lunes, 13 de marzo de 2017

La muerte de la muerte


“En 2045 la muerte será opcional y el envejecimiento curable”, afirma José Luis Cordeiro, ingeniero y fundador de la Singularity University, en Silicon Valley (EUA).

Este visionario ─y seguramente millonario─ venezolano, ingeniero mecánico de formación y un montón de cosas más, fue el protagonista principal del programa “La sexta columna”, emitido el pasado viernes, 13 de marzo, por la Sexta. En dicho programa se mostraron los adelantos de la robótica, se habló de la Inteligencia Artificial, se vaticinó la curación de muchas enfermedades actualmente mortales y, en definitiva, se nos presentó un futuro ahora impensable y a la vez esperanzador, que nos hará más felices y ─ojo al dato─ inmortales. El profesor Cordeiro, en un alarde de optimismo, vino a decir que en un futuro próximo ─a fin de cuentas, ¿qué son veintiocho años?─ solo fallecerán los que así lo deseen o bien los que sufran un inevitable accidente mortal.

En ese futuro, según Cordeiro, los médicos no tendrán ningún papel relevante y el paro será su meta profesional.

Consultados algunos científicos, fervientes creyentes en la curación de todas las enfermedades que hoy afligen a la humanidad, y que actualmente están desarrollando la fabricación de órganos con impresoras 3D, éstos consideraron demasiado prematuros los vaticinios del profesor e ingeniero venezolano, prolongando el tiempo estimado para llegar a hacer realidad ese objetivo. Los más pesimistas fijaron en un siglo el periodo para lograr ese hito.

No voy a extenderme más en el contenido del programa ─de indudable interés─ ni en la información aportada por algunos expertos para refrendar esa tesis. No usaré, para rebatir lo en él augurado, el pasaje bíblico en el cual Yhavé castiga la arrogancia del hombre, al construir una torre con la que pretenden alcanzar el cielo, exponiéndole a la confusión de lenguas. No, no voy a ser apocalíptico ni un fanático religioso; solo utilizaré el sentido común ─que alguien dijo que es el menos común de los sentidos─ y, al margen de lo grotesco y absurdo que se me antoja un hombre inmortal, viviendo cientos y miles de años, formularía a esos sesudos científicos y visionarios las siguientes preguntas: si el hombre no muere, por mucho que se controle la natalidad, ¿qué ocurrirá con la creciente superpoblación en un planeta, como el nuestro, en el que ya existen muchas muertes por sequía y hambruna, y que ya está dando las primeras señales de agotamiento? ¿Quién salvará al planeta Tierra de la muerte? ¿Quizá en ese futuro idílico el hombre inmortal lo será a expensas de los pobres, los más desfavorecidos, que deberán desaparecer para dejarle espacio y alimento?

Porque de lo que no habló el genial ingeniero es de la inmortalidad de la Tierra ni de la búsqueda ─y colonización─ de planetas habitables en otras galaxias, un objetivo solo teóricamente conseguible muy a largo plazo.

¿No es esa una nueva prueba de la soberbia e ignorancia del ser humano? ¿Acaso los árboles no nos dejan ver el bosque?


14 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo Josep, creo que como antes no nos propongamos seriamente salvar la Tierra, de nada valdrá emocionarnos con aumentar nuestra expectativa de vida.

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    1. Lo que proponen esos "futuristas" es, en mi opinión, empezar la casa por el tejado. Si no prestamos primero atención a los cimientos (léase nuestro planeta) la casa no se sostendrá y todo caerá por su propio peso. Aunque Norte acabara siendo inmortal, no le quedarían destinos a los que viajar, jeje
      Un abrazo.

