En esta ocasión seré muy
breve, porque breve y muy concreto es lo que tengo que tratar y preguntar:
¿Habéis prestado alguna vez un
libro o un disco?
Yo lo he hecho varias veces y
casi siempre me he arrepentido, porque te los devuelven después de muchísimo
tiempo, si es que te los devuelven, o te los devuelven hechos un asco (me
refiero a los libros, no a los discos). Hay veces que incluso he llegado a
olvidar a quién se los presté de tanto tiempo que ha pasado.
Yo intento conservar los
libros inmaculados, de forma que después de haberlos leído siguen estando como
nuevos, como si nadie los hubiera usado. Para identificar la página en la que
me he detenido al hacer una pausa en la lectura uso un marcapáginas en lugar de
doblar, como hacen algunos, una de las esquinas superiores de la página en
cuestión.
Recuerdo que una vez compré
por Amazon un libro de segunda mano, por ser bastante más barato. Indicaban que
estaba como nuevo, pero cuando lo recibí, observé que muchas páginas estaban
llenas de anotaciones que, aunque estuvieran hechas a lápiz, no era cuestión de
ir borrándolas una a una de tantas que había.
Hacer anotaciones en un libro,
aunque sea una novela, parece que es bastante habitual. Yo no lo he hecho
nunca, en primer lugar, porque quiero dejar intacto el libro, sobre todo si se
lo voy a pasar a alguien que me lo ha pedido, y en segundo lugar porque cuando
alguna frase me llama mucho la atención prefiero anotarla aparte, y si no tengo
a mano un lápiz o un bolígrafo para hacerlo (por ejemplo, cuando estoy en la cama), pues no me queda más remedio que
intentar memorizarla, porque nunca me atrevería a escribir nada junto al texto
leído, ni siquiera en un margen. Serán manías mías.
Volviendo, pues, el tema central:
¿Acostumbráis a prestar un libro o un disco a alguien? ¿Cómo suele ser la
experiencia? ¿Os habéis arrepentido de haberlo hecho? Y finalmente, ¿cómo
tratáis a vuestros libros? ¿Soléis hacer anotaciones en ellos? ¿Los dejáis en
buen estado o necesitan que les cantéis un Sana, sana, colita de rana?
He dejado y en ocasiones me he arrepentido y en otras no, en función de si ha regresado sano y salvo o no.
ResponderEliminarA veces he tenido que reclamarlo, a veces ha pasado tanto que no sé a quién se lo di. Y otros que sí recuerdo, ya no tengo trato con la persona en cuestión.
Lo de encontrarme libros con anotaciones o subrayados, haya cada cual con lo suyo, yo no lo hago.
Lo que encuentro alucinante, es pedir un libro en la biblioteca y que esté marcado.
Para mí, un libro es una cosa intocable, que se merece mucho respeto.
Un abrazo.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Un libro, aun siendo algo material, merece un respeto, el mismo que cualquier persona tendría con un objeto valioso. También acepto que alguien haga anotaciones, aunque no le veo la gracia, pues no creo que vuelva a leer el libro, de modo que esas notas pasarán al olvido. Pero como bien dices, allá cada cual con lo que hace.
EliminarUn abrazo.
Ya no presto porque sé lo que pasa je, je. Ahora directamente prefiero regalar y que disfruten de lo que yo ya no necesito. En lo personal no soy de realizar anotaciones en los libros aunque comprendo que haya personas que les guste e incluso suponga un plus en sus lecturas.
ResponderEliminarUn abrazo, Josep.
Yo evito prestar mis libros, pero muchas veces me siento obligado porque quien me lo pide es una persona allegada y me sabe mal negárselo, aunque sé que tardaré mucho en recuperarlo y no sé en qué condiciones. De igual modo, me resulta violento recordarle que todavía no me lo ha devuelto y en alguna ocasión, me lo devolvieron en tal mal estado, que tuve que volverlo a comprar.
EliminarUn abrazo.
