Hace
tiempo que quería tratar este tema, no del pan, pero casi: el de las pensiones
de jubilación. Como jubilado que soy, el tema me toca muy de cerca, por lo que
no resulta extraño que algunas declaraciones que se oyen o publican en los
medios de comunicación me solivianten, por ridículas, absurdas, e incluso
miserables.
Aunque
parece que el tema va por buen camino ─por lo menos hay interés en hallar una
salida mínimamente satisfactoria─, no dejan de oírse voces que, por muy
calificados que sean sus protagonistas, no dejan de resultarme odiosas y un
insulto a la inteligencia.
No soy
economista y las matemáticas siempre se me han atragantado, pero mi sentido
común me dice que los argumentos que esgrimen los que sí saben de Ciencias
Exactas, son, cuando menos, meras especulaciones y falacias. Aun así, han sido
tantos los expertos que contradicen mi pobre sentido común que al final me han
hecho dudar de mi cordura. Cuando alguien a quien consideras un experto repite
machaconamente un argumento, por descabellado que te parezca al principio,
acabas asimilándolo como normal. Del mismo modo que cuando algo se hace siempre
de la misma forma, uno acaba creyendo que no hay otra mejor.
No sé
si se trata solo de un ejemplo sobre lo que acabo de afirmar o de un hecho
cierto, pero la historia que me contaron en un curso se refiere a una empresa
que acababa de ser absorbida por otra y el nuevo director de recursos humanos
se paseaba por las oficinas observando cómo trabajada el personal. En estas se
detuvo ante un empleado y le preguntó por qué hacía lo que hacía de ese modo, a
lo que el interpelado le respondió “porque siempre se ha hecho así”.
El
mismo planteamiento lo podemos aplicar al sistema actual de pensiones. Todo el
mundo considera que es inviable. Y tienen razón. Pero lo que antes era viable
puede no serlo cuando las condiciones cambian radicalmente, como es el caso.
Mientras la población activa superaba con creces al número de pensionistas, las
cotizaciones de los trabajadores cubrían de sobra la cuantía a invertir en las
futuras pensiones. Si, además, tenemos en cuenta la precariedad de muchas de ellas,
los números salían perfectamente. Tanto era así que la llamada “hucha de las
pensiones” llegó hasta hace bien poco a tener un superávit de 60 mil millones
de euros. No voy a tratar el tema de dónde ha ido a parar todo ese dinero, cómo
y por qué se ha pasado de ese excedente a la actual situación de quiebra,
porque no tendría palabras ni calificativos suficientes. El objeto de esta
entrada está en juzgar las afirmaciones de muchos entendidos en la materia que
justifican la insostenibilidad de las pensiones, llegando incluso a proponer,
no ya la prolongación de la vida laborar hasta más allá de los 70 años, sino la
reducción de las mismas. En otras palabras, lo que proponen esos sesudos estudiosos,
algunos reconocidos catedráticos en economía, es trabajar más años y cobrar una
menor jubilación.
Cuando
en una tertulia sobre este tema tan delicado, que afecta a más de 9 millones de
españoles, personas de gran predicamento, como el profesor de economía de la
Universidad de Barcelona, el doctor Gonzalo Bernardos, o el actual director de
La Vanguardia (periódico catalán de marcado cariz conservador y monárquico),
Marius Carol, hacen declaraciones de este tipo sin sonrojarse (ellos podrán
seguir trabajando hasta los setenta y con su salario podrán gozar de una
jubilación dorada, sin preocupaciones económicas), me sublevo hasta tal punto
que me entran ganas de afiliarme a un partido de extrema izquierda. El señor
Carol me irritó especialmente cuando tuvo, hace tan solo unos días, la
desfachatez de comentar que, dada la situación a la que hemos llegado, él mismo
no sabía si llegado el momento de su jubilación (tiene actualmente 64 años)
podría cobrar la pensión. ¡¿Qué se habrán creído esos descarados capitalistas
neoliberales?! Algún día propondrán que se eliminen los subsidios públicos de
todo tipo y que cada ciudadano se pague un seguro, como en los EEUU. Afirman,
sin ningún rubor, que no hay dinero, y cuando se insinúa que habría que
incrementar los impuestos a las grandes fortunas o a la Banca (esa que todos
hemos contribuido a salvar), ponen el grito en el cielo como si ello fuera una
herejía. ¿Dónde ha ido a parar el dinero defraudado durante años y años en
nuestro país? ¿Cuánto ha costado una de las redes de ferrocarril de alta
velocidad más grande del mundo, la construcción de aeropuertos inútiles, de
autopistas por las que no pasa casi nadie, de submarinos que no flotan y luego
no caben en el puerto? Pero no quiero seguir por ahí porque parecería este un
panfleto antisistema y no pretendo politizar esta entrada ni este blog. Solo
quiero dejar constancia de que, por mucha inteligencia que derrochen esas
mentes privilegiadas, con tales argumentos solo demuestran lo que aquel
empleado quiso decirle al director de recursos humanos: que las cosas son como
son y no pueden cambiarse.
