No se
trata esta de una entrada sobre espíritus o fantasmas, ni sobre nada paranormal.
Solo trata del comportamiento de mis blogs ─y supongo que de muchos más─, que
se hinchan y deshinchan como un pez globo. Si al principio se me antojaba un
efecto extraño, pues era algo ajeno a mi voluntad, luego entendí a qué podía
deberse y ahora soy yo quien contribuye a ello.
Durante
un curso al que asistí sobre asertividad, impartido por el psicólogo clínico Enrique
García Huete, este nos habló de los distintos grados que existen en las
relaciones humanas y afirmó que el círculo de amistades está formado por un
número limitado de estas y que no puede expandirse más allá de un determinado
valor, dependiendo de cada persona. Superado este valor máximo, cada nueva
“entrada” lleva aparejada, tarde o temprano, una “salida”, manteniéndolo así
constante. Según él, el motivo es que no podemos mantener un número ilimitado
de relaciones estrechas. Solo podemos dedicarles un tiempo restringido, por lo
que no podemos cultivarlas todas a la vez durante mucho tiempo.
Pensaba
que un lector solo se hace asiduo de un blog si se siente complacido por la
calidad de lo que lee y por el interés que ello le despierta y no debe
mantenerse fiel al mismo por conveniencia o por amabilidad. Si el blog deja de
interesarle o le acaba defraudando, es lógico que lo abandone y dedique su tiempo
a otros textos y menesteres más seductores.
Todos
sabemos que hay quienes solo te leen si tú les lees, hecho en el no voy a
abundar por reiterativo. Ello, sin embargo, podría ser uno de los motivos de
haber ido perdiendo algunos seguidores, pues he dejado de seguir algunos blogs
por falta de interés, al no cumplir mis expectativas después de un periodo de
“prueba”, porque han acabado publicando de uvas a peras o porque han dejado de
publicar durante un largo periodo de tiempo, acabado siendo sustituidos por
otros de nueva aparición.
Si
alguien visita uno de mis blogs y deja un comentario, no solo le doy la
merecida respuesta, sino que visito, por curiosidad, su blog. Si lo que leo me
agrada lo suficiente, lo añado temporalmente a mi lista de blogs a seguir, y
solo si mi satisfacción se mantiene inalterable a lo largo del tiempo, pasa a
ser uno más de mis blogs favoritos que visito a diario. El problema aparece
cuando la adición de nuevos blogs supera un determinado límite, el “límite
García Huete”. Todos tenemos un tiempo limitado para dedicar a la lectura de
blogs o, dicho de otro modo, un número limitado de blogs a los que dedicarles nuestro
tiempo, algo parecido a lo que el psicólogo clínico achacaba al mantenimiento
de las amistades. En mi lista de favoritos he llegado a tener más de cincuenta
blogs, una cifra que llegó a superar el límite aceptable para mí, pues su
seguimiento me ocupaba varias horas al día, llegando a producirme una cierta
incomodidad y un claro cansancio. El continuo goteo de nuevos blogs,
descubiertos de forma casual y causal, ha conllevado un aluvión de nuevos posts
a leer, lo cual presagiaba un estrés lector que no podía permitirme, porque si a
ese tiempo le añado el que dedico a la escritura de mis propios textos y a
contestar los comentarios que estos reciben, debo sumarle algunas horas más. Ante
ello, no he tenido más remedio que optar por una selección que me permitiera repartir
mi tiempo libre de una forma más racional y menos estresante. ¿Os imagináis el
tiempo que tendríamos que dedicar a la lectura de todos los blogs que “habitan”
en la blogosfera? Nos pasaríamos días enteros encerrados en casa, sin
levantarnos de la silla, pegados a la pantalla del ordenador, o de la tableta,
sin hacer otra cosa que leer y leer. Una locura.
