lunes, 19 de octubre de 2020

Colón, ¿inocente o culpable?

 


No es la primera vez que un grupo municipal del ayuntamiento barcelonés cuestiona el mantenimiento del famoso monumento a Cristóbal Colón, todo un clásico en el perfil urbanístico de la Ciudad Condal.

Muy recientemente estas voces han vuelto a oírse con algo más de contundencia, aprovechando una especie de revanchismo contra las figuras históricas que, vistas desde la perspectiva actual, llevaron a cabo acciones reprobables. Hace poco más de dos años ya se retiró en Barcelona la estatua de Antonio López, Marqués de Comillas, de la plaza que todavía lleva su nombre (creo que eso no lo han cambiado), por su pasado esclavista.

De hecho, han sido muchas las estatuas de personajes, mayoritariamente políticos, que se han derribado en el mundo. Y es que ofende ver cómo se ha erigido un monumento conmemorativo a alguien que tuvo un comportamiento vergonzoso e incluso delictivo. La cuestión está en definir, en cada caso, qué se entiende por comportamiento indigno. Si nos dejáramos llevar exclusivamente por la opinión de la ciudadanía, estaríamos derribando estatuas casi cada año, en función del pensamiento político dominante. Quizá debería haber un consenso nacional o internacional para definir quién fue un tirano, un criminal de guerra, un lo que sea. Pero ya se sabe que la historia no es una ciencia exacta y, según se dice, la escriben los vencedores o, en el caso que me ocupa, los conquistadores. Y es que, a colación de lo mencionado al principio, me gustaría tratar aquí la figura del navegante, cartógrafo, almirante, Virrey y Gobernador General de las Indias al servicio de los Reyes Católicos, el universalmente famoso Cristóbal Colón o Cristoforo Colombo, si es que era realmente genovés. Solo espero no incomodar a mis amigos de Hispanoamérica que me siguen.

Vaya por delante que mis conocimientos en Historia son los que me enseñaron en la escuela, y de eso hace tantos años que mis siguientes afirmaciones podrían ser fruto de un adoctrinamiento acaecido en aquellos lejanos años sesenta. Por lo tanto, solo me atrevo a poner sobre la mesa los motivos que llevaron al insigne navegante a descubrir las Américas y que considero indiscutibles.  

Antes, permitidme que lance una pregunta al aire: ¿Es culpable aquel cuyo descubrimiento es posteriormente utilizado para hacer el mal o con otros fines distintos a los que pretendía? ¿Debemos culpabilizar, por ejemplo, a Alfred Nobel por el uso de la dinamita con fines bélicos? Y así podríamos incluir a muchos investigadores en la lista de despropósitos y malas prácticas a las que sus inventos dieron lugar con el tiempo.

Dicho esto, ¿por qué, pues, se considera ahora a Cristóbal Colón un genocida por las barbaridades que se cometieron contra los indígenas durante la colonización del Nuevo Mundo? ¿Es justo que se derriben estatuas en su honor en diversas ciudades norteamericanas por haber abierto la puerta a una conquista que llevó al cruel sometimiento de la población nativa? ¿Acaso empuñó un arma o dirigió un ataque contra los territorios conquistados?

Quizá mi ignorancia me lleve a pecar de incauto, pero, por lo que todos sabemos, el motivo que llevó a Colón a lanzarse al mar, una vez conseguido el beneplácito y la financiación Real, fue doble: utilizar una ruta más corta hacia las Indias, por mar, en dirección opuesta a la habitual, hacia Occidente, demostrando, de paso, que la Tierra no era plana. Ello, además, podía tener mayores beneficios comerciales para la Corona. Pero con lo que no contaba el insigne navegante era que en medio de esa ruta se encontraría con un escollo geológico: un continente hasta entonces desconocido, al que se le acabó llamando América, por Américo Vespucio, a quien algunos llegaron a atribuir el verdadero descubrimiento, cuando lo que parece cierto es que fue quien supo reconocer que las tierras descubiertas por Colón pertenecían a un nuevo continente.

Hasta aquí lo aprendido, al menos por los que ya peinamos canas, en la escuela.

