martes, 26 de marzo de 2019

El negocio de la muerte



Es inaudito comprobar hasta donde pueden llegar las prácticas fraudulentas. Al parecer, los timadores no respetan nada ni nadie, ni siquiera a la muerte.

En esta vida todo cuesta dinero, incluso morirse, esto es bien sabido, y algunas funerarias se han apresurado a ponerse a la cola de los desaprensivos y sacar una buena tajada de ello, dando gato por liebre.

No quisiera parecer frívolo o morboso tratando de un modo frío y materialista un asunto tan triste y emotivo, pero el materialismo inunda todo tipo de negocios y donde habita el interés económico suele acompañarle el fraude, y es eso lo que pretendo sacar a colación en esta entrada un tanto peculiar. Aun así, pido disculpas a quienes puedan sentir herida su sensibilidad, por el motivo que sea.

Quien ha vivido, como yo, los trámites que siguen a la defunción de un ser querido, sabrán lo desagradable y turbador que resulta tener que elegir, entre todos los elementos que comprenden un entierro y funeral, el ataúd o la urna que albergará el cuerpo o las cenizas del fallecido. En el caso de un ataúd, resulta incluso morboso el modo cómo te ayudan a elegir el féretro, que parece que te estén vendiendo un automóvil, ensalzando sus acabados exteriores e interiores y su “comodidad”. Algo más propio de una película de Berlanga. Pero es así y hay que pasar por ese mal trago añadido.

No hace mucho vi por televisión un programa que hablaba del negocio de las funerarias y de lo que costaba un entierro. Como no recuerdo las cifras que se dieron, he tenido que recurrir a internet y resulta que, como siempre que hablamos de costes, los precios varían mucho entre provincias. De este modo, mientras que en Cuenca morirse cuesta alrededor de 2.200 euros, en Barcelona el coste asciende a unos 6.400 euros (elEconomista.es). Así que en la Ciudad Condal no solo es elevado el coste de la vida sino también el de la muerte. Porca miseria. Y entre todos los elementos que intervienen en ello, el que, al parecer, ha despertado la codicia de algunos es el ataúd, que para unos es símbolo de una suntuosidad hasta cierto punto comprensible y para otros una parte importante de sus ganancias. Solo mencionar que su precio puede oscilar entre los 800 euros y los 3.900 euros, según la gama de que se trate (efuneraria.com). Lo dicho, como en los automóviles.

Siempre me ha llamado la atención que, aun optando por la incineración, deba costearse el precio nada desdeñable de un ataúd. Si ese elemento va a acabar pasto de las llamas, eso es dinero tirado, o mejor dicho quemado. Si el cuerpo del difunto acaba convertido en cenizas, junto con los residuos calcinados de la madera, ¿de qué sirve utilizar un féretro barnizado y ornamentado, si no es para exhibirlo en la sala del tanatorio y en la capilla ante los allí congregados? Pero las funerarias no parecen estar muy dispuestas a escatimar en gastos. Intentarán endosar a sus clientes el más robusto y lujoso de los modelos. Lo contrario significaría reducir sus beneficios. ¿Y quién va a rehusar tratándose de un ser querido a quien van a dar sepultura?

En enero de este año, eldiario.es desvelaba un fraude millonario por parte de una funeraria de Valladolid que practicaba el cambiazo de ataúdes para incinerar por otros de peor calidad, o solo utilizaba la tapa, y además revendía las flores. ¿Cuántas empresas funerarias seguirán esta conducta deshonesta? Seguro que muchas. Solo hay que tirar de la cuerda, destapar la alcantarilla y aflorará toda la porquería.

Cierto es que actualmente, para que la incineración resulte todavía más económica de lo que ya es con respecto a un entierro convencional ─pues se ahorran los gastos de la inhumación de los restos mortales en una tumba o nicho─, se puede optar por un ataúd más modesto. Pero ello no es óbice para que “el cliente” sea igualmente presa fácil de un engaño, pues, según se ha descubierto (cuestión que también se trató en el programa televisivo al que he hecho anteriormente alusión), hay funerarias que, habiendo cobrado por el ataúd, este no se usa en la cremación, sino que es reutilizado para otro difunto. Es decir, incineran el cuerpo sin ataúd, lo cual me parece razonable y es lo que siempre he pensado que debería hacerse, pero nadie, excepto la funeraria, sabe de ese timo, un secreto que se llevarán a la tumba, nunca mejor dicho.

