miércoles, 19 de junio de 2019

El decálogo del buen político




De acuerdo con mi mala y dilatada experiencia ─sabe más el diablo por viejo que por diablo, dice el refrán─, para todo aquel que desee hacer carrera en la política activa con éxito estas son las condiciones sine qua non que debe cumplir:

1) Tener un “pico de oro”, es decir estar capacitado para hablar largo y tendido sin decir absolutamente nada coherente.
2) Saber mentir descaradamente sin sonrojarse y eludir responder a las preguntas incómodas y conflictivas, yéndose por los cerros de Úbeda.
3) Echar siempre la culpa de cualquier mal a los demás, preferentemente a sus opositores, y no reconocer jamás sus propios errores.
4) Ver siempre la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio, por voluminosa que esta sea.
5) Negar hasta el paroxismo cualquier imputación delictiva que los medios y/o la Justicia le haga, por evidente que sea y aunque en su fuero interno la reconozca como cierta.
6) Cambiar radicalmente de opinión, si ello le favorece a él o a su partido, en menos que canta un gallo.
7) Prometer cualquier cosa, por inalcanzable y absurda que sea, si ello le depara votos, porque los populistas siempre son los demás.
8) No tener escrúpulos a la hora de pactar con otras fuerzas políticas, por antagónicas que le resulten, y si hace falta con el diablo, con tal de joder a su principal oponente y desplazarlo del poder.
9) Proteger a sus correligionarios a toda costa por muy corruptos y deshonestos que sean. Hoy por ti, mañana por mí.
10) No aceptar jamás por buenas las ideas de la oposición. Las únicas buenas son las suyas, por principios.

Estas diez condiciones se resumen en dos: amar el poder sobre todas las cosas y odiar a los que piensan de forma distinta con todas sus fuerzas.

Seguro que hay más condiciones, tanto o más importantes, pero para no hacer esta entrada demasiado extensa y dolorosa, he preferido dejarlas en diez, que no son pocas.

Si alguien observa un grave error u omisión, le agradeceré que me lo haga notar. Del mismo modo, si algún lector o lectora se dedica a la política y no se ve reflejado o reflejada en este decálogo, que no se me ofenda y que piense que siempre hay excepciones loables.

Nota aclaratoria: Alguna condición buena habrá, quiero pensar, pero ahora no se me ocurre y, además, me gusta poner el dedo en la llaga.



28 comentarios:

  1. Parece que los políticos de todos lados son iguales Josep. Este decálogo queda como anillo para los de acá. Será que como dicen por ahí el poder es la droga más poderosa de todas, y con tal de conservarlo mentir, cambiar de opinión o negar lo evidente es cualquier cosa.
    Abrazos.

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    1. Como decimos por acá: en todas partes cuecen habas. Esto es una plaga que se ha extendido por doquier.
      Un abrazo.

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  2. Por desgracia encaja perfectamente en la imagen que dan, sobre todo en España desde la precampaña hasta ahora con los pactos. Una barbaridad pagar a esos vividores, la verdad. Derroche de fondos públicos que bien nos cuesta llenar y al que, por poco que puedan, meterán mano

    Un abrazo y feliz día

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    1. Y todavía veremos más ejemplos, pues no solo derrochan los fondos públicos sino su capacidad de hacer y decir majaderías. Solo cuando esa conducta no les reporte votos, se acabó lo que se daba.
      Un abrazo.

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  3. Leyendo tu aninado decálogo se podría pensar que estabas haciendo una caricatura, para hacerlo más efectivo desde la exageración, pero vuelves a leerlo y te das cuenta de que es tal cual. Con sentido del humor, pero muy real.
    Un abrazo.

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    1. El tono humorístico ya está en el propio título, con lo del "buen político". De niño, teníamos una frase para dejar claro cuando algo se decía con retintín: "te lo digo al revés para que lo entiendas", jeje.
      Un abrazo.

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  4. Qué real, cumpliendo esas 10 premisas ya eres un buen político.

    En miblog te dejé respuesta a tu comentario de ayer por si vas a Candás, para que encuentres la estatua del juicio de los delfines y puedas hacer una foto.
    Muy feliz día.

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    1. Pues sí, Gemma, se podría decir aquello de "real como la vida misma". Real pero muy triste.
      Ahora mismo me paso por tu blog. Muchas gracias.
      Un abrazo.