El problema de dejar un libro es que cada uno tiene una idea muy distinta de lo que significa la propiedad del mismo. Y lo peor es que quienes, como tú, la valoramos mucho, solemos ser más prestamistas que prestatarios. Sin embargo, a quienes no le dan ninguna importancia, les sucede todo lo contrario. Piensan que no tiene sentido conservar inmaculado un libro, ni siquiera conservarlo. Por eso prestan con la mayor soltura del mundo los que tú les has dejado, si no has escarmentado ya de hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las personas que obran con tanta ligereza con los libros que les prestan, valdría más que los pidieran prestados a una biblioteca y si no los devuelven en el plazo marcado, serán advertidos y, si son reincidentes, no les volverán a prestar ninguno más. Hace años, yo aparecí en una lista de "mororos" de la biblioteca municipal de mi poblacion porque había superado el mes de plazo otorgado para leer un libro y no lo había devuelto porque se lo había pasado a mi mujer, pero lo habia comunicado a la biblioteca y no habían puesto reparo alguno. Así que hay quienes son mucho més escrupulosos a la hora de recuperar un libro, je, je.
EliminarUn abrazo.
La mayoría de las veces no te los devuelven, pero te haces la idea que serán leídos por más gente
ResponderEliminarBueno, Tracy, esta es una postura muy aceptable y generosa, pero no va conmigo, ja, ja, ja.
EliminarSé de poblaciones, o barrios, en los que hay lugares públicos para dejar un libro que ya se ha leído, y así lo pueda coger cualquier interesado que, a su vez, hará lo mismo después de leerlo. Es, desde luego, una iniciativa muy interesante, pero yo soy un egoísta con mis libros y quiero conservarlos en mi propia biblioteca, je, je.
Un saludo.
Yo me sigo arrepintiendo cada vez :-), pero sí.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Esto es como tropezar dos veces con la misma piedra, je, je. Me solidarizo contigo, Albada.
EliminarUn abrazo.
La verdad es que hace mucho que no presto libros, no porque me niegue, sino porque no se ha dado el caso, pero sí es cierto que alguno he perdido por esa causa.
ResponderEliminarMis libros quedan como si fueran nuevos después de leerlos, pero desde que tengo el blog sí que subrayo cosas que creo que me pueden venir bien para las reseñas. Tuve un tiempo en que no hubiera puesto un lápiz sobre un libro por nada del mundo, pero hace ya tiempo que decidí que los libros no son sagrados. Me gusta cuidarlos y que tengan aspecto de nuevos, pero unas rayitas a lápiz no me molestan.
Un beso.
Imagínate, pues, si cada vez que reseñas un libro, alguno de tus lectores te pidiera que se lo prestaras, ja, ja, ja. Yo no recuerdo haber pedido prestado un libro. En todo caso, creo que en alguna ocasión le prestaron un libro a mi mujer y esta, después de leerlo y alabarlo mucho, me lo pasó con el conocimiento y consentimiento de su propietario. Y en tales casos, es cuando más cuidado hay que tener con un libro que no es tuyo.
EliminarEntiendo que resaltes algún párrafo o frase de un libro si luego vas a usar esas notas para escribir una reseña en tu blog. Todo queda dentro de casa, je, je. Seguro que no lo harías si el libro no fuera tuyo.
Un beso.
Hola, Josep Maria.
ResponderEliminarDebo ser algo rencorosa porque todavía recuerdo el primer libro que dejé y nunca regresó, ja, ja, ja. Ahora los cedo, una vez ya no quepo los doy. Ya no me duele, pero el primero, ese sí, ;)
A los libros intento mimarlos, no soy de escribir en ellos, ni doblar páginas (sacrilegio).
Un beso.
El primer libro que recuerdo haber prestado fue un libro de texto de biología y una vez terminada la carrera todavía no me lo habían devuelvo, así que tuve que presentarme en el domicilio del compañero de estudios para reclamárselo. Curiosamente, años después, también me lo pidió prestado una amiga de la familia, que quería estudiar biológicas. Pasó el tiempo, la susodicha abandonó estos estudios y el libro no volvía a mis manos, así que también tuve que reclamárselo. Nunca he entendido por qué alguien se adueña de algo que no es suyo y no piensa en devolverlo.
EliminarDe joven recuerdo que, medio en broma, se decía que no hay que prestar jamás el coche, la novia ni la pluma. Yo añadiría los libros, je, je.
