Para los que no tenéis ni la
más remota idea de barcos ni de navegación, empezaré aclarando que estribor es
la parte derecha de una embarcación. Aun siendo absolutamente profanos en la
materia, sabréis, hayáis o no subido a un barco, que este, cuando navega,
oscila por los cuatro costados en función del oleaje, pero los principios
físicos en los que se ha basado su construcción hacen que mantenga su
equilibrio, y por tanto la estabilidad, volviendo una y otra vez a su posición
normal de flotabilidad, como si de un tentempié se tratara. Solo una vía de
agua, como la que sufrió el Titanic, o un desplazamiento de la carga (si es un
barco mercante), puede hacer que el barco se incline hacia un lado y se
mantenga en esa posición de forma constante. A esa tendencia a la inclinación se
la denomina escorar, y si esa escora rebasa un determinado ángulo, la
embarcación puede acabar volcando.
Tras
esta introducción náutica de pacotilla, con el objetivo primordial de teneros
intrigados o, por lo menos, entretenidos, voy a virar ahora hacia la similitud entre
el comportamiento de un navío y el de nuestra sociedad, políticamente hablando.
El barco representaría un país, continente y hasta el mundo entero, y la carga
la ideología imperante en él. Dicho esto, habréis adivinado de qué va mi
reflexión. Y si no ─cosa que dudo─, en el siguiente párrafo hallaréis la
respuesta al acertijo.
El
crecimiento de la derecha y el resurgir de la ultraderecha en España, pone en
evidencia una deriva, a mi juicio, muy peligrosa, pues va ligada a una progresiva
pérdida de derechos que costaron mucho adquirir tras la dictadura y un
retroceso hacia épocas que creíamos relegadas a los libros de historia. Siguiendo
con el símil náutico, es como volver a los veleros bergantines, con o sin
cañones por banda.
Esta deriva
hacia la derecha la están protagonizando casi todos los partidos políticos que conformarán, con toda seguridad, el
arco parlamentario tras las elecciones generales del próximo 28 de abril. Estamos siendo testigos de un comportamiento tránsfuga de
militantes de un partido hacia su vecino más próximo de la derecha, un corrimiento
desde la izquierda moderada, tirando a derechista ─según el color del cristal
con que se mire─, hasta la extrema derecha, pasando por la derecha
autoproclamada neoliberal y la de toda la vida, la nostálgica, una inclinación ésta
lenta, sin prisa pero sin pausa, hacia un conservadurismo cada vez más radical.
En una
de mis antiguas entradas expuse que la pregunta que me hago con mayor
frecuencia ante un suceso, por ser la clave para comprenderlo, es ¿por qué? Así
de sencillo. Las cosas no suceden porque sí. Todo tiene una causa y solo conociéndola
podremos neutralizar o impedir la repetición y/o progresión de algo que nos
resulta pernicioso. No voy a entrar en consideraciones socio-políticas, pues no
soy ni sociólogo ni politólogo, y mucho menos filósofo. Solo soy un simple
ciudadano que vivió 25 años de dictadura, quince de ellos con plena conciencia
de lo que ello significaba, y que no desea volver a ver campar a sus anchas las
mismas ideas que tuvieron aquellos que reprimieron a una gran parte de la población por sus ideas,
enmudeciendo y encarcelando a los disidentes del régimen.
Podemos
pensar que la ultraderecha actual no es tan “mala” como el franquismo, pero el
avance ─no sé hasta qué punto imparable─ de los movimientos ultraderechistas y
neonazis en Europa y en ultramar nada bueno presagia. Ojalá tengan
razón los que creen que esto es un proceso cíclico, y que esta etapa que asoma
por el horizonte tiene ya fecha de caducidad, pero, aun así, no quisiera vivir,
ni que mis hijos y nietos vivieran, un nuevo periodo represivo, por breve que
sea. De hecho, ya hace algún tiempo que estamos viéndole las orejas al lobo.
Deberíamos,
pues, ser capaces de volver la carga a su lugar y sujetarla fuertemente para
que no se deslice sobre la cubierta, ni hacia un extremo ni hacia el otro, y evitar
así que el barco escore peligrosamente, pues podría llegar a volcarse y, quizá
incluso, a hundirse. Si eso llegara a suceder, solo espero que haya suficientes
botes salvavidas. Yo, por mi edad, tendría asegurado un puesto junto a las
mujeres y los niños. ¡Triste consuelo!
Saludos, Josep.
