El hombre de la fotografía
—que puedo publicar porque es una persona pública y muy conocida, por lo menos
en Catalunya— se llama Josep Pàmies (Balaguer, 1948) y es un campesino y
posteriormente curandero, que se hizo famoso hace años por su defensa de los
remedios naturales como la estevia. Esta fue su primera incursión en el
curanderismo.
La estevia es una planta cuyas
hojas poseen un poder edulcorante muy superior (las cifras varían según la
publicación consultada) a la de la sacarosa (el azúcar de mesa), de ahí que se
haya incluido como edulcorante natural en zumos, bebidas edulcoradas e incluso
comidas.
Conocida esta propiedad, al
señor Pàmies se le ocurrió explotarla de forma que recomendaba consumir esa parte
de la planta como si de una lechuga se tratara. Sus cultivos de estevia se
incrementaron exponencialmente para dar salida comercial a su producto. Pero la
cosa no quedó ahí, pues se publicaron algunos artículos que le concedían a este
producto la capacidad de reducir la acidez estomacal, de evitar la
proliferación de patógenos en nuestro organismo, de combatir la diabetes, de
reducir la hipertensión arterial y, ojo al dato, de reducir el riesgo de
padecer cáncer de páncreas, por su contenido en kaempferol, un componente
antioxidante. Así que pasamos de un simple edulcorante a un producto con múltiples
propiedades curativas. De este modo, se abrió la veda a los vendedores de productos
naturales milagrosos, con múltiples aplicaciones médicas. Y desde entonces, el
campesino leridano vio en ello un potencial maravilloso para hacerse famoso y
rico, o rico y famoso, que el orden de los factores no altera el producto.
Su empeño en promulgar y
vender todo tipo de falsos medicamentos, llevó al departamento de salud de la
Generalitat de Catalunya a sancionarlo, en septiembre de 2018, con dos
expedientes por la venta de este tipo de productos desde su página web: uno de
30.000 euros por una preparación de plantas destinada a la cura del cáncer y la
leucemia, y el otro de 90.000 euros por la venta de una solución de clorito de
sodio (MMS) para el autismo.
Lejos de disuadirle de
continuar con esta práctica, Pàmies siguió con su cruzada. En octubre de 2018,
fue nuevamente multado con 600.000 euros por una conferencia sobre el MMS, que
tuvo lugar en la ciudad de Balaguer, y en febrero de 2019 otra por un acto en
Argentona, con la participación de Pep Riera, otro agricultor conocido por su
activismo social y político, y de Teresa Forcades, médica, teóloga y monja
benedictina, que se hizo famosa por su beligerancia contra la industria
farmacéutica y su negacionismo ante las vacunas para la gripe A, primero, y la
Covid-19, después, quienes han denunciado lo que consideran una persecución a
Pàmies.
Viendo que Pàmies proseguía
con su campaña, en 2020, el Consejo General de Colegios de Médicos de Catalunya
presentó una denuncia contra él ante la fiscalía del Tribunal Superior de
Justicia por un delito contra la salud pública y otra por publicidad engañosa
en el contexto de la grave emergencia sanitaria a causa de la pandemia de
Covid-19. Ambas quedaron inusitadamente archivadas. Este año 2024, nuevamente el departamento de
salud de la Generalitat le ha multado con 1,2 millones de euros por seguir
promoviendo el uso del MMS para tratar el autismo.
Aparte de que la venta de
clorito de sodio es fraudulenta e ilegal, por no estar registrado como
medicamento, y totalmente ineficaz en el autismo, sin ningún tipo de estudio
clínico controlado que lo avale, su ingestión puede provocar serios efectos
secundarios e intoxicación.
Es cuando menos sorprendente
que Pàmies sea un campesino venido a científico y que figuras que para mí eran
respetables, como la de Teresa Forcades, se hayan convertido en sus adláteres de
este sinsentido. Porque, si todo lo dicho hasta ahora fuera poco, en
contraposición a sus veleidosas afirmaciones a favor de falsos medicamentos, Pàmies
afirma categóricamente que el VIH y la hepatitis C no existen.
Llegado a este punto, me asombra
que las autoridades sanitarias hayan sido, y sigan siendo, tan tolerantes con
este individuo que pone en riesgo la salud de los consumidores de sus productos
milagrosos, o en el mejor de los casos, que les tima vendiéndoles un placebo. Lo
único que han hecho hasta ahora ha sido incrementar el monto de las multas
sucesivas.
