Se conoce como intrusismo el
ejercicio de una actividad profesional por una persona no autorizada para ello.
Y yo añadiría por una persona o entidad sin los debidos conocimientos para
ello, sustituyendo a quien sí los tiene. En cualquier caso, es una conducta
intolerable e incluso delictiva. Ya lo dice el refrán: zapatero a tus zapatos.
En nuestro país he observado
recientemente esta práctica en jueces y políticos, porque cómo puede calificarse,
si no, el hecho de que un juez tome decisiones sanitarias prescindiendo o
ignorando el asesoramiento científico o que un político tome cartas en un asunto
científico para el que no está preparado y al margen de la opinión de los
verdaderos expertos.
Veamos estos dos ejemplos:
Jueces sanitarios:
En el ámbito de la Covid-19
hemos conocido decisiones judiciales contra las medidas preventivas tomadas por
el Gobierno por recomendación de los expertos sanitarios, empezando por el
establecimiento del estado de alarma y las consiguientes restricciones que se
han tenido que aplicar para salvaguardar la salud pública. Para mí, en este
caso procede aplicar el principio de que el fin justifica los medios, pues me
parece indiscutible que la salud del conjunto de la población está muy por
encima de la libertad individual. Podríamos entrar a valorar si el estado de
alarma y sus sucesivas ampliaciones se aplicó siguiendo el procedimiento legal
establecido para tal fin, pero lo que está claro es que ello ha salvado muchas
vidas. Y ahora resulta que un juez, o un grupo de jueces, como el del Tribunal
Constitucional (TC), saben tanto o más de salud pública que un epidemiólogo
como para dictaminar en contra de un confinamiento preventivo. Y para más inri,
hemos visto la discrepancia de opiniones de algunos jueces ante idéntica
situación.
Y más incoherente es que un
partido que en su día exigió al Gobierno que dictara el estado de alarma, un
año y medio después sea quien presente un recurso de inconstitucionalidad de
esa medida y que el TC le dé la razón. Esta es una más de las muchas contradicciones
e hipocresías en las que está instalada gran parte de la clase política y
judicial de este país. Y lo peor de todo, en mi opinión, es que esa resolución
de inconstitucionalidad lleva aparejada la devolución de las multas que se
impusieron a quienes deliberadamente se saltaron las normas más básicas de
prevención de la expansión de la pandemia, poniendo en grave peligro a sus
conciudadanos. Los negacionistas y los más incívicos se han salido con la suya,
hacer lo que les da la gana.
Políticos ecologistas:
En el ámbito de las tristemente
famosas cumbres sobre el cambio climático, quienes toman finalmente las
decisiones y acuerdan las medidas a tomar son los políticos y no los
científicos. A estos solo les queda el derecho a estudiar, informar, vigilar y
alertar de las graves consecuencias de la falta de decisiones para salvaguardar
la salud del planeta. De ahí que el resultado de esas cumbres acabe siendo tan
decepcionante. Los Gobiernos que tienen en sus manos la solución no se atreven
a emprender acciones que afecten a la productividad y a la cuenta de resultados
de las grandes multinacionales y que perjudiquen la política macroeconómica de
países como China, India, Rusia y Brasil que son precisamente los más contaminadores
y maltratadores del medio ambiente, que niegan o no comparten con el resto de
países la importancia de la crisis climática y no quieren prescindir de los
combustibles fósiles en un plazo razonable.
Muchos políticos asisten a
esas cumbres para salir en la foto, para que la opinión pública crea que están
a favor de la conservación de la naturaleza y luego, ya se sabe, las palabras
se las lleva el viento, y hasta la próxima cumbre y la próxima foto. Mientras
tanto, los observadores, sean expertos en la materia o ciudadanos responsables
de a pie, debemos ver cómo solo se toman medidas muy tímidas y poco eficaces
sin poder hacer nada al respecto, salvo protestar. Porque la ciudadanía
preocupada por el bienestar de este planeta y la de sus habitantes, tenemos voz,
pero no voto. Nuestro único voto es el que se introduce en la urna en periodo
electoral a favor de partidos que dicen ser respetuosos con la naturaleza y que
llevan en su programa medidas de transición ecológica. Pero ese voto no se lo
llevará el viento porque las papeletas no volarán. Lo que sí se llevará el
viento son la memoria y la voluntad política de nuestros dirigentes.
