Todavía
faltan unos meses, pero hay que ir calentando motores. Las rebajas se acercan
inexorablemente, preparad la cabeza y los bolsillos porque quizá no salgan tan
a cuenta como tenéis pensado.
¿Realmente
se ahorra dinero con las rebajas? ¿No acabaremos comprando más de lo que
necesitamos y, por lo tanto, gastaremos más de lo estrictamente necesario?
Al
margen de que con algunos productos, especialmente ropa de vestir, nos pueden
dar gato por liebre, colándonos un artículo excedente de la pasada temporada,
lo cual es un claro fraude, si no estafa, otro engaño es el que nos
autoinfligimos, comprando más de lo necesario y acabando gastando más de lo que
pretendíamos.
Si
escribo en plural no es porque me incluya como comprador, pues no suelo ser
amante de las rebajas por estos motivos, sino como miembro de esta sociedad de
consumo que no está libre de caer alguna vez en esa trampa.
Lógico
es que si, por ejemplo, necesito comprarme un traje, espere, si puedo, a las
rebajas de julio o enero, con lo cual me ahorraré un buen dinero. Pero otra
cosa es que, como ese traje cuesta un 40% por debajo de su precio habitual, me
compre dos aprovechando esa rebaja sustancial. Pero ¿necesitaba dos trajes? Si
es así, nada que objetar, he adquirido dos trajes por poco más de lo que cuesta
uno fuera de rebajas. Lo mismo podría suceder con una camisa o unas bermudas,
pues, aunque la intención inicial era comprar una unidad, al final han sido
dos, que nunca vienen mal. Pero en muchos otros casos, ¿necesitamos realmente
dos unidades? ¿Compraríamos dos ollas a presión o dos hornos microondas por el
simple hecho de que están rebajadas un 70%? Supongo que si se tiene una segunda
residencia quizá sí.
Posiblemente
mi opinión sea (¿un poco, mucho?) machista, pero creo que las mujeres son una
presa mucho más fácil que el hombre en el terreno de la ropa, zapatos y
complementos, aunque quizá esto también esté cambiando en la sociedad moderna. Yo
solo puedo hablar por los de mi generación. ¿Acabar comprando dos parejas de
zapatos, dos blusas, dos chaquetas, dos faldas, dos pantalones, etc., etc.,
etc., solo porque están muy bien de precio es rentable? Para responder a esta
pregunta solo hay que hacer números y comparar lo que costaría comprar las
unidades que realmente se necesitan al precio rebajado con el gasto final que
ha representado la compra de más unidades de las realmente necesarias. Cuando
se plantea a una compradora de rebajas esta cuestión, la respuesta es siempre
la misma: ¡pero si estaban casi a mitad de precio!
Estoy
seguro de que en un gran porcentaje de casos, comprar en época de rebajas,
siguiendo este patrón de conducta, resulta más caro que durante la temporada
normal. Si en junio o diciembre quiero comprarme un bañador o un abrigo,
respectivamente, lógico es que espere un mes y me costará bastante menos, eso
sin tener en cuenta lo dicho anteriormente sobre si lo que compraré en ambos
casos será exactamente lo mismo o algo parecido y de menor calidad.
No
digo que no haya casos en que los comercios ofrezcan el mismo producto algo
rebajado para captar más clientes y asegurarse una buena campaña, pero cuando
el porcentaje de rebaja es tan alto como el 70%, aquí hay truco. Seguramente quieren
sacarse de encima modelos anticuados o invendibles o con alguna pequeña tara, y
con el enorme margen de beneficio que tienen las prendas de vestir, cuentan
que, con el efecto llamada, al final acabarán con unos beneficios que, de otro
modo, no habrían obtenido.
¿Todos
salen ganando con las rebajas? Depende. Los comerciantes por supuesto que sí,
de lo contrario no existiría esta práctica. Pero ¿y el comprador? ¿Cuánto ha acabado
saliendo de su bolsillo? ¿Realmente ha ahorrado con respecto a lo que habría
gastado si solo hubiera adquirido lo justo y necesario?
Yo
creo que, durante las rebajas, a veces nos engañan y muchas otras nos engañamos
sin pensarlo.
Así
pues, empezad a pensar en ello. Que no nos engañen ni nos autoengañemos.