Juzgar la historia de lo acontecido siglos atrás con los ojos de hoy es algo delicado, cuando no peligroso, por su posible descontextualización o su interpretación interesada. Por si eso fuera poco, atribuir crímenes a quienes no intervinieron, ni siquiera indirectamente, en una contienda sangrienta, me parece tremendamente grave e injusto. Evidentemente, si Colón no hubiera descubierto América, los Reyes Católicos no habrían enviado a sus soldados, Generales, Gobernadores y vasallos para tomar posesión de aquellas tierras hasta entonces desconocidas, de las que se atribuyeron la propiedad exclusiva por el simple hecho de haber puesto un pie encima, como hicieran más tarde los colonos anglosajones que desembarcaron del Mayflower, a principios del siglo XVII, en la costa noreste de los actuales Estados Unidos de América. Y esta gesta también acabó a la larga con reyertas, ataques y finalmente guerras contra los indios americanos, los verdaderos y legítimos propietarios de aquellas tierras.

Lo que un día fue glorioso, hoy puede resultar ignominioso. Ante ello, solo cabe la posibilidad de limpiar la mala imagen y la mala conciencia reconociendo la verdad, pero exigir hoy una disculpa oficial por parte de un país por lo que hicieron sus antepasados siglos atrás, aunque pueda parecer justo, se me antoja fuera de lugar. ¿Hasta dónde nos tendríamos que remontar para tener que purgar los pecados de nuestros predecesores? Con ello no quiero decir que tengamos que olvidar el pasado y exculpar de los malos actos cometidos tiempo atrás a quienes los perpetraron, pues en tal caso tampoco deberíamos seguir condenando las atrocidades cometidas por los nazis. En mi opinión, solo los agravios recientes requieren una reparación formal y aquellos que intervinieron activamente y con conocimiento de causa merecen ser castigados por ello. Considero que la memoria histórica debe tener un plazo; no nos podemos remontar a la Edad Media para condenar las Cruzadas. Sí debemos conocer los hechos tal como se desarrollaron, pues es cierto que quien no conoce la historia, está condenado a repetirla.

Colón quiso demostrar que la Tierra era redonda y que, por lo tanto, se podía llegar a las Indias, de las que España se proveía de especias y de otros productos muy preciados, surcando los mares hacia Occidente. El descubrimiento de América fue, sin duda, un hallazgo, no solo inesperado, sino excepcional por la repercusión que tuvo al añadir posesiones de ultramar a la Corona Española y su consiguiente explotación.

Probablemente Colón se enriqueció de todo ello, pero que interviniera en la persecución de los nativos parece no ser real. Es muy cierto que existen opiniones contradictorias sobre este personaje. Hay quien dice que murió pobre, otros que muy rico, hay quien afirma que utilizó a nativos como esclavos. Hay, en definitiva, aspectos oscuros sobre su vida y milagros, como suele ocurrir con otros muchos personajes importantes de la Historia, personajes venerados que, de pronto, caen en desgracia. Sin ir más lejos, ahí tenemos a Winston Churchill, un héroe nacional de la Segunda Guerra Mundial en Gran Bretaña, cuya estatua londinense también ha sido objeto de ataques furibundos alegando su supuesto racismo. Y ello no acabará aquí, pues parece que vamos a contemplar la caída de muchas estatuas erigidas en honor de personas presuntamente poco honorables. Una especie de caza de brujas, pero en plan simbólico-monumental.

Insisto en que no me parece bien honorar, mediante bustos, estatuas ecuestres y demás esculturas, a quienes han acabado demostrado no ser merecedores de esas distinciones. Deberíamos abolir cualquier tipo de evocación y enaltecimiento público a tales figuras como muestra de rechazo, pero quizá deberíamos ser más prudentes a la hora de calificar la actuación de ciertos personajes “ilustres” antes de demoler o hacer desaparecer sus efigies o las placas que dan nombre a una calle, plaza o avenida. Y en este contexto yo salvaría decididamente toda representación, ya sea pictórica o escultural, del descubridor de América, aunque dicha gesta diera lugar a actos execrables por parte de los colonizadores que le siguieron.

Por lo tanto, demoler una de las estatuas más famosas y emblemáticas de la ciudad de Barcelona, como es la de Cristóbal Colón, o siquiera trasladarla a un lugar oculto, como se ha hecho en otros casos —no sé cuál podría albergar una torre de sesenta metros de altura—, me parece algo, no solo injusto, sino ridículo y absurdo. Solo representa una innegable hazaña que, en su tiempo, fue gloriosa para España. Sacar a colación el genocidio producido a los pueblos indígenas, del que ese descubridor no tuvo culpa alguna, me parece totalmente fuera de lugar.