He intentado hacer un cálculo aproximado y, por lo tanto, sujeto a inexactitudes, sobre cuánto pueden llegar a embolsarse esas empresas que actúan de esa forma fraudulenta. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2017 fallecieron en España 424.523 personas. Actualmente cerca de un 40% de los españoles optan por la incineración (Europa Press), porcentaje que, por cierto, alcanzará el 60% en 2025. Por lo tanto, si partimos de unas 170.000 incineraciones anuales y suponemos que en todas ellas (es mucho suponer) se ha optado por adquirir un ataúd sencillo, de unos 800 euros de promedio, el gasto total en este apartado asciende a 136 millones de euros. Según elEconomista.es existen en nuestro país unas 600 funerarias. Solo con que un 30% no utilicen el féretro adquirido en la cremación, estaríamos hablando de unos 45 millones de euros que aquellas se embolsan fraudulentamente cada año.

La picaresca llega a tal extremo que a veces excede lo imaginable. Jugar con el dinero ajeno es un delito, pero hacerlo utilizando una circunstancia tan penosa como es la pérdida de un ser querido, aprovechando que nadie reparará en gastos a la hora de darle sepultura o de incinerarlo, es además inmoral.


36 comentarios:

  1. puff Josep,qué te voy a contar yo que trabajo para una aseguradora. En mi empresa ahora no hay producto de decesos, pero ha habido. Y si no tienes seguro de decesos, es lo que tú dices, una pasta y un atraco. Yo he vivido varias experiencias, las más cercanas mis abuelos y mi tía, y he notado cómo para cada uno de ellos, según lo que habían pagado, les "entraba" más cosas o menos. Como si fuera un catering. Y lo de llevarte a elegir el ataúd uff es horrible. Elegí el de mi abuela y decidí la postal (no se llama postal pero ahora no sé qué nombre tiene). Todo un negocio. Es muy triste que cuando más vulnerable estás te tengas que enfrentar a preguntas tan frías. Después hay casos que a los familiares se les va de la manos. El padre de una amiga murió hará un año y medio. No tenía seguro, y el funeral les costó a ella y a su madre 10.000 euros!!!!! Eso sí, había pastitas y café para que la gente pudiera comer. A ver, cada uno elige lo que quiere, pero no sé...lo veo exagerado. Quiero decir que el hecho de que entre como complemento las ensaimadas para los familiares lo veo demasiado...
    Totalmente de acuerdo contigo, es un negocio de lo más frívolo!!!!
    Un besito.

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    1. Hola, María. Desde niño recuerdo que mis padres pagaban religiosamente un seguro de decesos, como ahora se llama. Creo que la compañía se llamaba El Ocaso. Buen nombre, jeje. Estuvieron pagando desde que se casaron. En el "paquete" íbamos mi abuela materna (que vivía con nosostros) y los tres hijos, incorporándonos a medida que ibamos naciendo. La primera en fallecer fue, lógicamnete, mi abuela y recuerdo que el ataúd fue de lo más cutre: una caja negra que parecía de cartón-piedra. Hasta mi padre, que no era persona de muchos remilgos y menos en estas cuestiones, se enfureció y avergonzó, pero ya no había vuelta atrás. Cuando fallecieron mis padres, 43 y 48 años después, la cosa fue bastante aceptable, por fortuna. Cuando los tres hermanos fuimos abandonando el hogar paterno, pedimos que nos borraran de la póliza, pues nos pareció algo muy tétrico, pero ahora, viendo lo que cuesta un entierro, creo que no hicimos bien, jeje.
      Volviendo al caso de mis padres, aun habiendo cubierto todos los gastos, tuve que pasar por los trámites de obligado cumplimiento para elegir el "atrezzo", incluyendo los recordatorios a los que te refieres, el texto a incluir y hasta la música que un terceto de cuerda ejecutó durante el servicio fúnebre. Pero esto ya es harina de otro costal.
      Lo de elegir el ataúd me ocurrió solo en una ocasión, con motivo del fallecimiento del abuelo de mi mujer, pues no había contratado ninguna póliza. Hoy en día hasta los bancos (al menos La Caixa) ofrece este tipo de seguro en dos modalidades: con pagos de cuotas mensuales o con un pago único, dependiendo de la edad del contratante.
      Esto es como el que quiere estudiar una carrera universitaria en los EEUU; que la familia empieza a ahorrar veinte años antes, del pastón que cuesta. Al final uno tendrá que vender sus órganos para poder sufragar los gastos de su propio entierro. A grandes males grandes remedios, jeje.
      Un beso.

