Estamos
en esa época del año en la que, quien más quien menos, planifica sus vacaciones
y cuenta lo bien que espera pasárselo en tal o cual destino. En este mundo
bloguero son muchos quienes se despiden hasta septiembre y anuncian que se van
a cargar pilas junto al mar o la montaña, o simplemente en casa bajo los
efectos del aire acondicionado, del abanico o del aire cálido y húmedo que solo
logra distraer un buen refresco. En general es la época de los viajes, ya sean
cercanos o lejanos. Pero como soy un poco rarito y a veces veo el vaso medio
vacío, seguramente por culpa de las malas experiencias, esta es para mí también
la época de las incomodidades.
En una
ocasión dije que lo que me desagrada de viajar son los viajes, es decir los
traslados. Si tuviera el don de la teletransportación todo sería muy distinto.
Quien viaja en coche teme las retenciones y caravanas durante sus
desplazamientos. Yo, que este mes de agosto debo tomar varios vuelos, ya
tiemblo con solo pensar en esas malditas huelgas anunciadas, ya sea del
personal de tierra, del personal de cabina o del colectivo que sea, que
secuestra al personal que ninguna culpa tiene del conflicto laboral entre empleados
y empleadores, que suele aflorar, oh casualidad, en época de vacaciones.
Pero
no todas las incomodidades se centran en el medio y condiciones de transporte.
También durante las tan anheladas vacaciones, hace acto de presencia el turismo
incívico y gamberril, el llamado turismo de borrachera que tanto abunda en las
localidades costeras donde uno procura disfrutar de paz y tranquilidad. Si
eliges la playa, lo malo de día es la masificación, con proliferación de
tumbonas y sombrillas, particulares y de alquiler, que apenas dejan espacio
para extender tu toalla, a menos que bajes a la playa poco después de salir el
sol. Lo malo por la noche es la aparición, a horas intempestivas ─que por muy
de vacaciones que uno esté también necesita dormir─ de una pequeña pero ruidosa
plaga de jóvenes con ganas de seguir con la gresca, que ni el doble cristal de
las puertas de la terraza ni los gruesos postigos de madera logran aislarnos de
la jarana, que a uno se le acaba la paciencia y le empieza a hervir la sangre,
deseando tener en sus manos un arma arrojadiza en forma de cubo de agua, bote
de humo o bomba fétida para dispersar a tales energúmenos con una tasa de
alcoholemia desmesurada.
Esa es,
para mí, la otra cara de la moneda de las vacaciones de verano. Aun así, año
tras año, estamos deseando abandonar nuestra residencia habitual para cambiar
de aires y solazarnos con baños de sol, de mar, lectura al aire libre, siestas
de larga duración y alguna que otra excursión y cenas en restaurantes con
encanto.
Y como
ha empezado la cuenta atrás, tic tac tic tac, y ya sois pocos los que quedáis
por estos andurriales, le doy la vuelta a la moneda y empiezo a preparar las
maletas. Solo me queda esperar que el personal de tierra, mar y aire se
comporte como Dios manda, dejándonos en paz, los unos durante nuestros
traslados aéreos y los otros en nuestras acampadas playeras, y que los turistas,
nacionales y extranjeros, se explayen solo lo justo delante de nuestro lugar de
descanso.
Así
pues, con cierto pesar, cierro este cuaderno hasta el inicio del nuevo curso
académico.
Feliz
descanso y que la otra cara de vuestra moneda os resulte lo más placentera
posible.
Jajaja que nos lo digan a los que vivimos en pueblecitos costeros. Se te olvidó Josep Mª los coches con las ventanillas abiertas y ese chumba, chumba a to pastilla, o pasear esquivando cuerpos a uno u otro lado, colas en los supermercados, las ferias de agosto que casi hacen estallar los cristales del dormitorio, los mosquitos. Menos mal que pasa pronto, el verano digo, me encanta septiembre y lo espero con impaciencia. Pues a disfrutar lo que te dejen compañero. Un abrazo
ResponderEliminarEs que las vacaciones no son tal, para poder disfrutar de esa tranquilidad deseada, es absurdo irse en el mes de julio o agosto, mucho mejor junio o septiembre que normalmente hay menos gente en todos los lugares y si encima hace un tiempo espléndido pues miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarLas vacaciones solo son tal, si vas de hotel y no tener nada que hacer ni siquiera comprar pan, por lo menos para las mujeres, porque en las segundas viviendas o en las alquiladas, todo sigue igual... o incluso más, porque van los hijos, los nietos y la biblia en verso con, lo cual más trabajo que en la casita de todo el año, jajaja. Creo que no he dicho nada nuevo.
Bueno de cualquier modo, te deseo todo lo mejor en tus vacaciones.
Un abrazo.