Llegado
a este punto debo decir lo que afirmaba al principio, que por fin alguien ha tenido
la valentía o la iniciativa necesaria para enfocar la solución del problema de
la sostenibilidad de las pensiones hacia la buena (y única, por el momento)
solución. Si no se puede seguir pagando las pensiones con el dinero recaudado
por el actual sistema, hay que cambiar el sistema. ¿Cómo hacerlo? Para esto
están los verdaderos expertos, para hallar soluciones y no para refugiarse en
falacias que solo pretenden hacer creer a los pensionistas que no hay salida a
su situación. Afortunadamente, los políticos, burócratas, tecnócratas y
manipuladores de este país reacios a aplicar un cambio radical al sistema se
han visto desbordados por la simple pero poderosa resistencia de miles y miles
de pensionistas que no han dudado en salir a la calle para reclamar sus
derechos legítimos y los de las futuras generaciones. No solo exigen una
actualización de sus pensiones en base al IPC, sino unas pensiones dignas y
sostenibles.
A los
que siguen insistiendo en que ello no es factible, les preguntaría: ¿Con qué
dinero se financia el ejército? ¿Con qué dinero se financian las obras
públicas? ¿Y la educación? ¿Y la sanidad? Cuando en una familia los ingresos se
ven mermados, se afronta esa reducción recortando los gastos más prescindibles.
Es cuestión de repartir lo que se tiene de la forma más eficiente posible. Si
los gastos para mantener nuestro país en marcha salen de los presupuestos
generales del Estado, ¿por qué no utilizar esos presupuestos para financiar las
pensiones? Los “sabios” dicen ahora ─por fin─ que para que ello sea factible
habrá que subir los impuestos y eso aterra a la gran mayoría de ciudadanos.
Quizá juegan con ese temor generalizado para que volvamos a cerrar la boca y
nos quedemos como estamos. Pero la historia más o menos reciente ha demostrado
que, cuando ha interesado, no le ha temblado el pulso al gobernante de turno
para gravar el precio del tabaco, del alcohol, de la gasolina, para recaudar
más. Como soy un perfecto ignorante en economía, no sé si hay que partir de
impuestos directos o indirectos, me da exactamente igual. Si un padre tiene que
dar de comer a sus hijos, sale a la calle a conseguirles comida como sea. No
les comprará zapatos nuevos, golosinas ni juguetes, pero la comida que no les
falte, aunque tenga que mendigar. Así que adelante con el pacto de Toledo o el
que sea, y que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha metido baza en el
asunto advirtiendo de los peligros de esa política económica justa y necesaria
sobre las pensiones, procure dar ejemplo de austeridad con una moderación
salarial de sus directivos, empezando por su directora general, Christine
Lagarde, que, a sus 62 años, gana casi medio millón de euros anuales y tuvo la
desfachatez de decir públicamente que los ancianos viven demasiado y eso es un
riesgo para la economía global, por lo que había que tomar medidas urgentes.
Prefiero no saber en qué medidas estaba pensando y me pregunto si ella se
incluía en el paquete.
Mientras
no se llegue a un acuerdo definitivo, tendremos que seguir oyendo y soportando
invectivas, para mí infundadas, contra el mantenimiento de las pensiones y la
mejora del poder adquisitivo de los jubilados. Seguirá siendo este, pues, nuestro
pan de cada día.
