Quien no haya experimentado alguna contradicción en su vida que tire la primera piedra. Pero una cosa es contradecirse en aspectos más o menos banales y otra muy distinta vivir en constante contradicción en cuestiones morales.
Estamos
acostumbrados a ver serias incoherencias a nuestro alrededor, y no voy a referirme a
lo que hemos visto y estamos viendo en relación al modo de actuar frente a la
Covid-19 porque ya sería muy redundante. Ojalá el SRAS-CoV-2, el coronavirus de
los cojones, se muriera de tanto nombrarlo, como el amor que se rompió de tanto
usarlo en la canción de la Jurado, en paz descanse.
El caso es que estamos
rodeados de incongruencias, de situaciones anómalas que claman al cielo y que,
como en tantas otras situaciones alarmantes, la comunidad internacional y
cualquier ciudadano de a pie ignora, la primera por desidia o mala voluntad, el
segundo, el pobre, por otros motivos mucho menos malévolos.
La lista de incoherencias que
se dan a diario en nuestra sociedad sería demasiado larga para enumerarlas aquí
y, además, me olvidaría de muchas otras. Así que solo voy a mencionar, como
muestra, solo tres, pero que, por su rabiosa actualidad, son las que han
motivado mi entrada de hoy.
Vemos a países que se llaman
democráticos, o quieren aparentarlo, que persiguen a sus disidentes de las
formas más variopintas y macabras. Unas veces, las menos, los atacan verbalmente,
desacreditándolos, acosándolos; otras, las más, deteniéndolos por, por ejemplo,
revelación de “secretos de estado” —eufemismo para definir al destape de las vergüenzas
oficiales—; y otras, las más horribles, envenenándolos o haciéndolos
desaparecer allí donde puedan ser cazados.
También vemos cómo representantes
de la policía, local, estatal o nacional, según el país de que se trate,
infringe gravemente la ley y los derechos humanos, atacando, vapuleando
salvajemente, e incluso abatiendo a tiros, a manifestantes que exigen justicia y
a ciudadanos cuya única falta ha sido desobedecer las órdenes de un agente
armado y tener la piel de otro color.
Y recientemente, y mucho más
cerca, vemos algo que, si no tuviera una trascendencia política importante,
sería pura anécdota, algo risible. Vemos a antiguos dirigentes socialistas
hablando el lenguaje de la ultraderecha y a un partido que se dice socialista
defendiendo a capa y espada a la monarquía. Un socialismo monárquico es como la
cuadratura del círculo. Ver para creer.
Respeto profundamente todas
las ideologías, siempre que, a su vez, respeten la libertad de expresión, en particular, y
los derechos humanos, en general. Pero la derecha es la derecha y la izquierda
es la izquierda. Ya escribí hace algún tiempo que tener dinero no está forzosamente
reñido con ser de izquierdas. Pero hay cosas que, por lógica, son
incompatibles. Ahora solo faltaría que hubiera monárquicos comunistas. No
podría haber peor incongruencia. Pero tiempo al tiempo.
Hola.
ResponderEliminarUffffff, no quiero empezar mi vuelta poniéndome de mal humor, pero la izquierda y la monarquía no deberían casar.Obviamente, siempre habrá quien saque la puntilla. En mi ciudad critican a mi alcaldesa porque quiere quitar el nombre del emérito de una calle. A ver, esperemos que no lo haga ahora porque la burocracia estácomo está y yo misma soy gran perjudicada por esas demoras, pero en un futuro...
Una reflexión interesante.
Feliz tarde.
Aunque intete evitarlo, a mí la política, o mejor debería decir los políticos, me pone de mal humor casi siempre. Y es algo inevitable porque no nos podemos abstraer de lo que ocurre a nuestro alrededor, que no suele ser, por cierto, muy halagüeno.
EliminarUn abrazo. Gemma.
Este es el mundo de las incongruencias mi amigo, las hay por donde uno voltee. Y sí, creo que el lugar donde más pueden verse es en la política, donde no importa lo que se ha dicho ayer, hoy se puede decir lo contrario y negar todo lo demás.
ResponderEliminarAbrazos.
Cada día nos tenemos que tomar una buen plato de sopa de incongruencia, que sabe a rayos, ja,ja,ja.