Pues Josep, que te encuentres lugares tranquilos en el mes de agosto, son pocos. Aún recuerdo cuando teníamos que coger las vacaciones en el mes de agosto y nos íbamos a las costas de levante, eso era pasar calor, tumultos y por la noche en vez de descansar mas ruido nocturno de vecinos o de las terrazas de abajo a horas intempestivas. Desde que mi marido se jubiló elegimos las fechas más tranquilas para hacer visitas en lugares de renombres costeros o de ciudades. Así que preferimos quedarnos en casa a 20 minutos de la playa en el norte que es en agosto más tranquila que en julio. Ademas de que nosotros elegimos la playa cuando hay menos gente. Solo hay que esperar que no llueva y haga buen tiempo, ya que el calor no nos falta. Y cuando llegue septiembre u octubre ya nos iremos, si nos apetece. Así que deseo que pases unas muy buenas vacaciones tranquilas. Un abrazo.
ResponderEliminarNo te imaginas cuántas veces he soñado con el teletransporte cuando toca viajar. Me da tanta pereza y me entran tantos nerviosa que si por mí fuera, anularía cada viaje dos días antes. Y me pasa a la ida (no me movería de casa) como a la vuelta (me quedaría por ahí vagando eternamente).
ResponderEliminarYo no voy a la playa por lo que esas aglomeraciones no me suelen tocar y como duermo con tapones, y los sitios a los que voy no se prestan mucho, tampoco padezco las juergas nocturnas. Lo que no soporto es la cantidad de gente en museos, paseos, jardines, monumentos y en cada sitio en los que hay que estar por prescripción de la moda. Yo llevo fatal las aglomeraciones. Hasta creo que tengo un problema psiquiátrico con eso. Se llama enoclofobia.
Feliz verano. Aquí sigo y aquí me encontrarás a la vuelta. Desde luego en el mundo bloguero, en verano, no hay lugar para la enoclofobia ja, ja.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarTe diré que yo apenas he ido de vacaciones en agosto, siempre que podido elegía junio, y en su defecto septiembre. Cuando no ha podio ser siempre siempre julio antes que agosto, agosto me gusta pasarlo aquí, con las fiestas y todo lo que ofrece mi región.
Te deseo un muy feliz verano y nos leemos a la vuelta.
Un abrazo.
Que las huelgas, los atascos y los jóvenes con ganas de marcha te respeten.
ResponderEliminarFelices vacaciones.
Un abrazo.
Bueno Josep, yo a veces suelo decir medio en broma, medio en serio, que mis vacaciones comienzan justo a la vuelta de las mismas, ja,ja,ja. Bueno pues nada, que lo pases genial y que la aviación comercial se porte bien. Yo seguiré unos días más y en agosto desconectaré que también hace falta. ¡Feliz verano!
ResponderEliminarUy compañero...es que julio y agosto son meses muy fatídicos. Hoy día viaja todo el mundo, somos millones los viajeros/turistas, y mucho me temo que ya hay que contar que casi siempre habrá otros muchos turistas como nosotros en el destino...
ResponderEliminarYo aún tengo pesadillas con los buses rellenos de escandalosos chinos, que viajan en hordas, y de los que íbamos huyendo en Canadá. No me molan nada las multitudes.
También hay destinos y destinos,...por ejemplo en Almería éramos poquitos para ser mitad de julio ;)
Disfruto viajando, disfruto del camino...y escribiendo sobre viajes :D jajaja :D pero también a veces sueño con el tele transporte :) y a ser posible que no requiera mucho personal porque fijo que también se pondrían en huelga :D jajaja.
Mucha suerte con el mundo aeronaútico, disfruta, descansa, desconecta, lee...siestea :) Buen viaje compañero, da recuerdo a la Isla de mi parte. Te espero. Un abrazo y besitos a repartir.
Felices vacaciones, Josep. Yo me quedo en casita que es donde se está más a gusto!!
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad es que yo según me voy haciendo mayor, me gusta cada vez menos las aglomeraciones y los tumultos.
ResponderEliminarMi marido tiene la fortuna de poder partirse las vacaciones en dos, en decir quince dias en julio y quince en Octubre, de esa manera, viajamos generalmente fuera de los que es Julio y Agosto y si lo hacemos en Julio, lo hacemos a sitios donde no haya mucha aglomeración y sitios cercanos a casa y de interior, y así lo hemos hecho y hemos disfrutado, ya contaré en Septiembre ya a tú vuelta.
Disfruta mucho de tus vacaciones y espero que no encuentres muchos problemas en los aeropuertos. Nos leemos a la vuelta.
Un abrazo. TERE.
Hola Josep Maria,
ResponderEliminarCon esta calor es imprescindible tener cerca un ventilador, abanico o cualquier aparato que expulse aire fresquito, jeje
Donde resido es una zona que en verano se le suman unos cientos de más, así que te entiendo, sobre todo si uno al día siguiente le suena el despertador para ir a trabajar y ha pasado la noche en vela con la juerga de otros, ;)
Un beso, y muy felices vacaciones.
Me quedan 15 minutos de tic - tac.... Nos leemos a la vuelta!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Un placeres leerte escribes claro y corto fácil de entender para los bloggers como yo
ResponderEliminarUn saludo desde mi mente