ResponderEliminarCreo que mucha gente está votando, o mostrando simpatía o intención de voto, por nuevos partidos políticos no por ideología, pues todas más o menos defienden lo mismo: "Yo me lleno los bolsillos y me lo llevo calentito y que se joda el que venga detrás". Creo, y esto es una opinión muy personal, que la gente simplemente está harta, cansada, agotada, desilusionada, aburrida, de que nadie, ni uno solo de los que mandan, se ocupe de las cosas que nos importan a todos, y que se preocupen más de lo que les importa a ellos, que, como digo y repito, es "llevárselo calentito"; así que, o bien votan al que consideran que su discurso se aproxima más a su forma de ver o entender la sociedad en la que viven o en la que desean vivir, o bien votan a alguien para castigar al que, piensan, les ha traicionado en el pasado. Dicho de otro modo: creo que se va a votar más con el corazón y las vísceras que con la cabeza; porque si la gente votase con la cabeza, no votaría a ninguno.
Recuerdo una película de los ochenta protagonizada por Richard Prior que aquí se tradujo como "El gran despilfarro". En ella, Prior se convierte en heredero universal de un excéntrico multimillonario que le deja en herencia la desorbitante cantidad de 300 millones de dólares. Pero para acceder a ese dineral debe cumplir con una cláusula: gastar 30 millones de dólares en un mes sin comprar nada ni quedarse con nada en propiedad. ¿Y qué se le ocurre al tío? Pues crear un partido político, al que, en un alarde de genialidad, y harto de toda la mierda que llevan tragando sus conciudadanos, decide llamar "A NINGUNO DE LOS ANTERIORES". Yo votaría a ese partido, sin dudarlo. Porque, como Prior, yo también estoy harto de "los mismos de siempre", o "mismos perros con distinto collar". (Como ves, he decidido quedarme a vivir una temporada en la Ciudad de los Tópicos, jajajaja).
Un abrazo, Josep. ¡Y que Groucho nos coja confesados! O Zappa. Precisamente hoy llevo escuchando un programa de radio dedicado a Zappa que tenía grabado y lo estoy disfrutando un montón. Ya sabes: "Don't eat the yellow snow". Jajajajaja
Suscribo por completo tu primer párrafo, Pedro. Creo que has dado en el clavo en todo. Un aplauso para ti por expresar tan bien lo que yo no he sabido :)
Eliminar¡Un abrazo!
Saludos, Pedro. Te agradezco y me alegra que te hayas explayado como Groucho manda, jajaja.
EliminarCiertamente, se nota que el descontento de la gente con los políticos con los que nos ha tocado bregar obliga a muchos a buscar otros horizontes que creen más benévolos, o menos malos, para, de paso, castigar a quienes les han defraudado. Y también te doy la razón en que a veces (¿bastantes?, ¿muchas?) se vota en caliente, lo cual no deja de ser menos peligroso, como cuando se le desea la pena de muerte, o cuando menos la castración, a un violador y a un asesino de niños.
De hecho, estamos viviendo una etapa excesivamente cargada de violencia verbal, una lucha descarnada por el poder, donde cuanto peor mejor, atrayendo de este modo los votos de los que, sin ser demasiado conscientes de ello, son manipulados hasta la indecencia y más allá.
Generalizando, la clase política que tenemos, y que está inundando y ensuciando el planeta, solo desea el poder, sobre todo si este va acompañado de dinero (que es lo habitual), y con su pico de oro y promesas hechas a la ligera, convencen a los ingenuos ciudadanos que solo quieren vivir en mejores condiciones que se arrimen a su vera. Solo así se entiende que gente como Donald Trump lleguen al poder.
Lo que a mí más me preocupa es que, buscando algo mejor, escapemos del fuego para meternos en las brasas o, como se dice popularmente salgamos de Guatemala para entrar en Guatepeor.
Un abrazo.
Creo que esa es la pregunta del millón, Josep, "¿por qué?". El avance de la ultraderecha es un hecho en toda europa y sin duda la gente que se "escora" ha de hacerlo por alguna razón (tanto a la derecha como a la izquierda, que también hay casos de extrema izquierda). Algo no deben estar haciendo bien los partidos "moderados" cuando dejan de ser una opción para muchos ciudadanos. O quizás es sencillamente una vuelta más de ese ciclo que mencionabas, no lo sé. O incluso la oscilación propia de la "ley del péndulo" (ya sabes, pasamos de un extremo al contrario alternativamente).
