Alfred
López, escritor y bloguero, escribió un libro titulado “Ya está el listo que
todo lo sabe", en el que nos descubre muchas curiosidades de las que nunca
supimos su origen o significado. Pues si él (pues a él debe sin duda referirse)
se autodefine como el listo sabelotodo, yo debería definirme como el pesado que
todo lo critica. Pero es que no puedo evitar criticar lo que veo y no me gusta.
De
todos modos, esta nueva entrada está, hasta cierto punto, vinculada con la
anterior, aunque no vaya de juegos. Va de malas costumbres y de la, una vez
más, reiterada contradicción entre los consejos “saludables” que nos dan los
expertos en la materia y la imagen que se nos ofrece en determinados medios y
que va justamente en sentido contrario.
El
enunciado apunta a la sociedad, como ente global, no a las personas en particular.
Un político, un médico, un sacerdote representa a un colectivo que debe
predicar con su ejemplo: ser honrado en su vida privada cuando ataca
públicamente la corrupción, llevar una vida sana cuando así se lo recomienda a
sus pacientes, o ser virtuoso cuando, desde el púlpito, lo exige a sus
feligreses, respectivamente.
La
sociedad la componemos todos y su forma de expresión son los medios de
comunicación, los distintos movimientos, asociaciones, corporaciones y
entidades varias que velan por el bienestar de los ciudadanos. La contradicción
a la que aludo al principio se manifiesta cuando alguna de estas entidades sociales
recomienda, como medida para el bien público, abstenerse de ciertos comportamientos
de riesgo, y otras, a veces sin un propósito evidente, los promueven o incitan.
Si en
la entrada anterior culpabilizaba de esa actitud irresponsable a ciertos
mensajes publicitarios, en esta amplío mi radio de crítica al cine ─y, por
extensión, a las series para la televisión─, por ejercer, sin darnos cuenta,
mucha más influencia por el efecto subliminal del mensaje que emite.
Así, en
muchas películas podemos ver cómo el personaje principal fuma sin parar, bebe
como un cosaco, solo o en compañía, o habla por el móvil mientras conduce. Y
resulta enormemente paradójico que en un país como Estados Unidos, ─que ocupa el
primer puesto, detrás de la India, en la producción cinematográfica─ donde el
fumador es prácticamente un proscrito y solo pueden beber alcohol los mayores de 21 años, se utilice y normalice esa imagen. Las
bebidas alcohólicas pueden falsearse en la pantalla, pero yo me pregunto cómo se lo montará el
actor no fumador para tragarse el humo de un apestoso (al menos para él)
cigarrillo. Aunque, claro, debe ser lo que se conoce como exigencias del guion.
Pero todo esto es pura anécdota comparado con la imagen que desprende.
Entiendo
que no hay que practicar el puritanismo ─de hecho hay en el cine actual muchas escenas de sexo
bastante explícito, que son perfectamente prescindibles, y que no se censuran─
pero las imágenes del fumador, del bebedor y del usuario del móvil mientras
conduce, entre unos pocos ejemplos, transmite una normalidad que no debería ser
tal. Es decir, se banalizan, a ojos del espectador, hábitos y actitudes que,
desde otros canales, se intentan corregir e incluso prohibir.
Muchos
años atrás, fumar y beber en las películas estaba bien visto, era algo normal.
Humphrey Bogart no sería el mismo sin un cigarrillo en la comisura de los
labios ni Dean Martin sin un vaso de whiskey en la mano. Se podría alegar que
el cine debe mostrar la realidad, la vida tal como es. Pero una cosa es mostrar
una realidad censurable, o con connotaciones negativas, acorde con el argumento
del film como, por ejemplo, el consumo de drogas, el robo, el asesinato y la
violencia en general, y otra presentar hábitos o conductas inadecuadas en un
ambiente de normalidad social.
Y con
esto no quiero arruinaros estas fiestas que están a la vuelta de la esquina.
Bebed de forma responsable, tal como advierten las autoridades sanitarias, y si
os pasáis un poco no pasa nada siempre y cuando conduzca otro o toméis un taxi
para volver a casa; fumad, si no podéis evitar el mono, pero moderadamente y
con el propósito de enmienda en la mente; pero no conduzcáis con el móvil en
las manos a menos que queráis viajar al otro mundo antes de tiempo.