Un beso.
Hola, Josep
ResponderEliminarLlevo mucho tiempo desaparecida. Pero hoy tengo un ratito para escribir.
Lo de prestar libros, se acabó hace años. Me perdieron unos cuantos, otros, venían de vuelta con algunas páginas rotas y pegadas con fiso (celo o cómo lo llaméis de Murcia para arriba). Y otros me los devolvían en perfecto estado. El caso es que mis tesoros, se quedan conmigo. Quien quiera leer, que vayan a las Bibliotecas o los compren.
Jamás se me ocurriría subrayar, doblar páginas y otras barbaridades que hacen algunos lectores/as. Siempre uso marcapáginas. Algunos llevan imanes, cómo los que me compre de "Alicia en el país de las maravillas", son muy bonitos y los demás, normales y corrientes.
De vez en cuando limpio los libros con un plumero y delicadamente. Los tengo colocados de tal manera que no les de el sol, que entra por la ventana. Los más antiguos están con las páginas un poco amarillentas, por el paso del tiempo.
Un abrazo enorme!
Hola, Mamen!
EliminarPues sí, echaba a faltar alguna novedad en tu blog y me intrigaba tu ausencia, pero veo que estás viva, je, je.
Yo, después de varias malas experiencias, me dije que no volvería a prestar un libro, pero me resulta violento negárselo a alguien muy conocido, ya sea un amigo, ya sea un familiar, y del msmo modo me resulta más violento aun reclamárselo cuando lleva meses en su posesión. La forma más práctica de evitar que te lo pidan es no mencionar lo que está leyendo ni lo que has leído, así no les entra la tentación, ja, ja, ja.
Un fuerte abrazo.
Jajaja, yo cuando he prestado un libro, me lo han devuelto en cuanto lo han leído y yo he hecho lo mismo, pero cuando se trata de una de mis hijas, tiene uno que le dejé hace mil años porque quería leerlo, y todavía no lo ha empezado.
ResponderEliminarLO de hacer anotaciones, no las hago, pero seguro que las haría si tuviera un lápiz a mano porque cuando más leo es cuando voy en el metro, y eso de memorizar, ya no memorizo nada, :))), claro que lo podía anotar en el móvil, pero por no sacarlo del bolso lo más probable es que doble una esquinita, jajaja.
Y sí, tengo un libro de segunda mano con anotaciones, pero bueno tampoco me molestan.
Ya te noto que eres muy cuidadosito, y seguramente con todo, jjj.
Un abrazo Josep.
Hola, Elda. Para hacer anotaciones, o mejor dicho, para señalar frases que nos llaman la atención, es ideal el libro electrónico, pues te permite señalar una frase o un párrafo, que queda automáticamente anotado en la sección final de Notas. Esta es de las pocas ventajas que le veo a un ebook, aparte de su tamaño y manejabilidad.
EliminarY tienes toda la razón: soy muy meticuloso y cuidadoso, pero no solo con los libros, sino con todo, pero tampoco creo que sea un obseso del orden, je, je. Simplemente pienso que si alguien recibe algo en préstamo debe cuidarlo como si fuera suyo, aunque bien pensado, quizá incluso lo suyo no saben cuidar, je, je.
Un abrazo.
Sí presto y me prestan. La verdad es que ahora el préstamo es menor que hace años, en especial el de discos. Los discos es que prácticamente han desaparecido, hoy todo es en streaming. Sobre los libros te diré que sí hago uso del préstamo. Cuando me los prestan, los cuido y los devuelvo en tiempo y forma. ¿Los préstamos míos? A lo largo del tiempo ha habido de todo: libros que no he vuelto a ver, libros que un día me devuelven y que yo ya los había olvidado, libros que al cabo del tiempo digo a su tenedor que se lo quede...
ResponderEliminar¿Subrayo o hago anotaciones en los libros de papel? Pues no muchas, pero sí algunas. Ahora mismo leo y compro más en digital y ahí sí que subrayo y anoto con mucha soltura. Es más, te diré que me encanta ese formato si lo que pienso hacer después es una reseña. Las anotaciones me van sirviendo para ir haciendo, casi sin enterarme, la reseña que al cabo de unos días publicaré.
