El pasado 19 de octubre, el mismo
día que publicaba mi entrada anterior, se celebró el día internacional de la lucha
contra el cáncer de mama. Como es habitual, miles de lazos rosas acompañaban a
quienes reivindicaban más atención e inversión en investigación en esta
dolencia que afecta a una de cada ocho mujeres. Pacientes, sanitarios,
asociaciones y la sociedad en general advierten, ese día con más intensidad, de
la necesidad de la prevención y de la atención personalizada.
Los destinatarios únicos de
todas estas reivindicaciones y consejos saludables son las mujeres, por ser el
colectivo al que mayoritariamente afecta esta terrible enfermedad, que todavía
produce un importante número de muertes al año. Pero aunque este tipo de cáncer
sea —por razones fisiológicas, hormonales y/o genéticas— mayoritario en mujeres,
no es algo exclusivo del género femenino. Aun siendo algo excepcional, un 1% de
los cánceres de mama también afecta a los hombres y yo fui uno de esos
desafortunados, motivo por el que he querido escribir estas líneas.
Cada vez que leo y oigo
mensajes de apoyo exclusivamente dirigidos al sexo femenino, siento pena por
los hombres que, en idéntica situación, son los grandes olvidados, cuando
sienten la misma angustia, padecen los mismos trastornos y se someten al mismo
tratamiento, sufriendo las mismas consecuencias, y cuya supervivencia a cinco
años es porcentualmente menor que en las mujeres (77,6% y 86,4%
respectivamente), probablemente porque en ellos no se da la prevención precoz.
Esta exclusión y soledad
social a nivel comunicativo y concienciador, ha dado origen a una asociación de
cáncer de mama masculino a nivel nacional, INVI —invicancer.org—, cuyo fundador
es Màrius Soler, para dar apoyo e información a este colectivo que, diría yo,
se siente marginado por ser, simplemente, un caso raro.
Así pues, al margen de mi
apoyo incondicional a las mujeres afectadas de cáncer de mama —ha habido varias
en mi círculo de amistades con distintos desenlaces, unos afortunados y otros
desdichados—, quiero aquí romper una lanza a favor de los hombres que también
lo sufren y reivindico un lenguaje inclusivo cuando se habla de esta terrible
enfermedad.
Yo he tenido la gran suerte de
superarlo, pero otros se quedan por el camino y considero injusto que no se les
tenga en cuenta.
Y por fortuna lo superaste rápido amigo. Tienes razón, tanta que uno piensa que es sólo padecido por mujeres.
ResponderEliminarTe abrazo.
Es un error u omisión muy generalizada y entiendo que mucha gente no piense en ello.
EliminarUn abrazo.
No te miento si te digo que yo sí me acordé de ti ese día.
ResponderEliminarFelicidades.
Un abrazo.
Pues te agradezco que hayas pensado en mí. Solo espero que la gente también tenga en cuenta a los hombres que padecen la misma enfermedad, aunque seamos un grupo minoritario.
EliminarUn abrazo.
Como todo en esta sociedad, depende de a quién afecte, en qué medida afecte y, aunque parezca una frivolidad, de qué forma se va a rentabilizar mejor la investigación. En el cáncer de mama se sigue pensando mayoritariamente en mujeres. El porcentaje d e hombres es tan ínfimo en comparación que incluso hay gente que no sabe que puede darse. Me parece muy procedente esa asociación que mencionas.
ResponderEliminarUn beso.
Entiendo que el desconocimiento entre la población general les haga creer que esta es una dolencia exclusiva de las mujeres por una aparente lógica, pero no me parece bien que las instituciones, especialmente médicas, no se hagan eco también de la misma problemática en los hombres. De ahí que haya nacido la necesidad de darlo a conocer a través de esa asociación, aunque me temo que tampoco tendrá mucha difusión.
EliminarUn beso.
Desde luego que sí es una marginación, y espero que esto cambie para bien de todo el género masculino.
ResponderEliminarEstán potenciando las feministas tanto los derechos de las mujeres, que se olvidan de los hombres, como en esta cuestión, y por supuesto en los malos tratos también aunque sea minoritario.
Yo no sabía que afectaba a los hombres hasta que contaste tu caso, ya que no había conocido otro. Por fortuna tú estás bien, y espero que esa asociación prospere rápido.
Un abrazo Josep, y buen fin de semana.
Como digo al final de mi entrada, lo importante es que los hombres también se beneficiarán de los adelantos en el tratamiento/curación del cáncer de mama. En eso no hay exclusión. A mí me trataron exactamente igual que si fuera una mujer. Lo anómalo, en todo caso, es que tuve que pasar por el departamento de ginecología. No veas las caras de extrañeza de algunas de las mujeres en la sala de espera, je, je. Y no podían suponer que era un acompañante de mi mujer porque era en plena época de pandemia y solo se permitía el acceso a una sola persona. Pero eso forma aparte del anecdotario de mi historia clínica. Lo fundamental es que los fármacos anticancerosos no hacen distinción de sexo y estoy aquí para contarlo.
EliminarUn abrazo, Elda.
Estaría muy bien que se hiciera una campaña con fondos públicos para concienciar a la población de que es una enfermedad que también afecta a los hombres. Un 1 por ciento parece poco pero si sumamos la población española hablaríamos de centenares de miles de casos. Por supuesto también está muy bien una asociación de cáncer de mama masculino y proseguir en la investigación de esta dolencia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Josep.