Llegado
a este punto, he pensado que la desaparición de algunos de mis seguidores se deba
a que también ellos han aplicado un remedio semejante al mío y han tenido que
priorizar entre sus lecturas favoritas. En mi caso, la selección no ha sido
fácil. Eliminar a alguien de mi lista de favoritos no ha sido una tarea
agradable en algunos casos, pero una persona tan metódica y cumplidora como yo,
no podía permitirse la estupidez de preocuparse por no haber podido leer la
nueva entrada en tal o cual blog, dejándola para el día siguiente, y al día
siguiente comprobar que ya son dos las entradas pendientes de leer ─pues hay
quien, aunque parezca mentira, publica a diario─ y a esas dos hay que añadirles
otras cinco que también quedaron pendientes del día anterior. Hasta llegar al
punto de observar cómo lo que debe ser algo estrictamente placentero, una
simple diversión, se está convirtiendo en una obligación. Y como hace algún
tiempo decidí no dejarme aprisionar por las obligaciones, he tenido que echar
mano de las tijeras, cual censor de épocas pretéritas, y aplicar una serie de
recortes, no por falta de presupuesto, sino de tiempo, eso que dicen que es oro.
Hasta
aquí, me atrevería a calificar estos sucesos y conductas como algo normal. Aun
así, no deja de llamarme la atención que algunos seguidores que me han
abandonado, lo hayan hecho después de meses, o años, de seguimiento. ¿Tanto
tiempo han necesitado para darse cuenta de qué iban mis blogs? En más de una
ocasión, he observado incluso cómo ese vaivén se produce también en el número
de los que me tienen en sus círculos. ¿Por qué me borran de sus círculos? ¿Qué
he hecho yo para merecerme esto? Algo, desde luego, habré hecho mal para que me
eliminen. Y puestos a hacer un examen de conciencia, el único “pecado” que creo
haber cometido y en el que, muy a mi pesar, volveré a reincidir, es no
compartir publicaciones ajenas, por mucho que me hayan gustado. Es un pecado de
omisión del que solo soy consciente cuando observo la conducta de quienes sí
practican ese hábito. Entonces, para acallar mi mala conciencia, pienso que mi
contribución a difundir textos ajenos poco o nada haría a favor de esos
compañeros de letras que son mucho más conocidos y reconocidos que yo. Si es
este el motivo de mi expulsión, entono mi mea
culpa y acepto la condena como un mal menor y sin posibilidad de apelación
ni de redención.
Aunque
finalmente he logrado no obsesionarme con los números, estos hablan por sí
solos y a mí me gusta escucharlos. Simplemente me interesa la estadística como
reflejo de lo que sucede a nuestro alrededor. Interpretar su significado ya es
otra cuestión y cuando no somos capaces de hacer una interpretación lógica, o
que nos satisfaga, mejor olvidarse del tema y a otra cosa mariposa.
Por lo
tanto, quiero creer que mi conducta selectiva es razonable, que mis blogs no
son muy distintos a los demás en este aspecto y que las apariciones y
desapariciones que en ellos se dan son normales, no paranormales.
Bienvenidos,
pues, los que llegan, mis mejores deseos para los que se van, mi agradecimiento
para los que siguen y mis disculpas para los que he dejado atrás.
Hola, suelo leer casi siempre a personas que he conocido desde 2.004 que llevo comentando (escribiendo menos) eso sí, en páginas literarias. Se me ocurrió hacer un blog colectivo que me da más dd un disgusto (dos personas me han bloqueado en sus blog) He de decir que diferenció la virtualidad de lo real. Ellos, al parecer no.
ResponderEliminarEs agotador hacer de "negro literario pues no leo para mi beneficio, sino para dar a conocer a otras personas que o no tienen blog ó que se benefician de mi buena voluntad.
He de decir que estoy ya harta de la virtualidad, creo que es hora de disfrutar y vivir.
Un abrazo
Siento leer esto. Aunque dicen que en todas partes cuecen habas, si las cosas no salen o no funcionan como uno esperaba, solo hay dos salidas: Perseverar o abandonar. Cada uno es libre de elegir el camino que le parezca más oportuno. Entiendo la decepción que la situación que comentas haya podido crearte y reitero que lo siento.
EliminarUn abrazo.
Interesante entrada. Me cuesta dejar blogs a los que sigo hace tiempo, pero voy conociendo otros nuevos y si se suman todos, lo que dices, horas leyendo y comentando. Yo también debería meter la tijera, pero cada vez que lo intento, lo termino dejando como estaba. En todos aparece alguna vez algo que me interesa.