Bravo Josep por un un texto comprometido y justo con todas aquellas personas que se dejaron la piel y su mente cotizando durante en algunos casos más de 40 años. Las subidas de estos últimos años de un 0'25 por ciento sonaban a broma mientras como bien dices, entre unos y otros, se han dilapidado la hucha de las pensiones en un tiempo record. Por otro lado, me genera muchas dudas tratar de equiparar la edad de jubilación a todas las profesiones por igual. Puede ser que un periodista, por poner un caso, aguante hasta los 70 años siempre que fuera voluntario, pero en profesiones de alto impacto físico es una exigencia prácticamente insostenible al no ser que propongan como solución matar a la gente en el trabajo y que no cobren un euro de jubilación. Un gran abrazo y gracias por texto muy clarificador.
ResponderEliminarHola, Miguel. Gracias por tu comnetario. Y junto es esa situaciñon injusta, a uno le subleva observar cómo ciertos directivos y políticos de suben el salario a niveles astronómicos, se aseguran una pensión vitalicia millonaria. Y son esos mismos personajes los que auguran la quiebra del sistema de pensiones e insisten en su insostenibilidad por falta de dinero.
EliminarUn abrazo.
Está claro que era más sencillo pagar las pensiones antes cuando le gente empezaba a cotizar antes y cobraba la pensión menos años, pero es cierto todo lo demás. Cuando se quiere sacar dinero sale de donde sea, pero parece que este asunto no es prioritario para la ganadería política, sea de la calaña que sea. A los jubilados los quieren solo para los votos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, Macondo, ahora hay una gran precariedad laboral, pero además unos salarios más bajos em general, por lo que la cantidad recaudada a través de las cotizaciones es menor y no da para tantos jubilados. Si encima se deben aumentar las pensiones de jubilacion a unos niveles justos, el dinero no solo escasea sino falta, y es ahí donde tiene que hacerse ver la voluntad política para obstener esos recursos económicos de donde sea.
EliminarUn abrazo.
Buen apunte sobre un tema escandalosos. La Sanidad está en los presupuestos del Estado, si con mi cotización mensual y la de todos, llega para cubrir los gastos de salud de los españoles no parece importar, porque la salud y la educación tienen un presupuesto, con recortes últimamente. Si el sistema era por cotización de trabajadores y la esperanza de vida de hace años, y ahora hay menos cotizantes, cobrando menos, y una esperanza de vida mucho más alta, por suerte, no queda de otra, lo que no aportemos los cotizantes HA de salir de los presupuestos.
ResponderEliminarPara mí es meridianamente claro, y por supuesto, con mantenimiento de capacidad adquisitiva, acorde con el IPC. Un abrazo y tranquilidad.
Está claro que el sistema hasta ahora utilizado ya no es factible y hay que cambiarlo por uno que sea sostenible. Si en lugar de retener del trabajador un porcentaje, por pequeño que sea, de su salario bruto, se incluyera en los presupuestos generales una partida para las pensiones, tendríamos dinero suficiente. Evidentemente esto no es tan simple y seguro que habrá que recurrir a aumentar algo los impuestos, pero estoy seguro que todos los ciudadanos estarán dispuestos a pagar algo más si con ello se les asegura una jubilación digna. Y, por otra parte, se debería distrinuir el dinero de forma más equitativa entre las distintas partidas presuestarias, derrochar menos, que las grandes fortunas y grandes empresas contribuyan más y controlar la fuga de capitales, el blanqueo de dinero y el fraude fiscal.
EliminarUn abrazo y procuraré tranquilizarme, jeje.
Hola Josep!! El tema da para mucho!!
ResponderEliminarEstá claro que el dinero está mal invertido y vivimos en un país clasista. El estado del bienestar se creó para evitar la pobreza y separación de clases, pero en este país parece que no interesa y se lo están cargando.
Además hay demasiados cargos públicos inútiles, demasiadas pensiones vitalicias, demasiados títulos universitarios regalados. Y por otro lado, mucha gente en el lindar de la pobreza.
Este país invierte en lo que quiere, y se defienden entre ellos.
Me ha gustado mucho tu entrada Josep!!! Todo es muy injusto últimamente!!! Naniiitttt!!! Mua
Hola, María. Ya lo creo que da para mucho, así que he procurado explayarme lo justo y necesario, jajaja.
