sábado, 11 de mayo de 2019

Vida domótica, robótica y estrambótica



No por sabida y repetida hasta la saciedad deja de ser menos cierta la famosa frase atribuida a Don Sebastián, en la no menos famosa zarzuela La verbena de la Paloma, “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Suena a rancio, a tópico, como la típica pregunta retórica de “¿adónde iremos a parar?”. Pero yo sigo haciéndome esta pregunta. ¿Será acaso un síntoma de vejez? Creo que un poco sí, pues ya hay cambios que se me antojan innecesarios, superfluos, o incluso preocupantes. Lo dicho: me estaré haciendo viejo.

Siempre me ha gustado la comodidad y todos los adelantos técnicos que la hacen posible, que nos facilitan las labores más ingratas. ¿Qué haríamos sin un aspirador? ¿Cómo nos las apañaríamos sin un refrigerador, un ventilador, una tostadora o un molinillo eléctrico? Pero no hace falta retroceder tanto en el tiempo en lo que a electrodomésticos se refiere. En las últimas décadas del siglo pasado irrumpieron en nuestras oficinas y luego en nuestros hogares los ordenadores personales, la telefonía móvil, los televisores de plasma y otros tantos adelantos tecnológicos, que no cesan de perfeccionarse, superando, año tras años, sus prestaciones. Cuando uno ha adquirido el nuevo modelo de smartphone, el fabricante ya tiene preparado una nueva versión mejorada. Típico de una sociedad de consumo como la nuestra.

La tecnología ha invadido nuestras vidas y nuestros hogares, generalmente para bien, pero permitidme que reitere mi pregunta: “¿Adónde iremos a parar?”, o formulado de otro modo: ¿Son realmente necesarios algunos adelantos que nos ofrecen?

Aunque todavía no ha llegado a introducirse de forma masiva, seguramente por la cuantía de la inversión, hace años que la domótica ha irrumpido en nuestras casas. Podemos activar muchas actividades domésticas a distancia. La calefacción, la alarma, el riego automático ya no precisa de nuestra presencia física en casa. Podemos programarlo casi todo. Se puede encender la luz o el televisor dando unas palmadas al aire. Hasta podemos hacer preguntas y dar órdenes a un pequeño artilugio, siempre y cuando tengamos instalada la aplicación y las conexiones necesarias, aunque nos lo vendan como un elemento milagroso que atiende a nuestras órdenes cual chambelán de última generación.

La domótica hace años que llegó para quedarse, solo es cuestión de tiempo que se haga tan asequible que el ciudadano medio pueda disfrutar de todas sus ventajas.

Pero, siguiendo con el turno de las preguntas: ¿Esta creciente comodidad no irá aparejada a una progresiva complicación? ¿Realmente será todo ello tan útil como pretenden hacernos creer o será cada vez mayor el engorro que supone su disfrute? ¿Acabaremos dependiendo de las nuevas tecnologías hasta el punto de no poder vivir sin ellas?

Resulta obvio que los que ya tenemos una edad, la simple y llana informática es una frecuente fuente de problemas y complicaciones. Todo en esta vida tiene sus pros y sus contras. Un claro ejemplo de ello es internet. La gran mayoría de sus usuarios ya no sabríamos prescindir de ella. Es nuestra primera y mayor fuente de información. Los estudiantes ya no consultan libros, ahí está internet para satisfacer sus necesidades de forma rápida y económica. Pero también es una fuente de problemas, como la piratería, la pornografía y la difusión de información inadecuada y peligrosa. “Gracias” a internet se puede fabricar una bomba y adquirir productos tóxicos sin que nadie pregunte. Y qué decir de la “toxicidad” de las redes sociales, que incluso se utilizan para acosar y llevar a cabo bullying a compañero/as de clase.

Estos últimos aspectos indeseables se pueden evitar eludiendo el empleo de dichos recursos por parte del usuario o controlando por parte de terceros la utilización de la tecnología con fines perversos. Conociendo sus efectos perniciosos podemos neutralizarlos. Pero ¿seremos capaces de anticipar los perjuicios de las aplicaciones tecnológicas que están por venir? ¿Será el hombre lo suficientemente precavido, inteligente y cauto para no ceder al empleo de aplicaciones que a simple vista tienen que ayudarnos a vivir mejor pero que, una vez instaladas en nuestras vidas, anularán o coartarán nuestra libertad? Si ya podemos ser espiados a través de las redes sociales, de nuestros teléfonos móviles, de nuestras cámaras de seguridad (hay quien asegura que incluso a través de los televisores “inteligentes”) y de nuestras transacciones electrónicas, ¿qué no ocurrirá en un futuro con los nuevos inventos? ¿Serán los robots la solución definitiva para procurarnos una vida mejor o estaremos subyugados inconscientemente a su tiranía? El empleo de robots industriales ya resulta un modelo a seguir en muchas empresas como medio para optimizar la producción, pero también son y serán el motivo de un mayor desempleo. Las máquinas sustituirán al hombre cada vez con mayor frecuencia. ¿Seremos capaces de idear alternativas para combatir ese efecto secundario laboral?