EliminarSiempre he dicho que los políticos, para que destaquen, tienen que cumplir con tres caracterásticas: saber hablar de todo aun sin tener ni idea de lo que hablan, saber mentir sin que se les note, y saber cambiar de opinión lo mas rápidamente posible, haciendo creer que esa ha sido su opinión de siempre. Hay más pero con estas tres ya tenemos más que suficiente.
Un abrazo.
Hola, Josep.
ResponderEliminarVaya por delante que yo me considero incoherente, contradictorio y equivocado casi desde la mañana hasta la noche jajaja. Respecto a la Monarquía creo que cumple casi todos los aspectos citados anteriormente en su fondo y en su forma. Piensa también que no tiene mucho sentido ser de izquierdas y monárquico, pero es que yendo a mayores pienso que tampoco tiene ningún sentido ser de derechas y monárquico. Y es que tanto Estados Unidos, cómo Francia o Italia son repúblicas en los que puede gobernar indistintamente la izquierda y la derecha. Cito esto porque cuando sale el tema con algún amigo de derechas (monárquicos, claro) solo citar a estas repúblicas y la verdad es que algunos de ellos se sorprenden. Y es que en España se asocia la República a la izquierda por nuestros avatares del destino. Pero creo que es una visión muy limitante.
Como siempre un gran saludo para todos los queridos políticos que tan bella hacen la vida ;).
Un abrazo, Josep.
Pues mira, por ser tú, te perdono, ja,ja,ja.
EliminarEs bien sabido que lo que uno ve como algo absurdo, a otro le parece maravilloso. Creo que eso es un defecto de fábrica del ser humano. Que la Monarquía es algo retrógrado, atávico, ancestral, etc, etc, por no añadir antidemocrático, pues nadie vota al Rey de turno, creo que es más que evidente, pero hay quien la ve como algo valiosísimo e imprescindible. Yo creo que eso ya no es una cuestión de gustos sino de incongruencia con los tiempos modernos y de un conservadurismo casposo e irracional. Curioso es, y es lo que esgrimen los monárquicos de toda la vida, que países tan adelantados, democráticos y cultos como Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y países nórdicos tengan una Monarquía en lugar de una República.
Ciertamente, República es una forma de gobierno que no implica necesariamente que dicho gobierno sea de izquierdas, pero en nuestro país la memoria histórica se utiliza al antojo de cada cual y a muchos se les ponen los pelos de punta al oír esta palabra, pensando que volveremos a la situación de la preguerra civil. ¿Pura ignorancia o mala intención de la derecha?
Un abrazo, Miguel.
Abundando en lo que comenta Miguel, es cierto que aquí hablar de República es hablar de izquierdas. Cuando a los alumnos se les dice que la República tuvo un presidente de derechas de 1934 a 1936 no se lo creen. Emilio Mola, el general golpista junto a Franco, era republicano.
ResponderEliminarSí que es más incongruente ser de izquierdas y monárquico porque no se puede casar el socialismo y la igualdad con los privilegios que supone una monarquía.
A pesar de lo que comentas, y que estoy de acuerdo, la derecha acusa al gobierno de no defender a la monarquía cuando el único ataque que ha sufrido la isntitución es la del rey emérito y corrupto que la ha comprometido como institución limpia y transparente que debería ser.
Un beso.
Siempre he sido muy flojito en historia, pero lo de que el general Mola fuera republicano me ha pillado con el pie cambiado. Aunque sí tengo etendido que dentro de la República Española hubieron distintas facciones. Yo siempre he asociado República a izquierda, supongo que por una cuestión meramente histórica o romántica, si bien, como le decía a Miguel, es evidente que la República (Res Publica) es una forma de gobierno que no tiene porqué ser forzosamente de izquierdas, como así lo vemos en los países de nuestro entorno. Quizá también sea una mera palabra que puede tener varios sentidos según donde se aplique. En los EEUU ser republicano no es precisamente un exponente del progresismo, sino del conservadurismo más retrógrado y radical. ¿Quizá sea esta otra incongruencia?