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  5. ¡Claro que has puesto el dedo en la llaga! Describiendo con tanta exactitud a estos «pájaros» por no decir algunos exabruptos que seguro los definirían muchísimo mejor.

    Después de la «parafernalia» montada con alevosía y nocturnidad, del President of American States que junto a su equipo de correligionarios, lograron dar un giro de 360º al mundo, tal y como lo conocíamos hasta esa fatídica fecha del 11 de septiembre del 2001, con una puesta en escena tan impactante y en directo para todo el mundo, que acabó con las libertades individuales de la sociedad y sus derechos a mantener su intimidad fuera del alcance de esa oscura élite mundial, de la que el gran visionario y escritor George Orwell, nos había hablado a través de su genial personaje Big Brother.
    De modo que toda esa caterva de politicachos de turno, y que a estas alturas, excepciones hay muy pocas, pues están actuando como marionetas gobernadas por esos superpoderes mundiales, como las multinacionales, o las familias de rancio linaje, dueños absolutos de las bancas o dicho de otra forma: mercados, que suena mucho mejor y nadie les puede señalar con el dedo. Para resumir hoy en día, quien de verdad mueve esos hilos invisibles de la política mundial, son entidades como El Club Bilderberg, El G8... Y por encima Los Iluminati, la organización más secreta del mundo.
    Opino que la única forma de cortar este «nudo gordiano» es no ir a votar, es decir, expresar nuestra total disconformidad con este sistema alienante.

    Como en otras ocasiones, Josep, has sabido plantearnos un excelente tema para debate muy motivador y que por desgracia nunca pierde actualidad.
    Un abrazo

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    1. En efecto, la gran mayoría de políticos no son más que marionetas cuyos hilos son movidos por los que realmente ostentan el poder. Reconozco que es mucho más fácil atacar a los que nos hablan y embaucan con sus palabras que a esos poderes fácticos.
      Muchas gracias, Estrella, por tu contribución es esta humilde crítica.
      Un abrazo.

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  6. Pues si que has puesto el dedo donde más duele, en plena llaga. Lo has clavado.Alguno habrá bueno, no lo discuto, pero...¡qué poquitos! Qué triste es la imagen de dan, ninguno de salva. Todavía estoy esperando a alguno que no ponga verde al vecino y diga lo que va a hacer realmente bueno para solucionar los problemas. Cada vez creo menos en los políticos.
    Un abrazo

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    1. Como decía al final de mi entrada, hay excepciones loables, como todo en este mundo, políticos con buenas intenciones incluido. Pero como dice la máxima: de buenas intenciones está hecho el camino al infierno.
      Cuántos empiezan con buen pie y al poco trastabillan, hasta que caen antes de llegar al final de su carrera. No sé si el poder corrompe necesariamente, pero esa es la impresión que me da.
      Un abrazo.

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  7. Hola Josep, el decálogo encaja en la clase política española a la perfección y por ende supongo que también con los politicastros del resto del mundo. El último y aberrante caso que se me viene a la mente es el de una política madrileña que comentaba y criticaba que los atascos de circulación en Madrid hubieran desaparecido. Decía que eso no podía ser y que era una seña de identidad de la capital. Y todo para meterse con la anterior alcaldesa. Creo que este ejemplo recoge el espíritu de lo que quieres expresar en parte de tu entrada. Es muy penoso la verdad.
    Un abrazo, y buen día.

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    1. Hola, Miguel. Este decálogo me lo ha acabado inspirando las recientes experiencias de las que todos hemos sido y somos testigos. Muchas de las condiciones que, con sorna, expongo son más viejas que la propia política. Esos defectos son propios de la naturaleza humana, solo que son más evidentes en la imagen que dan de sí mismos la mayoría de los políticos.
      Además del ejemplo que expones, fíjate como, sin excepción, cuando un nuevo gobierno empieza su andadura, si durante los primeros 100 días de mandato (ese margen que todos se ponen) el país marcha relativamente bien, siempre es gracias a la nueva gestión. Si, por el contrario, va mal siempre es por culpa de cómo lo dejó sus predecesores. Para lo bueno, se ponen la medalla, pero para lo malo señalan al otro.
      Un abrazo.