Coches y trenes sin conductor, estaciones de servicio totalmente automatizadas, hoteles sin recepcionistas. ¿Qué será lo próximo? ¿Aviones sin piloto, aeropuertos íntegramente robotizados, restaurantes y supermercados de autoservicio integral, autodiagnóstico médico por ordenador? ¿Pagaremos estos “adelantos” a cambio de nuestra seguridad y la pérdida de cientos de miles (o millones) de puestos de trabajo? Actualmente ya resulta muy difícil, si no imposible, contactar con un ser humano para resolver un problema o tramitar una queja en Empresas que han optado por sustituirlo por una aplicación informática programada para atender al público, bien telefónicamente, bien entrando en su web. Aun así, dicha aplicación solo contempla un número limitado de entradas y muchas veces las respuestas ya están incorporadas en el apartado de “Consultas frecuentes”, dejando fuera cualquier otra incidencia que no haya sido previamente contemplada. ¿Qué ocurrirá, entonces, cuando todos los servicios de los que puede y debe disponer el consumidor estén íntegramente operados por ordenadores?

Gracias a los adelantos científicos nuestra esperanza de vida es mucho mayor de la de cien años atrás. Algunas enfermedades que parecían incurables tendrán una solución definitiva a medio plazo y acabarán pasando a la historia de la medicina. Otras dolencias con un componente hereditario podrán pronto prevenirse mediante manipulación genética. Los trasplantes se convertirán en algo rutinario y sin complicaciones, y los órganos obtenidos por biotecnología y los fabricados con impresoras 3D estarán a la orden del día, al igual que las intervenciones robotizadas y teledirigidas.

Pero, por otro lado, cada vez estaremos más controlados y dominados por las nuevas tecnologías. Ese es el futuro que nos espera (utilizo la primera persona del plural para referirme al conjunto de la sociedad, pues no creo que viva cuarenta años más para verlo). ¿Acabaremos viviendo una vida que tendrá más de virtual que de real? En definitiva ¿seremos virtualmente felices? Espero que las máquinas solo sirvan para mejorar la calidad de vida y para el tratamiento de enfermedades, teniendo en cuenta que vivir conectado a una de ellas ya no será una opción.

Hace tan solo unos días, en un programa de televisión se trató el tema de los adelantos tecnológicos y la soledad asociada a ellos. Como ejemplo se citaba el aislamiento que las redes sociales están provocando en adolescentes, que prefieren o dedican muchas más horas a estar conectados virtualmente que a disfrutar de la compañía física. Pero al margen de esa conocida y creciente adicción al móvil y a las redes sociales, lo que más me llamó la atención fue saber que una de las nuevas ofertas que va ganado adeptos consiste en la fabricación de muñecas (y muñecos, aunque en mucha menor proporción) que emulan con una gran precisión a una mujer (o a un hombre) a tamaño natural, con el propósito de procurar compañía y desahogo sexual. Ya no se trata de las típicas muñecas hinchables, esos monigotes que más bien dan aprensión que atracción, sino una copia bastante fiel de un ser humano, con una textura y tacto muy semejante al de la piel humana, pudiendo regular su temperatura corporal igualándola a la de un cuerpo humano, y dotada de movimientos (sonrisa incluida) programados y controlados por un mando a distancia. También se mostró cómo en Japón existía la posibilidad de disfrutar de compañeras y novias virtuales en forma de holograma con las que se puede mantener largas conversaciones. ¿Acabaremos prefiriendo estos sucedáneos a la compañía humana?

Una cosa es disfrutar de la domótica y de la robótica, pero ¿no estaremos abocados a una vida un tanto estrambótica?

*Imágenes obtenidas de Internet

32 comentarios:

  1. Está invadiendo nuestras vidas, ya lo creo. Vi un reportaje de muñecas de silicosis, preciosas, con un programa que aprende del humor del dueño. En Japón, donde mucha gente es virgen hasta muy mayor, o deciden no convivir con humanos. A mí, personalmente no me preocupa la osmótica, pero nunca estuvo el hombre civilizado tan solo como ahora, con tanta tecnología

    Un abrazo. Gran reflexión. Por un finde con el aroma, sonido y locura de los humanos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo peor de todo es que lleguemos a estar tan inmersos en una sociedad dirigida por la robótica y por las aplicaciones informáticas que seamos incapaces de dicernir entre lo normal y lo anormal. Dicho de otro modo: que lo que es anormal ahora acabe siendo normal mañana. Si hoy las redes sociales y los videojuegos tienen a una gran parte de la juventud alienada, por no decir atontada, ¿qué será de ellos dentro de unas décadas? ¿Abandonarán esa adicción o, por el contrario, empeorará? ¿Acabarán los ciudadanos dirigidos, como robots, por los que ostenten el poder? ¿Vivirán nuestros descendientes un mundo feliz sin tener conciencia de estar manipulados?
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Muy peligroso este futuro que se nos avecina, pero que sin duda lo van a sufrir las nuevas generaciones que nos sucederán.
    Respecto a tu afirmación de que "te estarás haciendo viejo", no lo veo así, sino que ocurre lo siguiente: hasta hace bien poco se daban unos valores de respeto y dignidad hacia cualquier ser humano, mientras que desde hace muy pocos años, se ha producido un cambio radical, donde la utilidad se está supervalorando, digamos que ya no interesa la filosofía que ponderaba la sensatez y bondad, como cualidades humanas, ahora lo principal es lo más instintivo y brutal, lo que ya nos aproxima a la involución de la especie humana, un mercado de las vanidades, infinitamente peor que el que nos mostraba Shakespeare, con su Mercader de Venecia.

    La tecnología se ha colado por las pantallas de vidrio o los artilugios expías, que ingenuamente hemos introducido en nuestra propia intimidad, ya todo se comparte, todo se vende, todo se permite... Y con ello, perderemos hasta nuestra identidad.
    Completamente alienados con un consumo absurdo de cosas inútiles, en muchos casos, nos "fabricamos" un mundo irreal, donde la soledad y el miedo acampan a sus anchas.
    Quisiera pensar que algo insospechado acabara de una vez con semejante espejismo y las mentes zombificadas de los jóvenes, se liberasen de una vez de semejante falacia tecnológica y estrambótica.

