplimiento de ciertas consignas que se dictan desde arriba. Según el caso, prevalece uno u otro motivo. Pero creo que el más abundante es "pasar" literalmente del cliente. En nuestra sociedad no suele aplicarse el lema de "no quieras para los demás lo que no quieras para tí". Aunque me gustaría saber qué piensan y sienten esos responsables en la sombra cuando es a ellos a quienes les afectan esos retrasos e incidencias de origen desconocido o, por lo menos, inexplicable.
      Un beso.

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  14. Muy bien expresado, Josep.
    Es una falta total de respeto que no den explicaciones siquiera. Luego uno se puede quejar, pero es difícil lograr algo.
    Un abrazo!

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    1. ¡Hola, Federico!
      Si no llego a recibir un aviso por gmail me habría pasado por alto tu comentario.
      Muchas gracias por venir a dejar tu opinión.
      Saludos.

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