ResponderEliminarHay blogs que sigo fielmente y de los que no me pierdo una entrada (salvo que se me despiste) y hay otros que solo miro si lo que publican me interesa (libro, película, reflexión)
Yo casi no he abandonado ningún blog, más bien, han desaparecido algunos de los que seguía. El día que no pueda gestionar el asunto (puede que ya no falte mucho) tendré que tomar medidas.
Un beso.
Yo he hecho marcha atrás en más de una ocasión. Tras haber eliminado un blog de mi lista, luego me ha entrado el arrepentimiento, me ha sabido mal haberlo hecho y he vuelto a incorporarlo. Pero llegó un momento en que, o me pasaba el día visitando todos los blogs o reducía su número. Soy tan exageradamente meticuloso que cada día reviso, uno a uno, como si de una obligación se tratara, todos los blogs para ver si han publicado algo nuevo y, de ser así, leerlo y comentarlo. Solo si algún texto es muy largo y no dispongo de mucho tiempo dejo esta "tarea" pendiente para el día siguiente. En este caso, como decía, algunas veces me ocurre que a las entradas que habían quedado pendientes se le añadan otras nuevas (las del día anterior y las del día en curso), más las nuevas de otros blogs, y así la tarea se alarga, jeje.
EliminarFinalmente, he decidido, muy a mi pesar, ser práctico y, de ahora en adelante, hacer como tú, leer solo las entradas que me llaman la atención y prescindir de aquellos blogs que, aunque lleve tiempo siguiendo, ya hace tiempo que pasaron a un segundo plano de preferencias. Así es la vida. Es como cuando uno tiene que aplicar un recorte en los gastos domésticos por problemas económicos. Antes prescindiremos del abono al asiento en el campo del Barça que del colegio de los niños. Bueno, excepto si uno es un fanático del fútbol, claro, jajaja.
Un abrazo.
Hola Josep Mª pues no se por donde empezar compañero. Tocas un tema que no es de tu exclusividad ¡ah, se siente compañero! es algo que nos ha pasado y nos pasa a todos. Los blogs es fruto de una interacción humana ligada a estados emocionales y a estados estacionales, experiencias personales, periodos vacacionales, viajes, trabajo, en fin todo lo que nos hace sentir humanos a un lado u otro de la pantalla, somos así en realidad. A nuestro blogs suben y bajan gente como en nuestra vida. No podemos pretender crear "amistades virtuales perdurables" aunque compruebo que con casi el mismo tiempo que llevo yo en red (cuatro años) tenemos muchos seguidores en común, que nos hemos ido manteniendo por el cariño que nos procesamos unos y otros. Nos conocemos un poquito más porque hemos interaccionado de una forma diferente con emails, con encuentros (últimamente literarios) no puedo negar que les tengo cariño a muchos/muchas de ellas/ellos (bueno más ellas que ellos) y ahora que digo esto es porque estamos más mujeres participando dependiendo de que cosa, pero que me pierdo; decía esto porque el tiempo es fundamental, el compromiso por el compromiso no funciona, tu puedes dejar de leer a alguien pero sabes que está ahí y en un momento puedes retomar sus publicaciones. Claro que coincido que los blogs que se convierten en un diario se más difícil de seguir. Pero, algunos derrochan tanta humanidad y cariño...Mi caso con los viajes compartidos "Mi primer viaje" en mi blogs a todas esas personas les tengo muchísimo aprecio, las conocí en otra faceta, la desinteresada, la cercana. Una experiencia inolvidable. Ahora muchos estamos en otra propuesta de otro compañero "El tintero de oro" aquí hemos descubierto a otros compañeras/as interesantes porque nos une un vínculo creativo literario, claro no hay tanto tiempo puesto que debes corresponder con las lecturas y comentarios, pero es algo que no cuesta tanto.