    Buen debate, Josep Mª, para fomentar consciencia de este asunto.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, amiga, la escala de valores ha sufrido una grave mutación. Yo me quedo perplejo cuando entrevistan por la calle a jóvenes veinteañeros, e incluso mayores, que pasan totalmente de cuestiones políticas, sociales y morales (no en el sentido religioso sino ético) y solo valoran lo superfluo, lo que está de moda. Incluso me alarma el pobre nivel educativo y cultural que demuestran. Algo está fallando.
      En cuanto a la invasión tecnológica con fines "recreativos" o supefluos, cuyo valor añadido es muy cuestionable, creo que hemos mordido el anzuelo y caído en la trampa del consumismo y el adocenamiento. Actuamos por imitación y seguimos las tendencias que nos imponen otros sin apenas rechistar. Hay que consumir y hay que inventar nuevas aplicaciones para tener a la gente distraída y gastando dinero para llenar las arcas de las grandes empresas. A medida que nos acercamos a ese estilo de vida "moderno", nos alejamos de nuestros semejantes y nos aislamos como individuos sociales. Tanto han cuajado algunas aplicaciones, como Twiter, que incluso los altos mandatarios emiten sus comunicados por este medio, abanonando cada vez más la buena práctica de dar la cara.
      Veo el futuro como una película de ciencia ficción: todo aquel que tenga trabajo lo desempeñará desde su casa, y se comunicará con sus jefes, colegas, subordinados, e incluso son sus amigos, familiares y vecinos por internet. Lo me recuerda a una película protagonizada por Bruce Willis, titulada "Los sustitutos", que muestra una sociedad en la que la gente vive aislada en sus casas y tienen a su disposición un robot que es una réplica exacta de ellos (los sustitutos), con los que están conectados cerebralmente, y que son quienes llevan a cabo todas las actividades en la calle.
      Muchas gracias, Estrella, por dejar tu comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Algo parecido a tu justificada reflexión andaba yo pensando el otro día, precisamente con motivo de una noticia del telediario. Y después de rumiar un poco sobre lo que se nos venía encima con tanto adelanto, le dije a mi marido de sopetón que esperaba no estar aquí cuando en cada casa hubiera un robot doméstico como lo más normal del mundo. Así de emocionada estoy :(

    Las máquinas y los adelantos técnicos acabarán por cambiar nuestras vidas, nuestra forma de relacionarnos (ya han empezado) y de trabajar, nada será como ahora lo conocemos y no creo que sea precisamente para mejor. Si no espabilamos estaremos aislados en nuestras propias burbujas autosuficientes y controlados en todo momento, ¡menudo futuro! Lo dicho, espero no estar aquí cuando eso llegue...

    Como siempre letras llenas de sensatez y razón, Josep. Me encantan tus reflexiones, pero a veces me descorazonas un poco, por decirlo suavemente jajaja.

    ¡Un abrazo y buen finde!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los únicos robots domésticos que acepto de buen grado son el robot de cocina, Termonix o como se llame, y la Roomba u otro aspirador de esos que van solos por la casa, jeje. Los humanoides me dan grima.
      Solo espero que esta entrada no sea profética. No quiero ser H. G. Wells ni Aldous Huxley, aunque sus vaticinios en La guerra de os mundos y en Un mundo feliz me gustaron mucho, jeje.
      Muchas gracias, Julia, por tus comentarios.
      Un abrazo y feliz domingo.

      Eliminar
  4. Tú mismo lo has dicho, Josep, acabaremos dependiendo tanto de las nuevas tecnologías que no seremos capaces de vivir sin ellas.Creo que ya está ocurriendo eso que tan acertadamente has descrito. Yo ya no estaré aquí para verlo, y creo que hasta me alegro, porque el depender tanto de las máquinas supone no disfrutar de otras cosas mucho más naturales. Todo está cambiando a un ritmo desorbitante, no da tiempo a ponerse al día en el manejo de un aparato, cuando ya ha salido otro, los jóvenes no tienen valores...No sé, creo que al final las máquinas se harán con el poder de todo y seremos nosotros los muñecos teledirigidos. También yo me pregunto, como tú, si no me estaré haciendo vieja y por eso pienso así, porque pertenezco a otro tiempo.Lo cierto es que las nuevas tecnologías han entrado en nuestras vidas y lo han hecho para quedarse. Nuestros nietos verán lo que ocurre después.
    Me ha gustado mucho tu reflexión. Ha sido muy interesante
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando uno empieza aceptando una dependencia como la que ahora tenemos casi todos, resulta mucho más facil que acabemos atrapados en su tela de araña y ya no podamos escapar. La tecnología perversa, a diferencia de la araña, no nos matará, pero nos convertirá en sus esclavos. Solo deseo que esta predicción tan agorera no se cumpla al 100% y el hombre sea capaz de reaccionar a tiempo y no acabe siendo su propio verdugo.
      No deberíamos perder de vista que la tecnología está a nuestro servicio, no al revés.
      Cuando hago este tipo de reflexiones yo también me siento como nuestros abuelos cuando echaban de menos su época y decían eso de "dónde vamos a ir a parar", jeje.
      Un abrazo y gracias por venir a leer mis tribulaciones mentales.

