miércoles, 2 de septiembre de 2015

Falsos astrólogos y videntes de pacotilla


No pretendo abrir un debate acerca de la veracidad de la astrología ni de la capacidad de premonición o clarividencia de algunas personas. Ninguna de las dos materias están en mi campo de conocimiento y no me gusta hablar ni escribir de lo que desconozco. Aunque escéptico por naturaleza, tiendo a adoptar una postura, indudablemente más cómoda y segura, semejante a la del agnóstico: ni afirmo ni niego. Y, sobre todo, respeto las creencias ajenas por inverosímiles que me parezcan a simple vista.

El objetivo de esta, llamémosla, crítica son los falsos profetas, los que viven a costa de los sentimientos y necesidades de quienes, creyendo a pies juntillas en el determinismo de los astros o en la capacidad paranormal de algunas mentes para conectar con “otras dimensiones”, no dudan en ponerse en sus manos para superar un problema material, emocional y/o existencial.

A mayor abundamiento, esos charlatanes desaprensivos, embaucadores, y a la postre, estafadores, tienen la desfachatez de anunciarse públicamente, incluso por televisión. “¿Tienes un problema acuciante que no te dejar vivir en paz y no puedes esperar?, llámame al 806XXXXXX y te devolveré la paz” o mensajes por el estilo se pueden ver en la franja publicitaria de varias cadenas televisivas de nuestro país.

¿Cómo pueden contribuir esos medios de comunicación, que a pesar de que su nivel de culturización sea nula deberían por lo menos proteger al consumidor de todo tipo de estafas, a favorecer este negocio claramente fraudulento?

Poderoso caballero es don dinero. Los pingues beneficios económicos que obtienen las cadenas de televisión gracias a la publicidad de la que depende su subsistencia es, al parecer, un argumento más que suficiente para no hacerle ascos a ese tipo de publicidad engañosa e inmoral contra la que nadie parece actuar. El fin justifica los medios.

Aun siendo tarea imposible, me gustaría saber cuál es el balance beneficio-daño que resulta de la práctica de tales profesionales de la falsedad. Todos o muchos hemos visto alguna vez a alguno/a de ello/as actuando ante un cándido -e ignorante- televidente que le ha contactado vía telefónica y cómo alguno/as se empeñan en contradecirles sobre cuestiones de las que solo ellos pueden dar fe. “Usted está mal del hígado, ¿verdad? Pues no, tengo el hígado perfectamente bien. Pues no, no lo tiene bien y si no al tiempo”. Y se quedan tan anchos. Y el pobre “cliente” yendo al médico para que le prescriba algo para el hígado porque de pronto parece que le duele.

Si alguien, por defraudar a hacienda, puede dar con sus huesos en la cárcel, ¿dónde deberían ir a parar los de los que se aprovechan de la ignorancia y credulidad de la gente y que juegan con sus sentimientos e incluso con su salud?

Quizá debería iniciar una petición en Change.org para que se prohibiera ese tipo de publicidad en los medios de comunicación, pero ¿a quién debería dirigir la petición? ¿Al Ministerio del Interior? ¿Al de Justicia? ¿Al Defensor del Pueblo? ¿Al mismísimo Presidente del Gobierno?

Pero para ser totalmente ecuánime, antes de nada debería saber a ciencia cierta hasta qué punto esos desaprensivos hacen un daño real a sus clientes o si, por el contrario, les ayudan a ser felices con sus engaños. Supongo que de todo habrá. Lo que sí es cierto es que hemos conocido muchas denuncias contra mala praxis médica pero hasta ahora nunca he tenido noticias de que se haya presentado una denuncia por daño físico o moral contra ningún astrólogo o vidente de pacotilla. ¿Será que la ignorancia de los afectados les impide saber que han sido realmente víctimas de un fraude?

Quizás también antes de tomar una decisión debería intentar conocer en profundidad y en carne propia cómo se las gastan esos individuos y luego obrar en consecuencia. Sería algo así como actuar de cebo. Pero en caso de resultar perjudicado de algún modo o simplemente no se vieran cumplidas mis expectativas, ¿alguien se tomaría en serio mi denuncia o me dirían que me lo tengo merecido por tonto?
 
 
 

4 comentarios:

  1. Muy interesante esta entrada, Josep Mª. Comparto lo que dices y alguna vez he dado con varias emisoras de radio en las que me he detenido un momento para verificar cómo embaucan a la gente y le sacan el dinero a cambio de palabrería que les promete futuros esperanzadores. Claro que el que se deja engañar es también culpable de la mentira. Por otra parte, esto nos revela la precariedad cultural de una parte de la sociedad, ignorancia que les impide razonar.
    Si se elevara el nivel cultural de la sociedad estos programas que alimentan la superstición, no existirían.

    Josep Mª, espero que hayas pasado un buen verano y que sigamos leyendo y comentando en nuestros respectivos blogs.

    Un abrazo.

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    1. Hola Fanny. Si se elevara el nivel cultural del país (algo que, por lo que parece, es harto difícil y no entiendio por qué) tampoco existirían esos programas basura que tanta audiencia tienen. Pero al menos éstos no hacen daño a nadie (en todo caso solo a su cerebro) pero que alguien confíe en esos desaprensivos para tomar decisiones en su vida es preocupante.
      Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.
      Un abrazo.
      P.D.- Espero que tí también hayas pasado un buen verano. Por mi parte, he leído mucho más que escrito. Parece que, al contrario de lo que pensé, el desanso me ha provocado una cierta sequía de insiración. La verdad es que estoy un poco desilusionado con la poca acogida que tiene mis blogs y eso es como una pescadilla que se muerde la cola. Cuanto menos te leen, menos ganas tengo de escribir, al margen de que haya podido perder calidad en lo que escribo.
      Hasta la próxima.

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  2. Hola Josep, ya ando por aquí poniéndome al día a ratitos.
    Una entrada muy interesante por el tema con el que estoy totalmente de acuerdo, es increíble la cantidad de cadenas de estas chungueras que hay en televisión con estos asuntos, y si no desaparecen, es que hay mucha gente que cree en estos asuntos y se siente bien con las consultas. Ya sabes, hay gente para todo.
    Yo en estos personajes no creo, pero en otras cosas que me parecen más serias en estos mundillos, sí, pues conozco algunos casos cercanos, jajaja.
    Encantadora como siempre tu retorica.
    Un abrazo Josep y encantada de volverte a encontrar (que me ha costado, porque no se que pasa con el cuadro de miembros del blog, que no me funciona).

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  3. Hola Elda. Encantado yo de volverte a encontrar en este rincón.
    He estado muy ocioso estas vacaciones estivales pero una noche vi cómo se anunciaba una presunta vidente y harto de ver tanto embuste por televisión me entraron ganas de escribir algo acerca de tales estafadore/as.
    Un abrazo.

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