Es cierto que el dedo del “Colón barcelonés” no apunta a América, pues, para ello, debería hacerlo en dirección a las Ramblas. Queda mucho mejor señalar hacia el mar que a tierra firme. En realidad, lo hace hacia Italia. ¡Qué cosas! Si Colón, desde las alturas, pudiera hacer rotar ese enorme cilindro de hierro que lo soporta, debería, en su defensa, señalar a los verdaderos culpables de lo que ocurrió en América hace más de quinientos años. Más vale ser acusado de delator que de genocida.

¿Creéis que Cristóbal Colón fue inocente o, por el contrario, culpable de las barbaridades cometidas en nombre de la Cristiandad y de la Corona Española? Yo, desde luego, lo absolvería.


30 comentarios:

  1. Al vivir en México, por tres años, he escuchado versiones muy crueles, y seguramente justificadas, de los españoles "conquistadores". Creo que la intención de Colón era descubrir las Indias, de hecho a los que regresaban de hacer "las américas" se les llamaba indianos. Descubrió, nos guste o no, un continente, y con ello cambió el rumbo de la historia. Que fue luego un genocidio, o no, eso no puedo afirmarlo, porque murieron muchos, pero muchos autóctonos por enfermedades del viejo continente para las que no estaban inmunizados.

    La historia es que acaba siendo lo que podemos constatar, pero robaron eso sí, de todo. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El mal trato recibido por los indígenas fue deplorable, y todo por las riquezas que les expoliaron. Eso no lo pongo en duda, del mismo modo que muchos años después muchos emigrantes a quellas tierras volvían ricos. Hubieron matanzas, algunas entre las distintas tribus que habitaban el lugar. Tengo entendido que a Hernán Cortñes se le unieron indígenas en la lucha contra otras tribus enemigas. Desde luego, todo un despropósito, se mire por donde se mire. Pero la figura de Crist´pbal Colón, que es el objeto fundametal de esta entrada, queda fuera de estas consideraciones.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Lo dramático del caso es que la pira ya se ha extendido por Estados Unidos y los monumentos a Colón están siendo derribados en decenas de ciudades sin que seguramente sepan su verdadera historia. Lo de Barcelona ya me parece surrealista. Vamos, la antipolítica y el absurdo llevado casi a la paranoia. Yo creo que Cristóbal Colón fue un navegante y un visionario. Por tanto, no le considero culpable sino más bien un héroe. Lo que hicieran después los soldados, conquistadores o mercenarios es ya otra historia.
    Un abrazo, Josep.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando se enciende la mecha ya no hay quien la pare. Lo realmnete deplorable es que esas movilizaciones populares las protagonicen personas que claramente desconocen el verdadero papel que jugó Colón y se mueven por ignorancia. Pero eso es algo que vemos todos los días y en todas partes. Hasta hace unos años, en los EEUU muy pocos conocían la figura de este navegante, y ahora se ha convertido en el objeto de sus iras. La ignorancia provoca situaciones muy peculiares, tanto allí como aquí.
      Un abrazo, Miguel.

      Eliminar
  3. Pues yo, desde luego, también lo absolvería. No se puede juzgar la Historia con la forma de ver las cosas de hoy día. Creo que es un error muy grande, propio de personas poco instruidas. No se pueden sacar los hechos fuera de su contexto y analizarlos con la mentalidad actual. Claro que hubo cosas que se hicieron mal, EN TODOS LOS PAISES Y CULTURAS, pero eso pertenece al pasado y lo que debemos hacer es aprender de esos errores para no cometerlos en el futuro. Porque hoy mismo hay países donde todavía no saben lo es el respeto a los derechos humanos, hay todavía países que se creen el no va más de la civilización y donde todavía hay brotes racistas. Asi que , yo creo que lo mejor que podíamos hacer, en lugar de derribar estatuas es mejorar nuestros comportamientos.
    Esta es mi modesta opinión.
    Un abrazo , Josep

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que yo sepa, ningún Gobierno de los EEUU ha pedido formalmnete perdón a los indios americanos por la práctiva extinción de las tribus que habitaban el continente cuando llegó el hombre blanco, ni a los afroamericanos por el trato recibido como esclavos a sus antepasados. Es más, la minoría india todavía sufre una represión social encubierta y todavía no se ha extinguido el racismo, ni contra ellos ni contra los negros. Pero señalar a otros no significa que no debamos aceptar nuestras propias culpas en hechos semejantes.
      España ha dejado una huella indeleble en Latinoamérica, pero la conquista de aquellas tierras acabó con su independencia, mientras que los indios americanos tuvieron que asumir su papel de una minoría que sigue viviendo en reservas. Quizá han logrado que se respeten sus tierras actuales y sus propias leyes, pero no dejan de ser una población confinada. Y todo esto sucede hoy.
      Un abrazo, Rita.