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  2. Yo estoy de acuerdo con esa reflexión, si la tierra se agota, aunque encuentren otros planetas que tengan vida, será inalcanzable a largo plazo. Y la vida de las personas se alargan, que pasará cuando seamos viajes, ¿acaso ya has descubierto el elixir de la juventud? La realidad palpable es lo que pasa en los geríátricos, solo hay que ver cuanto se van deteriorando los mayores aunque vivan en hoteles de cinco estrellas. Un abrazo

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    1. Bueno, no quiero ni pensar lo que ocurrirá si en un futuro e hombre pudiera poblar otros planetas para escapar de la destrucción del nuestro. Estoy seguro que no habría igualdad de oportunidades. Solo podrían ir los ricos.
      Los geriátricos se convertirían en cementerios de muertos vivientes.
      Un abrazo.

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  3. Yo creo que si eso sucediese y se lograse cierta inmortalidad seguro que alguien se saca de la mano alguna guerra devastadora que nos reduce a la mitad, solucionando así la superpoblación.
    Respecto a los órganos, la semana pasada, en el hospital donde mi hija es voluntaria, hicieron el primer trasplante de un corazón artificial, y el chico que lo recibió se encuentra muy bien.
    Un abrazo y me ha gustado la reflexión, no veo nada la tele ahora y me gusta enterarme de estas cosas.

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    1. Desde luego, estoy convencido que los adelantos médicos lograrán alargar considerablemente la vida. De hecho, ya lo han hecho. La esperanza de vida actual es mucho mayor de la un siglo atrás y en la Edad Media un cuarentón era un viejo. Pero de eso a alcanzar la inmortalidad hay un abismo.
      Es muy fácil soñar pero, de vez en cuando, hay que tener los pies bien sujetos al suelo. Porque en ese programa tampoco se abordó el problema acuciante del paro. Si, según los expertos, sobran trabajadores y con el empleo de robots todavía sobrarán más, ¿cómo se hace eso compatible con una población que, no solo no envejece, sino que no muere? Si el mantenimiento de las pensiones ya está peligrando, ¿qué ocurrirá en ese futuro? Si ahora ya se propone la jubilación a los 70 años, ¿hasta cuándo tendrá que trabajar el hombre inmortal?
      Un abrazo.

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  4. Menos mal que no llegaremos a verlo. Menudo dileme: me muero o sigo viviendo?

    Saludos

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    1. De llegar a suceder (cosa de la que dudo mucho y que no veo con buenos ojos), se crearía ciertamente un dilema para quien tenga que elegir entre seguir viviendo o morir. Supongo aue todo dependerá de cuanto dinero tenga el sujeto.
      En el programa se les preguntó a algunas personas (la gran mayoría científicos) si les gustaría ser inmortales y, salvo uno o dos, todos contestaron que no, que aparte de antinatural sería muy aburrido, jeje
      Un abrazo.

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  5. No sé lo que pasará dentro de esos años, pero la verdad que todas las cosas que nos parecían de ciencia afición, se han cumplido con creces, así que no apostaría porque no sucediera algo así o parecido. Ya tendrían que solucionar a la vez esa renovación de la tierra a saber como... pero que vamos hacia la destrucción por las ansias del hombre, creo que es algo más palpable.
    Una entrada muy amena y llena de incógnitas Josep. Me ha encantado.
    Un abrazo.

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    1. Es muy cierto, Elda, que, como se dice en la Verbena de la Paloma, hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. Hoy es realidad lo que hace 100 años hubiera parecido cosa de brujas. Pero no me parece viable que podamos llegar a cotas de desarrollo tal si, por otro lado, no cuidamos lo más elemental. Adelantamos por un lado y retrocedemos por otro. Podría pasar como en aquel relato mío en que un hombre se somete a criogenización pensando en que lo descongelarñan y lo devolverán a la vida cuando, al cabo de muchos años, hayan encontrado la curación a su enfermedad, y cuando despierta por accidente se encuentra con un planeta en el que solo han sobrevivido los insectos, jajaja.
      Muchas gracias por tu visita y por dejar siempre un amable comentario.
      Un abrazo.