EliminarComo decía, y reitero, no entiendo de economía pero me da la impresiñon de que el estado de bienestar, cuya referencia la teníamos, por ejemplo, en la sociedad sueca, ha ido desaparenciendo por culpa del capitalismo agresivo que solo ha buscado un gren beneficio a corto plazo para las empresas y particulares que ya disfrutaban de un estatus económico envidiable. Se está viendo cómo los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. El reparto equitativo de la riqueza es la gran asignatura pendiente y quien lo reclama es tachado de comunista, anticapitalista y antisistema. Todo para proteger los intereses económicos de una minoría que acapara la mayoría de la riqueza. Por lo menos, esperemos que estos tímidos intentos para incrementar el salario mínimo y las pensiones eviten que mucha gente siga en ese umbral de pobreza.
Un petó.
Te leo no puedo comentar mucho Viviendo en USA la vida es diferente
ResponderEliminarA pesar de ello, te agradezco la lectura y el comnetario.
EliminarUn abrazo.
"las redes de ferrocarril de alta velocidad más grande del mundo, la construcción de aeropuertos inútiles, de autopistas por las que no pasa casi nadie, de submarinos que no flotan y luego no caben en el puerto" no sé cuanto han costado, pero lo que sí sé es que gran parte de ello ha ido a parar al bolsillo de varios empresarios amigos y al de algunos políticos amigos de los empresarios amigos.
ResponderEliminarLa sanidad y la educación ya han sufrido recortes importantes para poder rescatar bancos, lo que nunca se hará en este país es tocar a la banca o a las grandes fortunas, o son propiedad de los que tienen que recortar o de sus amiguitos del alma y nadie se recorta a sí mismo. Serán impuestos directos (que gravan a todos) o indirectos aplicados a los de siempre, o entraremos por los planes privados de pensiones. Pero ni un euro le quitarán a los que antes lo robaron para las pensiones.
Un beso.
Hola, Rosa. Veo que también te has explayado a gusto, jajaja.
EliminarQuise buscar el dato para acabar de ilustrar todavía más mi "pafleto revolucionario", pero desistí para no calentar más el ambiente, jeje, pero alguien calculó a cuánto ascenedería la cantidad resultante de recuperar todo lo defraudado en este país por los que después se autodefinen como patriotas y entre lo robado, malversado, evadido y defraudado, etc., etc., salía dinero más que suficiente para sacar al país de esta situación al borde de la quiebra. ¿Dónde se ha visto, por otra parte, que una empresa (caso Castor) que invierte en una plataforma para extraer gas del fondo marino, cuando ve frustrado ese proyecto se le indemnice con un dinero de todos y que pagaremos durante años y años a través de nuestra factura del gas? Toda inversión tiene sus riesgos y es el empresario quien debe asumirlos en solitario, porque si esa ionversión tiene éxito será él solito quien se meterá los beneficios en su bolsillo y no los repartirá con todos nosotros. Ya sabemos que en este país y en los de nuestro entorno quienes mandan no son los políticos sino los que tienen la paella por el mango: bancos y grandes empresas. Los políticos, en todo caso, reciben sus incentivos por haber "colaborado" a conseguir esos objetivos.
Un beso.
Voy a intentar no sulfurarme porque escuchar a la Lagarde o a la Villalobos y a otras figuras, insultar a aquellos que se han dejado la piel trabajando años y años y a los que ahora se les acusa casi de desagradecidos y de irresponsables por no haber ahorrado, me enciende. Si todos los que han robado, despilfarrado, enviado dinero a paraísos, se gastara menos en viajes en business, Ipads y otras fruslerías que gastan sus señorías y se devolviera y usara bien el dinero, seguro que nuestros mayores podrían tener pensiones dignas.
ResponderEliminarSe me parte el corazón cuando veo a abuelitos en el mercado pedir una pieza de fruta, de verdura o de cualquier alimento, contando los euros que pueden gastar en alimentarse cuando han pasado toda su vida trabajando, no hay derecho, es una auténtica vergüenza y que a esos que se llaman políticos los tendría que avergonzar verlo, esas personas han trabajado toda su vida y en su vejez tienen que pasar miserias cuando deberían estar tranquilos y disfrutar de su tiempo ganado. Me indigna y me alegra ver que ellos se han organizado y están diciendo lo que otros no dicen. Pensiones dignas que se puede encontrar dinero recortando de muchos gastos inútiles, no entiendo por qué tengo que pagar sueldos, dietas, viajes, etc de personas que ni siquiera acuden a sus trabajos, que se duermen en sus escaños o juegan al candy crash o su móvil.
Me indigno y enfurezco.