EliminarAlguien dijo (creo que es una cita de los evangelios pero me vale): por sus hechos los conoceréis. A un partido, a un sistema de gobierno, a la misma Monarquía, se los debe juzgar por sus actos. Al margen de lo que significa la realeza, la familia real y el mismísimo monarca, la conducta moral de quien ha ostentado la jefatura del Estado durante muchos años ha dejado tanto que desear (por no hablar de su inviolabilidad) que habla por sí sola.
Pero como en este país no se nos reconoce el derecho a decidir y la Constitución es intocable seguiremos siendo monárquicos a la fuerza, al menos por fuera, je,je.
Un beso.
Pero eso en estados Unidos es reciente. Lincoln era republicano y por aquella época, eran los demócratas los que apoyaban la esclavitud y los más rancios y conservadores.
EliminarSe supone que una Constitución garantiza los derechos y libertades de los ciudadanos, pero si la convertimos en un dogma intocable terminamos siendo esclavos de la propia Constitución.
Incongruencias?, en todas parte, y la mayor de todas, vivir para morir, :))). Soportar a los políticos que enfrentan a los pueblos. Bueno, y las que tenemos cada cual, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo Josep.
Uf, si nos ponemos filosóficos, vamos mal, ja,ja,ja. Hay quien cree que la muerte no es el final de la vida sino un cambio a otra forma de vida. Yo respeto todas las creencias, pero tengo mis dudas, y como nadie ha vuelto del más allá para sacarnos de dudas, los creyentes y los no ceyentes quedamos en tablas, ja,ja.
EliminarLo realmente incongruente en esta vida es no aprovecharla para ser feliz y hacer felices a los demás.
Un abrazo, Elda.
Vaya, he leído tu artículo, Josep, y los comentarios que suscita, y, sin duda, me quedo con la incongruencia que señala Elda; lo de "vivir para morir" me ha dejado patinando. : (
ResponderEliminarUn día de estos, y no tardaremos, llegaremos a ver un partido republicano-monárquico. Tiempo al tiempo. ; )
Abrazos a todos.
Pues espero que estés también de acuerdo con el final de mi respuesta a Elda, je,je.
EliminarY mira, aunque sea muy incongruente (más bien diría que imposible) no me importaría que hubiera un solo partido formado por representantes de la derecha y de la izquierda (sin VOX eso sí, je,je) mientras que todos trabajaran unidos por el bien del país y de todos los ciudadanos. Pero solo lo vería factible si me fumara un porro. La unión entre quienes priorizan la defensa del trabajador y los que se centran en la de los empresarios, banqueros y multinacionales, eso sí que sería incongruente.
Un abrazo.
Soy republicana convencida, pero creo que ahora mismo no es el momento de cuestionar nuestro tipo de gobierno (esa monarquía democrática o esa democracia monárquica, que yo con los nombrecitos me lío), y siento ser la voz disidente. Tenemos encima un problema de salud que debería centrarnos a todos, y lo demás es desviar la atención. O así lo veo yo.
ResponderEliminarLos desmanes fiscales y monetarios del rey emérito claman al cielo y la justicia debería recaer sobre él con contundencia. Defender el orden constitucional, ahora mismo, creo que es de sensatos, independientemente de ser de izquierdas o derechas, y este debate de monarquía sí, monarquía no, solo da munición a quienes les gusta el jaleo.
De hecho, lo más contradictorio que hay es una monarquía e sí misma, donde el que se lleva la corona lo hace por ser hijo de su padre, nada más anacrónico y desfasado, y da igual si eres de derechas o de izquierdas. Pero, insisto, creo que ahora no es el momento de plantear esa cuestión, hay otras cosas más importantes. Lo que no quiere decir que, más adelante, se inicie el debate.
Incoherencias las hay por todos lados, ahora mismo en Madrid parece ser que si toda la capital se confina se vulneran los derechos fundamentales de los madrileños, pero si se confinan unos barrios en concreto, ya no. Encerrar a unos pocos está bien, encerrar a muchos está mal. Que me lo expliquen porque no lo entiendo.
Un besote.
Desde luego, cada cosa en su momento. De hecho, ya al principio de esta entrada he mencionado la pandemia, pero, al no ser el objeto de esta refexión, y ya está siendo motivo de largas y reiteradas discusiones (e incongruencias, sea dicho de paso), la he dejado de lado para centrarme en cosas que ya vienen de lejos, que se han cronificado y que, por lo tamto, si nada lo remedia, segurián así por los siglos de los siglos (ahora deberías decir "amén").