Considero que a alguien que
pone en serio peligro la salud pública, se le debería aplicar el código penal y
no limitarse a imponerle multas, que seguramente paga con gusto —«Si quieren
multarme, que me multen», ha
llegado a afirmar—, porque las ganancias de su negocio fraudulento exceden con
creces a estos gastos punitivos.
¿A qué está esperando la
administración catalana para poner definitivamente freno a los desmanes de este
delincuente que tiene, además, la desfachatez de plantarles cara? ¿Acaso esperan
que se produzca alguna muerte o intoxicación grave como la del aceite de colza?
Cuando ello tenga lugar, todos escurrirán el bulto y se echarán las culpas
mutuamente. Así actúan nuestros políticos, incluso en asuntos tan graves como
este.
Hay cosas que no tienen ninguna explicación lógica.
ResponderEliminarComo se puede tolerar que un individuo promueva acciones contra la salud pública y reciba ninguna acción penal. ¿Por qué está protegido por los "antisistema"?
Un abrazo.
Yo soy el primer sorprendido de que este sujeto ande libre haciendo de las suyas con total impunidad y poniendo en riesgo la salud de sus ingénuos seguidores. Y encima fanfarronee haciéndose el inocente y perseguido. Y sí, parece como si los antisistema, negacionistas y conspiranoicos tuvieran barra libre.
EliminarUn abrazo.
Pero es como si yo compro agua bendecida a mil euros el botellín. Que me crea que hace milagros o no es mi responsabilidad. Lo malo es que se promocione y se lucre con vender algo como curativo, que puede ser inofensivo, pero el dolo estaría en poner propiedades falsas, composición falsa, efectos falsos etc.
ResponderEliminarMucha cara dura hay por el mundo. La pobre Teresa Forcades estará abducida por el espiritu de una planta de Stevia aliénigena o vaya a saber por qué, porque parecía normal. Un abrazo
Hay muchos productos en el mercado que no tienen ningún efecto, como los antienvejecimiento, rejuvenecedores, etc, que se venden libremente y sin ninguna restricción a precio de oro, pero, por lo menos no hacen daño, como los crecepelo de la antiguedad. Pero estos `productos "milagro", que lo curan todo, no solo no son efectivos sino que pueden ser muy nocivos para la salud. Afirmar que no existe el virus del VIH ni el de la hepatitis C y en cambio promocionar el empleo de un mejunje parecido químicamente a la lejía, como un mediamento que cura el autismo es una veleidad inaceptable que no tiene que tolerarse por el bien de la sociedad.
EliminarY creo que a Teresa Forcades la han abducido seres de otra galaxia.
Un abrazo.
Este hombre parece calcular muy bien la diferencia entre ingresos y multas dándole igual los beneficios o perjuicios que pueda ocasionar a las personas o a la propia ciencia. Desconocía la existencia de este caso que me deja perplejo.
ResponderEliminarUn abrazo, Josep.
Le sale a cuenta seguir estafando, pues su economía sigue boyante. Debe considerar que las multas son una forma de inversión para su negocio.
EliminarUn abrazo, Miguel.
A la administración catalana le debe de importar un pimiento porque con las multas tan cuantiosas que le están aplicando a este señor, están engordando sus arcas, y así debe de ser porque sino, no me lo explico que no hayan tomado otras medidas más severas, lo harán como tu dices, cuando haya una desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo Josep.
Hay multas que solo tienen una finalidad recaudatoria, como parece ser el caso, pero es de una flagrante insensatez e irresponsabilidad lo que hace la administración catalana al no tomar medidas mucho más contundentes contra ese individuo.
EliminarUn abrazo, Elda.
Además de las multas, cada vez más cuantiosas, tiene que haber algún político de relumbrón que le apadrine, poniendo el cazo, por supuesto. Una vergüenza que alguien pueda jugar con la salud de la gente o con la desesperación de los enfermos ante sus enfermedades.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si habrá alguien que chupe del bote, pero sí que mira para otro lado sin querer mojarse. Aun así es tremendamente sospechoso que después de tanto tiempo y tantas multas, ese hombre siga haciendo de las suyas con total impunidad.
EliminarUn abrazo.