En la cumbre del clima 2021, o
COP26, de Glasgow, las negociaciones se han prolongando más de la cuenta
porque, como era de esperar, no se llegaba al acuerdo necesario y esperado por
todos los interesados, aunque fuera in extremis, que concretara las medidas
a emprender por los países contaminantes y que respondieran a las exigencias
ecologistas. Como también era esperable, las diferencias en cuestiones
financieras y de otro tipo, han producido serias tensiones y reproches entre
los países participantes. Y una vez se han hecho públicos los acuerdos
definitivamente alcanzados, estos solo son una declaración de intenciones, un acuerdo de
mínimos, que incluye una petición para reducir el uso del carbón y acelerar la
transición de los combustibles fósiles a las energías renovables y reclama, una
vez más, que los países establezcan planes más ambiciosos para reducir sus
emisiones de gases de efecto invernadero a corto y medio plazo.
Entiendo que no es fácil, de un día para otro, poner en práctica
medidas radicalmente opuestas a las que se vienen aplicando después de tantos
años y que ello tiene grandes consecuencias económicas a nivel mundial, pero solo
la voluntad de solucionar el grave problema que se nos ha venido encima por
falta de previsión y de interés puede superar esos escollos.
¿Serán, siquiera, los respectivos países capaces de poner
en práctica los tímidos acuerdos alcanzados en esta cumbre o deberemos esperar
a la siguiente? Entretanto, como decía Greta Thunberg: bla, bla, bla, o tic,
tac, tic, tac.
En conclusión, me pregunto si algún día tanto jueces como
políticos tomarán en cuenta la opinión y recomendaciones de los expertos cuando
tengan entre manos cuestiones que afecten a la salud pública y a la del
planeta.
Hola, Josep.
ResponderEliminarEl tema de los jueces sanitarios me pareció desde el principio una cosa muy loca y que creo puede tener que ver con un ego desmedido y un protagonismo ciego. Ahora y visto un poco desde la distancia, la utilización política que se hizo de la pandemia resulta más nauseabunda que nunca. Respecto a las cumbres del clima son el indicador perfecto para ver como la humanidad sigue firmando a marchas aceleradas su propia extinción. De nuevo la visión política a corto plazo se impone con resultados tibios o directamente ridículos.
Un abrazo.
Es muy triste que los políticos usen la desgracia ajena para fines partidistas. Y nadie reconoce sus errores y solo ven la paja en el ojo ajeno.
EliminarY en cuanto a la voluntad de resolver la crisis climática, solo son buenas intenciones en las que se aplica la máxima de que las cosas de palacio van despacio.
Un abrazo.
Los ciudadanos votamos a políticos que no cumplen siquiera las leyes escritas por ellos mismos y que dilatan ad infinitum la solución -si es que a estas alturas la hay- del cambio climático. En el fondo, lo tenemos bien merecido. Llegarán elecciones los próximos años en los distintos países y los ciudadanos no penalizaremos con nuestro voto a esos políticos que no cumplieron sus propias normas ni solucionaron los problemas de sus países. No vale echar balones fuera. Culpables ellos por no hacer su trabajo bien y nosotros por nuestra irresponsabilidad al elegirlos para que nos gobiernen.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una verdad hasta cierto punto dolorosa. Tenemos lo que nos merecemos, porque si después de una tropelía, una conducta inadecuada (por decirlo suavemente) o una falta de cumplimiento de lo prometido, seguimos votándolos, eso demuestra un alto grado de idiotez o de ingenuidad. Pero ¿a quién votar, entonces? El voto en blanco favorece al más votado y la abstención es como inhibirse y decir que hagan lo que quieran. Mala situación en todos los casos.