ResponderEliminarLos blogs están vivos y tienen un circulo de amistades virtuales limitado. Qué error pensar en el número de seguidores que tienes, para mí ha perdido valor; tal vez cuando comencé era una ilusión después la gran mayoría no están, ni te leen de pasada. Creo que son diez como los dedos de una mano y es un privilegio decirlo que los tienes. Otro tema son las egolatrías que encuentras con esto de los seguidores. En resumen, compañero acabas de contar lo que nos pasa a la mayoría; solo debemos disfrutar con los blogs con el objetivo de compartir también con los demás, sobre todo con los que tenemos intereses comunes. No debemos sentirnos agobiados ni obligados con nadie, solo sentir que frente al ordenador nos difundimos en la red, y no importa a quién lleguemos, pero sí a los que encontremos (con un comentario) y a los que están prendidos o se prenden a nuestro encuentro, un minuto de tu tiempo se lo merecen, si no ¿para que estamos aquí? para compartir momentos, palabras y emociones. NO se creo que me he enrrollado mucho, lo siento. Un abrazo
Muy interesante tu reflexión, Eme. Compruebo, como ya imaginaba, que, si no todos, sí muchos debemos compartir este mismo problema. Quizá debería decir aquello de "mal de muchos...", jeje.
EliminarLa vida de un blog está sujeta a bastantes variables, como el interés que despierta a unos lectores determinados, el mantenimiento de ese interés a lo largo del tiempo, los altibajos emocionales de su propietario y de sus lectores, la existencia o no de reciprocidad, la amistad (aunque sea virtual) que ha nacido a lo largo de ese tiempo que deriva en fidelidad, la conducta ególatra e interesada de algunos lectores que desaparecen tan pronto como comprueban que no vas a ser su fiel seguidor, y así un largo etcétera de situaciones y conductas. En mi caso,llegó un momento en que decidí seleccionar aquellos blogs con los que me sentía particularmente unido, tanto por la calidad de su contenido, como por la de su propietario (no voy a entrar a valorar este último aspecto por lo delicado y complejo que resultaría analizar algunos comportamientos que calificaría de extraños). Pero cuanto conseguí mantener una cierta "estabilidad" en el número de blogs a seguir, con la creación del concurso del Tintero de Oro, una avalancha de nuevos escritores de gran calidad vino a desequilibrar esa balanza, añadiendo decenas de nuevos blogs a mi ya de por sí abultada lista. Con esta inesperada irrupción de nuevos compañeros de letras, el trabajo se disparó y volví a sentirme agobiado por el hecho de tener que absorber más trabajo de lectura del que estaba dispuesto a realizar. Y ahí llegó un nuevo tijeretazo. O volvía a reducir el número de blogs o moría en el intento de seguirlos a todos. Y así es como mis blogs se han ido hinchando y deshinchando como un pez globo, jeje, tanto por culpa de mi intervención censora como por la fuga de seguidores.
Y sí, es cierto que, por lo menos en el grupo que a mí me corresponde, hay más mujeres que hombres en este ambiente bloguero. Será que lo bueno abunda...
Un abrazo.
Hola.
ResponderEliminarPues no sé muy bien qué decir.
En mi caso muchos de mis lectores del principio no está porque han ido dejado sus blogs o han tomado otros derroteros, pero con algunos de ellos sí que hablo por redes sociales o email.
Yo me niego al te sigo me sigues, pero sí que suelo devolver las visitas porque las personas que me comentan publican cosas que me interesan.
Respecto a compartir publicaciones, ahí sí que me da rabia porque es algo que quiero hacer y por uno y por otro se me olvida, y luego veo que han compartido lo mío y me da rabia no hacerlo.
Lo importante, al menos en mi caso, es disfrutar del blog, de los que me leen, leer cuando puedo a los que me leen y responder, también cuando puedo. Y poco a poco mantener este vínculo tan bonito. Ahhhh, y los círculos...soy un desastre, lo confieso, a veces me sigue gente y ni me entero, incluso leo blogs que me encantan y no los sigo porque no me doy cuenta, y no es la primera vez, que al participar en un sorteo, me doy cuenta de que no lo sigo.
Un abrazo y a disfrutar tengamos uno y mil lectores, lo importante es que les guste lo que encuentran. A mí, al menos, lo que encuentro aquí me gusta.