ResponderEliminarLo único que tengo claro por las conversaciones de la gente que oigo últimamente es que los ciudadanos de a pie "se rascan donde les pica" (quiero decir que cuando tienes un problema real y cercano olvidas toda consideración "global" para centrarte en solucionar lo que a tí te afecta de lleno) y que los extremismos no pueden traer nada bueno, ni a la derecha ni a la izquierda.
Una reflexión actual e interesante, como siempre.
¡Un abrazo!
Es cierto que la política desgasta tanto al político de buena fe (que los debe haber) como al ciudadano que se harta de promesas incumplidas (muchas veces por los palos que la oposición le pone en las ruedas para hacer fracasar al Gobierno de turno) y este cambia su voto buscando algo mejor. Si, como bien dice Pedro, la gente votara con la cabeza, viendo el panorama actual, no votaría o votaría en blanco, pero ello daría la ventaja a los que son fieles a su partido, haga lo que haga y diga lo que diga.
Eliminar¿Que hay quien cambia de partido como de chaqueta, buscando el sol que más calienta?, también es verdad, pero si pudiera, desde mi ignorancia, dar un consejo a quien se siente defraudado, les diría que fueran con tiento antes de inclinarse por un partido en concreto y se fijaran bien de qué pie cojean sus integrantes, pues por mucho que se esfuercen en disimularlo se nota a la legua si son unos mentirosos, que cambian de opinión cada dos por tres, o unos aprovechados, que se aprovechan del descontento, la confusión y el desorden, para soltar sus cantos de sirena. Así que lo tenemos crudo, amiga, pues si vamos descartando partidos que no nos inspiran confianza solo nos quedaremos con los de fútbol, y en algunos también se juega sucio, jeje.
Y por último, es cierto, pero no por ello menos triste, que la gente busca la solución a su problema y desatiende lo que ocurre a su alrededor. Es injusto que uno vote a un partido porque le asegure, por ejemplo, la pensión y no le importe que ese mismo partido persiga a los inmigrantes, a los gays y lesbianas, elimine leyes que aseguran las libertades de expresión y manifestación, etc.
Por supuesto, los extremismos son malos, del color que sean, pues traen odio, aunque no hace falta ir a los extremos para ver cómo se está fomentando el odio desde partidos supuestamente liberales y aparentemente democráticos.
Creo que estamos en un laberinto del que no sé cómo podemos salir. Mal asunto.
Un abrazo.
Buena entrada y buenos comentarios.
ResponderEliminarNo se entiende un "cambio de chaqueta" salvo para asegurarse un puesto donde poder seguir viviendo de la política. Lo encuentro vergonzoso. Se es o no se es. Mejor lo dejo ya.
Abrazos a repartir.
El "cambio de chaqueta" y "las puertas giratorias" está al orden del día en política. Mal asunto cuando alguien se mete en política para acumular poder y ganar dinero. La corrupción huele ambas cosas y tarde o temprano tienta al gobernante.
EliminarOjalá el mundo lo gobernara la razón, pero esta se deja embaucar por los intereses económicos.
Un abrazo, Ana.
Pedro, la Humanidad está en el emocional más bajo, razón por la que se mueve visceralmente. Si utilizásemos la razón el mundo sería distinto y se parecería más a un grupo humano que a una manada de animales (con perdón de algunos animales).
ResponderEliminarMe encantan estos escritos, en cierto modo, reflexivos.
Gracias, Josep Ma.
Hola Josep, en primer lugar la foto del barco es asombrosa, y desde luego el símil entre lo que sucede en parte de Europa o en Hispanoamérica con Brasil a la cabeza, es más que acertado. Creo que Franco hizo una cosa buena, y no me refiero a los pantanos, ja,ja,ja. Si es cierta la frase que se le atribuye de: “Haga como yo, no se meta en política”, fue el único punto de humor sarcástico que dejo este infecto asesino y tarado que gobernó (por decir algo) este país durante su larga dictadura. Realmente pienso que las derechas han perdido cualquier tipo de complejo, y se ha abierto la subasta de quien dice la mayor barbaridad para atraer a un núcleo de votantes que espero sea minoritario. El problema está en que esa extrema derecha que se creía erradicada en España, y en parte de Europa, está marcando la agenda de una manera bochornosa. En fin, esperemos que no llegue la sangre al río, y una vez se pasen estos efluvios patrióticos vuelva la moderación, y las posiciones más centradas. Abrazos amigo.