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  8. El decálogo viene como anillo al dedo a ciertos políticos que se agrupan más en unos lados ideológicos que en otros. Pero creo que hay mucho más que excepciones. Hay políticos de muchos otros tipos que los que se describen en el decálogo. Lo que pasa es que esos son los que más brillan y a los que más se ve, pero en estos momentos algún político destila una imagen muy distinta a eso que ahí aparece.
    Ya sabes que soy muy enemiga de generalizar y me gusta destacar los matices que hay en todo. Hay llaga, pero también hay piel sana y sonrosada que deberíamos acariciar de vez en cuando.
    Un beso.

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    1. Evidentemente, cuando se hace una crítica ácida, incluso una parodia anti lo que sea, se tiende a exagerar los rasgos más negativos de lo que se critica.
      Aunque, tal como apunto prudentemente al final, haya excepciones, me atrevería a decir que son las que confirman la regla.
      Aquí he querido explayarme a gusto contra esos "politicastros", como los ha calificado Estrella, que están a las órdenes del poderoso y que son sus meros voceros.
      ¿Que hay políticos honrados? Por supuesto, pero he tenido tantas decepciones, que ya dudo de todos, aunque me caigan bien e incluso les vote. Espero no perder nunca la esperanza pero es que me lo ponen tan difícil... Y para más inri, si hay algunos que realmente pretenden cumplir lo que prometen y eso irá en beneficio de los más necesitados, siempre hay algo o alguien que al final se lo impide. No en vano, cuando se acaba adoptando una decisión distorsionada con respecto a lo que debía ser o se cede a intereses inconfesables, se suele decir que todo es política.
      En este aspecto, siento decir que cada vez soy más pesimista, pues veo cómo las buenas intenciones se quedan por el camino por culpa de quienes están interesados de que esos buenos políticos (los buenos de verdad) no logren sus objetivos. Para mí es una llaga muy difícil de curar. Ojalá me equivoque.
      Un beso.

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  9. Saludos, Josep.

    Parafraseando el título de uno de los libros de relatos de un buen amigo y escritor, lo que escribes en tu post de hoy es "real como la vida misma". ; )

    Riámonos por no llorar, amigo Josep.

    Un abrazo.

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    1. Saludos, Pedro.
      Creo que conozco a ese amigo tuyo y te aseguro que es de fiar. Lo que diga va a Misa, jajaja.
      Realmente, más vale reír que llorar.
      Un abrazo,

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  10. Pues sí, lo tomamos en plan jocoso para que nos duela menos pero tu decálogo es una realidad. Y sí, hay alguna excepción (afortunadamente) pero no suficiente en número como para que esto marche bien. Qué le vamos a hacer, es lo que toca.
    SAludos.

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    1. Supongo que sucede como con los manifestantes: solo vemos los que arman más follón y solemos generalizar. Los educados y calladitos pasan más desapercibidos, jeje.
      En política, los que se hacen notar suelen ser los más impresentables.
      Un abrazo.

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  11. Puede parecer una broma de mal gusto,... incluso divertido,... pero acabas de decir verdades como puños,...
    Un abrazo!

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    1. Pues me alegro, ya que decir verdades y hacer sonreír no es fácil, jeje.
      Un abrazo.

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  12. Mejor que lo tomemos a risa porque tu decálogo ha descrito perfectamente (por desgracia) a muchos de los políticos que tenemos la mala suerte de tener. Me niego a creer que nos los merezcamos pero parece que cuanto más corrupto, mentiroso e impresentable más se les vota. En fin es lo que hay hasta que la ciudadanía digamos en serio que basta, ojalá tomáramos nota de la madurez de los ciudadanos de países del norte que no toleran ninguno de esos puntos en sus políticos.
    Besos y feliç revetlla

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    1. Quien vota a un corrupto, tiene lo que se merece. Lo malo e injusto es que votando a alguien que te merece un cierto respeto, luego pacte con un partido al que jamás hubieras votado. Eso no se lo merece nadie, pero tenemos que tragar. Que un partido de izquierdas pacte con otro más a la izquiera sea una abominación, pero que uno de derechas pacte con otro de extrema izquierda sea algo justificable, es lo que demuestra que en política no existe la objetividad, que todo es posible y que casi nadie es de fiar.
      Un beso.

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    2. Totalmente de acuerdo con Conxita. Mejor no lo podría haber pintado gracias por compartir

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    3. Gracias a tí por tu visita.
      Un saludo.

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  13. Las de mi país que nos desayunamos todos los días son: 3,5,6,8 y 10. Y las otras 5 también.

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    1. Jajaja. Pues veo que todos sufrimos las mismas consecuencias.
      Un abrazo y ánimos.

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