Mi mujer, mis hijas y mi cuñado también la han sufrido. Por lo tanto, se trata de algo muy presente en muchas Empresas, del tipo que sea.
El problema reside en que
cuando alguien es eficiente, se le carga de trabajo, mientras que al
ineficiente, inútil o vago, se le premia aligerándole de responsabilidades.
Alguien del departamento de
Recursos Humanos de alguno de los Laboratorios Farmacéuticos en los que he
trabajado —no puedo ser más conciso, pues la memoria ya me empieza a fallar— me
dijo que hay cuatro actitudes que una Empresa debe tomar ante los distintos
comportamientos de un empleado:
- Si quiere y puede: Hay que promocionarle
- Si quiere y no puede: Hay que formarle
- Si no quiere y puede: Hay que incentivarlo
- Si no quiere y no puede: Hay que despedirlo
Quizá hoy día las Empresas no
tienen tantos miramientos y no gastan dinero, tiempo y esfuerzo en formar o
incentivar a sus empleados. Quien vale, vale, y quien no, a la calle. Pero también
hay las que no controlan, o por lo menos no lo suficientemente bien, el
desempeño de sus trabajadores, dejando en manos inexpertas o indolentes dicha
evaluación.
Generalmente, la reacción del
jefe o superior jerárquico es la de buscar el camino más corto y cómodo ante un
empleado díscolo, remolón o lento, derivando la tarea a uno más eficiente. De
este modo, la carga de trabajo que asume quien es eficiente va en aumento hasta
llegar, algunas veces, a límites insoportables. Este es el efecto secundario a
corto plazo, mientras que a largo plazo puede derivar en estrés y ansiedad. Y
lo que es todavía peor, no se hacen distingos en sus respectivas hojas de
salario. ¿Qué incentivo recibe el buen trabajador frente al negligente? Y ¿qué
correctivo recibe este último?
Me gustaría saber si
actualmente el control de la actitud y aptitud de los empleados es algo
prioritario en las empresas o bien lo único que interesa son los resultados,
sin importar en quién recae el esfuerzo para que estos sean los deseados.
La falta de reconocimiento es
uno de los defectos empresariales que el trabajador tiene que soportar. La
injusticia laboral queda muchas veces sin respuesta por parte de los
trabajadores, pues lo único que estos desean es conservar su puesto de trabajo.
Es una lástima que muchas Empresas no tengan en cuenta que la mejor inversión
que puede hacer y su mejor activo reside en sus empleados, estimulando la
productividad con un reconocimiento profesional y salarial.