Al igual que en nuestro mundo material, en el virtual de los blogs hay defunciones y nacimientos. Han habido blogs a los que seguía con asiduidad que, de la noche a la mañana, han desaparecido, algunos previa explicación, otros enigmáticamente. Como en el planeta Tierra, si no hubieran fallecimientos la superpoblación humana todavía sería más insostenible. Y aun así, la población mundial va creciendo a pasos agigantados. Pero si bien en nuestro mundo humano sería inmoral y descabellado reducir esa población practicando la eutanasia activa (de hecho ya existen genocidios que quedan impunes), en el mundo virtual de los blogs la cosa cambia y si no hay forma de mantener a una población constantemente creciente, no queda más remedio que cortar por lo sano, aunque nos duela. Si al principio me dolía ver cómo perdía algún que otro seguidor, ahora me duele tener que prescindir de algunos blogs que me han acompañado durante años. Creo que lo mejor sería no aceptar nuevas incorporaciones, colgar un "agotadas las localidades" y quedarnos con los "amigos de siempre". Pero luego viene la tentación cuando descubres un nuevo blog, y detrás de él a un/a excelente escritor/a, y no puedes evitar incorporarlo a tu lista de lecturas. En mi caso es todo un dilema qué hacer con ello.
EliminarVeo que cometemos el mismo "pecado" de olvidarnos de compartir textos ajenos. Espero que solo sea un pecado venial y no vayamos al infierno de los blogs por ello, jajaja.
El tema de las respuestas, o más bien la falta de ellas, a quienes comentan nuestros escritos ya es harina de otro costal.
Un abrazo.
Estupendo debate el que propones, Josep. Compaginar escritura, blog y la vida digital es una guerra a la que todavía no he encontrado solución. Llegas a las ocho y media a casa, cenas, te duchas, cumples con tus obligaciones familiares y en minutos sueltos vas leyendo blogs. Cuando los niños y la mujer se acuestan te puedes dedicar más a fondo, pero son las doce y media. Vas leyendo, comentando, te dan las dos. Con los ojos casi cerrados preparas alguna entrada, buscas alguna información pero poco más. Llega el fin de semana y es cuando pones el turbo preparando las entradas.
ResponderEliminarEl tiempo es un bien muy escaso. En mi caso, me he autoimpuesto dedicarme a comentar y visitar mis blogs favoritos solo de lunes a jueves. Ya no te hablo de redes como FB o Twiter, si les dedicara tiempo, sería imposible que pudiera escribir nada.
Es un tema que me preocupa, me deja muy poco tiempo para escribir no ya mi novela, sino relatos. De momento voy tirando de relatos ya escritos hace un tiempo, cuando se terminen seguramente tendré que replantearme las cosas.
Respecto a los seguidores, bueno. Creo que todos tenemos nuestro grupo de fieles, de compañeros con los que has conectado, tanto por sus letras, como por sus intereses. Normalmente, cuando alguno abandona es porque decide que debe iniciar la época de puerta cerrada, en la que el escritor debe centrarse solo en escribir. Lo veo algo lógico y normal.
Seguiría con las prácticas y utilidad de las redes sociales literarias, FB o G+, pero mejor en otro rato. Un fuerte abrazo, Josep.
Caramba, David, eso que cuentas sí que es estresante. Es como un trabajo adicional al de tu profesión. Podrías decir lo que dicen las mujeres trabajadoras que no tienen el apoyo del marido en las tareas del hogar: "trabajo fuera y dentro de casa", jeje.
EliminarEfectivamente he olvidado de mencionar la actividad (a veces frenética) dentro de Facebook y Twiter. Yo no soy de los que publican y comparten asiduamente en FB y mucho menos en Twiter, pero sí leo y atiendo a los avisos que constantemente me llegan. A veces es un sin parar. Y si añadimos las publicaciones en Google+, mi móvil no para ni diez segundos de emitir ese sonido (que ya se me está haciendo odioso) que avisa de que fulano o mengano ha publicado o compartido una entrada de zutano. No es una crítica a esa actividad sino un comentario sobre cómo hemos acabado enganchados a las redes y a las aplicaciones, a las que dedicamos gran parte de nuestro horario diario.
Yo también veo lógico y normal que alguien decida apartarse de este mundo bloguero para cambiar de aires o que abandone el seguimiento de un blog porque ya no le apetece o le ha dejado de interesar. Todos somos libres de cambiar de prácticas y gustos. Pero me ha llamado poderosamente la atención algún caso particular (que no he querido mencionar en esta entrada porque se salía de contexto y era personalizar excesivamente) de personas que llevaban mucho tiempo siguiendo mis blogs, afirmando que les gustaba mucho lo que leían, y han dejado de hacerlo a pesar de que yo he seguido visitando los suyos. Pero eso, como digo, ya se sale del asunto sobre el que he querido tratar.