      Eliminar
  5. Todo pasa factura, el adelanto también. A través de los adelantos nos van controlando y la sociedad se va haciendo más fría y distante. Estamos solo en la antesala de una era dirigida por inteligencia aritificial, ya han tenido que desconectar varias máquinas porque pensaban por ellas solas. Aquellas películas que veíamos de niños que nos parecían tan lejanas de robots por las calles, coches que volaban por la ciudad... ya está aquí.
    SAludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces para progresar hay que sacrificar algunas cosas, como la intimidad o el libre albedrío, pues estamos interconectados y seguimos las pautas que nos mandan, muchas veces sin darnos cuenta. Ahora quizá damos dos pasos adelante y uno atrás, pero algún día nos veremos obligados, para seguir la corriente, a dar un paso adelante y dos para atrás. Sacrificaremos nuestra libertad a cambio de una comodidad que no será imprescindible.
      Y en cuanto a los robots, espero que cuando ya sean de uso corriente en nuetras casas, sus diseñadores los programen para cumplir a rajatabla las tres leyes de la robótica que ideó Isaac Assimov, la primera de las cuales dice que un robot no hara daño a un ser humano, jeje.
      En el salón del automóvil de Barcelona ya se expuso un coche volador, pero yo todavía no me fiaría, jajaja. Y si bien es cierto que cosas que veíamos en el cine sobre el futuro ya son el presente, otras no. La famosa película de Stanley Kubrick "2001 Una Odisea del Espacio" todavía no se ha hecho realidad y eso que ya han transcurrido 18 años.
      Un abrazo, Manuela.

      Eliminar
  6. Todo lo que dices es tan cierto y sensato, que te pones a pensar y da canguelo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues mejor no pensar en ello y vivir feliz, jeje.
      Un abrazo de vuelta.

      Eliminar
  7. No sabemos dónde parar, ¿cierto?, todo avanza de forma veloz y no hay forma de darle alcance, precisamente ahora que te leo me he puesto a pensar lo que mencionas al inicio del consumismo. Mi celular ayer me empezó a fallar para cargar y pensé el domingo pasar y comprarme uno nuevo y haciendo un recuento me doy cuenta que generalmente los uso por uno o dos años, sea porque hay una supuesta mejor versión, porque este o aquel trae mas pixeles o más capacidad, o lo que sea y esto me coloca en el paquete del consumo innecesario, prometo llevarlo a revisión en lugar de cambiarlo.

    Somos nosotros los que por la virtualidad nos estamos alejando de la compañía y la solución más simple sería utilizar la tecnología para facilitarnos algunas cosas, no para sustituir personas, pero nos la venden y la compramos.

    😗

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces me da la impresión de que corre más el tiempo a favor de banalidades que de cosas realmente importantes, como la cura el cancer, del alzheimer o de la esclerosis múltiple, y no por falta de interés. Parece que lo realmente bueno se resiste a aparecer, aunque algún día será realidad. Los avances en medicina son extraordinarios y vamos dando pasos hacia delante, pero cada vez se necesitan más recursos económicos y parece como si la sociedad prefiera invertir en tecnología espacial o robótica industrial que en investigación biomédica.
      Lo de tu celular bien podría ser resultado de la llamada obsolescencia programada y simplemente ha llegado el momento de fallar porque así fue programado. Ya nadie lleva sus aparatos a reparar, porque te dicen que es más caro que comprar uno nuevo, pero no es más que otro de los trucos para que sigamos consumiendo.
      Un abrazo, Adel.

      Eliminar
  8. La verdad que pensar en estas cosas, da vértigo, pero con mi edad no lo veré, por lo cual de momento estoy tranquila. De cualquier forma no creo que sea un gran invento para la humanidad, la cual se irá quedando relegada y robotizada, e incluso expulsada... y la soledad cada vez será más grande.
    Al leer tu entrada he recordado un pequeño poemilla que escribí hace un tiempo y todavía no edité, que habla en pocas palabras de algo referente a esta cuestión.

    Como bien sabemos todos, las tecnologías van distanciando físicamente a las personas, pues eso de decir que tenemos muchos "amigos"... virtuales, bueno pues habría bastante que especificar, jajaja.

    Una gran entrada en la que creo todos los de cierta edad pensamos más o menos lo mismo.

    Un abrazo Josep.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo, por edad, tampoco veré muchos de esos "adelantos", ni el pataplof que hará este planeta cuando ya no pueda aguantar más. Me alegro por ello pero lo siento por nuetra descendencia. La humanidad ha perdido el norte. Hace uno o dos días, el propietario de Amazon mostró en público su prototipo de nave espacial para llegar a Marte; hay millonarios que ya han adelantado millones de dólares por ser los primeros tripulantes de naves espaciales que vayan a colonizar nuevos planetas, ya se están construyendo unos prototipos de "casas marcianas" con forma de supositorios gigantes que costarán una fortuna. Y mientras tanto vemos, con los brazos cruzados, cómo nuestro planeta se está yendo al garete. ¿No sería más razonable y útil invertir toda esa suma de dinero, y la que haga falta, para presevar nuestro planeta en lugar de idear cómo abandonarlo? Mientras sea mucho más barato pagar multas por contaminar y más rentable desforestar la Amazonia que buscar otras fuentes de riqueza, seguiremos agrediendo nuestro hábitat, y cualquiet movimiento contra el cambio climático cae en saco roto y los ecologistas somos vistos como enemigos de las grandes multinacionales. Pan para hoy y hambre para mañana.
      En fin, no quiero extenderme más porque el tema da para mucho.
      Si los novelistas han tratado este tema, las poetisas también tienen derecho a hacerlo, y seguramente de un modo mejor, jeje. Así que a ver si te animas a publicar ese poema.
      Un abrazo, Elda.