ResponderEliminarHola, Miguel. Estamos viendo resurgir, que no resucitar, pues no estaba muerta, la instransigencia con la que nos gobernaron durante el franquismo. A Franco se le atribuyen algunas frases y hechos desgraciadamente acertados, como que lo dejó todo atado y bien atado. Y solo ahora me estoy dando cuenta de ello. Hay una fuerza más resistente de lo que creía que se opone a que vivamos en una verdadera democracia. Son muchos los que últimamente se llenan la boca con las palabras democracia, justicia y estado de derecho, solo para tapar sus vergüenzas. Por lo menos, a los partidos extremistas se les ve venir de cara, y por ello se les puede combatir mejor que a los que llevan puesta una máscara. Ahora solo hace falta lo que, de forma metafórica, expongo en mi entrada, que entre todos los marineros sin rango trabajemos codo con codo para devolver el equilibrio a la nave en las que todos estamos embarcados.
EliminarUn abrazo.
A mí sí me preocupa, y mucho. Ahora venden la idea de que si los que piensan como ellos, machistas, xenófobos y fachas, que no se priven de expresar su ideario. Es un apena, porque este país, con su transición tan modélica que no cerró los temas principales, no se merece esa tropa de matones. Bueno, dependerá de los votos, igual sí hay quienes lo merecen, claro.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde
Es una pena que la transición no cerrara de verdad las heridas y aprovechara la oportunidad para crear una nueva sociedad de verdad, sin prejuicios, y abierta de miras. Ahora vemos que tenían razón los que afirmaban que la Constitución de 1978 se redactó bajo la tutela del ejército y de los poderes fácticos de la época. Hay quien hoy wn día se acoje a la Constitución como si de la Biblia se tratara con objeto de no ceder un poco más de poder al pueblo. En este país faltan políticos valientes, carismáticos, hombres de estado, inteligenhtes y sensatos, que sepan gobernarlo con mano firme (que no mano dura), sin temor a los nostálgicos que quieren poner la marcha atrás. No se entiende, por ejemplo, que todavía no se haya ilegalizado la Fundación Francisco Franco ni se haya devuelto el Pazo de Meirás al pueblo que se lo regaló al Caudillo a la fuerza, con intimidaciones. Y qué decir de la memoria histórica. Es una vergüenza.
EliminarUn abrazo.
A mí los extremos me dan mucho miedo, pero tanto si son hacia la derecha como si son hacia la izquierda.
ResponderEliminarPor otro lado, coincido con Pedro en que muchos de los votantes de los nuevos partidos no lo son por ideología, sino por rebeldía al poder establecido.
Un abrazo.
Dicen que los extremos se tocan. No sé si será verdad, porque también se dice (y eso sí que es cierto) que los polos opuestos se atraen, lo cual en política no sucede, sino todo lo contrario.
EliminarBromas aparte, yo tampoco soy amante de los extremismos, siempre he sido una persona prudente y que no ve las cosas de un solo color. Pero cuando ves que el barco se inclina peligrosamente hacia un lado, por inercia y prudencia tiendes a enderezarlo hacia el lado opuesto. Así que si nos aplicamos el cuento, y vemos que la carga cada vez en mayor hacia la derecha, tendremos que tirar hacia la izquierda para nivelarla.
Ojalá todo fuera tan fácil como cuando se emplean símiles, ¿verdad?
Un abrazo.
Yo creo que todo es cíclico, la economía, la política... hasta la moda, ahora se llevan las faldas largas ahora las cortas. Independientemente pienso que si hubiese gente que destacase por su lucha por ideales, que tuviese un pasado ejemplar... ayudaría a que no pasasen las cosas que pasan pero según yo lo veo, y solo según yo lo veo, estamos viviendo la época de los peores políticos desde hace muchos muchos años. ¿A quién votamos si para colmo votamos algo y luego ellos se juntan con quienes no queremos? Pero insisto, es mi punto de vista.
ResponderEliminarSi este cambio que estamos viviendo solo fuera como las modas, que van variando, que van y vienen, no me preocuparía tanto; solo deberíamos esperar al próximo ciclo, pero me temo que es algo más duro y este cambio ha veido para quedarse. Solo es cuestión de que no lo dejemos avanzar, pero para ello hay que querer y saber hacerlo. Si tuviéramos unos políticos mucho más nobles las cosas irían mucho mejor. Y tienes mucha razón en lo que dices sobre las alianzas después de las votaciones. Nuestro voto puede acabar en manos de aquellos a los que no hemos querido votar.
EliminarUn abrazo, Manuela.
