martes, 23 de enero de 2018

La hipocresía de la legalidad o la legalidad hipócrita


Una gran mayoría de ciudadanos se ha llenado últimamente la boca sobre la obligatoriedad de cumplir la Ley a rajatabla. Estoy totalmente de acuerdo, es la regla del juego democrático, lo cual no significa, como ya he manifestado en alguna otra ocasión, que no haya leyes injustas que necesitan ser cambiadas.

Pero ¿qué fuerza moral tienen los que se excusan y se escudan en la Ley cuando son los primeros en habérsela saltado una y otra vez? ¿Cómo, por ejemplo, un representante de un partido político que se ha financiado ilegalmente y que tiene entre sus filas a cientos de encausados por fraude y expolio del erario público, puede exigir, sin rubor y sin perder con ello toda credibilidad, que otros, generalmente sus adversarios políticos, cumplan la misma Ley a la que todos nos debemos?

Y entre los ciudadanos de a pie que también salen en defensa a ultranza del cumplimiento de la Ley, ¿cuántos cometerán constantemente un fraude fiscal al pagar sus facturas sin IVA? ¿Cuántos se habrán desgravado gastos privados cargándolos a nombre de su empresa? ¿Cuántos habrán intentado, en más de una ocasión, hacer trampa en la declaración de la renta? ¿Cuántos habrá que pagan y/o cobran en negro para ahorrarse cargas fiscales? Y así podría enumerar muchos más delitos tipificados por esa Ley a la que tanto adoran. En definitiva, ¿cuántos serán los que se aplican la famosa máxima que dice “hecha la ley, hecha la trampa”?


Seamos consecuentes y prediquemos con el ejemplo. Como decía no sé quién: o todos moros o todos cristianos.


23 comentarios:

  1. Es que, querido Josep María, las pajillas en ojo ajeno son muy escandalosas, pero la viguilla en el propio es muy discreta, casi una monada a la que todo se lo perdonamos. Ese partido que se financia ilegalmente y cuyos políticos recibieron regalos en forma de payasos y bolsos Vuyton y pagas en diferido a poca gente le molesta (o eso indican las urnas y la intención de voto) porque al fin y al cabo, en este país la legalidad es muy laxa y quien más quien menos lo hace y si no lo hace es porque no puede, pero ya le gustaría. Ahora, ni se te ocurra decir que la Constitución está un poco oxidada y va siendo hora de colgarle alguna enmienda (la de Estados Unidos tiene hasta tiritas y sigue siendo quasi sagrada) porque eso ya son palabras mayores en el tema delitos a cometer. Tú roba mientras sea dinero público, pero la Constitución ni me la toques... (y pensar que si por ellos fuera, ni siquiera existiría...)
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La ley debe estar al servicio de los ciudadanos y no al revés. La Constitución no es un Libro Sagrado, intocable, como la Santa Biblia, aunque para algunos así lo parece. Está visto que si una ley favorece al Poder, está bien hecha y no debe tocarse. Incluso los pocos "Padres de la Constitución" que siguen vivos no están a favor de modificarla. Increíble. La sociedad cambia pero muchas leyes (o mejor dicho, muchos legisladores) parecen inmutables a esos cambios.
      En una sociedad, como la nuestra, en que se dice y aplica la cantinela de "pero si todos lo hacen", refiriéndose a una trampa del tipo que sea, y la del "y tú más", no podremos jamás avanzar hacia una verdadera justicia social.
      Muchas gracias, Rosa, por compartir tu opinión dejando este comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
    2. No está oxidada, más bien manipulada.

      Eliminar
    3. Esto sí que es un viaje al pasado, Unknown. Si no hubiera tenido activado el aviso de comentarios por gmail, este se me habria escapado.
      Se agradece la aclaración.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Que verdades dices compañero. Primero tienen que dar ejemplo los políticos. Y poner quien vigile bien que se cumpla la ley. Porque lo que dice la Constitución, no se si la cumplimos todos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo peor de todo, Mamen, es que esto es como predicar en el desierto. Por lógico que parezca, no hay voluntad de arreglarlo, porque quienes tienen las sartén por el mango, no lo desean.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Hola Josep, sin duda un buen título con el juego de palabras que has realizado.