Existen enfermedades raras que afectan a un reducidísimo grupo de población y se les da la publicidad que se merecen. Pero, evidentemente, no es lo mismo, porque el interés por la investigación del cáncer, al fin y al cabo, va beneficiar tanto a hombres como mujeres y el total que personas afectadas en elevado. La cuestión es que no me parece justo que la problemática de los hombres con cáncer de mama pase desapercibida para la gran mayoría. No obstante ello, hace muy poco (supongo que fue en el día internacional de la lucha contra el cáncer) vi por televisión un documento que trataba de esta enfermedad y mostraba una exposición pictórica (un montaje amañado especialmente) en la que aparecían mujeres (la maja desnuda era una de ellas) con un solo pecho y la cicatriz de la mastectomía. Todos los cuadros eran de mujeres, pero en uno (no recuerdo cual) aparecía, junto a la mujer, en segundo plano, un hombre que también lucía esa cicatriz. La voz en off incidió en ese detalle diciendo que, aunque eran casos excepcionales, también se daba en hombres. Y me dije "olé, por una vez alguien lo hace saber". Espero que esta no sea una excepción y también se les de voz a los hombres afectados por esta maldita dolencia.
EliminarUn fuerta abrazo, Miguel.
Es cuestión de estadísticas. Todo se hace en función de ellas.
ResponderEliminarMe acordé de ti e incluso de mi ex.
Un abrazo.
Sí, es muy cierto, los números mandan.
EliminarTe agradezco que hayas pensado en mí en ese día tan especial para muchos.
Un abrazo.
Cierto que en este caso se piense más en las mujeres, por ser una enfermedad que afecta más a la población femenina. Poco nos acordamos que también hay hombres que la sufren. Tenemos que hacer por dar más voz a vosotros.
ResponderEliminarUn abrazo enooorme!
Muy cierto, por tal motivo he querido reivindicar que los hombres afectados por esa misma enfermedad, aun siendo muy pocos, también tienen derecho a ser tomados en cuenta.
EliminarMuchas gracias, Mamen, por dejar tu comentario.
Saludos, Josep.
ResponderEliminarEstoy total y absolutamente de acuerdo con lo que expones en tu post. Lo único que añadiría, si se me permite, es que las televisiones y los políticos que tanto se afanan en "salir en la foto" luciendo el lazo, hicieran algo verdaderamente útil para luchar contra esta grave enfermedad. Los primeros podrían donar el dinero que ganan ese día con la publicidad a la investigación contra el cáncer, y los segundos favorecer leyes que aumenten el gasto en investigación de enfermedades y gasten menos en ministerios chorras y campañas estúpidas y sin sentido (además de sobresueltos, dietas vergonzantes y demás prebendas).
Dicho esto, celebro que en tu caso hayas superado con éxito el trance. Está muy bien que, por una vez, ganen los buenos. : )
Un abrazo, Josep.
En este país somos muy de símbolos (lazos, banderas...) y de muchas palabras vacías (mentiras y promesas que nunca se cumplen). Solo nos fijamos en los países de nuestro entorno en lo que nos interesa o, mejor dicho, lo que les interesa a nuestros políticos que, al parecer, no tienen claras las verdaderas prioridades. ¿Que hay que invertir un 2% del PIB en defensa? Pues vale. Pero que hay que invertir ese mismo porcantaje en investigación, ya la cosa cambia. No hay dinero suficiente. Es cierto que no somos un país rico y, por lo tanto, no tenemos los recursos suficientes para invertor en todo lo deseado, pero solo es cuestión de hacerlo en lo más importante para los ciudadanos, y la salud, junto con el empleo y la educación, es lo más importante, digo yo. Pero aquí, ante un problema, solo sabemos afirmar que tomaremos medidas y crearemos una comisión de investigación que nunca llega al fin deseado. En fin, Pedro, que los que deben velar por nuestros intereses, solo se preocupan de los suyos. Y así nos va.
ResponderEliminarPues sí, le gané el pulso a la Parca. Que se joda, je, je.
Muchas gracias por tus palabras, amigo.
Un fuerte abrazo.
Hola, Josep. Mira que si no es por ti no hubiera sabido lo del cancer de mama masculino. El generador del ideal feminista se echa las manos a la cabeza cuando pasa lo contrario, que se da por sentado que una cosa la va a hacer un hombre, pero en el caso contrario también ocurre. Y después pasa lo que pasa. No me quiero ni imaginar los libros que venderían los de Carmen Mola con esas iniciativas del mes y día de las escritoras. Y es que da igual el ideal que tengas, cosas como el cáncer deberían estar exentas de ellos en pos de una solución en común. No entiendo por qué se busca ese encauzamiento, pero en todo, no solo en el feminismo, sino en todo. La propaganda se ha adueñado de nuestras vidas, y toda premisa que vaya de la mano de la propaganda es sospechosa, pues en realidad quiere meternos otra cosa a partir de unos ideales que creemos consensuados. En fin, luchemos juntos contra el cáncer, pero no por de hombre o mujer, sino por ser personas que están en desventaja a te él.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, tocayo. Me alegro que mi entrada te haya servido para conocer una verdad semioculta.
EliminarAlgo parecido a lo que mencionas ocurre cuando se habla del colectivo de enfermería. Siempre se utiliza el género femenino, de modo que las enfermeras ocupan toda la atención de los medios. Que si gracias a las enfermeras el Covid..., que hacen falta más enfermeras, que las enfermeras están mal retrubídas, etc, etc, etc. ¿Y los enfermeros?
No soy de los que exigen en todo momento un lenguaje inclusivo, pero en casos así sí que se requiere incluir a ambos sexos, pues comparten exactamente los mismos méritos y problemas.
Y, por supuesto, hay que luchar contra esta, todavía, terrible enfermedad, sin diferenciación alguna.
Un abrazo.