Pues mira, esto es un batiburrillo muy grande, cada vez más cantidad de políticos que se llenen los bolsillos, pareciendo de patio de colegio con los insultos, en vez de limitarse a ofrecer cada cual lo que interesa para el bien del pueblo. Muy mal educados y mentirosos, con lo cual lo que teníamos que hacer toditos los españoles, no acudir a las urnas para que se dieran cuenta de lo mal que lo están haciendo y que no nos creemos nada. Yo es la primera vez que no voy a votar, y si me animo a ello, votaré en blanco, porque hay demasiadas mezclas... y en cada una de ellas hay algún partido que no votaría nunca, que son los extremistas, lo mismo de derechas que de izquierdas.
ResponderEliminarNo suelo leer los comentarios de los demás, pero en esta ocasión ni se me ocurre, :)))).
En cuanto vi la imagen del barco, me imagine de que iba jajaja.
Un abrazo Josep.
La política en nuestro país se ha ido deteriorando a pasos agigantados y la agresividad se ha apoderado del Congreso y el Senado, lugares que deberían ser para debatir educadamente, con alguna pequeña bronca de vez en cuando, como en el parlamento británico, jeje. Pero nuestros políticos se comportan muchas veces como hooligans, solo faltaría que llegaran a las manos, como hemos visto alguna vez por TV en algún país del Este o de Asia.
EliminarSe dice que tenemos los políticos que nos merecemos, porque les votamos, pero un país que se precie no merece ser gobernado por unos desaprensivos como los que están ocupando puestos de gran responsabilidad. Les tendríamos que presentar una moción de censura a todos, jeje. Pero también está la opción de votar en blanco, pero para que se dieran cuenta de nuestra repulsa, los votos en blanco deberían ser mayoría y en este país no nos ponemos de acuerdo en casi nada.
¿Adivinaste de qué iba esta entrada por la imagen? Veo que eres astuta o, como dice el refrán: sabe más el diablo por viejo que por diablo. Y con esto no te estoy llamando vieja, que conste, sino una persona con gran experiencia, jajaja.
Un abrazo, Elda.
No me gusta como se está manipulando a las masas con los extremos. No es bueno que se vote a la extrema derecha, pero tampoco a la extrema izquierda. No me gusta cómo se comportan los políticos, como se insultan, como roban y robarán, como quieren el poder todos. Sólo los votos pueden cambiar la situación y para ello hay que ir a votar y no dejarnos manejar. Hay que informarse bien de los programas y votar en consecuencia. Mala papeleta nos toca si pasa como en Andalucía. Pero yo no me voy a quedar en casa por enfado por los políticos iré a votar como buena ciudadana. Un abrazo.
ResponderEliminarMe parece muy bien que vayas a votar aunque luego te arrepientas, jajaja. No es fácil hacer una buena elección, pero al margen de tu ideología, yo me fijaría en el comportamiento de los representantes de cada partido, tanto durante el periodo en que gobernaron, como durante la campaña electoral. Si te fijas, muchos suelen dedicar más tiempo a insultar y despreciar a sus contrincantes que a hablar de sus proyectos, proyectos que después no suelen cumplir. De ahí que debamos tomar nota de cuántos incumplimientos han hecho mientras gobernaban y cuántas mentiras han dicho o dicen mientras están en la oposición. Solo hay que ver cómo los líderes de ciertos partidos dicen ahora lo contrario de lo que decían solo un año antes y cómo presentan ahora recursos contra medidas sociales que ellos habían apoyado y defendido tiempo atrás. Y todo solo para fastidiar al que parece que va por delante. Solo con observar este comportamiento nos podemos dar cuenta de cómo son y si son merecedores de nuestro voto.
EliminarUn abrazo, Mamen.
Hola.
ResponderEliminarYo coincido un poco con Pedro, muchos votantes jóvenes se rigen más por rebeldía, otros por desilusión...
A ver en qué queda todo estas elecciones, me temo qu emucha gente pase de todo y otros voten por "despecho".
Feliz día.
Hola, Gemma. Es que Pedro es un joven rebelde, jeje.
EliminarAlgunas veces yo también me he planteado no ir a votar, viendo el comportamiento de los partidos mayoritarios y cómo me ha decepcionado aquel al que voté en la última ocasión. Pero creo que la situación que estamos viviendo ahora mismo es muchísimo más seria por cuanto nos podemos jugar muchas cosas que se han ido consiguiendo poco a poco y que podrían irse al garete. El programa electoral de algún partido de la derecha me pone los pelos de punta.
Un abrazo.
Veo por ls comentarios que se pone el problema (no en todos, pero en muchos) en la clase política y ciertamente su parte de culpa tienen, pero no toda.