      Eliminar
  4. Hola Josep Mª, pues no se asi a voz de pronto. He leido con detenimiento tu reflexión. Derribar a Colón, pues entonces en Granada le tenemos a los pies de la reina católica, y en pleno centro, encrucijada de la Gran Vía. Granada, al igual que Barcelona, o Huelva, son ciudades emblemas en esas conquistas de tierras desconocidas. La historia es la que es, y en verdad, se cuenta desde los vencedores. Yo, que he estado viviendo en Centroamérica, puede decirte que existe esa fiesta contra el español colonizador, esclavista y exterminador. De hecho estuve unos días con indigenas de Costa Rica y vivi una fiesta tradicional, donde España, representada por un toro, acababa bastante mal. Son tradiciones y muchos son descendientes de aquellos españoles de entonces, o sea que ir en contra de esto, es ir en contra de tus raíces. Al igual que nosotros con los árabes, también fue una conquista. Somos lo que somos, la historia es la que es. Estos movimientos tan envalentonados con romper con todo, no los llego a entender, y más cuando hay tanto por luchar, reivindicar, como son los derechos humanos, esos si que hay que conquistar. Sentirse orgullosos de sentirte libre, libre de todas las prisiones inciertas que existen y que nos "amarran" cruelmente y....Bueno siempre me ocurre igual con tus reflexiones. Es que eres bueno con esto, jeje. Muchas gracias, amigo y salud. Esa si que es una conquista actualmente ¿acaso este virus no es un colonizador? Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entiendo esos sentimientos antiespañoles por parte de una población cuyos antepasados sufrieron los excesos de los colonizadores, pero aun así me parece fuera de lugar que se sigan produciendo tales manifestaciones después de cinco siglos. Del mismo modo, me parece absurdo que hayan musulmanes árabes que digan que van a reconquistar Al-Ándalus. Una cosa es negociar la devolución a sus propietarios originales de tierras o colonias de las que se apropiaron otros indebidamente, o incluso que se cedieron a otros por determinados motivos (Véase Gibraltar) y otra muy distinta es dirigir hacia los actuales "propietarios" un odio visceral como si hubiera acontecido anteayer.
      La verdadera conquista es la de la paz y la concordia.
      Un abrazo, Eme.

      Eliminar
  5. Además de creer que Colón no tiene la culpa de todo lo que sucedió en el descubrimiento, creo también que —como tú has dicho— no se pueden juzgar con ojos de hoy sucesos acontecidos hace más de quinientos años. Mucho menos tener que disculparse España, como país. Me parece que hay mucho ignorante o mucho aburrido suelto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exigir al actual rey de España que pida perdón por los desmanes cometidos 500 años atrás por los conquistadores españoles es, para mí, tan descabellado como pedirle al Papa Francisco que pida perdón por las atrocidades que cometió la Santa Inquisición.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. No se puede juzgar con ojos actuales, hechos del pasado realizados con otras leyes.
    Lo derribar la estatua de Colón o algún prohombre antiguo lo considero una estupidez.
    Típica acción política para distraer al personal. Dejando de hacer el verdadero trabajo que les corresponde.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que son muchos los que necetitan un repaso de Historia. Yo solo sé lo justito, pero retrotraernos hasta épocas en que a los ladrones se les cortaba las manos o se les colgaba en una plaza pública es descabellado. También creo que sería mejor no erigir ningun monumento en honor a los políticos, no vaya a ser que al cabo de los años se les descubran trapos sucios, como pasó con Jordi Pujol, je,je. Mejor hacerlos en honor de quienes salvaron vidas con sus actos o sus descubrimientos.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Como decía Antonio Gala, la culpabilidad de Colón fue decir que había descubierto América "Eso no se dice, hombre" le oí decir al autor andaluz en una conferencia que dio en León.
    Estamos en un mundo de papanatas incapaces de pensar por sí mismos. Hace unos meses, debido a los disturbios en Estados Unidos, se enteraron de que el racismo es malo y de repente, estatuas, películas y libros que nunca les habían molestado, empezaron a parecerles racistas. Es lo mismo que pasó hace unos años con el feminismo y el "me too". De repente, actrices que se morían por trabajar con Woody Allen y eran capaces de trabajar gratis para él, empezaron a avergonzarse y a renegar.
    A estas alturas y a mi edad no me caso con nadie ni me importa lo que nadie pueda pensar y estoy de feministas y antiracistas de librillo más harta que de machistas y de racistas de pro.
    Pobre Colón y pobre mundo en manos de ignorantes de tal calaña.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy bueno. Gala tenía cada cosa..., ja,ja,ja.
      Estamos en un mundo que va a la deriva en muchos sentidos (¡qué viejo me siento diciendo esto!), y uno es el ideológico. Cuando juzgamos (generalizo) unos hechos tendemos al maniqueísmo: los buenos por un lado y los malos por otro, cuando todo es mucho más complejo. Esa simplificación nos lleva muchas veces a ser tremedamente injustos y cada uno ve las cosas desde perspectivas contrapuestas. ¿Dónde está el término medio y el sentido común? Desde luego, los extremismos son muy peligrosos y estos, unidos a la ignorancia, pueden convertirse en una bomba de relojería. Ahí tenemos el extremismo islámico por un lado y el ultraderechismo occidental por otro. Y hasta en las intolerancias hay modas. Y los hay que se apuntan a lo último que se lleva. Por eso procuro ser "anti" nada. Bueno, excepto antifascista, je,je.
      Pobre Colón y pobres de nosotros.
      Un beso.