    Respecto a el partido político, o su representante, la verdad no sé ya que caso es peor, si el de ellos mismos, o el de otros partidos que les apoyan o sostienen. Realmente escandaloso.

    Y respecto a la batería de preguntas que formulas, yo respondería con un muchos, muchos, muchos. El claro ejemplo es cuando te prestan un servicio y no te quieren hacen factura,con el soniquete de con IVA o sin IVA.

    Un abrazo y a seguir con tu espíritu crítico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quien apoya a un poder corrupto mantiene la corrupción en el poder. Eso solo se entiende si quienes les apoyan salen beneficiados de algún modo. Lo que me parece escandaloso es que haya quien vea la corrupción como algo normal y tan arraigado que no vale la pena intentar cambiarlo.
      Yo creo que el poder legislativo y el judicial deberían estar en manos de personas íntegras cuya motivación fuera únicamente ética y de salvaguarda de la justicia, sin dejarse influir por consideraciones puramente políticas e interesadas. Pero eso es quizá pedir peras al olmo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Estoy totalmente de acuerdo en que somos muy aficionados a funcionar con la ley del embudo, pero también es cierto que los ciudadanos de a pie pagamos infracciones menores con mucha más seguridad y mucha más severidad que cuando los de arriba las cometen mucho mayores.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Macondo, el fiel de la balanza de la justicia no está equilibrado, siempre se inclina hacia el más débil. Pesa mucho más un pequeño delito de un ciudadano anónimo que una gran estafa pública cometida por una personalidad relevante. La justicia no solo es ciega sino que muchas veces parece que padece de Alzheimer.
      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Ese parece un defecto universal que parece transmitirse como si de una enfermedad genética se tratara. El hombre en general, y los políticos en particular, luchan por el poder y cuando lo han obtenido siguen luchando para que nadie se lo arrebate. No existe ni la autocrítica ni la avceptación de la crítica ajena, ni el deseo de colaborar con los demás por el bien común. Como decimos acá, cada uno va a su bola y que los demás se jodan.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Es de verguenza como se saltan la ley y luego piden que los demás la cumplamos, no hay derecho y a veces me pregunto si es que la democracia no esta bien asentada o hay quienes se aprovechan de ella? es que la ley se ha de cumplir por todos y no solo debe exclusividad de unos cuantos, pero me da la sensación de que cuanto mas poder tienes mas puedes saltarte la ley, ahora eso si, mientras no me pillan a vivir como un rey y me salto la ley y eso es lo que no hay derecho y luego la pobre madre que roba en un supermercado tiene que cumplir condena porque a robado para comer, y esta claro que el poder y el dinero sirven para todo y para los políticos la ley según les conviene, en fin ahora lo que me duele es que los partidos políticos no van a devolver un duro de lo que se han llevado y si pagan pagarán pero aún así no pasará nada, porque la gente seguirá votando a estos políticos que tanto daño han hecho a esta democracia nuestra. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Tere. Ya en otra de mis entradas saqué a relucir que la ley no se aplica a todos del mismo modo, por mucho que quieran hacérnoslo creer. Y el ejemplo que has puesto del que roba para comer es un claro exponente de ello. No todos somos iguales ante la ley, o ante los jueces, que es lo mismo. No se ve igual a un rico empresario o al yerno del Rey emérito que a alguien que alza la voz contra el gobierno. Con los primeros son indulgentes, pero los segundos deben pagar cara su desvergüenza. No me cabe en la cabeza que, por ejemplo, se detenga y encarcele a alguien por supuestas injurias a un miembro del Gobierno, y que quien ha cobrado un sobresueldo de forma ilegal se vaya de rositas porque es un alto cargo de ese Gobierno. Y son esos mismos, que miran para otro lado o se hacen los locos, los que luego calificarán de corruptos a sus oponentes políticos. Lo dicho: pura hipocresía.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. El que algunos se salten la ley no es excusa para que otros hagan lo mismo; como tú haces algo mal yo también lo puedo hacer. No, eso no es así. Sí es verdad que resulta fariseo no predicar con el ejemplo.
    Las leyes evidentemente no son inmutables, pero cambiarlas para favorecer ciertas corrientes oportunistas y oportunas tampoco me parece la solución. Antes que la Constitución (que no discuto yo que haya quedado obsoleta en algunas cosas, aunque no precisamente las que cacarean algunos partidos) yo cambiaría otras leyes, como la electoral. Que el voto de un señor de un sitio en concreto valga el doble que el de un ciudadano de otro lugar me parece, además de injusto, una tomadura de pelo. Pero de eso casi nadie dice nada (tan solo algún partido absorbido y a punto de extinguirse por culpa, precisamente, de esa ley).
    En fin, como siempre, pones el dedo en la llaga y nos haces reflexionar, algo que siempre viene bien.
    Un abrazo, Josep Mª.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, colega, si no se cambian esas leyes o normas injustas será porque el estatus actual favorece a los que se muestran reticentes a hacerlo. Y mientras la mayoría parlamentaria no logre ese objetivo, nos tendremos que aguantar. En cuanto a la Constitución Española, parece que son muchas las voces que abogan por actualizarla o "modernizarla", pero nadie toma la iniciativa. En este país solemos "tomar medidas y sentar las bases", es decir, es decir hablar mucho pero no actuar. Desde luego, no será tarea fácil ponerse de acuerdo con los cambios a realizar en el texto constitucional, eso está claro, pues cada partido barrerá para casa, queriendo modificar aquello que ahora no les favorece. Un consenso amplio y progresista sería lo justo y necesario, pero ya sabemos que, hoy por hoy, lo de alcanzar un consenso es tarea casi imposible. Quizá el tiempo ponga las cosas en su lugar, quizá deberán pasar muchos años hasta que las nuevas generaciones se pongan manos a la obra. Entretanto, a pelearse, que es lo que se lleva.
      Por ahora, tener leyes justas e igualitarias parece casi una utopía.
      Un abrazo, Paloma.