EliminarUn abrazo.
Hola.
ResponderEliminarPues nada que añadir porque lo has explicado estupendamente. Aquí juzgan personas que no tienen ni idea del tema juzgado. Lo sexpertos no tienen ni voz no voto.
Muy feliz día.
A partir de ahora me presentaré voluntario a la hora de dirimir temas de importancia social, arriesgándome a que me den una patada en el culo, ja,ja,ja.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Pues como dice Gemma, yo no tengo nada que añadir. Solo insistir en esa impostura del partido que hoy exige y mañana denuncia por que se materializó lo que él mismo exigió. Como además los jueces los puso ese partido cuando gobernaba y ahora no permite que se cambien, tenemos una judicatura llena de gente muy conservadora que siempre suele fallar a su favor.
ResponderEliminarY sí, este mundo está lleno de listillos que saben más que nadie de todo.
Un beso.
Ya estamos acostumbrados que nos mientan, que incumplan sus promesas electorales, pero lo más irritante, si cabe, es ver cómo ahora atacan con dentes y uñas lo que antes defendieron a capa y espada.
ResponderEliminarEntre retrógrados, inútiles y listillos estamos apañados.
Un beso.
Es una pena, pero tenemos lo que merecemos. Y por muy mal que lo hagan los políticos de turno, se les vuelve a votar, como si fuéramos los seguidores de un club de fútbol. Realmente patético.
ResponderEliminarSobre tu estupendo análisis, estoy de acuerdo, aunque cuando sale toda esta gentuza, ni los escucho porque de lo que dicen, ni la mitad...
Un abrazo JOSEP.
Al parecer hay mucha gente que siente tal fidelidad por "su partido" que aunque este incumpla sus promesas, mientan como unos bellacos e incluso cometan delitos que deberían avergonzarlos, siguen votándolos. ¿Será que piensan igual que ellos y en su lugar harían lo mismo?
EliminarY mientras tanto, hablan y hablan sin decir ni una sola verdad. Es realmente patético.
Un abrazo, Elda.
Hay poco que añadir a lo que has dicho. Estará expirando el planeta y todavía seguirán mirando la cara a los que más han hecho porque suceda.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi esto me recuerda la fábula de los galgos y los podencos: mientras dos conejos están discutiendo si los perros que les persiguen son galgos o son podencos, estos se les echan encima y los cazan.
EliminarMucho hablar y poco (o nada) actuar.
Un abrazo.
A veces parece que vivimos en un mundo de locos. Cualquiera puede ver que lo que se ha hecho carece de lógica, pero se hace de todos modos. Creo que ejemplos como los que mencionas hay en todos lados, por desgracia.
ResponderEliminarAbrazos amigo.
Pues sí, amigo, la globalización también ha afectado a los comportamientos incívicos e intolerables. Y, por desgracia, el cambio climático no entiende de países ni de razas. Ante esta crisis, todos somos iguales, aunque, de momento, unos la sufran más que otros.
EliminarUn abrazo.
La separación de poderes es un cuento chino. Aquí cada partido apuesta por "los suyos" y cada juez y diputado sigue la línea que marca su partido. Ni separación de poderes ni libertad de acción o pensamiento ni gaitas. Y encima, acabo de ver un vídeo que has compartido en redes en el que se ve a Casado (PP) diciendo que la izquierda está tonta por situarse en contra de la energía nuclear y apostar por la energía solar, pues no se explica cómo se va a generar energía solar a las 8 de la noche. Y se supone que este tío tiene a cinco mil asesores diciéndole lo que debe decir en todo momento. Flipante.
ResponderEliminarUn abrazo.
En este país muchos (Los de arriba, claro está) se llenan la boca con la separación de poderes y la igualdad entre todos los ciudadanos, afirmando que todos somos iguales ante la ley, y acto seguido ves cómo los hay que son intocables. El cinismo está en el orden del día. Y la ignorancia también.