Un abrazo.
Hola Josep, un tema muy interesante el que planteas, valiente en su formulación y en cierta manera muy controvertido. Creo que se podría escribir un ensayo sobre este tema, aunque probablemente solo lo leerían las personas que tuvieran un blog en activo,ja,ja,ja. En principio, pienso que habría que hacer dos diferenciaciones. Una serían los lectores que te leen y otras los que te comentan y ambas cosas son importantes. Lo que está claro que el tiempo no es infinito y en nuestra versión como lectores, no nos queda más remedio que seleccionar aquello que más nos atrae en detrimento de lo que menos. En definitiva, supongo que todo consiste en ser lo más felices posibles escribiendo, leyendo y que nunca se convierta en un trabajo o una obligación. En lo más personal, es un gusto a través de lecturas como esta y la de otros escritores, poder aprender y con ello intentar evolucionar poco a poco en mi escritura. Un gran abrazo y gracias como siempre por tu buen talante y buena escritura.
ResponderEliminarHola, Miguel. Agradezco tu opinión sobre este tema que, como bien dices, es muy controvertido. He leído en más de una ocasión quejas, o críticas, sobre el comportamiento de algunos seguidores de blogs, que solo se explican por lo complejo que a veces resulta entender el comportamiento humano. Cuántas veces, por ejemplo, he recibido una visita de alguien desconocido hasta el momento y que, con su comentario, SOLO pretende dar a conocer su blog. Y se nota que ni siquiera ha leído con detenimiento mi relato o reflexión pues el comentario que deja (poético, filosófico, pero vago e incomprensible), no tiene nada que ver con el tema que se supone comenta. Y como no ve una reciprocidad en la visita, repite esa aparición cada cinco o seis meses y en los mismos términos. Es una forma de lanzar el anzuelo para ver si alguien pica, jeje,
EliminarEl quid de la cuestión, al que me refería en esta entrada, es doble: saber, por un lado, por qué un seguidor asiduo y complacido deja de pronto de serlo, y, por otro, cómo manejar el creciente número de blogs que acaban sobrepasando nuestra capacidad de absorción.
Desde luego tienes toda la razón cuando dices que todo consiste en ser felices escribiendo y leyendo y no dejar que esta actividad se convierta en una obligación que nada tenga de placentera.
Un abrazo.
Pues es muy normal lo que dices Josep. Lo que está claro y creo que lo he referido alguna vez, es que hay muchas personas que comentan por corresponder, lo que veo totalmente absurdo porque entonces se convierte este asunto en un trabajo en vez de un entretenimiento. Lo mejor, leer cuando a uno le apetezca sea quien sea el contacto, ¿no crees?.
ResponderEliminarLo que no sé es como se las apañan los que están en edad de trabajar y encima tienen una familia con la que pasar su tiempo, :))), y es que las redes son muy buenas para algunas cosas, pero para otras ya sabemos lo que deterioran, pero eso ya es otro cuento, jajaja, y es que me voy del tema. Quizás te haya dado una idea para una entrada, desarrollada tan magnificamente como tu lo haces.
Un abrazo.
Hola, Elda. Sí, me consta que esa ha sido tu presunción y que te incomoda solo pensar que alguien te comente y alabe tus poemas para quedar bien, jeje. Debo reconocer que, muy al principio, cuando intentaba darme a conocer, dejaba un comentario en otros blogs con esa intención, pero jamás lo hice después de leer un texto que no me gustaba mínimamente. Con el tiempo me di cuenta que seguía comentando textos que, si bien al principio, como digo, me parecían aceptables (siempre dentro de mi punto de vista), su calidad había quedado superada con creces por otros textos/blogs de nueva aparición. Aun así seguía dejando mis comentarios hasta cierto punto por amabilidad y agradecimiento por haber sido "recompensado" con sus visitas durante mucho tiempo. Pero cuando la cantidad de blogs a los que seguía se hizo excesiva, decidí, muy a mi pesar, ser consecuente y sobre todo sincero, y abandonar esa práctica. No hagas con los demás lo que no quieras que te hagan a ti.