      Eliminar
  8. Hola.
    Como dice Rosa, el error de Colón fue decir que había descubierto América. Los que llegaron después(y no solo los españoles)fueron terriblemente sanguinarios y diezmaron a la población, pero eso hay que mirarlo en su contexto. No hace falta ensalzarlo. Pero derribar estatuas emblemáticas a lo loco no es la solución. La gente tiende a mezclar y confundir. Tú lo explicas muy bien, lo que un día fue glorioso hoy puede parecer ignominioso. Esperemos que las cosas se calmen. Hay que conocer la historia y es estupendo tener opinión propia, pero en muchos casos, lo que veo, es gente que se sube al carro sin saber muy bien de qué va todo. Es como en las peleas callejeras, siempre hay el que da patadas al que ya está en el suelo. Y casualmente, esa persona suele ser el cobarde que no ha peleado pero espera agazapado su oportunidad con el que ya está derribado.

    Por cierto, ¿tendré que quemar las fotos y vídeos que tenemos junto a la susodicha estatua?

    Feliz martes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Gemma. De hecho, pasó tiempo hasta que Colón se diera cuenta de que había descubierto un nuevo continente. Pero aun así, lo que vino después fue una calamidad. ¿En nombre de qué o de quién se hicieron esas barbaridades? La conversión al cristianismo se hizo a sangre y fuego, y no digamos el expolio que sufrieron aquellas buenas gentes que vieron cómo hombres armados los pasaban a lanza y espada si no se sometían. En la historia han habido grandes injusticias y barbaridades que hoy no podemos juzgar con los mismos ojos que entonces, pero sí denunciarlas y repudiarlas.
      Ahora hay movimientos en contra de usos y costumbres de antaño. Las películas de Alfredo Landa de los años 60-70, por ejemplo, eran totalmente machistas, pero no por eso las vamos a quemar. Así que tampoco lo hagas con las fotos y vídeos de la efigie del insigne Cristóbal Colón, ja,ja,ja.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Suscribo al cien por cien lo que dices. Yo también me hago las mismas preguntas que tú, ¿qué culpa tiene Colón de lo que vino después de su descubrimiento? Es absurdo, pero tanto revisionismo nos está metiendo en una espiral sin sentido.
    Detrás de actuaciones así se suelen esconder otros intereses partidistas y bastante más torticeros, pero manipular y marear la perdiz es ya el deporte nacional (después del fútbol, claro). Lo peor, es que todo esto demuestra la gran ignorancia de la población que sigue como borregos estas iniciativas sin saber de la misa la media.
    Recuerdo que a raíz del Black lives matter, se pintarrajearon en EEUU estatuas de Cervantes y Fray Junípero Serra, yo todavía le estoy dando vueltas al porqué.
    Que digo yo que eso de que Colón apunte con el dedo a Italia, ¿no será una alegoría? Por lo de que no sabía para dónde iba.
    Un besote, y a ver qué os ponen cuando quiten la estatua (que la quitarán, ya lo verás, para algunas cosas algunos son muy insistentes).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A alguien hay que culpar cuando se levanta la veda de los reproches, y muchas veces se las carga el que menos ha tenido que ver con el hecho que se juzga. Es el típico cabeza de turco y, como bien dices, la ignorancia de los borregos solo acrecienta las acusaciones hacia esa persona. Como Colón tuvo un papel preponderante en el descubrimiento de América, vamos que fue la figura propiciadora, pues contra él todos los reproches e insultos. ¿Tanto cuesta discernir entre descubridor y avasallator?
      Yo creo y espero que la sensatez acabe ganando y esas voces de unos pocos políticos, que solo saben montar numeritos, no se extiendan a sus seguidores. De todos modos, la estatua de Colón en Barcelona es tan emblemática que sería casi como derribar la Sagrada Familia como muestra de repudio al papel que jugó la Iglesia Católica en la Guerra Civil.
      Un beso.