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  2. Es uno de los negocios más seguros que hay. No hay crisis. La gente se sigue muriendo.
    Un abrazo.

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    1. Pues sí, por mucho que la esperanza de vida haya aumentado, todos acabaremos igual, en manos de una funeraria.
      Un abrazo.

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  3. Hasta morirse es un lujo . Para incineración no hay ataúdes de poco coste ya que se ha de quemar. Es una barbaridad. La gente pide créditos para pagar entierros, hasta el muerto se hace cruces. hasta ha habido muchos fraudes que saltaban a la prensa hace poco. Qué inmorales por Dios

    Un abrazo

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    1. Sin ánimos de frivolizar, me atrevería a decir que, del mismo modo que uno cotiza toda su vida laboral para que, una vez jubilado, cobre una pensión vitalicia, deberían estar también cubiertos los gastos de defunción, a menos que uno quiera ir por la privada. Pero si ya hay problemas para pagar unas pensiones dignas, ni te cuento los que habría para esto. No quiero imaginarme de lo que sería capaz el Gobierno de turno para ahorra en entierros.
      Un abrazo.

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  4. Muy bien documentado este relato, y desde luego son escalofriantes las cifras que estos servicios pueden obtener. Es el negocio más lucrativo que existe y que nunca falla ni tiene crisis, jajaja.
    Creo que la culpa de que exista tanta parafernalia para el ataúd, la tienen los propios compradores, porque ¿habrá mayor tontería que elegir un cajón de tanta categoría para terminar en la tierra, o en el fuego? pues no lo entiendo, aparte de como dices y además se lo puede imaginar uno, cuando es incinerado el cuerpo, el ataúd de lujo, lo usan para el siguiente servicio, (es de cajón, y nunca mejor dicho).
    Donde se mueve tanto dinero, se mueve la trampa, en cualquier actividad...
    Un abrazo Josep.

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    1. Hola, Elda. Uno ya debería, por edad, estar curado de espantos, pero no, siempre sale algo a la luz que me sorprende, y este es uno de esos casos. Que las funerarias son unas empresas que ganan mucho dinero a costa de la desgracia ajena, es obvio, es su negocio. Pero debería ponerse coto a tanto abuso. El ayuntamiento actual de Barcelona hace tiempo que está luchando para instaurar unas pompas fúnebres públicas, con unos costes mucho más razonables, pero la oposición es acérrima. Por algo será.
      Un abrazo.

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  5. ¡Hola!
    Esto daría para muchos post.
    En esto, como en la vida, hay gente y gente. El de mi padre fue hace 4 años en una sala horrorosa, sin ventana, en un sótano y sin luz del día, el trato fue frío y poco humano en una sitación terrible. La ceremonia no me gusto nada ni se pareció a lo hablado, nos cobraron cualquier mínimo gasto de cafetería y parking, vamos, todo lamentable, y costó una pasta porque tengo la factura que nos dio el seguro, casi 5000 euros sin hacer ningún tipo de extra.