ResponderEliminarPara empezar eso de que todos los políticos y todos los partidos son iguales es algo que no comparto y que, generalmente, se lo oigo a gente escorada a la derecha.
¿Que hay corrupción en todos los partidos? Yo diría que hay personas corruptas en todos los partidos, pero algunos partidos tienen tantas que se han convertido en partidos corruptos. Eso no les pasa a todos.
Por otra parte creo que los partidos, sobre todo los populistas (por eso lo son) lanzan los mensajes que la gente quiere oír y en ese sentido es muy fácil aprovecharse de cualidades humanas como la insolidaridad y el poner los problemas fuera de uno. Qué mejor que echar la culpa de todo a los extranjeros (salvo que sean altos, rubios e ingenieros), a los catalanes (lo que más se va a usar en esta campaña) o a las mujeres, o al colectivo LGTBI, etc, etc.
Mientes como bellacos y la gente se lo cree. Lanzan un mensaje de concordia y diálogo y la gente no lo entiende.
Estamos en una sociedad de mensajes cortos y simplones. ¿Hay alguna patochada mayor que "España para los españoles"? ¿Hay mayor gilipollez que sentirse orgullosos de un patriotismo en el que uno no ha tenido nada que ver y que es cosa de kilómetros? (200 Km al este y muchos españolee serían franceses; 300 km al sudoeste y yo sería portuguesa) Yo solo me siento orgullosa de lo que yo he conseguido conscientemente y por mi propia voluntad.
Pues esas dos tonterías son jaleadas por todo este país y los políticos se aprovechan y yo tampoco quiero volver al pasado porque aunque algunos años menos que tú, Josep, también fui consciente del franquismo y luché a mi manera y como pude por terminar con él.
Un beso.
Excelente comentario, Rosa, que comparto totalmente. Así que poco puedo añadir sin reierar lo que he ido respondiendo a cada uno de los comentarios recibidos.
EliminarEvidentemente, un tema así, aparentemente simple pero enormemente complejo, necesitaría horas de tertulia y aun así no creo que llegáramos a tocar todos sus aspectos ni llegar a un consenso total, pues siempre existen dicrepancias, alguna smás razonables que otras, jeje.
Hablando de populismo, a mí me da la impresión que recientemente casi todos (por no decir todos, que lo diría) los partidos se están contagiando de esta práctica, pues casi todos (si no todos) prometen lo que la gente quiere oír sin tener, creo yo, un interés real por cumplirlo, y utilizan, como bien dices, argumentos que arrastran a la gente con problemas y necesitada de ayuda. Y si para ello hay que culpar de todos los males a terceros inocentes o ajenos al verdadero problema, pues da igual.
Evidentemente, es generalizar mucho decir que todos los partidos son corruptos (como que todos los hombres son iguales, jeje), pero esa tendencia que observamos por esconder sus vergüenzas, defender a ultranza a sus miembros corruptos, negar vehementemente la evidencia, achacar a otros partidos faltas que ellos cometen y aumentadas, minimizar luego, una vez se ha demostrado palpablemente, la falta grave cometida alegando que son cosas del pasado, de los que ya no están en activo, y un largo etcétera, eso se está extendiendo peligrosamente. Los que dicen que están para renovar la política y acabar con el fraude en el seno del partido, abogando por la trasnparencia, luego resulta que, poco a poco, se van descubriendo casos de fraude interno, como en la elección de los candidatos a las elecciones. En fin, que aunque sean pocos, estos casos son muy escandalosos y escandalizantes.
Y para atrás, ni para tomar impulso, jeje.
Un beso.
Lo primero gracias por aclarar en qué lado está estribor porque una servidora es de las que lo confunde con babor, es lo que tiene ser de secano.
ResponderEliminarEse escoramiento es fruto de un montón de cosas, a mi modo de ver. Cuando se tira en ciertos sectores mucho de una cuerda hacia un lado, siempre hay gente que reacciona tirando al contrario, y en este caso las banderas y los diferentes colores colgados en balcones tienen mucho que ver. Por este lado no voy a insistir.
Por otra parte, en momentos de crisis se buscan culpables, y los principales responsables que han causado la situación desvían la atención mostrando enemigos inventados, buscan la confrontación y mientras, ellos se van de rositas. Nosotros, el pueblo llano, como somos así de borregos nos dejamos manipular, embestimos en cuanto nos enseñan el trapo (léase las diferentes banderas con sus variados coloridos) y nos creemos lo que queremos oír sin atender a si eso que oímos es cierto o no, solo queremos que nos regalen los oídos.