Besos
A cualquier persona con un mínimo de sensibilidad le tiene que indignar esta injusta situación que viven miles de jubilados que, por si fuera poco, muchos tienen que mantener a sus hijos casados y a sus nietos por culpa del paro tan alevado que existe en nuestro país. Esta sensibilidad de las personas que nos rebelamos ante esa injusticia contrasta brutalmente con la indiferencia de los que tienen el poder para arreglarlo, esos que, teniendo las espaldas bien cubiertas y un retiro de oro cuando les llegue el turno, se escandalizan cuando se propone paliar esta injusticia con aumentos mínimamente razonables, tanto de las pensiones como del salario minimo.
EliminarMuchas gracias, Conchita, por tu comentario.
Besos.
Josep, has escrito un buen post que da para poder opinar largo y tendido. En tiempos de crisis nos han apretado el cinturón a todos. La sanidad, la educación, lo social y las pensiones han pagado el pato disminuyendo los presupuestos. Pero, y los políticos, ellos con buenos sueldos, buenas pensiones vitalicias y a la vez han despilfarrado el dinero público en construir aeropuertos, autopistas y trenes de alta velocidad, que funcionan mal porque sólo ellos pueden usar. Así que hoy en día las pensiones dan cada vez menos y los que cotizamos lo hacemos bien. Han vaciado la hucha de las pensiones y ahora tiene que ver de donde sacan el dinero para que se cobren pensiones dignas. Que perdigan el fraude fiscal, que paguen las empresas que generan riqueza y que se bajen los sueldos los políticos y que sean menos que sobran muchos. Se dice por ahí que ya ese está formando un partido político de jubilados (8.000.000) pues quizás sea el ganador. Creo que hay gente jubilada muy competente para dirigir España. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Mamen. Si por fin algo se mueve para favorecer a esos millones de jubilados, no es por otra cosa que por el poder electoral que tienen. Ocho millones de personas indignadas pueden hacer mucho daño a esos partidos y políticos que solo piensan en alcanzar el poder para mangonear a su aire o para enriquecerse aun más. Las contínuas movilizaciones de las personas de la tercera edad estan dando, por fin, algún resultado, porque la precariedad de las pensiones no podía seguir así. Quizá si todos nos manifestáramos continuamente contra el desempleo, los contratos basura y otros desmanes, quizá algo iría cambiando en nuestro país. Lo único a lo que temen nuestros políticos (si no a todos, sí a la mayoría) es perder escaños.
EliminarSolo con reducir el número de políticos, moderar los gastos derivados de esas prebendas y el derroche en inversiones innecesarias, ya obtendríamos dinero para causas mucho más justas y necesarias.
Un abrazo.
Se ha escrito mucho sobre el problema de las pensiones, unos dan unas soluciones y otros las contrarias, pero lo cierto es que el tiempo se agota y los políticos cada día mas enfrentados en los parlamentos con acusaciones, insultos y unas formas que nunca habíamos visto.
ResponderEliminarMientras no tengamos unos políticos que se dediquen a hacer política para mejorar la vida de los ciudadanos, esto no tendrá solución.
Ya es hora, que todos los partidos del parlamento se reúnan en el pacto de Toledo, de Teruel o como lo quieran llamar y no se levanten de la mesa hasta conseguir un acuerdo viable y sin parches para el futuro de las pensiones.
También es hora de acordar un pacto de estado para otros asuntos tan cruciales, como una nueva reforma laboral, una ley de educación y una ley para conseguir una sanidad sostenible, aunque creo que a día de hoy y con los políticos actuales es una utopía.
Un saludo.
Por desgracia, las comisiones y grupos de trabajo, las sesiones parlamentarias y las discusiones interminables solo han logrado prolongar una situación que es, a todas luces, insostenible. Mientras unos argumentan que lo que es insostenible es el sistema de pensiones, otros (los afectados) luchan para que ese sistema, si está obsoleto, se sustituya por otro que sea eficaz y perdurable. Esperemos que finalmente impere la cordura y la justicia.
ResponderEliminarMuchas gracias, Matías, por comentar.
Saludos.
Hola.
ResponderEliminarEl tema da para mucho. Tienes razón cuando dices que una familia cuando reduce sus ingresos reduce también los gastos. Cuando a mí me golpeó la crisis tuvimos que reducir muchas cosas, pero no dejamos de comer ni un solo día, ni de pagar la luz y mis hijos pudieron estudiar lo que querían. El gobierno y a quien corresponda debería buscar alternativas, pero alternativas lógicas.