EliminarUn abrazo.
Me hierve la sangre con los políticos y jueces y toda la maquinaria que manejan para darse autobombo. Como siempre digo: nos merecemos lo que tenemos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
En más de una ocasión he dicho que apagaría la TV en cuanto saliera un político dándose autobombo, calumniando a sus opositores o bien cuando se lanzan puyas entre sí sin mingún reparo. Pero debo ser masoquista porque no lo hago, pues quiero saber hasta dónde llega su desvergüenza.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep pandemia hemos tenido jueces que se han permitido decir que los epidemiólogos eran unos que habían hecho un cursito y ya estaba. Me parece terrible que se permitan este tipo de comentarios y sentencias y no se los ponga en su lugar. Eso de zapatero a tus zapatos tocaría que se lo aplicaran los jueces que desde hace tiempo parece que han decidido que ser jueces les quedaba corto y ahora también dan lecciones de sanidad, de política, etc...¿Para qué queremos a otros si ya están los jueces?
ResponderEliminarY sobre la hipocresía que se ha visto y se ve con el tema del clima no sé qué decir sin encenderme. Supongo que habrás visto unas imágenes que salieron de un montón de jet privados de los dirigentes que estaban intentando salvar el planeta, por desgracia en este tema (y en casi todos) priman los intereses económicos y parece importarles muy poco que estamos destruyendo el planeta.
Un beso de domingo
Esos jueces "intrusistas" de hecho actúan respondiendo a los requerimientos de algunos partidos que con tal de atacar al Gobierno harían cualquier cosa. Los hay, también, de actúan motu propio, alineándose con la oposición. Como bien dices, no solo actúan como expertos sanitarios sino también como políticos. Y después hablan de la separación de poderes.
EliminarY, efectivamente, en el asunto de la crisis climática podemos ver muchas contradicciones, como la que mencionas. Eso indica la hipocresía reinante en las filas de los políticos supuestamente involucrados en la lucha contra el cambio climático. Su verdadera prioridad es el dinero y si hay que elegir entre este y el clima, no dudan en posicionarse, aunque sea con disimulo, a favor del primero.
Un beso.
El problema es gravísimo. Pienso que este intrusismo, hoy en todas las áreas, es debido a que la economía es la que prevalece sobre todo lo demás. Quien tiene poder, debe poner en las posiciones claves, a aquél que va a hacer lo que él le ordene, para así seguir en el poder y obtener ganancias. Es la historia de la humanidad, de la sociedad.
ResponderEliminarSAludos.
Pues sí, Manuela, en la historia de la humanidad siempre ha imperado el poder absoluto de unos cuantos, que son los que marcan las mormas a seguir y los que sacan provecho de su dominio.
EliminarUn abrazo.
A mi modo de ver el problema es que la política es la intrusa en todo esto que cuentas porque todas esas decisiones de jueces y demás están corrompidas por las ideas políticas. La pandemia ha dejado al descubierto cómo algunos "profesionales" se han dejado llevar por su ideología a la hora de hacer su trabajo, y es una auténtica mier__
ResponderEliminarLo de las reuniones para el cambio climático a mí cada vez me parecen más una auténtica tomadura de pelo, mucha foto, mucho bombo, mucho manifiesto y mucha reivindicación pero al final ná de ná.
Casi mejor que no se reúnan porque llevar tanta gente en avión privado es un plus de contaminación añadido y que no sirve para nada.
Un beso.
Cuando la política (o los políticos, que viene a ser lo mismo) mete sus garras en cualquier asunto de relevancia para los ciudadanos la caga (con perdón). Pero el deseo de protagonismo de los jueces politizados y de los políticos iluminados es tan fuerte que no pueden evitar impedir que actúen los que sí saben.
EliminarYo no pierdo la esperanza de que algún día los altos mandatarios lleguen a un verdadero consenso para frenar la agresión al planeta tierra. Solo espero que no sea demasiado tarde y nos vayamos todos al carajo.
Un beso.