      Eliminar
  10. Y digo yo ¿que culpa tiene la estatua de Colón? sinceramente, aparte de todo lo ya dicho y consabido, en lo cual estoy de acuerdo, independientemente del trasfondo histórico que dicha estatua pueda tener, es y ha sido un emblema para la ciudad de Barcelona y las Ramblas, forma parte de la ciudad y ahora con la excusa de la Memoria Historica o cualquier otra memez, perdón por la expresión, me la quieren quitar, de verdad no entiendo la sensibilidad de la Señora Colau y de la Generalitat, porque ya no es solo borrar un hecho histórico, como la Conquista de América y demás, que por mucho que quiten la estatua la historia no se puede borrar si no que es una estatua ligada a la ciudad y yo que amo la ciudad, las Ramblas sin la estatua de Colón no serian las Ramblas, junto a la Fuente de Canaletas, en fin, es hacer daño con cualquier excusa pero me temo que al final la sin razón por desgracia ganara y quitarán la Estatua de Colón, una pena.
    Un abrazo y como siempre muy interesantes tus reflexiones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tengo a la Sra. Colau por una persona bastante sensata, aunque haya tomado más de una decisión, a mi modo de ver, equivocada en cuanto a urbanismo. Debo decir, sin embargo, que como no vivo en Barcelona capital, no puedo juzgarla por otras cuestiones que conocen mucho más de cerca los barceloneses. Yo nací y me crié en Barcelona, pero ya hace 41 que la dejé, muy a mi pesar, je,je. Aun así, todo lo que le afecta, me interesa y, en cierto modo, me afecta.
      Siempre hay fantoches que quieren llamar la atención y que les gusta provocar y escandalizar. No creo que, en esta ocasión, se salgan con la suya, pues son, de momento, pocos y mal avenidos. Lo que más me preocupa es que los sucesos en los EEUU se vayan extendiendo a otros países y vayan cayendo estatuas de personajes que, como Colón, no participaron en ninguna confrontacion sangrienta ni jyugaron ningún papel deplorable en la historia. Si hay que culpar a Cristóbal Colón de todo lo que sucedió a posteriori en América, también deberíamos culpar a su madre por haberlo parido.
      Yo creo que la estatua de Colón seguirá en su lugar por muchos años.
      Un abrazo.

      Eliminar
  11. Pues yo estoy de acuerdo contigo, a parte, opino que la historia no va a desaparecer por arte de magia, seguirá en los libros para que todas las generaciones sepan lo que fue. Después de dos mil años parece mentira que haya gente que tenga ganas de tocar las narices con esas acciones, las cuales cuestan un dinero que podían emplear en otras causas más nobles.
    ¡Qué manía con la memoria histórica!, eso es lo que hace falta, esa memoria para no caer en las mismas acciones que fueran reprobables. Pero parece que hay quien quiere una España sin historia, solamente a partir de ahora, :))).
    Yo también lo absuelvo, creo que es el personaje más conocido e importante por su descubrimiento, además, como lo quiten en Barcelona, seguro irá detrás el de Madrid, erigido en la plaza de su mismo nombre.
    Un abrazo Josep.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La historia no puede cambiarse y por mucho que no nos gusten ciertas cosas que acontencieron en el pasado, no podemos hacer nada para modificarlas, pero sí para justificarlas o criticarlas.
      Si tuviéramos que remontarnos al pasado para juzgar ciertos desmanes cometidos por los hombres, no pararíamos, con la de guerras que se libraban constantemente entre España, Francia, Países Bajos, Inglaterra, Austria y Alemania, etc,etc,etc, y por motivos solo justificables por la ambición y el deseo que dominar Europa y hacerse con los territorios vecinos. Creo que con las últimas dos guerras más cercanas a nosotros del siglo XX (la civil española y la europea) ya tenemos más que suficiente para haber aprendido la lección. Hay que cerrar heridas, no abrirlas. Sacar a colación a Colón ahora, después de mas de 500 años del descubrimiento de Amçerica, me parece absurdo, en primer lugar porque no es la figura a la que hay que responsabilizar del trato dispensado a los nativos, y en segundo lugar porque, aparte de lamentarlo, no se puede hacer nada para reparar lo acontecido.
      Un abrazo.