No seré yo la que gasta de más en rebajas. Ni fuera de rebajas. Empieza la nueva temporada y veo mis armarios y cajones vacíos y es que, me doy cuenta, llevo casi dos años comprando lo mínimo. Cada vez me da más pereza ir a las tiendas, probarme, etc. Cosa rara, porque por otra parte, me encanta la ropa y estrenar... en fin, contradiciones humanas.
ResponderEliminarRecuerdo una tía mía que en la época de rebajas, regalaba ropa interior a toda la familia. Decía que había comprado mucho porque estaba muy barato. Tu entrada me la ha hecho recordar. Me imagino que siga igual, aunque ahora de lo regalará a sus hijos, nueras y nietos.
Un beso.
Pues realmente eres una de las pocas excepciones. Hasta ahora solo había conocido a una mujer (compañera de trabajo) a quien no le gustaba ir de compras, aunque reconocía que a su hija adolescente sí y no le quedaba más remedio que recorrer un montón de tiendas los fines de semana.
Eliminar¡Regalar ropa interior! Al menos era de esperar que las tallas fueran las apropiadas, jajaja,
Un beso, Rosa.
No me gustan las rebajas porque nunca he encontrado nada que me agrade mucho, que es como normalmente compro cuando algo me llama poderosamente la atención aunque no me haga falta, osea que me da lo mismo que no sean rebajas, pero eso sí, si el precio es alto, desisto, no tengo un agujero en la mano, :))).
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, todo genero rebajado con un tanto por ciento alto, es que es de otras temporadas y el producto no sale. Pero es cierto que hay muchas personas que se dejan llevar...
Buena entrada para ponernos alertas, jajaja.
Un abrazo Josep.
Hay que gastar lo justo y necesario y no solo por una cuestión económica sino de sentido común. En cuanto a las rebajas, yo siempre me aplico aquello de que "lo barato acaba siendo caro", en el sentido de que, como la calidad es muy inferior, dura mucho menos y tienes que reponerlo con más frecuencia. Aunque a esta afirmación, muchas mujeres me han dicho que "bueno, por lo que me ha costado...". Hay quien prefiere comprar barato aun siendo de mala calidad, porque así cada temporada estrenan ropa nueva. Yo prefiero comprar unos zapatos de calidad y cómodos y que me duren muchas temporadas. Pero cada uno es cada cual, jeje.
EliminarUn abrazo, Elda.
A mi tampoco me gustan, las aprovecho tan pocas veces que casi diría que nunca, pero este año sí necesitaba un anorak y esperé a las rebajas para comprar uno (solo uno, eh?)
ResponderEliminarCreo que tienes razón y conozco casos de primera mano: la gente se vuelve loca con las rebajas, compra lo que no necesita o el doble de lo que le hace falta, "por aprovechar la ocasión", lo que hace que la experiencia salga cara, muy cara si tenemos en cuenta que los artículos de rebaja tienen algún tocado como los que has comentado en el post.
Ah, y no creo que sea machista decir que la mujer es presa mucho más fácil que el hombre en el terreno de la ropa, zapatos y complementos. Lo es, y para muchas escuchar la palabra "rebajas" es como oír la voz divina incitando al gasto... en mi experiencia, esto en hombres lo he visto poquísimo.
Me ha encantado el post, Josep.
Un beso enorme
Hay que reconocer que algunas veces hay verdaderas gangas, es decir artículos que aun siendo de la pasada temporada están muy bien, tanto estéticamente como en buen estado, y puedes ahorrarte un buen dinero. Eso sí que tiene sentido, por cuanto compras lo que necesitas a mejor precio y con una calidad razonablemente buena. En los hombres quizá el hecho de que una prenda sea del año anterior no tiene ninguna trascendencia, pero muchas mujeres se lo piensan dos veces a la hora de adquirir un vestido con unos colores que "ya no se llevan". Solo un precio muy rebajado las hace cambiar de opinión. Otra cosa que, una vez en el armario, se dan cuenta de que no han acertado con la elección y la prenda se queda ahí colgada per secula seculorum, amen.
EliminarY es un alivio que mi apreciación no te haya resultado machista. Siempre temo que me tachen de machista cuando hago alguna diferenciación entre sexos.
Un beso, Chari.
Yo si espero a las rebajas lo confieso, pero también es cierto que no compro por comprar, me explico, miró el armario, bueno miramos el armario mi marido y yo y luego vemos lo que realmente nos hace falta, porque no es cuestión de malgastar el dinero tontamente.