Un abrazo, Josep
Hola, Anónimo. Yo presté, en mi juventud, muy pocos discos de vinilo porque son más delicados y alguna vez me los habían devuelto rayados y llenos de polvo. Por lo que cuentas sobre tu experiencia sobre el prástamo de libros, veo que ha habido de todo, je, je.
EliminarEn cuanto al empleo del ebook, tengo que admitir que si bien al principio estaba en contra, ahora les encuentro bastantes ventajas, y una de ellas es la posibilidad de subrayar las frases especialmente atractivas e interesantes.
Un abrazo y gracias por leerme.
Uuff Josep, me saldrías persiguiendo con un palo y una antorcha, pues si vieras mis libros están todos o casi todos con sus puntas dobladas, esquina superior o inferior, no discrimino jaja: donde dejo la lectura, ahí mismo la marca o la herida, según como se analice. Espero no me saques de tus oraciones.
ResponderEliminarVa un abrazo.
Ja, ja, ja. No temas, no soy un talibán. Cada uno es como es y no hay vuelta de hoja, Además, no todo el mundo es perfecto, je, je.
EliminarUn fuerte abrazo.
Dicen que ha dos clases de tontos: los que prestan libros y los que los devuelven. Yo pertenezco a los dos grupos, snif.
ResponderEliminarHe llegado a "perder" libros por el mismo motivo que tú: los dejo, no me acuerdo a quién y luego, cuando pasa el tiempo, solo recuerdo que los presté y no me los devolvieron.
Al igual que tú, cuido mucho los libros, más si no son míos. Ni me gusta hacer anotaciones (para eso están los post-it) ni subrayar (para eso están las libretas donde anotar las frases llamativas). Ahora, cuando quiero destacar algo que me gusta de un libro (novela o de texto) empleo unos subrayadores transparentes que se pegan (los hay de varios colores y se quitan y ponen como un post-it). En fin, que se puede disfrutar de una lectura sin dañar el libro.
Lo de doblar las páginas en lugar de poner un marcapáginas... es de juzgado de guardia. Debería estar penado por la ley.
Un beso grande.
Hola, Paloma. Veo que hoy te has puesto al día, je, je.
EliminarPues ya somos dos que pensamos y obramos igual, pero cada vez soy menos tonto en el primer apartado. Evito, si puedo, prestar mis libros, salvo que sea a mis hijas, porque si no me lo devuelven les echo la bronca, ja, ja.
Por lo leído hasta ahora a lo largo de los comentarios recibidos, deduzco que hay mucha gente que no tiene la buena costumbre de devolver los libros que les han prestado ni de cuidarlos adecuadamente. Es una pena, porque considero que un lector habitual debe tener un respeto por el soporte que nos culturiza y nos hace pasar momentos estupendos. Pero también me da la impresión que quienes piden prestado un libro son quienes no suelen comprar libros (deben pensar: que compren ellos) y por lo tanto no los valoran tanto como nosotros. Si uno no quiere gastarse mucho dinero en libros, siempre tiene la opción de pedirlos prestados a una biblioteca y esta seguro que le obliga a devolverlos a tiempo.
Un beso.
Hola, Josep, sí, he dejado libros y discos, y lo malo de esto es que los que dejo suelen ser los que más me gustan pues quiero compartir el sentimiento que de ellos salió. Lo peor es que muchos ni vuelven, y entre que te da cosa preguntar, y que el olvido del prójimo cuenta en contra pues todo mal, jejejej. Una vez, con un disco que me gustaba mucho y que no llegaba, opté por volverlo a comprar y ya nunca más dejarlo escapar. De momento, ahí sigue.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Pepe. Pues veo que coincidimos en todo, pues a mí también me sabe mal reclamar a quien sea la devolución de lo que le he prestado. Solo lo he hecho dos veces y porque eran libros de texto. Y en alguna otra ocasión, cuando el libro desaparecido en combate era de mi especial agrado, lo he vuelto a comprar.
EliminarQuienes piden prestado algo deberían ser cuidadosos y conscientes de que solo es un préstamo y que deberán devolverlo cuando antes y en perfecto estado.
Un abrazo.