Pero,
ante todo, pasadlo bien, que seáis felices y que la suerte os acompañe. Dicho
de otro modo: que la salud, el dinero (o trabajo) y el amor no os falte ni
ahora ni nunca. Y si vais estos días al cine (a menos que sea para ver
películas infantiles), a ver cuántas escenas con tabaco y alcohol observáis.
Esa imágenes de fumadores y bebedores se normalizaron en exceso. No se necesita ninguna de estas cosa para ser feliz. Con publicidad o no, que pases unas felices fiestas de navidad.
ResponderEliminarHay que disfrutar de la familia mientras estamo por este circo de vida. Un abrazo grande
Además, el tabaco y el alcohol son unos malos aliados, jeje.
EliminarYo también te deseo unas felices fiestas navideñas en buena compañía.
Un fuerte abrazo.
Cuando me fumaba tres paquetes diarios pensaba que no sería capaz de disfrutar de muchos buenos momentos sin un cigarro en la mano. Más de veinticinco después puedo decir como Albada, que no se necesita nada de eso para ser feliz.
ResponderEliminarFelices Fiestas.
Un abrazo.
Pues te has librado de una carga importante y, de paso, has ahorrado un montón de dinero al año. Espero que no te lo gastes en el juego, jajaja.
EliminarFelices fiestas.
Un abrazo de vuelta.
También te deseo buenas fiestas Josep, que disfrutes con la familia.
ResponderEliminarPues yo estoy en el mismo equipo de los criticones, pero es que, oye, hay tal cantidad de cosas ante las que es imposible quedarse callado. Y es nuestro derecho también, jaajjaja.
Abrazos
Mientras tengamos temas para criticar, adelante. Y seguro que no nos faltarán, jajaja.
EliminarQue pases unas felices fiestas en grata compañía.
Un abrazo.
Pues sí, todas esas acciones que son malas para la salud, no debieran salir en televisión, pero cuando es una película o serie que representa los años de atrás donde la mayoría fumaba y bebía, es digamos lógico, ahora sin embargo, lo suplen por escenas de sexo a mansalva, que es un poco aburrido verlo, :))). Lo de hablar por el móvil conduciendo eso si que lo tenían que suprimir a no ser que quieran representar que el protagonista tenga un accidente por dicho motivo... porque ya no solo es peligroso para el que lo hace, sino también para el prójimo. En fin, ya sabes que casi nadie, predica con el ejemplo.
ResponderEliminarBueno Josep, que disfrutes en estas Fiestas de todo un poquito, siempre cuidando la salud, jajaja.
Un gran abrazo.
Pues sí, Elda, hay imágenes que reproducen las costumbres de antaño. Del mismo modo que en una película actual pero que representa los años 50, por ejemplo, aparecen automóviles de la época y el vestuario va acorde con ella. Pero que en películas con argumentos actuales se siga mostrando ciertos hábitos que en la vida cotidiana son censurables, o deberían serlo, ello proyecta, sobre todo en los jóvenes, una imagen de normalidad que no debería ser. Las costumbres se aprenden en casa, en la escuela y, aunque parezca mentira, de lo que se ve en el cine.
EliminarY en cuanto al "realismo" sobre escenas de sexo en el cine, creo que, en muchas ocasiones, de real no tiene mucho, jajaja.
Que pases tú también unas felices fiestas en compañía de tus hijas, familiares y amigos.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarInteresante reflexión.
A mí lo de fumar o beber no me molesta mientras el que lo recibe entenda lo malo que es, y creo que los que ven esas pelis, por edad, lo saben. Otra cosa es que salga en pelis para todos los públicos, eso ya me parece mal. Pero lo del móvil...eso es aterrador porque la gente no es consciente del peligro. Nosotros ayer veníamos en coche de un homenaje a un familiar y delante había un coche haciendo eses. En un momento pudimos adelantarlo(yo apuntando la matrícula para llamara al policía porque pensaba que iba bebido) y lo vemos con el móvil. Si ves a mi marido con el claxon, qué indignación porqu epodía haber montado una enorme.
Respecto a las escenas de sexo, es que parece qu esin ellas las pelis no venden.
Muy felices fiestas.