EliminarPero no me negarás que hay temas (el de la renovación de la Constitución y la propia Monarquía, por ejemplo) para los que nunca existe el momento adecuado. Esta es la fórmula para ir dejando pasar el tiempo y no acometer cambios que deberían haberse hecho hace décadas. Pero entiendo que el berenjenal en el que nos han, o nos hemos, metido por culpa de la pandemia es tal que cualquier otra cosa desmerece su atención. No obstante, ello no es óbice para que critiquemos en paralelo cualquier cosa que nos parezca inadecuada o incorrecta. Tambiñen es cierto que a veces se mezclan cosas que no tienen nada que ver. Hace unos días, nuestro estimado (por decir algo) ex presidente de la Generalitat argumentaba que haberlo destituido ahora (y no entro en si es justa o injusta su inhabilitación por desobediencia) era de una gran irresponsabilidad por tener lugar en plena pandemia. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? ¿Acaso era solo él quien llevaba las riendas de ese caballo desbocado? ¿Acaso sin él vamos a sufrir una mayor divulgación dela Covid-19? En vuestra Comunidad tenéis una presidenta (a la que ni siquiera se le ha hecho una moción de censura) y mira cómo os va). Y con Torra no es que nos fuera muchísimo mejor.
Bromas aparte, porque no estamos para bromas en lo referente a la Covid-19, algún día, espero no muy lejano, la ciudadanía de este país tendrá que plantarse y exigir reformas de verdad si se quiere preservar la democracia.
Desde luego, estamos rodeados de incoherencias (creo que también lo dejo entrever en mi entrada) y en todos, o casi todos, los ámbitos. Lo incoherente es saberlo y no hacer nada.
Un beso.
La verdad es que pocas veces me toca discrepar de tus sensatas opiniones, pero esta va a ser una de ellas. Considero que la monarquía es un sistema de gobierno anticuado, pero no creo que ese sea el caso en lo que comentas. La Constitución que nos rige —votada por todos los partidos políticos, de todas las tendencias— recoge que la monarquía es nuestro sistema de gobierno. Mientras eso no cambie, el partido que gobierna —sea de izquierdas o de derechas— tiene la obligación de respetarlo y hacerlo respetar.
ResponderEliminarEn unos tiempos como los actuales, en que los partidos políticos no son capaces de ponerse de acuerdo en si lo quieren con leche o cortado, yo bendigo a aquellos políticos —tan separados ideológicamente como Santiago Carrillo, Felipe González, Adolfo Suárez, y Manuel Fraga, además de todos los que representaban a las comunidades autónomas—, que fueron capaces de ponerse de acuerdo en redactar y firmar esa Constitución que nos permitió pasar nada menos que de una dictadura a una democracia. El problema es que hoy en día respetar la Constitución y hacer pagar a quien no lo hace, desde algunos partidos que también la firmaron, se considera facha.
Un abrazo.
Discrepar es bueno, amigo, y en política es incluso sano. Tu comentario es muy sensato, aunque yo añadiría unos matices.
EliminarLa Constitucion Española fue, efectivamente, aprobada por todos los partidos políticos de entonces, y se vio, o se presentó, a la Monarquia como el mejor sistema para mantener la concordia y para que hubiera una transición pacífica, a pesar de que el Rey Juan Carlos I fuera elegido a dedo por el dictador. De eso han pasado más de cuarenta años y desde entonces el país ha cambiado mucho. Ahora tenemos leyes que serían impensables por aquel entonces (como la del divorcio y el aborto) y, en mi opinión, ya es hora de darle un toque renovado a la llamada Carta Magna, adaptándola a las necesidades actuales. De hecho se ha modificado en varias ocasiones, pero siempre en cuestiones menores. Muchos de los españoles que vivieron el nacimiento de la Constitución hace años que crían malvas y las nuevas generaciones piden una regeneración política, empezando por cuestionar la continuidad de la Monarquía. La Constitución no es un libro sagrado, no es intocable, como no lo es la Monarquía, aunque lo parezca. Estoy totalmete de acuerdo contigo en que los políticos de la transición, los llamados "padres de la Constitución", hicieron una gran labor y un gran sacrificio, aparcando sus diferencias a favor de la conciliación nacional, mientras que con los actuales hemos retrocedido más de esos cuarenta años de historia desde que España se definió como una Monarquia Parlamentaria.