      Eliminar
  8. Hola.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo, y lo peor es que no veo yo arreglo, al menos en el caso de los políticos, a los que, por cierto, siguen votando una y otra vez.
    Un abrazo y aunque las cosas no cambien al menos hay sitios como este donde podemos desahogarnos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Gemma,
      Pues sí, amiga, por lo menos que no nos quiten el derecho a la pataleta. Porque si no nos pudiéramos desahogar reventaríamos, jajaja
      Muchas gracias por dejar tu comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Es por eso que detesto la política. Tú mismo me comentaste en una entrada que no es posible ser apolítico, y creo que tenías razón, ya que siempre se tiene inclinación o preferencia por alguna ideología, ya sea tirando más a la acera izquierda o la derecha. No obstante, veo en TODOS los políticos, sin excepción, la misma hipocresía, la misma falta de predicar con el ejemplo. Es como si estuviesen todos cortados por la misma tijera, pues se llenan la boca con discursos que no cumplen y se digan a criticar en el otro lo que ellos hacen día sí y día también.
    El ejemplo que has puesto sobre la legalidad es una prueba clarísima de ello. Las leyes hay que cumplirlas, sí, pero cuando nos conviene.
    Abrazos, Josep.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sofia. Lo que mejor se les da a los políticos es la retórica. En eso todos son idénticos, indistintamente del partido en el que militen. Excepto nuestro Presidente del Gobierno, todos los altos cargos suelen tener un pico de oro, nos venden la moto con engaños y se quedan tan anchos. Algún mérito deben tener cuando con mentiras son capaces de convencer a tanta gente.
      Solo con echar mano de la hemeroteca podemos comprobar cómo lo que decían antes durante la campaña electoral es, a veces, diametralmente distinto a lo que hacen cuando han ganado las elecciones. Y ni se inmutan. Son peores que "el hombre del tiempo", que hace una predicción, sucede todo lo contrario, y ni siquiera se disculpa.
      Y, por supuesto, otra de sus grandes habilidades es la de atacar a sus oponentes con calificativos que a ellos mismos les vienen como anillo al dedo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Hola Josep Mª en primer lugar, felicidades por tu recuperación, o al menos ya estás por estos derroteros y vienes bravo, veo, aunque con un discurso conocido, lo siento compañero, pero en estos detritos pensamientos estamos muchos, y los rebajo a nivel de la fosa séptica, porque todos estamos hundidos en ella y no sacamos cabeza. Los políticos están ahí, falsos, fraudes, fantasmas, f,f,f, y feos si quieres pero es que hay votantes detrás que creen en ellos o al menos le votan, estoy con Paloma en que hay que cambiar primero la ley electoral, ante todo, y después recurrir a los manda-mientos-sanos: "haz el bien y no mires a quién" se nos olvidaron las cosas sencillas y así vamos "mirando al paja en ojo ajeno y no la viga en el propio" el poderoso hace uso de su poder y se le olvida la razón y el diálogo. Que las leyes se han hecho para cumplirlas claro, pero "quien hace la ley hace la trampa" y "el que rige, dirige, persigue y sigue, mientras le dejen". Un abrazo y mejoría, al menos que la salud no nos la toquen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Eme. Lo peor de todo es que muchos (si no todos) conocemos el problema, que ya viene de lejos y que últimamente está cobrando mucha visibilidad en distintos frentes, pero cuya resolución veo a muy largo plazo, pues todavía hay muchos interesados en mantener el sistema. Evidentemente no nos queda más remedio que aceptar y soportar la decisión de la mayoría de votantes que sostienen, consciente o inconscientemente, este sistema corrupto. Solo con el derecho a la pataleta y procurando que esta repulsa verbal llegue a todos los rincones del país, podremos concienciar a los ciudadanos a los que todavía les queda una pizca de sensatez y sentido de la justicia. Al parecer, las redes sociales, ese altavoz para tantas reivindicaciones sociales y políticas, no es, por el momento, suficiente. Y las manifestaciones en la calle bien pudieran ser ahora calificadas como una incitación a la violencia, al odio y a la rebelión. Los que tienen el poder ya se preocupan en mantenerlo en sus manos y en boicotear cualquier intento de arrebatárselo. De ahí la "Ley Mordaza". Pero tiempo al tiempo.
      Muchas gracias, compañera, por tus comentarios.
      Un abrazo.