Hola, Gemma,
EliminarHay hábitos que reconozco que resulta muy difícil de erradicar, como el fumar y la bebida, sin necesidad de ser alcohólico. Yo he sido fumador hasta hace seis años y lo mío me costó dejarlo.
Pero hay costumbres que no entiendo cómo no se abandonan, como es el caso de usar el móvil conduciendo. Parece como si esas personas fueran inmunes a los mensajes que advierten de su peligrosidad. Una distracción al volante puede ser fatal para quien conduce y para los otros conductores. Y aun así, veo continuamente a conductores y conductoras hablando por el móvil, que me dan ganas de llamarles la atención, por su irresponsabilidad, impertinencia y tozudez.
En cuanto al sexo en el cine, antes una peli sin una mujer guapa no era una peli; ahora si no hay escena de cama, parece que desmerece, jeje.
Muy felices fiestas también para tí y toda tu familia.
Hola Josep, creo que es la primera vez que difiero de algo de lo que escribes y creo que es muy sano, ya pensaba por momentos que podíamos ser almas gemelas,ja,ja,ja.
ResponderEliminarLa clave de tu texto esta en mí opinión aquí: "Se podría alegar que el cine debe mostrar la realidad, la vida tal como es. Pero una cosa es mostrar una realidad censurable, o con connotaciones negativas, acorde con el argumento del film como, por ejemplo, el consumo de drogas, el robo, el asesinato y la violencia en general, y otra presentar hábitos o conductas inadecuadas en un ambiente de normalidad social". Y no es que difiera del contexto general, sino que pienso que la cinematografía debe mostrar y reflejar la realidad social tal y como es, aún en situaciones de normalidad social. Quiero decir que el cine no debe cumplir una función educativa, solo aportar elementos narrativos al servicio de la producción, salvo que estos no estén justificados. Por otro lado hay algo curioso y aunque hoy en día en las series, o en youtube el sexo sea bastante explicito, el cine convencional generalista tiende a ser censor con los cuerpos. Es decir, si en el destape los cuerpos eran exhibidos sin ningún pudor, parece que ahora hay un movimiento más pudoroso y no hablo del cine español, que más que menos hay sexo o mujeres y hombres semidesnudos. Me refiero al pacato cine estadounidense donde ver el pecho de mujer o un desnudo frontal masculino hoy en día son casi tabú. Precisamente y en eso volvemos a nuestro punto generalmente común en ver las cosas, creo recordar que escribiste algo así como que una actriz arrastraba una sábana envuelta en su cuerpo de manera antinatural para evitar que se le viera una teta cosa que excepto Facebook pienso que nadie se iba a asustar. Y sí, me dirás que mil ejemplos en cine de actualidad que las actrices muestran su torso, pero habría otros mil ejemplos de escenas forzadas para que no lo haga. En definitiva, pienso que en el cine generalista se está haciendo una involución sobre la naturaleza sexual y natural de los cuerpos tanto femeninos como masculinos, y por el contrarío vemos conductas violentísimas, asesinatos, masacres y demás penosidades sin el menor rubor de las productoras. Que hay escenas de cama en el cine, si claro, y muchas, pero tan pacatas que no representan la realidad de lo que es una escena sexual real. Como curiosidad y como reflexión, y aunque tendría que hacer un repaso más a fondo, creo recordar que durante 2018 y en todas la reseñas que he realizado y en las que lógicamente hay escenas de cama, solo recuerdo un desnudo frontal masculino, y tendría que hacer mucha memoria pues solo recuerdo uno o dos femeninos, y son muchas las películas reseñadas.
Por otro lado espero que na caiga en saco roto la recomendación final que nos compartes sobre el alcohol y los móviles al volante que son asesinos potenciales para esos individuos y para los que nos crucemos en el camino.
Gracias Josep por tus buenos deseos, por esta bitácora atrevida y valiente y por lo mucho que he aprendido y disfrutado de tus textos durante este año 2018.
Un gran abrazo y feliz Navidad en compañía de tus seres queridos.
Pues sí, Miguel, parece ser que esta nuestra primera discrepancia, aunque no estoy totalmente seguro de ello, aunque debo confesarte que, mientras escribía esta entrada, pensaba en ti y en lo que opinarías al respecto. Siendo un experto en cine, es lógico que tengas un punto de vista distinto de quien solo es un aficionado al séptimo arte. Soy como el que disfruta de un cuadro sin tener ni idea de pintura, jeje.