ResponderEliminarYo recuerdo a mi madre y a sus amigas hacer colas muy temprano los días de rebajas, y yo decía para mi se les ha ido la pinza, que ganas de hacer cola de muy mañana para comprar ropa, hace años claro esta que mi madre no hace semejante locura, pero vamos si lo ha llegado a hacer y no lo puedo entender todavía ya yo crecidita, en fin hay gente para todo Josep.
Y es cierto es posible que muchos aprovechen las rebajas para quitarse de en medio mercancía que tiene una tara o que no venden ni a tiros y ahí si es un engaño la verdad, y que nos tomen por tontos pues como que no.
Un abrazo y como siempre me ha gustado mucho tú reflexión.
Eso es lo que hay que hacer, Tere, mirar el armario antes de ir de compras. Cuántas veces se compra algo que ya teníamos, si no exactamente igual sí muy parecido. Sé de quien llegó a acumular más de diez pantalones vaqueros prácticamente iguales, uno por temporada. Otra historia son los zapatos, pues hay quien parece emular a la tristemente famosa Imelda Marcos, o a la Isabel Preysler, jeje.
EliminarSe han hecho cosas ilegales con las rebajas, pues al principio no admitían devoluciones. Ahora sí.
Un abrazo.
Reconozco que soy un bicho raro. Me da pereza comprar ropa y no me hace ilusión tener mucha. A veces utilizo las rebajas para comprar más barato, pero no disfruto en ellas porque no disfruto comprando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, Macondo, ya que me han eximido de ser machista con mis afirmaciones, te diré que, generalmente, los hombres somos mucho más prácticos en eso. En mi caso, por ejemplo, yo sé lo que quiero comprarme, voy a la tienda y si lo tienen, me lo pruebo, y si me va bien, me lo quedo, y ya está. Quiero, por ejemplo, unos mocasines negros y solo tengo que probarme un par de modelos para decidirme por el más cómodo, y a ser posible el menos caro, jeje. En las rebajas, solo voy en un caso como este, pues no me pueden dar gato por liebre. Si la marca me ofrece confianza, no hay diferencia alguna entre un mocasín negro del año pasado y del actual.
EliminarUn abrazo.
En algunos casos también he pensado en esa posibilidad, pero en productos que no pasan de moda, como una tostadora o una cafetera, pero cuando se trata de ropa, yo creo que sacan a la venta lo que no pudieron liquidar la pasada temporada y lo ofrecen a mejor precio para sacárselo de encima. Que conste que no me parece mal si el cliente lo sabe y lo acepta. Pero vaya usted a saber lo que hay detrás de cada comportamiento empresarial. Como nos toman el pelo por todas partes...
ResponderEliminarUn abrazo, Julio David.
Yo debo confesar que me encantan las rebajas y que, aunque procuro no dejarme llevar de los arrebatos propios de esas fechas, a veces compro más de lo que pensaba y/o más de lo que necesito. La sensación de haber encontrado una ganga me produce gran placer jajajaja.
ResponderEliminarEn fin, tampoco creas que soy una loca, la tarjeta de crédito está a salvo conmigo :DD
Es una buena relfexión, Josep, y aunque sé que tienes toda la razón del mundo mundial, a mí me siguen encantando las rebajas. Soy así, qué le voy a hacer.
¡Un abrazo!
Creía que por una vez ibas a llevarme la contraria, jajaja.
EliminarBueno, mientras no te dejes llevar por arrebatos de los que luego te tengas que arrepentir...
Me alegro que alguien reconozca llevarse bien con las atractivas rebajas, jeje.
Un abrazo, Julia.
Yo no suelo esperar a las rebajas si "necesito" algún artículo (entrecomillo ese necesito porque salvo comer y tener un techo, necesitar lo que se dice necesitar, necesitamos más bien poco). Si no espero a las rebajas es porque las pocas veces que lo he hecho o ese artículo no lo habían rebajado o se había agotado (o escondido para no venderlo más barato, que ya no me fío yo de las prácticas mercantiles de algunos empresarios).
ResponderEliminarQue un artículo esté rebajado mucho porque es de una temporada anterior a mí no me parece mal. De hecho, yo suelo visitar los "out let" de algunas marcas y consigo calzado o ropa por precios muy bajos, pero llevar unas zapatillas deportivas de la temporada anterior no me supone ningún problema, mientras esas zapatillas sean tan buenas como cuando tenían su precio real.