      Eliminar
  11. Totalmente cierto lo que dices, Josep. En más de una ocasión he comentado con amigos que esperamos honestidad y rectitud de nuestros políticos cuando nosotros, a nuestro nivel, intentamos hacer exactamente lo mismo que ellos solo que a pequeña escala, porque es a lo único que alcanzamos. Ellos deben dar ejemplo, y no lo dan; nosotros deberíamos ser consecuentes y exigir lo que damos, pero no lo hacemos. Todos pecamos de querer la parte ancha del embudo para nosotros, ¡y así nos va!

    Buena reflexión, pero me pone de mal humor jajajaa.

    ¡Un abrazo, Josep!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Julia. Pues quizá sí que podríamos decir aquello de que quien esté libre de culpa que tire la primera piedra. Puede servir de consuelo el hecho de que nuestras "pillerías" son una minucia comparadas con las que llevan a cabo nuestros políticos, pero si sumáramos el resultante económico de todas ellas, seguro que alcanzaría una cifra nada desdeñable. También, en nuestra defensa, podríamos decir el famoso refrán (siempre el sabio refranero, jeje) de quien roba a un ladrón... Pero ello no quita que, aun a menor escala, todos hemos hecho trampas alguna vez. Sin embargo, como bien dices, al igual que un sacerdote debe dar ejemplo cumpliendo sus obligaciones morales y sus votos, un político debe dar ejemplo cumpliendo la ley en la que se ampara cuando le conviene.
      Gracias por tu apreciación y, sobre todo, no te dejes llevar por el desánimo y la rabia, jajaja.
      Un abrazo, compañera.

      Eliminar