ResponderEliminarPero no sé si no he sabido explicarme o bien no he sabido interpretar correctamente tu comentario. Así que lo intentaré de nuevo, por si hay algún malentendido. No quiero con ello decir que yo deba llevar la razón, ni mucho menos, pero quiero asegurarme que he expresado correctamente lo que pienso sobre este tema.
Ciertamente el cine no debe tener forzosamente una función educativa. A lo que yo me refiero cuando menciono “hábitos o conductas inadecuadas en un ambiente de normalidad social”, es que los personajes que no tienen ninguna relevancia, simples comparsas, actúen conforme a unos hábitos que en la vida real son, cuando menos, censurables, o bien que los propios protagonistas exhiban esos hábitos sin que ello tenga la mínima importancia, ni para el desarrollo de la historia ni para la definición del personaje.
Me explico: Salvo en los géneros de ciencia ficción, comedia o terror, yo espero ver en una película situaciones realistas. Pienso que, si una película se desarrolla en la época actual, debe reflejar las costumbres y mentalidad actuales. Si la escena en que la chica, después de tener sexo, salta de la cama cubriéndose todo el cuerpo con la sábana, podría perfectamente eliminarse por ridícula, absurda e irreal, qué sentido tiene que el protagonista no pare de fumar en toda la película si ello no viene a cuento. Un inspector de policía, por poner un ejemplo, sale de la comisaría y antes de subir al coche se enciende un pitillo, y durante el trayecto recuerda que debe decirle algo a su esposa y la llama por el móvil mientras conduce. ¿Qué sentido tienen esas dos escenas y qué aportan? El cine no tiene una función educativa, pero transmite un mensaje subliminal y lo que se ve en la pantalla influye en la percepción del espectador, sobre todo adolescente, sobre lo que es normal o no. Si no fuera así, no se calificarían las películas por edades. Aunque no esté muy de acuerdo con esa calificación, ese hecho reconoce que hay escenas que no son recomendables para menores de una cierta edad según su carga erótica o violenta.
Todos sabemos que por ver Breaking Bad no nos vamos a dedicar a la fabricación de metanfetamina, porque la historia que se cuenta va de eso. Pero qué importancia tiene, por ejemplo, que el protagonista, un tipo normal, un padre de familia, solo entrar en casa se vaya al mueble bar y se sirva un trago, a menos que ello vaya ligado a un problema con el alcohol. ¿Por qué, mientras dos amigos charlan distendidamente en la calle, tienen que ponerse a fumar, si ello tampoco es relevante para describir a esos sujetos o para el contexto general? Con ello me refiero a que, del mismo modo que se cuida el atrezzo, adaptándolo a la época del argumento (los coches, el vestuario, la música, etc.), las costumbres que se muestran también deben ser las de la época. Si en el siglo XXI la sociedad censura el tabaco, advierte sobre el uso excesivo del alcohol y prohíbe hablar por el móvil mientras se conduce, ¿a qué viene que los actores principales, secundarios o de relleno, hagan todo ello sin venir a cuento? A eso me refiero cuando afirmo que en el cine se suelen visualizar comportamientos que pasan por ser normales cuando en la vida real se intentan erradicar y que ello puede estar dando un mensaje equivocado.
HE TENIDO QUE CORTAR AQUÍ PORQUE LA APLICACIÑON NO PERMITE UN NÚMERO DE CARACTERES SUPERIOR A LO ESTIPULADO, ASI QUE LO HE DIVIDIDO EN DOS
Que en las películas de mediados del siglo XX, los protagonistas fumaran un cigarrillo tras otro y bebieran a toda hora, podría ser normal pues reflejaba las costumbres de una época en la que esos hábitos no estaban tan mal vistos. Pero hoy día, eso está cambiando y que sigan mostrándose esas imágenes, sin que tengan ninguna trascendencia en la trama ni definan el carácter de los personajes, me parece cuando menos incorrecto.