Un abrazo.
Hola, Gemma.
EliminarEn este país nos hemos tenido que apretar el cinturón más de una vez. Lo malo es que quenes nos han obligado a hacerlo o conducido a esa situación, nunca han seguido el mismo ejemplo.
Muchas gracias por dejar tu comentario.
Un abrazo.
Creo que la clave de todo lo que cuentas con tanto sentido común está en "gastos prescindibles". Ahí está el meollo de la cuestión. Para los que nos gobiernan lo "prescindible" es completamente distinto que para el resto de los mortales.
ResponderEliminarPara ellos no se puede prescindir de obras públicas que no sirven para nada (aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches) porque entonces no pueden pillar las mordidas pertinentes. Ellos no pueden prescindir de submarinos grandes que no flotan por la misma razón. En cambio, unos cuantos jubiletas que tienen las desfachatez de vivir un mogollón de años... esos sí son prescindibles, menos cuando hay que votar, claro, ahí algunos partidos se acuerdan de ellos mucho porque han sido su mayor soporte.
Y con esto quiero hacer un poco de abogado del diablo (aunque estoy plenamente de acuerdo contigo): antes de los recortes de las pensiones, la mayoría de los jubilados estaban en casita tan a gusto y (la mayoría) sustentando con sus votos al anterior gobierno, nada les importaba los contratos basura, ni la precariedad laboral, ni las subidas de las tasas universitarias. Eso no iba con ellos, y lo entiendo. Pero cuando vino el lobo a llamar a su puerta... entonces se levantaron (con toda la razón del mundo) y quisieron que los demás nos implicáramos en su lucha...
A mí me viene a la mente un poema de Bertolt Brecht, ese que decía primero se llevaron a los judíos, pero como yo no soy judío, no me importó, luego se llevaron a los intelectuales, pero como yo no lo soy tampoco me importó, ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde (o algo parecido que he escrito según mi memoria).
En fin, Josep Mª, estupenda reflexión que comparto plenamente.
Un besote.
Parece que, por desgracia, para hacer carrera en la política hay que reunir dos condiciones (por lo menos): tener un pico de oro para confundir, cuando no engañar, al personal, y no tener demasiados escrúpulos ni empatía con las desgracias ajenas.
EliminarLa reflexión-poema de Brecht es una verdad como un templo. Hasta que algo no nos toca de cerca, no nos importa. El hombre es por naturaleza egoísta.
Volviendo a los políticos, alguien dijo que cuando un político propone o apoya una medida, primero piensa en que le beneficie a él, luego a su partido, luego a su corporación (si es médico, a los médicos, si es abogado, a los abogados, etc. -porque cuando vuelva a su trabajo de origen los tendrá contentos o por lo menos no los tendrá como enemigos- y finalmente al pueblo llano.
Un beso, Paloma.
El tema da para mucho, pero bien es cierto que las soluciones se buscan con mayor o menor rapidez, dependiendo del interés político y económico que haya detrás. Por lo tanto, al no verse tan beneficiados con un aumento de los impuestos para subsanar el problema de las pensiones, pues nuestros gobernantes de traje y corbata se dedican a menesteres que para ellos son de más importancia y urgencia.
ResponderEliminarAunque parezca increíble, Josep, es el que problema no solo afecta a quienes estáis jubilados en la actualidad. No sé hasta qué punto creer en los malos augurios mediáticos, pero para los jóvenes y los de mediana edad nos lo están poniendo también muy crudo. Tengo amigos que se están planteando contratar un plan de pensiones privado, con una vida laboral que apenas acaba de empezar...
Es, como bien dices, el pan de cada día: el que se zampan los políticos irresponsables mientras a los ciudadanos nos dejan unas migajas miserables.
Un abrazo.
Hola, Sofia! Desde luego, los jóvenes no lo tenéis nada fácil. Lo que sí teníéis es mucho tiempo por delante para reivindicar un trabajo seguro, un salario digno y una futura jubilación (por muy lejana que todavía esté) asegurada. Teneís, por lo menos, ese tiempo que les falta a muchos ancianos, que ven cómo su poder adquisitivo ha ido menguando y sus ingresos no les llegan para cubrir las necesidades mínimas. Lo que sí hay en común entre jóvenes y mayores es la capacidad de protesta y hay que utilizarla.