    El de mi tío fue hace un año en otro tanatorio que abrió hace poco. Lo elegimos porque casualmente estaba en una finca donde mi tío y mi madre vivían de pequeños. La sala tenía una galería acristalada enorme, la sala de velar estaba a parte por si no nos apetecía ver la caja constantemente.
    Como cortesía nos dejaron agua, café, pasata y bombones.
    Nos dieron un vale de 50 euros para comer allí y no tener que, o ir a casa o pagarlo de nuestro bolsillo. Y el fueral lo revisé yo punto por punto, una ceremonia civil con música elegida por mí. Y costó algo menos de 4000 euros(también pedí la factura al seguro), cuando por el coste de la vida y los extras debería haber costado más que el de mi padre.
    El trato humano fue increíble, de hecho escribí una carta al periódico de agradecimiento, nos estaban esperando desde que avisé al seguro de decesos y nos apoyaron en todo, hasta cuando nos entregaron el libro de firmas, las tarjetas y los emails de condolencias lo hicieron de una forma especial. Y nos dieron dos arbolitos para plantarlos con las cenizas.

    Vamos, que esto es un negocio, o más bien un atraco, pero dentro de esto hay personas y personas, no todos son iguales.
    Feiz día.

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    1. Pues podría decirse aquello de "una de cal y otra de arena". La primera vez te fue fatal y la segunda muy bien, quién sabe si porque ese tanatorio era nuevo y necesitaba una buena publicidad. Yo, la verdad, en ninguno de los entierros a los que he acudido he visto café ni bombones ni nada parecido, solo agua. Será porque los catalanes somos agarraos hasta en estas ciscunstancias, y disculpa por poner un poco de humor en un asunto tan serio.
      Por lo que entiendo, en ambos casos hubo un seguro de por medio. No quiero ser mal pensado, pero quién sabe si las facturas eran reales o hubo un acuerdo entre la Compañía de seguros y la funeraria para hinchar el precio y parecer así que el seguro había corrido con todos los gastos. No quiero sembrar la duda ni ser injusto sin pruebas, solo que ya no me fio de nada ni de nadie. Lo importante, eso sí, es que quedárais satisfechos.
      Un abrazo.

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    2. Hola otra vez.
      Jejeje, me encanta que pongas humor y lo de los bombones nos daba exactamente igual pero el trato humano sí que fue exquisito y necesario, nos ayudaron un montón en unos momentos dfíciles.
      Se me había olvidado añadir, al hilo del dinero, que en el segundo caso nos devolvieron 400 euros que habían sobrado pues al parecer mi tío tenía contratado un capital y sobró porque no usamos taxis y pusimos pocas flores por su expreso deseo, y la esuqela que tenía contratada fue un precio medio.
      En el otro caso no pusimos dinero de milagro.

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  6. Vaya compañero, paso a visitarte y qué me encuentro. Como siempre interesantes tus reflexiones y aportaciones. Unos años atrás no me hubiera atrevido a decir ni muu, la muerte estaba muy cercana, pero ahora puedo decirte, que efectivamente las cosas son tal como las cuentas: cuesta morirse. Siempre he pensado que es un negocio redondo. Todo los relacionado con salud, comida y muerte tiene asegurado el sueldo, es así. Yo opté por la incineración de mi madre. Jose, mi pareja, eligió todo, yo fui incapaz de hacerlo porque la muerte estaba con nosotras, pero no se decidía. El ataúd más barato, es lo más comprensible puesto que se va a quemar, lo que hagan y deshagan, ni lo piensas, al igual que la urna, yo elegí una biodegradable, las hay de mil formas y colores. Nunca te preparas para estas "compras", la verdad. Sí puedo decirte que el chico que nos atendió me pareció un profesional, cercano, cariñoso, de toda confianza, en ningún momento pensaría mal de él como trabajador y "apasionado" de su oficio, el maquillaje de mi madre fue soberbio, subrayar apasionado ya es mucho, pero él fue la nota calendulosa de aquellos trágicos momentos que viví. Un abrazo Josep Mª