      Eliminar
  9. En la película Blade Runner 2049 se muestra un claro ejemplo de cómo el "amor" se establecía entre el personaje de Ryan Gosling y el holograma interpretado por Ana de Armas. No sé si está situación será exagerada o por el contrario se convertirá en una cruda realidad. Y es que en no pocas ocasiones la ficción acaba superando con fuerza a la propia realidad. Respecto a la domótica o a las nuevas tecnologías siendo bien utilizadas me parecen la revolución tecnológica del nuevo siglo como quizás los medios de transporte lo fueron en el siglo pasado. Me preocupa, eso sí, los centenares de miles de empleos que están desapareciendo en múltiples actividades. Especialmente grave me parece el abuso que se está produciendo en las sucursales bancarias dónde cada vez es más difícil lograr que una persona te atienda incluso para ingresar dinero aunque esto sería ya otro debate.
    Un abrazo Josep.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acabo de leer "Lo mejor de ir es volver" de Albert Espinosa, cuya acción transcurre en 2073 y la protagonista cuenta cómo ya nadie lleva a cabo actividades que en el pasado eran tan habituales como ir al mercado o de compras, cocinar, o limpiar, pues para eso están los robots. Aun así, ella prefiere, ante la incomprensión de los demás, hacer ciertas cosas personalmente, pues de lo contrario se sientiría un ser inútil. No sé si será ello premonitorio pero el contacto humano es crucial. De lo contrario, la gente acabará viviendo en celdas aisladas y solo se conectará con los de "afuera" de forma virtual.
      Alabo los adelantos tecnológicos que nos ayudan en muchas tareas engorrosas, pero nunca deberían suplantarnos, y mucho menos en la toma de ciertas decisiones, jeje.
      Muchas gracias, Miguel, por dejar tu comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Pues fíjate que yo lo que siento es todo lo que ha de venir y yo no voy a estar aquí para conocer. Al contrario que Julia, yo querría ser inmortal para conocer todos esos adelantos.
    De todo se puede hacer mal uso, hasta de un cuchillo para cortar el pan, o de un vaso de vidrio bien manejado. la televisión creó adictos que estaban atontados (aún los hay) viendo estúpidos programas. El desempleo se debe a la avaricia del capitalismo porque las máquinas deberían servir para que trabajáramos menos tiempo, no para que trabajara menos gente.
    Creo que el balance de los adelantos siempre será positivo. El que haya gente que los use perversamente, o que se deje esclavizar por ellos, solo es culpa de la gente, no del adelanto en cuestión. Caín no necesitó una automática para matar a Abel, le sirvió un hueso de burro.
    No puedo evitarlo, me fascinan los adelantos y por nada del mundo hubiera querido perderme Internet. Y no te creas que los alumnos estudian por Internet (al menos los de Secundaria). Ni se les ocurre que Internet sirva para estudiar. Y mira que lo intento y se lo muestro...
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego que es el hombre quien pervierte los adelantos tecnológicos, dándoles un uso inadecuado. Si Alfred Nobel hubiera sabido el uso que se le daría en contiendas militares, no habría inventado la dinamita. Y así seguro que encontraríamos muchos ejemplos.
      Y en cuanto al uso de internet por los estudiantes, quizá esté equivocado, pero sí sé que existe el llamado "rincón del vago", que es bastante visitado (sobretodo por quienes hacen gala de esa condición) donde pueden copiar (o debería decir fusilar) textos para sus trabajos, jeje.
      Y es que la picardía, la malicia e incluso la "perversión" marcha en paralelo con la tecnología. Yo de quien no me fio es de los hombres, no de la técnología en sí.
      Un beso.

      Eliminar
  11. Esta claro que la tecnologia avanza una barbaridad, yo lo que yo llevo en la coclea, el Implante Coclear, lo que yo llevo, no tiene nada que ver, con una versión nueva que ya han sacado y que espero poder aprovecharme de ella en mi próxima intervención (no creo que mas de dos años o quizás para el 2020 ). Esta versión nueva te permite desde el Ic, o sea desde los electrodos que llevare dentro, poder hablar por teléfono sin necesidad de descolgar el mismo, eso si a traves de una aplicación de mi teléfono, de modo que ya ve si adelanta la tecnologia, e inclusive ya hay un chico joven que quiere vender la patente de un implante que sea capaz de cargarse desde la misma coclea, a traves de una aplicación móvil, sin necesidad de pilas, esto avanza que es una barbaridad, y yo creo que algo veré.
    En cuanto a que es cierto que muchas veces el avance de la tecnología aisla, yo conozco un caso, del hijo de una buena amiga, que se pasa jugando a traves de la red horas y horas con gente de todo el mundo, y yo sinceramente no lo entiendo, y su madre se lo consiente, y la novia también, pero chico cada vez que voy a casa de mi amiga, allí esta el chico con 27 años jugando a la videoconsola y sin apenas salir y relacionarse, lo justo.
    Por otro lado , una cosa es que la tecnología avance, y otra cosa es que los robots se adueñen de miles y miles de puestos de trabajo, entonces de que va a vivir este mundo? en fin creo que los robots deben de hacer fácil el trabajo pero hasta el punto d equitar puestos de trabajo, en fin, si ya el empleo es un problema no me quiero imaginar en el futuro, uf, pero bueno creo que no lo veré, porque me dará mucha pena. En cambio todo lo que a ciencia e investigación médica se avance en robotica si me gustaría verlo, ayudarian al abordaje de muchas enfermedades y operaciones quirurgicas y eso es siempre un gran punto a favor de la sociedad, de todos.
    Un abrazo y como siempre muy interesante tu reflexión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego bienvenidos los adelantos que permiten o ayudan a llevar una vida mejor, especialmente en el terreno de la salud. Y ojalá puedas disfrutar de esas nuevas tecnologías.
      En cuanto al abuso y la adicción por parte de los jóvenes a estas nuevas tecnologías, no hace mucho vi cómo entrevistaban a chicos y chicas por la calle y les preguntaban de qué precindirían antes, del móvil o del novio o novia, y todo/as dudaron unos segundos antes de contestar, jeje. Muchas chicas decían preferir al móvil, aunque lo decían riendo, pero yo no sé si en el fondo era lo que pensaban, jajaja. Los médicos no cesan de advertir contra el uso excesivo del móvil y las tabletas en niños, pero siguen habiendo padres que hacen oídos sordos porque es una forma de tenerlos entretenidos y que no les molesten. Otra perversión provocada por la tecnología de última generación. Mal que mal, creo que las películas de dibujos animados era un mejor entretenimiento que los juegos de marcianitos y similares.
      Para paliar el problema de la consiguiente pérdida de cotizaciones a la Seguridad Social por la pérdida de empleo por culpa de los robots, se ha propuesto que las empresas que integren en su plantilla un robot, pague por él a la Seguridad Social lo que le correspondería si fuera una persona. Eso quizá paliaría el deficit en la recaudación pero ¿qué harán los parados que han perdido su puesto de trabajo? Supongo que haciendo uso de la imaginación se encontrarán otros empleos que ahora no existen. De lo contrario, lo veo todo muy negro.
      Un abrazo, Tere.