EliminarUn abrazo.
Creo que a estas alturas de la polémica Josep Mª, todo está dicho o casi... Coincido en mayor o menor medida con todo lo expuesto, quizás solo una cosa más... no nos olvidemos de los trabajadores de hoy,... los pensionistas del mañana, y que sin sueldos justos hoy no habrá pensiones dignas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Evidentemente, si el niovel de paro sigue como hasta ahora y los sueldos continún siendo como son para el trabajador "normal", y las pensiones siguen calculándose con el sistema actual, el futuro es muy negro. De ahí que se tenga que hacer lo que los angloparlantes llaman un "brainstorming" que, en palabras llanas, vendría a ser "rascarse el coco en busca de ideas" para hallar nuevas fórmulas.
EliminarUn abrazo, compañero viajero.
Hola,Josep Mª.
ResponderEliminarUna buena entrada y muchos buenos comentarios. Poco que añadir, salvo una frase ya muy conocida que dice "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece". No hay regla sin excepción, pero solo hace falta dar una vuelta por los canales de TV de mayor audiencia.
Si fuéramos más exigentes, si se reflexionara más, si..., tal vez, también exigiríamos más, pero si "lo más de lo más" son las críticas absurdas e hirientes, ser influencer, disfrutar con los edredoning, etc, etc ¿qué podemos esperar?
Somos robots manipulados. Creo que me he apartado un poco de tu "pan de cada día", pero el pan al que me refiero también nos lo ofrecen diariamente.
Un abrazo y gracias por tu reflexión.
Muy cierto ese refrán, como también lo es (o debería serlo) "quien no llora no mama", jeje.
EliminarLa gente debería ser mucho más solidaria y no solo interesarse por sus problemas inmediatos sino los de los demás. En el tema de las pensiones, además, hay que tener en cuenta que ahora afecta a los jubilados del presente, pero será también un problema para las futuras generaciones si no se busca una solución justa y permanente.
Mucha gente, sobre todo jóvenes, viven alienados y solo pendietes de las redes sociales (que pueden y tienen un poder indiscutible si se usan para un fin realmente social), de los youtubers, influencers, instagramers y de los reality shows tipo Gran Hermano. Ese es, sin duda, el otro pan de cada día.
Gracias a tí, por tu participaciñon en este mini-debate.
Un abrazo.
Hola Josep Maria,
ResponderEliminarHace unos meses (no sé) si cinco o seis, últimamente digo ayer hice aquello… y resulta que pasó hace una semana, en fin... Fui a unas jornadas donde uno de los temas a tratar eran las pensiones, no quiero ser muy negativa, pero el ponente no auguró nada bueno.
Y tengo que darte la razón, hay muchas partidas de gastos que realmente deberían revisarse y no como siempre hacen, las que son necesarias para el bienestar social.
Solo puedo preguntar, ¿harán algo al respecto? Lo dudo, es más creo que simplemente seguirán recontando más de lo que ya han hecho, y en consecuencia perjudicándonos a nosotros.
Últimamente estás muy reivindicativo, me encanta. Te felicito.
Un beso.
Hola, Irene.
EliminarQuiero creer que el ponente respondía a los intereses económicos imperantes, jeje. Espero que, de un modo u otro, alguien dé con una solución que satisfaga, si no a todos (eso es imposible por definición) al menos a una gran parte de los más necesitados. A mí no me vale que se diga que no hay dinero suficiente para asuntos sociales cuando ha habido un verdadero despilfarro en otras materias y un descarado expolio de la hucha de las pensiones para "tapar agujeros" y todos hemos contrinuido a salvar la banca con 60 mil millones de euros que no volverán a llenar las arcas del Estado.
Que los expertos de verdad (no los políticos y economistas "gubernamentales") se devanen los sesos para hallar una salida, que para eso tienen un buen puñado de másters y doctorados de verdad, jeje.
Pues sí, me ha salido la vena reivindicativa. A la vejez viruelas, jajaja.
Un beso.
Buenos días José María, ahí le has dado, ese pan, ese r que r, que ocurre con esas pensiones que a nadie le interesa mejorar? De qué dependen? Es importante no tocar estas partidas? Muchas dudas, muchas preguntas. Un gusto leerte. He sacado un rato entre trabajo y consulta medica. Ando perdida con el tiempo. ABRAZOS.
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