      Eliminar
  12. Yo recomendaría a quien no la haya visto la película "Apocalypto", dirigida por Mel Gibson. En ella se muestra cómo eran algunas tribus mayas antes de la "conquista" española. Ya os digo yo que no eran unos angelitos. Con esto quiero decir que el sometimiento de unos por parte de otros viene desde que el mundo es mundo. Lo que me parece ridículo es pedir o exigir disculpas o reposiciones ya sean quinientos o mil años más tarde de los hechos acaecidos. De ser así, ningún pueblo o nación de la tierra puede considerarse cien por cien inocente. Todas las naciones han nacido fruto de sangrientas guerras y usurpaciones. Todas. Sin excepción. Si tuviesen que pedir perdón por su pasado, nos pasaríamos toda la vida pidiéndonos perdón unos a otros, y los verdaderos problemas, los que nos atañen a todos, seguirían sin resolverse. La vieja táctica de los políticos y los poderosos: crear problemas donde no los hay para ellos seguir llevándoselo calentito. Nada nuevo bajo el sol. :(

    En cualquier caso, una brillante exposición la tuya, Josep. Y muy interesantes y acertadas las aportaciones de tus lectores y visitantes al blog. Da gusto, de verdad. : )

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vi la película y, efectivamnete, las prácticas "religiosas" con sacrificios humanos no eran, precisamnete, propias de seres civilizados, al menos desde nuestro punto de vista actual. La "bondad" humana no es universal, desde luego. Y algunas prácticas normales en una época son una salvajada hoy día. El canivalismo era normal en ciertas tribus y épocas. A Hannibal Lecter lo habrían considerado un tipo de lo más corriente, je,je.
      Aunque el refrán de "quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón" no sé si podría extrapolarse a las matanzas que organizaron los colonizadores sobre esas tribus tan sanguinarias, pero después de cinco siglos creo que ya no toca enjuiciarlo.
      Como muy bien dices, si miramos atrás, tendríamos que estar pidiendo perdón los unos a los otros por los desmanes cometidos por nuestros antepasados. Y sacar a colación ciertos temas ahora parece más bien, como apuntas, un ejercicio de distracción de lo más pueril.
      Muchas gracias, amigo, por tu amable comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  13. Hola, Josep:
    Hay un dicho que me parece bien traído ahora que estamos en plena fase de reescritura histórica: 'Cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas'. Efectivamente, así es, en mi opinión hoy día. Resulta que los hijos de quienes material y personalmente colonizaron esas tierras (por ejemplo los ancestros de López Obrador o los de Kichner o los de Maduro o los de... ¡tantos y tantos, incluidos naturalmente los de los no poderosos que sacan día a día adelante esos países!) ahora se ponen de perfil y olvidando que sus tatarabuelos tras independizarse de España diezmaron a las tribus indígenas que aún quedaban por ahí se dedican a derribar estatuas de Colón o de Bartolomé de las Casas (¡qué barbaridad, cuando él siempre habló de los derechos de los indios!) o de Hernán Cortés o de los descubridores de Florida o de tantos otros que utilizando los procedimientos de la época -salvajes, claro, era el siglo XVI- incorporaron a esos pueblos a la modernidad. Precisamente la misma modernidad desde la que sin apearse de ella estos individuos del siglo XXI inventan una nueva Historia y falsifican su procedencia personal haciéndose venir directamente de los indígenas que sus antepasados masacraron. ¡¡Gran hipocresía!!
    Pero si eso es hipocresía lo que aquí entre nosotros sucede no puedo calificarlo más que como grandísima muestra de estupidez e ignorancia. Cargarse la estatua del Marqués de Comillas supone un atentado a la raíz de la riqueza textil catalana dado que el inicio de su prosperidad lo fue por su matrimonio con la hija del comerciante catalán Bru Puñet. Habría que advertir que muchas de las fortunas españolas y por ende catalanas se forjaron a partir del siglo XVIII cuando los Borbones permitieron que los del antiguo reino de Aragón hiciesen negocios en las Américas y el principal negocio entonces para todos (ingleses, portugueses, holandeses, españoles...) era el tráfico de esclavos.