Cuando las penas son solo económicas no sirven más que para los pobres pringados que no tienen con qué pagar, pero siempre hay gente que, como dices, paga gustosamente por seguir con un negocio muy rentable. La multa entra en el apartado de gastos y a correr. Estoy de acuerdo contigo en que debería haber penas acorde con estos tipos. Y no, no se debería esperar a que hubiera muertes e intoxicaciones para actuar con contundencia.
ResponderEliminarUn beso.
Este hombre actúa como las grandes empresas contaminantes, a las que nos les importa pagar multas millonarias (y algunas veces ridículas) porque les sale mucho más económico y rentable que invertir en la eliminación de sus emisiones contaminantes.
EliminarUn beso.
La salud es sagrada, nadie debería jugar con ella.
ResponderEliminarLa stevia me gusta, yo la hago en casa, pero lo de este hombre es de traca.
Feliz noche.
Hay muchas plantas y sus extractos que tienen muchas propiedades, pero hay que restringir su uso a dolencias sobre las que tiene un efecto comprobado. Su uso indiscriminado puede ser muy dañino para la salud.
EliminarUn abrazo.
Hola, Josep Maria.
ResponderEliminarTu artículo pone los pelos de punta. Y reitero la pregunta que haces, hasta cuándo.
No son conscientes que con las multas no logran nada, este señor o grupo, se está lucrando lo suficiente para seguir facturando, y pagándolas. Mintiendo, atentando contra la salud, y la necesidad de las personas, porque cuando se trata de enfermedades, uno necesitará creer lo que sea con tal de salvarse o curarse. Qué barbaridad.
Gracias por mostrárnoslo, no lo sabía.
Un beso.
Hola, Irene.
EliminarConstantemente vemos cómo se hace la vista gorda ante fraudes que claman al cielo. En tales casos uno se pregunta si hay una connivencia entre el estafador y las autoridades que deberían encausarlo, porque lo que hace este hombre es jugar con la salud de sus "pacientes", aprovechándose de su ingenuidad, ignorancia y necesidades.
Un beso.
Ostras, Josep, lo de ese tío es de campeonato. Pero tienes razón, si la multa es una parte ínfima de lo que gana, que le multen todo lo que quieran. Es más, no me sorprendería que parte de esas ganancias fueran a parar al bolsillo de alguien influyente para que pueda seguir impune con sus juegos de química. Y lo que dices es cierto, ¿cuándo se hará el alto? Cuando pase algo muy muy grave y sin vuelta a tras. Parece que en España hacemos así las cosas, somos los reyes de los trabajos a última hora, aunque eso tiene sus cosas positivas; nunca nos atacarán los ovnis ni seres similares, pues ya nos aniquilamos solos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Pepe. No hace mucho, El Ministerio de Sanidad decretó que la homeoterapia no era un tratamiento avalado por estudios clínicos y, por tanto, no podía emplearse en humanos. Pero todos sabemos que hecha la ley, hecha la trampa y que priman los intereses económicos por encima de la salud. También es cierto que cuando alguien no encuentra remedio en las terapias "oficiales", o sea en los medicamentos, acude a otras alternativas como los curanderos, esperando un milagro. Yo me pregunto cómo es que estas terapias alternativas tienen tantos seguidores si no sirven para nada. Será cuestión de fe, y de ignorancia, y de ello se sirven estos caraduras.
EliminarUn abrazo.
Yo tampoco entiendo la inacción de las autoridades, como bien comentas, estarán esperando a que haya una desgracia.
ResponderEliminarLo que me cuesta más creer es cómo gente supuestamente preparada se cree las falacias de estos cantamañanas, cómo les gusta a muchos creer en teorías de la conspiración poniendo en duda las "versiones oficiales" y dando prioridad a postulados sin ningún fundamento científico.
Aunque, bien mirado, no sé de qué nos extrañamos si todavía no está prohibida la homeopatía, considerada una pseudociencia que vende agua con azúcar a precios desorbitados.
Un beso grande.
Entre la ignorancia y superchería por un lado y la desfachatez y abuso de confianza por otra, estamos metidos en un vergel repleto de sandeces en el que los abusadores se hacen de oro y los abusados les siguen el rollo sin saber que está en juego su salud y posiblemente su vida. Y quien debería actuar de árbitro mira para otro lado o no se atreve a impedir que los estafadores de la salud sigan haciendo de las suyas. La homeopatía da mucho dinero a las compañías que la sostienen, y en este país toda prohibición que afecte al bolsillo de los empresarios queda aparcada sine die. Una pena y una vergüenza.
EliminarUn beso.