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  6. Toda mi vida he oído proclamas semejantes: el fin del cáncer, el fin de las enfermedades, el fin de...; luego han ido pasando los años y sí, ha habido muchos avances, pero cuando se vence una cosa surge otra, y así.
    Esta arrogancia y suprema soberbia humana me lleva a recordar esa obra de Jardiel Poncela, "Cuatro corazones con freno y marcha atrás", en la que en clave de humor cuatro personas al tomar un bebedizo científico consiguen frenar su deterioro y así ganar la inmortalidad. La distorsión respecto al resto que sí envejecen y ellos no, les hará añorar el paso del tiempo, el deterioro, la desaparición. Y yo me pregunto, ¿no será esa la venganza divina, -el deseo de morir de los humanos-, si ese profesor Cordeiro tiene razón?
    Me ha entretenido muchísimo tu entrada, Josep Mª. Me quedo un poquito por aquí, pues además de tus estupendos posts reconozco entre tus comentaristas a no pocos conocidos amigos blogueros.
    Un fuerte abrazo

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  7. Bienvenido, Juan Carlos, a este blog, en el que estás invitado a quedarte el tiempo que desees.
    Si la inmortalidad se me antoja algo antinatural, si fuera selectiva sería una aberración. Ver envejecer y morir a personas por las que sientes un gran afecto (ya no digamos a hermanos o hijos) mientras tú te mantienes joven, sería insoportable.
    De todos modos, la naturaleza, que, si la dejan, es muy sabia, ya procurará corregir esa distorsión e inventará alguna enfermedad actualmente desconocida. Los microorganismos, en su extrema pequeñez, son muy proclives a las mutaciones. Hoy día ya estamos viendo cómo los antibióticos están perdiendo su efectividad por la aparición de resistencias.
    El señor, doctor, profesor Cordeiro será un gran experto en ingeniería pero o bien es un vendedor de humo, con el único propósito de ser famoso y rico, o un soberbio que considera al hombre el dueño de la vida y del Universo, cuando no somos más que una mota de polvo (galáctico, eso si, e inteligente según se mire).
    Un fuerte abrazo de vuelta.

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  8. Pasan los años y se sigue con la misma persecución de la inmortalidad, una a veces se pregunta ¿para qué querrán algunos vivir más años si los que tienen hasta el momento no los han aprovechado? Cierto que con lo bien que cuidamos a nuestro planeta eso plantearía graves problemas pero como dice creo que MariGem ya se inventarían alguna gripe o virus o guerra para diezmar la población.
    Ese querer alargar la vida a mi me produce sensaciones muy encontradas, con calidad de vida y sí se quiere perfecto, pero desgraciadamente se ve con mucha más frecuencia de la que querríamos que más años no siempre traen aparejada una mayor calidad de vida, para vivir de según qué maneras a mi me parece que no vale la pena.
    Un abrazo

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    1. La idea de morir es algo que a todo el mundo asusta y todos nos resistimos a envejecer, pero es ley de vida. Todos los seres vivos nacen, se alimentan, reproducen y mueren. Es nuestro sino. Y de este modo damos paso a las nuevas generaciones. Pero si la muerte no formara parte de esta cadena de sucesos biológicos, el planeta, ya de por sí bastante dañado, no podría soportar la carga de una humanidad creciente de forma exponencial. ¿Qué sucedería con el paro? ¿Y con las pensiones? Por no decir con los alimentos.
      No sé qué opinará Christine Lagarde sobre ésto, quien ya considera que muchos males del mundo actual es el creciente envejecimiento de la población. Quizá sí que "los de arriba" se las ingeniarían para provocar alguna pandemia o guerra exterminadora para que solo quedaran vivos los ricos y poderosos.
      Más vale que disfrutemos del tiempo que nos queda de vida y dejemos de marear la perdiz con ideas inverosímiles.
      Un abrazo.

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