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    1. Por eso digo en mi entrada que lamento si hiero alguna sensibilidad, entre otros motivos por la cercanía de un hecho tan luctuoso como la muerte de un ser querido.
      Toda la parafernalia que rodea una situación como esta solo la conoce quien la ha vivido y sufrido de primera mano. En esos momentos todo te da igual y, aun así, hay que hacer frente a cuestiones que te resultan banales o bien extrañas. En mi caso, tras la muerte repentina del segundo marido de mi suegra, aunque tenía un seguro de defunción, como era un empresario muy conocido en la comarca, tuve que poner una esquela en el periódico barcelonés La Vanguardia para hacer público su fallecimiento. Cuando llamé a la sección correspondiente me preguntaron qué quería poner y tuve que recurrir a un texto que leí en las necrológicas de un número atrasado de ese mismo periódico, que había usado para saber el número de teléfono al que tenía que llamar. El precio de dicho "anuncio" iba en función del número de palabras, así que tuve que ser lo más conciso posible. Un detalle del anecdotario fúnebre que uno va acumuando a lo largo de los años.
      En cuanto al trato por parte del personal, siempre lo he encontrado muy correcto, aunque, como es lógico, forma parte de un ritual aprendido para dejar al cliente satisfecho, como los parabienes que uno recibe en la recepción de un hotel. A mayor calidad, mejor atención.
      Un abrazo.

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  7. Escuché la noticia en la radio de las políticas fraudulentas de la funeraria citada y se me pusieron los pelos de punta. La verdad es que además del fraude o timo perpetrado, es muy interesante el análisis económico que realizas y en el qué vemos que la muerte es otro negocio más para que gente sin escrúpulos se enriquezca de un negociado seguro. Como en todos los ámbitos habrá gente honrada por supuesto. A mí en lo personal me tocó gestionar los tramites de un deceso, y lo que más me llamó la atención (por desagradable), aparte de elegir féretro, recordatorio, y demás, fue como en los mortuorios a primera hora de la mañana, acuden como buitres los comerciales de las distintas funerarias para que selecciones cementerio, tanatorio, etc, etc. Quizás es lo más asqueroso que haya presenciado en mi vida.
    Valiente como siempre Josep, un abrazo.

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    1. Hola, Miguel. Conociendo el gran negocio que hay detrás de las defunciones, yo me pregunto cómo se lo harán aquellos que tienen una renta miserable con la que casi no pueden llegar a fin de mes, porque si no tienen una póliza de seguros mínimamente razonable en cuanto a cuota a abonar, no podrán hacer frente a todos esos gastos tan elevados. No sé si las Administraciones son conscientes de ello. Como decía en respuesta a otro comentario, el Ayuntamiento de Barcelona, con Ada Colau al frente, ha intentado crear un servivio municipal de pompas fúnebres para hacer la competencia a las funerarias al uso que se lucran a expensas de la pena de los demás, pero hasta ahora esta iniciativa no ha dado sus frutos.
      Un abrazo.

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  8. Pues sí mi amigo, en este mundo que habitamos todo es negocio y al parecer también a todo se le puede sacar más todavía mediante alguna trampa. Yo no me he enfrentado aún con estos tristes asuntos y creo que mi forma de ser me diría que buscara cosas económicas siendo el asunto que es. Pero ya veo a los demás diciéndome que todo debe ser lo más lujoso posible, que, si lo pienso un poco, haría juego con la vida de muchos que se la pasan aparentando. Pero, ya veremos.
    Abrazos.

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    1. Bueno, amigo, hay funerales sumamente pomposos (de ahí vendrá el nombre de pompas fúnebres, digo yo) sin necesidad de que el fallecido sea un hombre o mujer de pro, simplemente por un boato mal entendido, en mi opinión. Nuestra cultura nos tiene acostumbrados a convertir la muerte en un ritual con un componente público muy notorio. En las películas norteamericanas (ignoro la costumbre de tu país) se ve cómo, después del entierro, se reúnen todos los asistentes en la casa de la familia más directa y celebran un ágape que más bien parece el catering de un bodorrio. Son costumbres respetables pero yo no me veo obrando de ese modo. En España, hace muchos años, cuando no existían los tanatorios y se velaba el difunto en casa, se ofrecía a los visitantes un café y algo de bebida a lo sumo, pero no recuerdo haber visto nunca comida. Pero solo se hacía como agradecimiento por la compañía (muchos se quedaban toda la noche en vela).
      Abrazos.