EliminarSi el personaje entra en un bar es lógico que todos los clientes estén bebiendo y que se tome una cerveza con los amigos. Si se muestra un ambiente distendido entre un grupo de jóvenes ociosos, no resulta extraño ver que alguno esté fumando. Pero a lo que me refiero es que muchas veces, como acompañamiento o telón de fondo, se introducen imágenes innecesarias que refuerzan inconscientemente la idea de que fumar o beber no es tan malo como dicen. Para mí esos son los elementos no justificados a los que haces mención.
Y volviendo al sexo, podría abundar en la absurda profusión de situaciones, no solo innecesarias sino también irreales: la inmediatez de la penetración sin el más mínimo prolegómeno, la súbita flacidez del miembro viril cuando la pareja es sorprendida en plena acción y el hombre salta de la cama, la violación por parte de quien está tan borracho que no puede tenerse en pie, cuando es sabido que en tales circunstancias la erección es casi imposible, y un largo etcétera de irrealidades. A eso me refiero cuando digo que el cine debe mostrar la realidad (salvo en los géneros que antes he mencionado). Y estas no son situaciones excepcionales; creo que todos las hemos visto con bastante frecuencia.
Siento haberme extendido más de la cuenta para intentar dejar clara mi postura (acertada o no) de que hoy día, en el cine, todavía se da una imagen de normalidad a ciertos comportamientos que en la calle ya están mal vistos.
Perdona el rollo, amigo, y yo también te deseo unas muy felices fiestas y espero volver a disfrutar pronto con tus magníficas crónicas marcianas.
Un fuerte abrazo.
Genial explicación Josep, muy detallada y muy acertada. Muchas gracias por tu tiempo de verdad y por los muchos y buenos ejemplos que has puesto en este comentario divido en dos partes. Yo tuve que hacer uno en tres partes una vez, ja,ja,ja. En cualquier caso el cine con sus virtudes y defectos, con sus realidades o inexactitudes, y con sus buenos o malos ejemplos, siempre unirá a los cinéfilos en debates abiertos y apasionantes. Otro abrazo de regreso y buen final de año.
EliminarA mí no me molesta en absoluto que los personajes fumen o beban o hablen por el móvil. Pienso como Miguel que el cine no debe ser educativo (a menos que sea una película infantil). Yo creo, de todas formas, que las películas actuales no muestran tanto como dices esas conductas. De hecho, alguna vez, viendo películas de mediados o finales del siglo XX he comentado con mi marido lo extraño que resulta ahora ver fumar tanto y con tanta naturalidad. Por otra parte, tampoco son hábitos tan desterrados de nuestra sociedad. No hay más que ver los espacios que cada bar tiene en la calle para todos los clientes que consumen fuera, en lo más crudo del crudo invierno, porque tienen que fumar. El cine actual, en esos aspectos, yo creo que responde bastante a la realidad.
ResponderEliminarUn beso y que tengas unas fiestas felices, relajadas y sin compromisos de esos que uno prefiere ahorrarse.
Un beso.
Suerte que tienes, Rosa, de este modo no te incordia que, aun en la ficción, se muestre como normal lo que en nuestra vida cotidiana nos está censurado. Debo ser un tiquismiquis, un puritano, un retrógrado o un intolerante, jeje. Me lo tendré que hacer mirar. Quizá es que acabo de ver en Netflix las series "The Sinner" (2ª temporada) y "Dr. Foster" (1ª y 2ª temporada), historias ambas que discurren en EEUU e Inglaterra, respectivamente, durante esta década, y esas imágenes/conductas que critico son constantes, dentro de un ambiente de total normalidad.
EliminarAl margen de que yo sí observo que ahora no se fuma tanto (deberá ser una cuestión geográfica), yo me refería a las películas americanas, las más abundantes o por lo menos las que más veo, y no se puede negar que en los EEUU fumar está más mal visto que el diablo. Cuando era fumador e iba a los EEUU con cierta frecuencia (por trabajo), me sentía como un proscrito, tenía que salir a la calle a fumar y alejado de una entrada a un hotel o a cualquier establecimiento, y observado por los transeúntes como un bicho raro. Cuando fuimos a Orlando con nuestras hijas, a la menor no le quisieron servir una cerveza, a pesar de estar con nosotros, sus padres, porque no tenía los 21 años (tenía entonces 19) y temían que las autoridades les quitaran la licencia para servir bebidas acohólicas. De ahí que me sorprenda más que películas hollywoodienses muestren a fumadores y bebedores en plena acción. Con ello, insisto, quiero "criticar" la incoherencia entre la teoría y la práctica reflejada en esas películas. Por lo tato, lamento insistir que, al menos en las películas norteamericanas, lo que se ve no se corresponde fielmente con la realidad.