Es triste, pero si hay algo por lo que "celebraría" la llegada de esta gente al poder es para que esos que se quejan del estado actual de las cosas llamando fascistas a algunos, se enteren de qué es realmente el fascismo y la falta de libertad. El que no se consuela es porque no quiere.
Un besote y gracias por la valentía que has demostrado con esta publicación tan sensata.
De nada, Paloma, a disponer, jajaja.
EliminarComo le decía a Rosa, el tema tiene su enjundia y no es tan sencillo como muchos creen o puede parecer.
Yo creo que, si tuviera que elegir unas pocas causas del desbarajuste que estamos viviendo serían la intransigencia, la falta de empatía con las posiciones contrarias, querer imponer las ideas propias, y la escasísima voluntad de llegar a acuerdos que beneficien a todos, y no solo a unos cuantos.
En otro orden de cosas, existe, como bien dices, ese mal endémico (no sé si es propio de nuestra cultiura o es extensible a otras) de culpar de todos los males a otros y negarse a reconocer la parte de culpa de uno tiene. Eso de "escaquearse" creo que sí es muy español. Si te fijas (y te habrás fijado), cuando un partido estrena mandato y el país funciona, lo atribuyen a su buen hacer y no a lo que han hecho sus predecesores, pero si, por el contrario, las cosas van mal, es por culpa de cómo han dejado el país los que estuvieron antes en el poder. Y luego ven la paja en el ojo ajeno.
El único mérito indiscutible que les atribuyo a nuestros políticos actuales es que tienen mucha labia, un pico de oro, y son capaces de hacer ver blanco lo que es negro. Y mucha gente, como también dices bien, se lo cree a pies juntillas porque necesita que alguien le saque de la miseria en la que se encuentra, sin darse cuenta de que si están en esa situación es por culpa de esos mismos que ahora les prometen el oro y el moro. Hace falta ser mucho más críticos y objetivos. Y la cultura es una baza a favor.
Entiendo que si dejamos que se pongan al timón (para seguir con mi alegoría) esos nuevos extremistas tan patriotas, los tripulantes verán lo mal navegantes que son, se darán cuenta de su ineptitud y de las falacias que les han endosado, pero se corre el peligro de que cuando vean el resultado de haberles dejado ocupar el puesto del timonel, el barco escore de tal forma que acaben naufragando. Ojalá me equivoque.
Un beso.
Tiene mucha tela tú reflexión.
ResponderEliminarYo que quieres que te diga Josep, la política me defraudo hace ya muchos muchos años, viendo como son casi todos unos aprovechados que solo miran su bolsillo y cuando mas lleno mejor, vivir por el poder y para él y al pueblo poquito, lo justo e imprescindible, en fin.
Me preocupa y mucho como pueden derivar las cosas el próximo 28-A pero no ya por mi, que también, si no por el futuro de mi hijo, que cada vez es mas incierto para estos jóvenes, en fin, creo que tendríamos que volver a la serenidad que fue Suarez o Aznar, porque hicieron gran politica, bajo mi punto de vista, funciono el país, o al menos creo que así fue, ahora todo es un desconcierto absoluto y me preocupa que la gente se deje llevar por el desengaño y los problemas para votar y que la situación sea mas caótica si cabe y veremos donde acabamos.
Con esas expresiones marinas me has recordado a mi padre, que era una gran aficionado a la pesca, y tanto se las oí nombrar.
Un abrazo.
Un abrazo.
Hola, Tere. Pues precisamente eso es lo peor que han hecho hasta ahora nuestros políticos: desprestigiar la política y hacernos desconfiar de ellos. Y es que el ejemplo que nos dan no es para menos.
EliminarLos ciudadanos queremos paz y estabilidad, que el paro se reduzca a la mínima expresión, que nuestros jóvenes no tengan que emigrar para poder vivir dignamente y que, cuando se emancipen, encuentren una vivienda digna a un precio razonable. Todos esos deseos fundamentales no tienen, sin embargo, porqué estar reñidos con otros igualmente importantes como la libertad de expresión y de pensamiento, ni con otros derechos fundamentales. Lo ideal sería poder disfrutar de todos ellos y no tener que elegir entre pan y justicia social.
Un abrazo.
Muy interesante el reportaje, gracias por compartir
ResponderEliminarHola, Trini. Me alegro que te haya resultado interesante.
EliminarMuchas gracias por dejar tu comentario.
Saludos.