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  9. Lo tengo muy reciente. Cuando murió mi padre, elegimos mi hermana y yo, pero como pagaba mi madre fuimos un poco rácanas. Además mi padre aborreció todo el boato y el dinero que se despilfarraba en esas ocasiones. Siempre dijo que sería mejor emplearlo en quien lo necesite (era un socialista de los de antes).
    Efectivamente, a la hora de elegir ataúd, la chica del tanatorio nos insistía en que los baratos eran los que ponían los seguros. Yo comenté que total para quemarlo qué más daba y enseguida me dijo que era igual quemarlo que enterrarlo, que era para exhibirlo (como ves, no se cortó ni un pelo). Respecto a la urna, nos quería endosar una que debía de ser de mármol porque pesaba como un muerto, valga el humor negro. Menos mal que optamos por otra más barata, pero que nos gustó más porque era como una vasija romana. Cuando nos dieron las cenizas, pesaba tanto que ante la sorpresa casi se nos cae. Si llega a ser la de mármol se cae seguro.
    Cuando llegó la factura de todo, descubrimos que por la bolsa donde nos dieron las cenizas nos habían cobrado más de veinte euros. Claro veinte euros en el monto total es una miseria, pero mi hermana se mosqueó porque dijo que nos deberían haber avisado por si queríamos llevar una bolsa del Corte Inglés.
    Bueno, ya se sabe que los españoles, hasta en lo más fúnebre y solemne buscamos el humor.
    Un beso.

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    1. Pues vaya experiencia más curiosa (por decir algo). Como decía en mi entrada, hay situaciones y hechos que parecen más propios de una película de Berlanga y no sabes si reír o llorar, de lo absurdo que resulta. Y el dinero lo hace más estrafalario.
      Lo que has contado de la urna es patético, rozanso el esperpento.
      Y sí, con la muerte también vale el humor, lo que ocurre es que uno suele reírse más y mejor de lo ajeno, como si estuviéramos viendo la película "Un funeral de muerte".
      Un beso.
      P.D.- La opinión de tu padre me parece muy encomiable.

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  10. Escuché ese fraude y me pareció aún más indignante porque se juega con el dolor y con el embotamiento para "encasquetar" productos cuanto más caros mejor y como dice Rosa se juega con la imagen, con el qué dirán porque "cómo vas a poner un ataúd sencillo" es como si no los quisieras. Este tipo de comentarios se repiten y es de lo más ofensivo. Sé que es un negocio y muy boyante porque siempre tienen clientes pero se debería poner freno a la usura que hay en muchos casos.

    Comentabas Josep Ma sobre el ocaso, yo cuando veo ese anuncio en televisión siempre me da muy mal rollo jajaja, como siempre temas de lo más interesantes.
    Besos

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    1. Si todo ciudadano tiene que ver protegidos sus derechos, como en el caso de una vivienda digna y un trabajo mínimamente bien remunerado, también debería verse protegido de todo tipo de desaprensivos al llegar al final de su vida. Jugar con la muerte es inmoral. Todo el mundo tiene derecho a vivir de sus negocios y sacar de ellos el máximo provecho, pero no a costa de un chantaje emocional y engañando a la gente en unos momentos tan dolorosos.
      Besos.

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  11. Últimamente hemos podido ver en las noticias estafas como las que menciones por parte de funerarias. Que las flores las reciclaban en los diferentes entierros, lo teníamos claro. ¿Qué iban a hacer si no con la cantidad de ramos y coronas que se llegan a reunir en algunos entierros y que solo se muestran durante un rato delante de los asistentes? Suponíamos que tirarlas todas a la basura no. Pero lo de los ataúdes clama al cielo. Se necesita ser rastrero para hacer una cosa así en momentos en que los familiares están tan apenados y son tan susceptibles de creer que gastarse un dineral dignifica de algún modo la despedida.