De todos modos, sigo pensando (erre que erre, y eso que no soy maño) que no me acabo de explicar del todo y que este podría ser un tema de discusión sentados alrededor de unas cuantas birras, jajaja.
Un beso y también te deseo que pases unas felices y tranquilas fiestas.
Lo de fumar en algunas series, norteamericanas y patrias, yo creo que está bastante descartado, o al menos eso percibo yo. Pero, en cambio, lo de beber hasta agarrarse una buena cogorza es bastante habitual, no solo eso, es que nos muestran como algo divertido el estar borracho, como si fuera inherente a una buena juerga.
ResponderEliminarYo creo que el alcohol se puede consumir siempre que sea con moderación, no así el tabaco que en pocas cantidades también es muy dañino y no solo para el que lo consume sino para quienes están cerca del fumador. Pero mostrar borracheras con total impunidad y como signo de divertimento me parece lamentable y paradójico en una sociedad donde se nos intenta inculcar, desde algunos sectores, otras prácticas como el vegetarianismo, el consumo de semillas varias y cosas así. Un total sinsentido.
Un besote grande, Josep Mª.
Mostrar como normal algo que no debería serlo y que en una película no tiene nada que ver con el tema que se intenta analizar (una familia rota, un joven con problemas, un policía corrupto, un divorciado alcohólico, etc., etc., etc.), que no viene a cuento y que solo se usa como acompañamiento de la escena, sigo pensando que no es deseable. Ayer mismo estaba viendo una peli en la tele, de esas tan sosas de media tarde de los sábados y domingos, y en un momento dado el protagonsta va conduciendo con el móvil en las manos (ambas) mirando si tiene algún mensaje, mientras abandona la ciudad a causa de un desengaño amoroso. Y me dije: "¿lo ves?, otra vez con lo mismso", jeje. Creo que hemos acabado asimilando ciertas cosas como algo normal, sobre todo en el cine. Ahora ya ocurre con menos frecuencia, pero todavía se dan muchos casos en que cuando cuestionas alguna escena o situación que se te antoja fuera de lugar, tu interlocutor argumenta "es una película, hombre", dando a entender que en el cine no todo tiene que ser creible, que casi todo esté permitido por el mero hecho de que es ficción.
ResponderEliminarLo que dices que las borracheras, pienso que si la escena consiste en una cena de amigos que acaban pasándose de la raya y acaban con un pedo terrible, pues me parece "normal", pero que, por ejemplo, un chico llegue a casa, de vuelta del instituto, y se encuentre a sus padres en la cocina charlando y con una copa en las mano, o que cada vez que ese chico sale en escena esté fumando, si todo ello no tiene ninguna connotación importante para el argumento, no solo está de sobra sino que, además, da una imagen de normalidad a algo que, en nuestra cotidianeidad, se está intentando erradicar.
Un beso, Paloma.
Cierto. A mi a veces me llama la atención en las películas cómo todo lo hablan con una copa de vino en la mano. O los niños que salen corriendo a la calle sin haber terminado el plato que comían y dejando que la madre quite la mesa... Que si, que son detalles, pero son mensajes subliminales que se captan y se toman como pautas de comportamiento normalizado. Pienso yo.
ResponderEliminarBueno, Manuela, en cierto modo me has quitado un peso de encima. Empezaba a pensar que yo era un rarito que veía cosas extrañas donde no las había, jajaja.
EliminarDe hecho, nos bombardean a todas horas con mensajes subliminales de todo tipo (unos a propósito y otros por simple costumbre) en cualquier medio, tanto cine como televisión. Y esas "malas costumbres" las normalizamos y los jóvenes las absorben sin darse cuenta. Eso es lo que yo también pienso. Uno de los muchos motivos por los que el machismo está todavía tan arraigado es porque vemos constantemente comportamientos e imágenes machistas con tanta sutilidad y naturalidad que pasan desapercibidos pero calan en nuestro subconsciente.
Un abrazo.