      Eliminar
  12. Desde mi punto de vista no creo que debido a los adelantos de la técnica nuestra vida futura sea peor,... mas bien no solo creo que será mejor, sino que ya es mejor. Solo un ejemplo,... creo que cuando los coches comenzaron a circular por la carreteras o más bien por los caminos,... hubo un montón de atropellos y muertes producto de la novedad,... pero os imaginais un mundo sin automóviles.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego que hay innovaciones que nos han facilitado muchísimo muchas tareas y para las que no hay marcha atrás, porque, entre otras cosas, ya no sabríamos prescindir de ellas. A mí lo que me preocupa es el uso indebido y colateral (no el que estaba originalmente previsto) que se le pueda dar a esos inventos una vez implantados. Y deberíamos ditinguir entre inventos necesarios e incluso imprescindibles (como la tecnología médica) y los superfluos e innecesarios que solo sirven para que la gente se vuelva adicta a ellos y así la empresa comercializadora se asegure una creciente rentabilidad y supervivencia.
      Otra cosa que debemos tener en cuenta es que, cuando se comprueba la existencia de un efecto nocivo e inesperado con el uso de una determinada aplicación, nunca se da marcha atrás, ya no hay forma de pararlo porque hay muchos intereses de por medio para seguir adelante.
      Los rayos X fueron un gran descubriiento y ayudó enormemente en el diagnóstico médico, pero también se acabó comprobando que eran la causa de muchos cánceres por la exposición prolongada a esos rayos que producen mutaciones celulares (de niño, en las revisiones médicas del colegio, nos metían varios minutos en esa cámara oscura y detrás de ese aparato que nos daba un poco de grima). Tras ello se limitó su uso solo a casos justificados, con una frecuencia anual lo más baja posible y a una exposición (en forma de placa) de unos pocos segundos (ahora incluso el empleo de las placas se está abandonando por lo contaminantes que son para el medio ambiente, y se sustituyen por un CD, hasta que se compruebe que este soporte también tiene sus desventajas, jeje).
      Y ya que mencionas los automóviles, ahí tenemos otra gran fuente de conflicto. Son enormemente útiles (yo no sabría pasar sin el coche) pero altamente contaminantes. Y con el advenimiento del tan deseado coche eléctrico estamos siendo nuevamente manipulados, como lo hemos estado siempre. No solo el coche con motor diesel no es tan contamimante como nos has hecho creer (yo me he cambiado al de gasolina por lo que pudiera pasar en los próximos años), sino que el nuevo coche eléctrico es mucho más contaminante y liberador de CO2, Contamina antes, durante y después a su uso. El proceso de fabricacion de sus enormes baterías es muy contaminante; durante su funcionamiento también despide CO2 a la atmósfera, y en mayores cantidades que un diesel, y, una vez en el desguace, las baterías serán una fuente importante de contaminación del medio ambiente (por lo menos hasta que no se encuentre el modo de reciclarlas).
      En definitiva y en mi opinión, estamos abocados a una caída enmascarada en forma de adelantos tecnológicos sin par. Pero ¿quién estaría dispuesto a volver a los coches de caballos?, jeje.
      Disculpa, compañero, por este rollo y por participar en esta especie de foro tecnológico, jeje.
      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Quería decir "disculpa por este rollo y gracias por participar...", jajaja.
      Otro abrazo de propina.