    Como tú dices, no hay ya ningún negocio honrado y la muerte no iba a ser una excepción :)

    Buena reflexión y exposición de los hechos, Josep, ¡como siempre!

    Un abrazo.

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    1. Pero seguro que te hacen pagar las flores como si fueran de tu propiedad. Otra cosa sería pagar un dinero para su uso temporal, como un alquiler. Y lo del los ataúdes, pues se aprovechan de que en esos momentos eres más vunerable y no estás para controlarlo todo con lupa. Se aprovechan de los sentimientos ajenos y es lo que resulta más indignante.
      Un abrazo, Julia.

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  12. Lamentablemente yo he tenido que pasar por esos trámites tan dolorosos pero obligados. En mi caso la funeraria se portó decentemente y, dado que iba a incinerar a mi ser querido, me ofrecieron el ataúd más económico pues, como era lógico, si se iba a quemar no tenía sentido optar por un modelo más lujoso. Y precisamente cuando me argumentaron esto yo pensé "¿Y si el ataúd va a una tumba o a un nicho, sí es "lógico" utilizar un ataúd mejor? Es absurdo, se mire como se mire.
    Si usaron o no el ataúd en la cremación ya no lo sé.
    Dices que la incineración resulta más económica porque no hay que utilizar una tumba o un nicho. Eso es relativo, porque ahora están los columbarios donde se pueden depositar las urnas, y aunque son más baratos también cuestan lo suyo.
    Está claro que hasta morirse resulta oneroso. No nos libramos de pagar de ninguna de las maneras.
    Un besote.

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    1. En esas circunstancias la ostentación es absurda. Muchas de las cosas que rodean a un entierro y funeral son superficiales y solo comprensibles teniendo en cuenta el dolor que embarga a quien ha perdido a un ser querido. Hay mucha simbología y liturgia impregnada y entiendo que cueste desprenderse de todo ello..
      Muchas gracias, Paloma, por tu aportación.
      Un beso.

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  13. Yo también he visto reportajes sobre este tema y opino como tú, es deshonesto, falta de ética, de empatía, de todo. En esos momentos tan difíciles somos todos vulnerables y hay muchas cosas que las pensamos en frio y vemos que no cuadra. Por ejemplo en las cenizas que nos dan, siempre he pensado que es cuestión de fe el pensar que es del ser querido, pues mira por dónde el otro día en un reportaje hablan de que efectivamente existe el fraude de que te dan lo que ellos quieren y argumentan por qué es imposible que esas cenizas procedan solo y únicamente de un cuerpo determinado. En fin, son temas que tendrían que estar muy vigilado y depurar responsabilidades.
    SAludos.

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    1. Bueno, Manuela, ese tema que tocas también tiene su enjundia. Que decidas incinerar a tu ser querido y luego te den las cenizas de otro origen (total, qué más da, deben pensar) es un acto, no solo reprochable sino despreciable. Es como si a quien busca los restos de su padre o abuelo por las cunetas o fosas comunes, le ofrecieran, para contentarlo y que calle de una vez, unos restos al azar. El morbo y el fraude están servidos. Claro que ahora se puede recurrir a un análisis del ADN, pero han habido cambiazos imperdonables.
      Un abrazo.

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  14. No entiendo mucho de lo que hablas pero me gusta el ritmo de tu texto
    te mando un saludo grande desde otra tierra

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    1. Pues me alegro por tí, pues ello significa que todavía no has tenido que pasar por el trance de tener que enterrar a un ser querido y encima pagar una factura exagerada.
      Saludos.