De todas formas, creo que las rebajas deberían estar más vigiladas legalmente aunque también hay mucho comprador compulsivo que no se sabe controlar.
Como siempre una interesante reflexión.
Un abrazo.
Como he dicho, yo solo me esperaría a las rebajas si "necesito" (jeje) algo poco antes de que empiecen y tengo la razonable esperanza de que encontraré lo que quiero, aunque bien es cierto que muchas veces aquello que me ha gustado y he visto expuesto tan solo dos semanas antes ya no está entre los artículos rebajados. En un exceso de ingenuidad, alguna vez he preguntado si tal o cual cosa estará rebajada cuando empiece la campaña de rebajas y siempre he recibido la misma respuesta: "igual ya no queda". Y no queda. ¿Por qué será?
EliminarEfectivamente, hay artículos que da exactamente igual que sean de la temporada anterior. Un chandal, unas deportivas, una sudadera, etc. Lo importante es que la calidad no se vea mermada y sirvan para lo que tienen que servir. Y un ahorro no viene nada mal. El problema está cuando, deslumbrados por al teórico ahorro que esperamos obtener, compramos más de lo necesario y acabamos derrochando. La "pela" es la "pela", jajaja.
Un abrazo.
A mi ni me gustan ni me disgustan las rebajas, entiendo que hay gente a la que les encanta pero yo generalmente si he buscado algo concreto en rebajas nunca lo he encontrado y ahora sí quiero algo lo compro en el momento siempre que considere que su precio no es un abuso. No soy una adicta a las modas y que algo sea de otra temporada me da igual si me gusta, lo que no soporto son las acumulaciones de gente ni esa sensación de tomadura de pelo cuando veo o las rebajas o el tipo de ropa que parecen del armario de la bisabuela como mínimo.
ResponderEliminarComprar más de lo que tenía previsto no acostumbra a pasarme, aunque alguna vez he picado pero porque en el fondo quería comprarlo y la rebajilla era mi excusa (para mí misma).
Creo que las rebajas deberían estar más vigiladas y no permitir que se tome el pelo con ropa sacada del armario de la bisabuela como mínimo.
Actualmente esto de ir de tiendas ya no es solo de mujeres, te aseguro que hay muchos hombres, sobre todo los más jóvenes que son fanáticos de las compras aunque también es cierto que muchos compran por internet y no van a las tiendas físicas.
Besos
Hola, Conxita. Esta es otra: las aglomeraciones, las avalanchas y a veces las disputas por quedarse con un artículo que ya escasea, jeje. Aunque esto solo sucede en el departamento de ocasiones, que es peor que un mercadillo ambulante de pueblo. ¿Que entre tanta mercancía puede aparecer una auténtica ganga? Sin duda. Pero no le mires la calidad ni la antigüedad, porque lo más seguro es que se remonte, no a una temporada anterior, sino a dos. Deben sacar las mismas prendas cada año por rebajas, hasta que se agotan.
EliminarY finalmente, la compra por internet es otro aspecto a destacar, especialmente en los más jóvenes, aunque esta costumbre ya está invadiendo edades más avanzadas, jajaja. También se encuentran verdaderas gangas, aunque el nivel de devoluciones es muy alto.
Besos.
Creo que más que una reflexión es un hecho jajaja En esta sociedad, si existen las rebajas es porque salen a cuenta a los vendedores, y evidentemente no es un favor a los compradores. Al final compras cosas que no necesitas solo porque lo ves barato, y te gastas más que si hubieras ido a comprar unas semanas antes sólo que sí necesitas. No es por hacer mala publicidad de nadie pero el Fnac cambia los precios. Me di cuenta en un black friday. Llevaba tiempo detrás de un blue ray y me esperé a esos días. Pues cuando fui a buscarlo valía casi lo mismo, lo que pasó es que justo los días de antes habían subido el precio para luego bajarlo otra vez. Me indigné mucho. Y con la ropa debe de pasar algo parecido. A mí me gusta la ropa, pero no suelo comprar no rebajas porque me agobio mucho con las multitudes y con tanta gente en una tienda me vuelvo un poco loca. De todos modos, en época que no hay rebajas, si la tienda está bastante llena no entro, y en cuanto a ropa, no me la suelo probar, más o menos sé mi talla y lo que creo que me queda bien o mal y no suelo fallar, así que no me entretengo a probármela, me da mucha pereza. Si luego no me va la cambio y ya está. Además cada vez compro más por internet, me resulta mucho más cómodo.