      Eliminar
  13. El mundo cambia siempre, sólo que ahora lo hace mucho más rápido. Yo soy optimista y creo que se dará un buen uso a todo esto. Es muy fácil adaptarse a las comodidades :)
    Yo es que soy muy urbanita jajaja pero bueno, si lo pensamos bien, creo que los cambios han estado siempre. No creo que las redes sociales vayan a provocar que la gente se aísle. Yo compro casi todo por Internet, libros y ropa, porque las tiendas me agobian, y sigo quedando con mis amigas para hacer vermut y cenar. Así que no sé, todo es diferente, más fácil quizás.
    Lo de los puestos de trabajo, creo aparecerán nuevos, la sociedad se acaba recolocando siempre. Imagino que con cada nuevo avance de la historia la mano de obra se ha visto afectada (el campo ha evolucionado mucho por ejemplo) y siempre han surgido otros empleos. Quiero decir que el avance seguro que es en todas direcciones. O al menos es lo que quiero creer.
    Un besito y buena reflexión!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Juventud divino tesoro, jajaja. Me parece muy bien que seas optimista, alguien tiene que serlo, pero no dejes de ser mínimamente realista, aunque ya se sabe que lo que uno ve como positivo otro lo puede ver muy negativo.
      Si estamos volviendo al uso de la bicicleta (y en las grandes ciudades) por algo será. Y es porque, por fin, nos estamos concienciando de lo mal que tratamos a nuestro planeta con el efecto invernadero y demás contaminantes. Eso quiere decir que algo hemos hecho mal y que muchos adelantos tienen su cara oscura. De lo que se trata es de corregir esa desviación. Ojalá todavía estemos a tiempo.
      Estoy de acuerdo en que el hombre ideará nuevos puestos de trabajo para paliar el desempleo por la introducción de la robótica en los centros de producción. Durante la revolución industrial, muchísimos trabajadores perdieron su empleo al ser sustituidos por máquinas. De ese modo se aumentó la productividad y bajaron los precios de los productos que se fabricaban. Si los automóviles se fabricaran a mano, no se podría abastacer el mercado y costarían un ojo a la cara, jajaja. Pero debemos ser cautos (y ahí es donde entra mi inseguridad, pues creo que la sociedad actual adolece de cautela y se lanza a lo novedoso sin calibrar las consecuencias) y calcular dónde y cuándo sustituir una persona por un robot. Yo prefiero a un/ bibliotecario/a y a un/a camarero/a que a un robot, jeje.
      Con eso quiero decir que hay puestos de trabajo que están más justificados que otros para ser ocupados por un robot, pero la futura industria robótica ya se encargará de convencer a quien se lucre con comisiones de que hay que poner un robot en todas partes.
      Y lo del aislamiento y los efectos perniciosos de las redes sociales no solo lo digo yo, que ya soy un antiguo (lo que se llamaba carca o carroza hasta hace unos años) para ciertas cosas, sino estudios sociológicos sobre una población numerosa y, eso sí, muy joven. De hecho, los psicólogos clínicos ya hace tiempo que alertan de los peligros de la creciente adicción al móvil fuera de su uso como teléfono.
      Me alegro que prefieras tomarte un vermut con los amigos que quedarte en casa chateando o incluso leyendo un libro, jajaja. Y que conste que yo he acabado comprando los libros por internet, pero nunca compraría ropa ni zapatos, que luego te los pruebas en casa y si no te quedan bien o no son tu talla, a devolverlos y es un rollo. Además, no hay nada más agradable que ser atendido por una simpática vendedora, jajaja.
      Un beso, María, y gracias por tu aportación personal.