    Además, Barcelona, que con razón se vanagloria de su riqueza artística arquitectónica, debiera considerar que muchas de las hermosísimas edificaciones que adornan sus principales calles se construyeron con dineros salidos de negocios blancos como el textil y de otros no tan blancos... El mismo Marqués de Comillas emparentó con Güell y gracias a él Antonio Gaudí y los discípulos de éste extendieron su maestría arquitectónica por Cataluña (parque Güell, por ejemplo) y también fuera de ella como ocurrió en Comillas donde los modernistas Gaudí (El Capricho) y sus discípulos en especial el arquitecto Joan Martorell (Palacio de Sobrellano) dejaron una impronta indeleble.
    En mi opinión, pues, no vale criticar una cosa y ensalzar otra que se ha hecho gracias a la anterior. No vale estar orgulloso, por ejemplo, del ensanche barcelonés y tapar que en el mismo tuvo un importante papel ese hombre que como tantos otros hizo parte de sus dineros con el esclavismo. O todo o nada. Si no, sólo falsificamos la Historia.
    De los políticos no hablo pues los considero incluidos en el término "ignorancia" que he utilizado; añadiría en honor a ellos uno más, el de "estulticia" pues es de tontos e ignorantes actuar como en estos casos actúan.
    Una gozada leerte, Josep. Coincido contigo en todo lo que dices.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Brillante esposición, Juan Carlos, que deja en paños menores a la mía, ja,ja,ja.
      Mi mujer acaba de leer El pintor de almas, la última novela de Ildefonso Falcones, que retrata la Barcelona en los albores del siglo XX. En ella, la figura de Antonio Gaudí parece que queda bastante maltrecha en el aspecto personal. Así pues, ese aura de "piadosa santidad" y de humildad, queda en tela de juicio, por no decir arruinada. A ver si ahora habrá quien se dedique a ultrajar púbicamnete su memoria, pintarrajear y arremeter contra sus obras arquitectónicas y pedir el derribo de su obra maestra todavía inacabada después de casi 140 años. ¡Cuánto ignorante descerebrado que hay entre nosotros!
      Por otra arte, en este aspecto, yo distinguiría el personaje de su obra. Hay escritores que me caen fatal, pero tengo que reconocer su valía literaria. Otra cosa es que los lea, ja,ja,ja.
      Muchas gracias, Juan Carlos, por tu aportación.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
    2. Así es, Josep. Ojalá que no cunda el ejemplo porque si no la Sagrada Familia corre serio peligro (ja, ja...). Tomo nota de la novela de Ildefonso Falcones que está leyendo tu mujer. ¿Sabes? A mí todo lo referido a la Barcelona de los albores del siglo XX me atrae. Recuerdo con gozo "La ciudad de los prodigios" y "La verdad sobre el caso Savolta" de un escritor que me gusta mucho mucho, Eduardo Mendoza.
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
  14. Pues muchas gracias por dejar tu opinión. Como dijo Baltasar Gracián, lo breve, si bueno, dos veces bueno, je,je.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Hola Josep Ma lo cierto es que pretender re-escribir la historia con la mirada actual no parece lo más acertado y algunos parece que se están dedicando a eso.

    En mi opinión la historia nos tiene que ayudar a aprender de lo que no hicimos bien para evitar hacerlo y algunos puristas que la reescriben se olvidan de mirar con los mismos ojos lo que sí seguimos haciendo mal, también considero que hay un abuso del buenismo y mucha hipocresía. Entender los hechos que sucedieron entonces a los ciudadanos del siglo XXI nos resulta muy complejo, ni se tenían las mismas prioridades ni valores, aunque eso de los valores también en nuestro siglo parece que se van perdiendo. La historia, la literatura, el cine... A ver ¿No nos estamos pasando de puristas? No estaba bien, claro que no pero la historia es la que es y nos ha hecho lo que somos aunque eso tampoco sé si es demasiado bueno viendo lo que se está viendo.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, el pasado ya está escrito y no se puede borrar. El presente está para recordarlo y no olvidarlo y el futuro para no repetirlo.
      Supongo que nuestros descendientes también tendrén razones para enjuiciar negativamente nuestros actos actuales y eso que vivimos en una época muchísimo más civilizada, al menos en teoría, pues en el mundo se siguen cometiendo muchas atrocidades.
      Muchas gracias, Conxita, por dejar tu impresión al respecto.
      Un beso.

      Eliminar