ResponderEliminarEn cuanto a que las mujeres somos más susceptibles de a caer en el autoengaño de las rebajas, es evidente. Aunque un día vi un reportaje sobre el consumismo que desmentía que las mujeres lo fueran más que los hombres. Decía que las mujeres consumen ropa pero los hombres electrónica, pero que el consumo a nivel monetario era prácticamente el mismo. No sé si será verdad o mentira, supongo que consumistas somos todos, pero cada uno en su ámbito, los libros también es un método de consumo, o coches...(No sé si en los coches hay rebajas, entiendo que no, pero en el resto de cosas las hay en casi todo).
Muy buena entrada Josep, un besito y feliz domingo :)
Hola, María. Las rebajas son un negocio, de lo contrario no existirían. Una cosa es una liquidación por cierre y otra es liquidar las prendas de otra temporada a un precio muy atractivo, porque de lo contrario no tendrían salida, pero que todavía les deja un pingüe beneficio (en la ropa el margen es brutal). Esto no sería criticable por sí mismo. Lo malo está cuando te hacen creer que estás comprando lo mismo que viste antes de rebajas a un precio sustancialmente menor y con el cebo del precio te tientan para que compres más de lo necesario. Ya somos mayorcitos para saber lo que hacemos con nuestro dinero. Eso es solo una estrategia comercial que les funciona. Somos nosotros quienes debemos pensar antes de comprar compulsivamente.
EliminarLo que mencionas de subir el precio para luego bajarlo durante las rebajas, ya no es picaresca, es fraude. Y es que las rebajas, por término general, tienen mucho de fraudulento. De ahí que hay que ser muy cuidadoso.
Como le decía a Conxita, las compras por internet están al día, cada vez se compra más online. Yo lo he hecho alguna vez pero con artículos de fiar, como son los libros o un artículo muy especial, como un repuesto de batería para el ordenador o un mando a distancia para la TV de una marca y modelo concreto. Comprar ropa ya no, pues luego puede ocurrir que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, jajaja. Y luego está todo el rollo de devolverlo,
Es cierto que a los hombres nos atrae más la electrónica que la ropa, pero difícilmente compraremos dos unidades de lo que sea por el simple hecho de que está rebajado, jeje.
Un beso.
Veo Josep Mª que afortunadamente, estamos en un nicho poco propicio al consumismo,... y debe ser un hecho extraño porqué las aparencias indican que los adict@s a las rebajas son legión. Desgraciadamente vivimos en un mundo consumista y debemos alimentar al monstruo,... debemos devorar todos los recursos a una velocidad de vértigo y, para ello, todos deberíamos poner nuestro granito de arena. Me pregunto muchas veces, aunque se salga un poco del tema que propones, que hacen las multinacionales ganando en un año más de los que podrían gastar en mil vidas,...
ResponderEliminarLas campañas anunciando las rebajas de verano o de invierno o esos días tan especiales (black friday, cyber monday y no sé qué más) son señuelos para que piquen muchos compradores, generalmente compulsivos, unos incautos y otros no tanto. Todo depende de lo que busques y lo que encuentres. El caso es que funcionan y son muchos los beneficios que estas estrategias dejan a los comerciantes. Algunos incluso salvan la temporada gracias a estos días y cada vez hay más. Ya he dicho que no me parece mal estas ofertas (como el día sin IVA, otra forma de rebaja) siempre que no vayan acompañadas de fraude y siempre que la gente sepa aprovechar las verdaderas ocasiones y no le den gato por liebre.
EliminarUn abrazo.
Si necesito ropa intento aprovecharlas, pero no soy de los que pierden la cabeza. No compro si realmente no me hacen falta las prendas, prefiero gastarme el dinero en una buena cena!!
ResponderEliminarUn abrazo
Esto sí que es obrar con sensatez, jeje. Lo de gastarte el dinero en una buena cena podría ser objeto de discusión, según se mire, pues en algunos restaurantes también te toman el pelo pero al revés: pagas más de lo que vale realmente el cubierto, jeje. Por lo menos, la ropa, por mala calidad que tenga, te dura una temporada como mínimo, que la comida te dura en el cuerpo solo unas horas, jajaja.