Lo que mas me subleva, amigo, no es que un gobierno de izquierdas acepte y respete una Monarquía hasta cierto punto impuesta, pero que, hoy por hoy, es absolutamnete legal, por retrógrada que sea. Lo que me hace dar un resingo es ver cómo ante una conducta tan inmoral como la que ha demostrado el Rey emérito, se apresuren a defenderlo, aunque sea con la boca pequeña. Entiedo que, como gobernantes, tienen que guardar las apariencias, pero del mismo modo que, por imperativos de conciencia, muchos políticos de la izquierda no han querido jamás "jurar", sino solo "prometer" acatar la Constitución, en base a esos mismos criterios "morales" (más que religiosos) deberían evitar hacer de protectores de un Rey corrupto. Pero como la derecha española aprovecha cualquier excusa para ondear la bandera y demostrar su patriotismo, exige a un gobierno de izquierdas que haga lo mismo sopena de ser considerado un traidor a la patria y al Rey. Lo siento, pero para mí es una gran incoherencia que un gobierno, que se dice de izquierdas, haya llegado incluso a prepararle la salida al monarca y no se atreva siquiera a criticarlo. En un país claramente democrático como la Gran Bretaña, han surgido voces muy críticas contra la Monarquía y contra la propia reina, especialmnete cuando han gobernado los Laboristas, y no ha pasado absolutamente nada.
En fin, quizá sí que "Spain is different".
Un abrazo y espero no haberte incomodado. Cada uno tiene su punto de vista y no todos mis lectores tienen que coincidir con mis ideas, je,je.
No creas que a mí me parecería mal que se le diera un buen meneo a la Constitución, pero mientras no se pongan de acuerdo en por dónde deben ir los tiros es lo que hay. Y la obligación de los que son políticos y los que somos "seglares" respetarla y cumplirla, en lo que nos guste y en lo que no.
EliminarNo solo no me has incomodado, sino que te agradezco el tiempo dedicado a responderme. Pienso que, en lo básico, no estamos tan distantes.
Un abrazo.
Y ojo, incoherencias. Unos dicen que esto hoy no porque tal, y al cabo de dos días que sí, porque cual. Ese tal o cual es por la corriente del partido que sea el suyo. Una pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Donde dije digo, digo Diego, es una de las actitudes más frecuentes en muchas personas. Si bien equivocarse es humano y rectificar (dicen) es de sabios, la mayoría son incapaces de reconocer su error o cambio de opinión.
EliminarUn abrazo.
De incongruencias habría mucho para hablar largo y tendido porque esta crisis esta habiendo muchas y muy variadas y lo triste es que esas incongruencias las pagamos todos los ciudadanos, en fin, es lo que hay.
ResponderEliminarPero si es cierto que yo siempre había sabido que los partidos de izquierdas mas bien eran republicanos, pero ahora resulta que no, pero bueno, supongo que habrá algún tipo de interés en ser todo lo contrario a lo que realmente a sido siempre la ideología de izquierdas.
Estoy convencida de que antes o después (no es ahora el momento de un debate monarquía o república) veremos ese debate y antes que después votaremos todos en referéndum, estoy segura, pero si algunos se dieran cuenta de que no es el momento oportuno, pero no a estos políticos les da igual, y cada lo tengo mas claro, ser incongruentes e inoportunos.
Un abrazo y muy buena reflexión como siempre.
Y entre todas las incongruencias posibles está la de votar a un partido que ha defraudado a toda la ciudadanía y sus propios votantes, demostrando una clara falta de ética o, si cruzamos el Atlántico, votar a quien defiende el uso de las armas, que se reía del coronavirus, que niega el cambio climático, y apoya, aunque no lo reconozca abiertamente, a los supremacistas blancos y lleva la beligerancia en las venas.
EliminarNunca entederé a los que no saben ver a quién están votando. Uno puede equivocarse una vez, pero no rectificar es de tontos. La fidelidad solo se la merece quien actúa con honradez.
Un abrazo.