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  15. La verdad es que enfada y no poco que se haga negocio del dolor y mas en ese momento en que lo único que quieres es llevar lo mejor posible el fallecimiento de tú ser querido.
    Recuerdo que cuando se murió mi abuela, antes justo de bajar a la iglesia, tuvieron la poca vergüenza de venir con la factura, creo que si vas a incinerar a l finado, lo menos que puedes hacer es cuando vengas a recoger las cenizas del difunto se habla de lo que te va costar, aunque ya lo sabes con antelación claro, pero presentar la facturita me parece muy fuerte, mi padre se cabreo y no poco. Ahora con mi padre afortunadamente no ocurrio así, también es cierto que se ocuparon mi madre, mi hermana y mi tía, y la v erdad lo hicieron bien, y no tuvimos ningún problema.
    Es muy fuerte que pagues toda la vida por todo y hasta para morirse también lo tengan que hacer tus familiares, y no moco de pavo, creo que el negocio de la muerte, bajo mi punto de vista, debía de estar regulado porque no todo el mundo se lo puede costear o pagar un seguro toda la vida, en fin es muy triste que se utilice la muerte como negocio, pero así son las cosas.
    Un abrazo y como siempre me gustan mucho tus reflexiones.

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    1. Lo que comentas de la factura es indignante. Yo También viví algo parecido cuando falleció mi suegro hace muchos años. Todavía estaba en cuerpo presente, en casa (en aquellas épocas en mi población no había tanatorio y los difuntos permanecían en casa hasta el momento del oficio religioso y el entierro) y vinieron a cobrar estando la viuda, mi suegra, desecha de dolor, pues solo habían pasado unas horas desde la muerte repentina de su marido. Un cuñado de mi suegro y un servidor casi lo echamos a patadas increpándole por la falta de tacto. Encima del negocio, un comportamiento repulsivo. Ahora las cosas han cambiado mucho, pero el negocio es el mismo.
      Muchas gracias, Tere, por tu comneario.
      Un abrazo.

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  16. Hola, Josep Mª.
    Hace días leí tu entrada, pero no pude comentar.
    Estoy totalmente de acuerdo y sé de lo que hablas, pero yo añadiría una sencilla pregunta ¿No colaboramos nosotros, de alguna manera, a que ese negocio marche viento en popa?
    Un abrazo y pongamos en práctica nuestras reflexiones.

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    1. Hola, Ana. Tienes toda la razón. Nosostros, dejándonos llevar por la codicia ajena, la alimentamos sin querer. Se aprovechan de la vulnerabilidad de quien está pasando por un momento emocionalmente delicado y saben que no se opondrá a determinadas sugerencias. Como bien dices en tu entrada "Funeral celeste", lo mejor es estar preparado de antemano y tener las ideas claras.
      Un abrazo.

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  17. Es cierto lo que mencionas y cuando en algún momento que me informaba de la comodidad y beneficios de un féretro le pregunté al encargado si era duradero, se quedó algo desconectado.
    Otro de los fraudes que pasan en México y a mi parecer es más extremo que el cambio o quitarlo cuando la incineración o que el coste de unos y otros sea en diferencia extrema es lo que se descubrió hace unos años, las funerarias tenían un nexo con los sepultureros y después de sepultado el familiar esperaban la noche, cavaban y extraían el ataúd que previa "desinfección" volvía a exhibirse.

    Es sorprendente lo que llega a hacer la gente y las empresas por dinero.

    Un abrazo, Josep

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    1. Hola, Adel. Hasta en los temas más serios y fúnebres hay espacio para el humor negro, jeje. Muy buena la pregunta sobre la duración del féretro.
      Ese fraude que mencionas parece más propio de películas de terror gótico. No solo es un fraude para la familia que ha costeado el féretro sino un delito considerado profanación de tumbas. Me dejas perplejo, aunque ya sa sabe que hay de todo en este mundo y casi no queda lugar para el asombro.
      Muchas gracias por dejar tu comentario.
      Un abrazo.

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    2. Me has hecho sonreír, no, lo de la durabilidad no lo dije por humor negro, debí explicarme mejor, pasa que, así compres el ataúd más costoso, lo único que tiene es vista, porque apenas los soportes esos que ponen para bajarlo y llegando al fondo se llegan a tronar, vamos, se abren como si hubieran caído de golpe.

      Dicen que nunca debemos perder la capacidad de asombro pero en algunos temas, preferiría que no fuera así.

      💋

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