EliminarUn abrazo, David.
El capitalismo funciona así: haciéndonos creer que necesitamos más de lo que ya tenemos, creándonos necesidades que no tenemos.
ResponderEliminarA mí la ropa y la moda me gustan, y es verdad que, si se hacen compras inteligentes, puedes conseguir productos a buen precio en las rebajas. Eso sí: procuro que sean cosas concretas y siempre, siempre, a las que les vaya a sacar partido, que me hagan falta realmente. No obstante, bien es verdad que las rebajas se han vuelto un fraude en los últimos años, no solo en el aspecto económico, sino también en la calidad de la ropa, pues tengo paños de cocina usados mejores que algunas de las prendas que sacan las tiendas para la ocasión. Lo dicho, que hay que comprar con ojo.
Abrazos.
Siempre hay que saber comprar, dentro y fuera de las rebajas. Lo que ocurre es que estas son un perfecto caldo de cultivo para la irracionalidad. Parece como si ver las etiquetas con el precio anterior tachado y el nuevo en rojo, mostrando una rebaja sustanciosa, ya despierta la líbido de muchas personas, solo que esta excitación solo se siente en la cabeza y en el bolsillo, jeje. Por otra parte, muchos comerciantes se han visto "obligados" a secundar las rebajas que los grandes comercios anuncian a bombo y platillo. Si estos lo hacen, todos los demás comerciantes, pequeños y medianos, no pueden quedarse atrás, aunque no puedan competir frente a descuentos del 40%, 50% y hasta el 70%, porque seguramente juegan con unos márgenes menores o no tienen tanto stock antiguo que rescatar de la trastienda.
EliminarUn abrazo, Sofía.
No me gusta ir de compras, ni entrar en las tiendas o grandes almacenes. Yo suelo usar poco las rebajar, quizás en zapatos que me gustan en un escaparate y los sigo antes de las rebajas. Tengo un pié que se vende poco y siempre queda mi numero. Cuando me gusta alguna prenda en un escaparate y me gusta y si el precio es bueno entro, lo pruebo y si me queda bien lo compro. Pero odio probarme ropa por probar. Si alguna vez he ido a unos grandes almacenes salgo mareada de tantas luces y gente. En navidades cuando me regalan mis hijos algún vale para comprarme ropa o algo que me gusta, casi nunca lo uso. Se lo regalo a mi marido y que se compre él. Y a pesar de no comprar todas las temporadas tenemos los armarios llenos de ropa buena que apenas usamos. Se puede pasar casi con pocas cosas para vivir. Un abrazo.
ResponderEliminarCaramba, Mamen, mereces estar en los anales de la perfecta compradora, jajaja. Bueno, perfecta para ti y tu bolsillo, porque para los comercios no, desde luego. Creo haberlo dicho antes: solo he conocido una mujer a quien no le gustaba ir de compras. Ahora ya sois dos, jajaja.
EliminarA mí me gusta comprarme algo nuevo si me hace falta y si lo que veo me gusta. Lo de probármelo me agobia. Ir a los probadores, hacer cola, y empezar a sacarte ropa para ponerte otra, es un rollo. Solo me pruebo los pantalones, porque siempre hay que hacer algún retoque, pero con otras prendas procuro evitarlo si estoy seguro de mi talla. Además soy muy rápido comprando; salgo de casa con una idea y en cuanto encuentro lo que busco, no pierdo el tiempo probando y probando. Si, por ejemplo, busco unas zapatillas deportivas y veo unas que me gustan, me las prueba, y si se ajustan perfectamente a mi pie, paso por caja y me las llevo. Hay quien le gusta rodearse de zapatos y una vez se han decidido por uno, se detiene luego en otros escaparates para comparar si lo que se ha quedado está mejor de precio en otra tienda o si ve algo mejor. Creo que es algo que se lleva en los genes.
Un abrazo.
Hola, si os digo la verdad: no me gusta comprar ropa, porque no me gusta probar, entrar de nuevo, volver a entrar. Lo que nunca hago es "revolver como alma en pena" en stand llenos de ropa, de todo tipo. Dónde además suele tener una tara. No. Me compro cuando necesito ropa por cambio de estación, o un acontecimiento como una boda. Eso sí, los zapatos y bolsos, y artículos de perfumería soy "adicta". Creo que tengo seis o siete geles de baño, unos tres champús para todo tipo de cabello. Y maquillaje... para qué contar.