EliminarUy, el tema de las redes sociales sí que daría para otra entrada, jajaja.
Un abrazo.
Una vez más estoy plenamente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEsto de seguir o no seguir un blog es muy complejo pues cada uno tiene sus propias motivaciones. En mi lista de seguidores creo que el 95% no me dejan ningún comentario, no sé si me leen o no pero comentar no comentan. Esos números de las estadísticas son engañosos y además despistan mucho.
De todas formas hay muchas personas que no son nada constantes, no ya con el seguimiento de un blog sino con todo. He conocido blogueros que publicaban todos los días y de golpe y porrazo dejaron de hacerlo; o todo, o nada. Creo que se ilusionan compulsivamente con una afición y se vuelcan en ella, pero de la misma forma que se engancharon, pierden fuelle de repente y dejan de escribir para dedicarse a otros entretenimientos. Son de hoja caduca.
Yo también me he visto obligada a recortar mis seguimientos, no me da el tiempo para leer tanto blog, porque si no me paso todos los días por la blogosfera en dos o tres se me acumulan un montón de lecturas; luego me agobio pensando en que tengo tarea "pendiente", y eso no puede ser. Mi recorte en visitar a otros blogs se ha traducido en menos número de comentarios en el mío propio, así es la vida. Acepto esa reciprocidad, es lo que hay.
Sea como fuere, yo no te voy a "recortar" en mi lista, tú eres de los perennes en mis gustos, así que cuenta conmigo en ese reducido grupo de fieles.
No sé dónde leí que "Buenos libros, como buenos amigos, son pocos y escogidos", así que ten presente que en tu blog se han quedado los mejores ;)
Un abrazo.
Hola, Paloma. A mi vez, también tengo que decir que nuevamente coincidimos, no solo en opiniones, sino en experiencias personales. Como creo haber apuntado, uno de mis defectos es que soy excesivamente meticulosos y a veces me tomo esto como una obligación, como si tuviera un trabajo pendiente que debo terminar sí o sí, y no para quedar bien sino porque casi es un deber adquirido. Lo que más me disgusta no es tanto esas hojas caducas, esas desapariciones e inconstancias, sino el mutismo que practican algunas personas tras haberles dejado un comentario. Hay algún blog cuyo autor no contesta nunca a los comentarios que reciben sus entradas, pero se me antoja que es algo que no hace por descortesía sino por convicción, costumbre o vete tú a saber, pero, en cambio, siempre viene a leerme y deja su comentario. Supongo que es su forma de actuar y punto. Pero hay quienes de pronto no responden cuando siempre lo hacían o bien (algo mucho peor a mi entender) solo responden a unos cuantos, supongo que a sus amiguetes. Y luego hay quienes tienen instalado ese filtro que dice que tu comentario será publicado tras su aprobación y luego no aparece, supongo que por desidia del propietario del blog, que no se molesta en hacerlo.
EliminarEn fin, hay todo un abanico de comportamientos que me resultan extraños e inadecuados, pero es lo que hay. Cuando tuve que echar mano de esas tijeras virtuales, los primeros blogs que cayeron fueron esos, venganza cochina, jajaja.
Me encanta esa frase sobre los libros y los amigos. Es muy cierto. Y me alegro de poder contarte entre mis lectores asiduos que siempre dejan su agradable huella. Es algo recíproco, pues tus entradas siempre me resultan enriquecedoras, ya sean experiencias personales, reseñas literarias o relatos. De eso se trata, de disfrutar escribiendo y leyendo.
Un abrazo.
¡Ja! Como el Guadiana. ¡Suerte para los premios! Concurro por Solidaridad y Cultura. En el primero hablo un poco de todo: música, ciencia, reflexiones... Aquí anda. El segundo es más específico, sobre un excelso coro de niños. Puede verlo aquí. ¡Gracias!
ResponderEliminarHola, Euterpe. Pues sí, como el Guadiana, que aparece y desaparece.
EliminarMuchas gracias por aparecer por aquí. me pasaré por tus blogs.
Un abrazo.
Hola Josep, yo breve, como siempre. Me ha parecido que en tu reflexión te acercabas a un análisis del "big data", tratando de explicarte porque ocurre el trasiego de gentes. Imagino que aparte de lo que dices, que cada uno tiene sus gustos y sus limitaciones temporales, también están las sorpresas que te da la vida, como la canción, y te la cambian en muchos sentidos.