Hola Josep Ma qué duro es este escoramiento y qué terrible vivirlo.
ResponderEliminarHoy justo escuchaba una conversación sobre esto. Se achacaba un poco a otro tema complicadísimo, el del procés y de los catalanes y cómo para defender una supuesta unidad vale todo. ¿Por qué ahora esos que estaban escondidos se atreven a decir cualquier barbaridad y no pasa nada? ¿No son delitos de odio? Tengo la sensación que nos distraen, que juegan a enfrentarnos y así nadie les pregunta qué están haciendo, a dónde han desviado tantísimos millones y porqué tantos y tantos están implicados.
A mí me sorprende y me preocupa ver como constantemente se utiliza para ganar votos el a por ellos. Y me preocupa ver cómo electoralmente parece que sale rentable y lo triste es que después de los catalanes viene todo aquel que piense diferente. Y escuchamos decir barbaridades también contra las mujeres, contra los inmigrantes o contra cualquiera que es distinto y no nos gusta como piensa. En lugar de hacer política se juega al y tú más, sin darse cuenta que se lleva a los ciudadanos al enfrentamiento, a la crispación, a creerse mensajes y defensas absurdas. Menos banderas y más pensar en las personas, si todos los que han robado, defraudado, engañado, desviado a paraísos fiscales, etc, lo devolvieran habría mucho más para la ciudadanía y en lugar de reclamar que devuelvan lo robado, encima se les vota. Lo siento yo no entiendo nada. ¿Es este el país que queremos? Creo que los políticos actuales no dan la talla, nunca se ha de buscar el enfrentamiento entre los ciudadanos, se han de buscar acuerdos, dialogar y siempre pensar en el pueblo y eso es lo que nunca hacen ninguno.
Buff un tema que da para mucho.
Besos
Hola, Conxita.
EliminarÚLtimamente se oye con mucha frecuencia una frase que, por desgracia, es muy cierta: cuanto peor, mejor. Ese es el planteamiento de algunos; cuanto más embrollemos la situación, más votos a nuestro favor, piensan de un modo totalmente irresponsable. Son capaces de decir y hacer cualquier cosa con tal de ganar adeptos y votos. Me indigna y preocupa a la vez ver cómo se lanzan falsas acusaciones, se exageran problemas, se hacen comparaciones más que odiosas, se ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio, se calumnia a diestro y siniestro y cómo muchos se lo creen a pies juntillas sin el más mínimo criterio ni objetividad. El congreso de los diputados se ha convertido en un foro para los insultos y las trifulcas que me generan vergüenza ajena.
Desde luego que hay un descontento general y eso hace que la gente se canse y se incline por un voto de castigo al partido que le ha decepcionado, pero deberíamos ser mucho más racionales y prudentes porque cambiar por cambiar no solo no arregla las cosas sino que puede empeorarlas si nuestro voto va a parar a manos de desaprensivos.
Creo que estamos viviendo un bache descomunal del que espero que podamos salir airosos en un corto periodo de tiempo gracias a la cordura de políticos responsables y a la ciudadanía que no se deja embaucar. Solo hay que escuchar los disparates que se dicen en estos días de pre-campaña electoral para ver hacia donde van los tiros. Que Dios nos coja confesados, porque, si esto sigue así, creo que vamos directamente al infierno.
En cuanto al "tema" catalán, no voy ni quiero aquí posicionarme, aunque sí reconozco tener sentimientos encontrados. Solo lanzo una reflexión sobre uno de los temas más candentes, que es lo que suelo hacer en este espacio: Si lo ocurrido en Barcelona el 1-O fue una rebelión, ¿cómo calificaríamos lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en París con los chalecos amarillos? Parece que hay quienes solo miran en una dirección. Desde luego todo es discutible y respeto los distintos puntos de vista, siempre que se hagan desde la tolerancia, pero provocar enfrentamientos solo con ánimos de lucro político sin pensar en el bien general es de una gran irresponsabilidad. Y eso es válido para todos los partidos e ideologías. Habrá que darle la razón a quien acuñó la frase que dice que el sentido común en el menos común de los sentidos.
Muchas gracias, Conxita, por tu aportación a este tema que, como bien dices, da para mucho.
Un beso.
Post interesante, me encanta venir pues siempre me topo con algo que me gusta, un saludo y un gusto estar aqui.
ResponderEliminarHasta la prox.
Muchas gracias, Sempiterna; me alegra que te guste lo que encuentras en este rincón cuando lo visitas.
EliminarUn abrazo y hasta la próxima.