ResponderEliminarUn abrazo litwerario.
Bueno, todos tenemos nuestro punto débil, jeje. En los artículos de higiene y perfumería, más que rebajas como tal se estilan las ofertas de 2x1. Al menos en estos artículos no hay fraude, pues son exactamente los mismos que se vendían antes de las rebajas. Al menos eso creo, jajaja.
EliminarUn abrazo.
Buenos días Josep Mª, yo soy un poco crítica con las rebajas, estoy de acuerdo contigo. Es un engañabobos, hay ropa que no venden y la sacan en rebajas, te venden gato por liebre. Solo lo veo razonable cuando por pequeños defectos te rebajan bastante la prenda, eso si merece la pena. Somos presa fácil de la sociedad consumista en donde nos encontramos sumergidos. Yo tengo una ventaja. Mi casa tiene unos 50 metros cuadrados y si entra algo debe salir algo. No puede caer presa en las rebajas. Pero si tienes toda la razón los "trapitos" y demás complementos son muy golosos, sobre todo para las personas que tienen un trabajo con imagen pública. Bueno y esas ofertas de 2 x 1 hay si que te la soplan bien. Y además claro, que si un artículo en buen estado puede reducirse un 50% ¿a cuánto lo han estado vendiendo entonces? ¿cuánto se han ganado en una prenda? Bueno, bueno, buen día compañero. Un abrazote
ResponderEliminarBuenos días, Eme. Ya lo creo que somos presa fácil. Y como con las rebajas "oficiales" de enero y de julio no tienen suficiente, aparecen ahora esos días mágicos, como el black friday (cuyo nombre tiene, por cierto, un origen bastante funesto pues está relacionado con el esclavismo) y el cyber monday y no sé qué más, para seguir engatusándonos para que vaciemos la cartera y la cuenta corriente.
EliminarHay que saber aprovechar las verdaderas ocasiones y siempre conociendo lo que se compra.
Me ha hecho mucha gracia lo que tener que sacar algo viejo para que entre algo nuevo. Muy cierto. De lo contrario, los armarios se convierten en cementerios textiles y acaban ocupando más espacio que el resto del mobiliario, nosotros incluidos, jajaja.
Un abrazo.
Hola Josep,
ResponderEliminarNo es que la presa sea más fácil para las mujeres. Hay todo un gran negocio en el que nos venden que la mujer debe ir guapa, debe ir a la última, arreglada, (Nunca dejada o desaliñada), Es cierto que algunas rebajas lo consiguen ese descuento pero a mi, no me llama la atención porque: para empezar se abarrota de gente, hay colas interminables, una no puede casi ni caminar y por ultima, siempre acabas con algo que no necesitas, (Lo mencionado). Si quiero comprar rebajado, lo hago en bazares o tiendas de barrio. A veces, incluso paseando y callejeando encuentras tiendas con remate. Entonces vale la pena. Y a ver, con lo barato que es comprar cuando no son ofertas... Ya parece que algo huele mal. jajajja Un saludo!
Hola, Keren,
EliminarBueno, ahora parece que los hombres (al menos los jóvenes) también están siendo atraídos por el culto a la belleza corporal y al bien vestir, jeje. Pero aun así, me parece que a las rebajas acuden más mujeres que hombres (solos, me refiero), aunque quizá esto también esté cambiando.
Las rebajas son un reclamo comercial que no me parecería mal si la calidad se correspondiera con lo que se espera, porque para comprar simplemente barato ya tenemos, como bien dices, otras ofertas. Yo a un bazar solo compro cosas con las que sé que no me van a timar, como, por ejemplo, material de escritorio, bombillas o artículos para los que no espero una larga duración y una gran calidad. Si tengo que comprarme, por ejemplo, unos zapatos o unos pantalones (cosas que, por cierto, me duran mucho), prefiero ir a una tienda de confianza. Si el artículo está rebajado, mejor que mejor. Una vez compré en un mercadillo un polo amarillo imitación Lacoste y al lavarlo el cocodrilo de color verde tiñó el resto de la prenda. Me costó muy barato, pero tuve que tirarlo tras el primer lavado, así que fue como tirar el dinero. Repito que, a veces, lo barato resulta caro.
Un abrazo.