      Eliminar
  14. Eso es muy cierto: un robot nunca creará problemas laborales, exigiendo un aumento de salario o unas mejores condiciones de trabajo. Y si hay algún fallo, siempre es mejor echarle la culpa a un robot que al compañero de al lado, jeje. Un problema técnico siempre es más aceptable que un fallo humano.
    En Europa, si no cambia la situación demográfica o la inmigración da un vuelco a la situación actual, la sociedad está envejeciendo a pasos agigantados, pues la tasa de natalidad se mantiene muy baja y la esperanza de vida aumenta. Si hay muchos viejos jubilados y pocos jóvenes para trabajar, parecería que hay cabida para los robots, pero no es así. Los puestos de trabajo escasean y hay muchos jóvenes en paro. No me siento preparado para hacer un análisis de la situación porque hay muchas variables en juego, pero dado el alto nivel de paro en España no parece lógico despedir a obreros para que su trabajo lo hagan robots. Eso solo obedecería a intereses económicos de algunos empresarios. Un robot es caro pero se amortiza en poco tiempo. A estos "artefactos" seguro que no les programan para que fallen a los dos años (la puñetera obsolescencia programada), como ocurre con tantos y tantos aparatos de consumo doméstico.
    En cuanto a la existencia de muñecas sexuales, ya hace tiempo que existen, solo que cada vez se perfeccionan más. Hay prostíbulos que las usan pero, en este caso, yo dudaría del aspecto higiénico, jeje. Y en cuanto a tener una pareja artificial, pues no sé qué decirte. Allá cada uno con sus gustos. La única situación extraña se daría cuando, en una cena de negocios, tu jefe te dijera que llevaras contigo a tu pareja, jajaja.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Interesante reflexión la que traes.
    Yo no estoy especialmente alarmada con el avance de las nuevas tecnologías, creo que efectivamente son avances que nos hacen ir más allá. Es cierto que algunas mejoras son innecesarias, y me estoy refiriendo a los teléfonos móviles en concreto, algunas aplicaciones son auténticas chorradas que solo encarecen el aparato, pero ahí está el sentido común del usuario para decidir si merece la pena pagar por una cacharro que le pone dibujitos a una foto (por poner un ejemplo).
    El caso es que a mí me encanta la tecnología sobre todo en el campo de la medicina y en el de la comunicación. Una servidora ha escrito muchas cartas a sus amigas y primas que vivían (viven) fuera de mi ciudad, el llamar por teléfono en aquellos años ochenta estaba prohibido porque "las conferencias" eran carísimas, así que los chismes propios de la adolescencia tardaban semanas en saberse. Ahora con la mensajería (por poner un ejemplo concreto) eso es inmediato, y a mí me encanta. Es verdad que esa inmediatez nos vuelve a veces paranoicos pero ahí vuelve otra vez a tener un papel importante el sentido común de cada usuario.
    Cuando esa comunicación se da entre personas de diferentes países, ahí ya flipo. Si en mi adolescencia estaba prohibido llamar a La Coruña por ser conferencia (solo en casos de emergencia o para preguntar por algún enfermo), ni te cuento llamar a una amiga que estaba de "au pair" en Francia...
    En fin, creo que estas ciencias adelantadas están muy bien siempre que se emplee el sentido común. Además, siempre hay motivo para reírse, si te cuento "las charlas" que me traigo con cierto robot domótico que me han metido en casa... le pregunto de todo y me encanta vacilarle para comprobar cómo se lo ha currado el programador de turno, aunque para charlar de verdad siempre es más placentero hacerlo con alguien de carne y hueso, a través del teléfono o delante de un café, las cosas como son.
    Un besote.
    P.D. Fíjate que yo creía que quien dijo eso de las ciencias adelantan una "barbaridá" era don Hilarión, en lugar de don Sebastián. Gracias por recordarme esa entrañable zarzuela.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego que constantemente aparecen adelantos que nos hacen dar un paso de gigante, como es en la industria automovilística (para poner un ejemplo hasta cierto punto banal) y sobre todo en la medicina. En el primer caso me refiero a los accesorios que aumentan la seguridad vial y la eficiencia enla conducción (el airbag, el sistema de frenado, la dirección asistida, etc.) y en el segundo a la investigación biotecnológica y la incorporaciñon de técnicas avanzadas para el diagnóstico, intervenciones quirúrgicas, rehabilitación (prótesis) y tratamiento. Esos adelantos evidentemente no me preocupan sino que los espero como agua de mayo. Son los superfluos y potencialmente dañinos de los que recelo, los que crean adicción, dependencia y aborregamiento. Podemos decir (y es cierto en muchos casos) que es el mal uso que se les da lo verdaderamente negativo, pero si no hay oferta no hay demanda. Ayer mismo vi la terrible imagen de un chico precipitándose al vacío desde lo más alto de un edificio por hacerse un selfie en la cornisa de la azotea. Evidentemente no hay que darle la culpa al móvil, este solo es un instrumento, el verdadero culpable es el irresponsable e imbécil (y siento ser tan brutalmente cruel con alguien que ha fallecido) que no es capaz de hacer un uso de un aparato en condiciones normales. Sé que por esta regla de tres, no deberían existir los coches, pues hay quien hace un uso indebido conduciendo bebido, a altas velocidades, o hablando con el móvil. Podríamos iniciar una polémica sobre las causas reales de muchos disparates y no llegaríamos a un acuerdo. Sería como oponerse a la tenencia de armas para uso personal porque hay quien las usa para entrar en un supermercado y cargarse a todo aquel que se mueve. Yo estoy totalmente en contra de las armas, pero seguro que habrán muchas opiniones que afirmarán lo contrario y apoyarán su tesis con argumentos hasta cierto punto sensatos (quien vive en un lugar apartado y conflictivo, quien ha sido repetidamente agredido, quien ha recibido amenazas de muerte, etc.). Y en cuanto al aislamiento y la soledad que menciono en mi entrada, ya no son solo los jueguecitos y las redes sociales el único origen de ello; aquí voy mucho más allá y culpo a la vida "moderna", esa que hace que apenas nos relacionemos con nuestros vecinos. Otra noticia de ayer fue el hallazgo de dos ancianos, en sus respectivas viviendas, que llevaban muertos varias semanas sin que nadie reparara en su ausencia. Sus cuerpos ya estaban momificados. Uno de ellos yacía junto a su perro, que había muerto a su lado de inanición. ¿En qué sociedad vivimos que ya nadie sabe quién vive al lado, cuando siendo un crío llamánamos a la puerta del vecino de enfrente para pedirle un par de huevos, una pizca de sal o cualquier favor?
      Bueno, me estoy enrrollando y yendo por los cerros de Úbeda, pero lo que quiero indicar con todo ello es que la "modernización" de nuestra sociedad (una modernización aparejada a la introducción de un nuevo estilo de vida gracias a los adelantos) no siempre tiene un efecto positivo y no debemos abrazar cualquier cosa novedosa por ser simplemente eso, una novedad. No sé si me he explicado, pues el café de la mañana todavía no me ha hecho efecto, jajaja.
      Un beso.

      Eliminar
  16. Es evidente que todos disfrutamos los beneficios de la tecnología, sobre todo la médica y la que nos proporciona comodidades, no se diga la que nos entretiene. Pero creo que todo apunta hacia la soledad, hacia esas personas que tienen todo lo que necesitan en la tecnología y no quieren saber nada de otras personas. Pues si ya ahora existen personas que tienen esas parejas de las que hablas, seres que no se oponen a nada de lo que se les diga.
    La verdad no es descabellado pensar ¿a dónde vamos a parar?

    Abrazos Josep.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La soledad y la tecnología es como un pez que se muerde la cola. Los ancianos, por ejemplo, están todo el día pegados al televisor, pues es su única fuente de distracción, pero a su vez esa adicción los mantiene aislados de sus amigos (si los tienen) y vecinos. Muchos prefieren quedarse en casa que salir a dar un paseo, pero este problema ya va por otros derroteros.
      En cuanto a los jóvenes, esa atracción, rozando la adicción, hacia las nuevas tecnologías, también los aisla de su entorno. Siempre he creido que en el término medio está la sensatez y que los extremos siempre son malos.
      Un abrazo.

      Eliminar