Pues sí, amigo, una de las mayores incongruencias del ser humano es poner en el Gobierno a alguien que vaya contra los intereses de los ciudadanos, incluso de los que le han votado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si mal no recuerdo, los comunistas capitaneados por carrillo, se hartaron de tirar flores y poner una bonita alfombra a su Majestad Juan Carlos I... y así nos va.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá es que hacer la pelota en aquellos tiempos les aseguraba la permanencia en la vida pública y política. Ver a La Pasionaria sentada en el Congreso de los Diputados con un Gobierno de centro-derecha tampoco era muy congruente, je,je.
EliminarUn abrazo, Alfred.
Pienso que personalmente tendrán sus incoherencias, todo el mundo las tenemos, pero lo que estamos viendo en los políticos (y hablo en general que nadie se dé por aludido) es una lucha por el poder y por ese poder ya sea por conservarlo o por adquirirlo, dicen lo que no piensan y hacen lo que piensan o viceversa según les convenga en cada momento.
ResponderEliminarSAludos.
Luchar por ganar unas elecciones es perfectamente congruente con el objetivo de todo político. Lo realmente incongruente es que alguien que dice defender los intereses de los ciudadanos, utilice métodos inmorales, como la mentira y la calumnia. Y luego, evidentemente, que no cumpla con lo prometido durante la campaña electoral.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Josep!
ResponderEliminarCómo la vida misma... todos en mayor o menor medida somos cómo describes.
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Éowyn!
EliminarComo humanos que somos, somos inestables e imperfectos y muchas veces nos dejamos arrastrar por opiniones ajenas. Ello nos puede llevar a vivir una existencia contradictoria con nuestros principios morales. Pero siempre se puede rectificar. Solo hay que observar si lo que hacemos y decimos está acorde con nuestros sentimientos. Claro que para ello debemos ser absolutamente sinceros con nosostros mismos.
Un abrazo.
Este mundo está lleno de incongruencias. Y el gobierno y la monarquía son una de ellas. hoy en día con todo lo que está cayendo se tendrían que poner todos a una y salvar a la humanidad de este virus que se está apoderando de la vida de mucha personas. Vencer al virus es la prioridad máxima de todos.Y todo lo demás sobra. Un abrazo.
ResponderEliminarEfectivamente, Mamen, la mayor de las incongruencias es estar peleándose y lanzándose puyas entre los partidos políticos de distinto color, mientras se llenan los hospitales y las UCI, y siguen muriendo enfermos por culpa del coronavirus. Pero ya llevamos mucho tiempo siendo incongruentes, y por muchos motivos, uno de los cuales es estar dejado morir el planeta Tierra, que es nuestro único habitat. ¿Habrá algo más absurdo que cargarse nuestro propio hogar?
EliminarUn abrazo.
Hola Josep Ma creo que ya no es que tenga incoherencias, que las tengo, es que soy una descreída jajaja y ya no me creo nada de lo que se supone defienden los partidos políticos porque cuando llegan al poder se olvidan de lo que han dicho y acaban diciendo o peor haciendo lo contrario que defendían.
ResponderEliminarSobre la monarquía, aunque estoy de acuerdo que ahora lo importante es salir de esta terrible crisis sanitaria, cuando salgamos creo que tocaría como mínimo votar si se quiere o no, porque eso de hereditario y voluntad divina hace mucho que dejó de ser creíble, aunque soy realista y no me parece que eso sea posible, hay votaciones y referéndums que despiertan muchas alergias.
Besos
Hola, Conxita. Eso es lo que ocurre cuando uno se siente engañado una y otra vez, que al final dejas de creer en lo que te cuentan. Incluso el más serio y sensato mete la pata en más de una ocasión o dice verdades a medias para ganarse la confianza de su "público". Solo hay que ser medianamente inteligente, dejando esa absurda lealtad partidista aparcada, para ver cómo muchas veces nos toman por tontos. Ya he dicho por ahí arriba, que la mayor incongruencia que podemos cometer es seguir dando nuestro apoyo a quienes nos fallan constantemente.
EliminarHay monarquías más austeras que otras, pero todas representan una forma de Estado arcaica, manteniendo a toda la familia real solo por jugar un papel decorativo que pagamos muy caro.
No sé si lo veré, pero tarde o temprano habrá un referendum.
Un beso.