ResponderEliminarSi yo pretendiera vivir de la pluma, o de la tecla, me preocuparía de si me ven o no, reconozco que el que te aprecien siempre es agradable, pero la tecla me trata con justicia y me devuelve en proporción a lo que le dedico, osea, poco.
Yo trato de disfrutarlo.
Un abrazo
Bueno, ya sabes, Literato, lo breve si bueno...
EliminarCiertamente si viviéramos de lo que escribimos, la ausencia de lectores sería un fiasco. Pero, no obstante, no me negarás que es agradable saber que tienes seguidores y que su opinión sobre lo que escribes es favorable. Aun a sabiendas de que puedo ser muy repetitivo, pues ya lo que comentado en más de una ocasión, cuando inicié mi andadura escritora en mi primer blog, dije que escribía por placer y no para complacer. Al poco tuve que rectificar, pues me percaté de que la presencia de seguidores y comentarios me complacía en extremo y en cambio su ausencia me resultaba frustrante. De hecho, si publicamos lo que escribimos o, dicho de otro modo, si escribimos para un público, esperamos recibir un input, a poder ser positivo. De lo contrario, guardaríamos nuestros textos en un cajón. Lo que ocurre es que siempre suelo preguntarme el porqué de las cosas y de ahí ha surgido esta entrada, al preguntarme por qué hay lectores o seguidores que se comportan como lo hacen, de una forma que se me antoja errática. Y es que como, además, tengo el vicio de ser constante en las cosas que hago, me resulta cuanto menos curioso que alguien que te ha seguido desde hace años no lo sea y se dé a la fuga se sopetón.
La única respuesta a todo este "dilema" es que cada cual hace lo que se le antoja con sus gustos y lecturas y que todos, como bien dices, debemos intentar disfrutar de lo que hacemos.
Un abrazo.
Josep estoy de acuerdo en todo lo que escribes, llevo dos años en este lugar de blog y me doy cuenta que unos siguen fieles a leer y a dar su comentario y otros dan +1 y las visitas son escasas pero las estadísticas son altas. Yo suelo entrar en los blogs que tengo añadidos y me aparecen por orden de aparición en mi blog cuando hacen un artúculo nuevo. Y por supuesto no comento si no lo leo. Yo quiero estar aquí para leer y ver los posts de la gente que me gusta como escribe. Es imposible leerlo todo. Nos pasariamos demasiado tiempo y hay prioridades en la vida. Pero intento ser fiel a los que he visitado desde el principio, a veces desaparecen. Me alegra cuando hacen otro post nuevo y vuelven. De momento sigo aquí viendo y leyendo lo que me gusta. Un abrazo.
ResponderEliminarDe eso se trata, Mamen, de disfrutar leyendo y de fijar unas prioridades. A veces no sé cómo se lo montan quienes, además de publicar a diario, se pasan por un montón de blogs a comentar y a compartir en facebook y en Google+. Claro que hay muchas otras cosas en esta vida que me sorprenden como, por ejemplo, que alguien pueda leer un libro en un fin de semana cuando yo tardo una o dos semanas, jeje.
EliminarYo sigo insistiendo en que la constante aparición de nuevos blogs (esos que descubres al participar en un concurso, como el Tintero de Oro, los que te recomiendan los compañeros de letras, o los de desconocidos que te dejan un comentario en tu blog y les devuelves la visita al suyo), nos lleva a un nivel de saturación que se te hace imposible atenderlos a todos. Tener en tu círculo a 20, 30 y hasta 40 blogs es algo que puedes manejar más o menos bien, pero si vamos añadiendo nuevas "adquisiciones" acabaríamos teniendo en nuestro haber más de 100. Ya dice el refrán: quién mucho abarca, poco aprieta.
Un abrazo.
Hola, Josep.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en lo que dices, cuando te ves obligado a recortar los blogs que lees, dejas de recibir comentarios de aquellos a los que ya no visitas. Es la vida.
Yo dejé de escribir por motivos personales, y ni siquiera me metía en Google+, pero no porque hubiera perdido la ilusión, ya ves que no (¡¡sigo aquí!!) sino porque no me daba la energía o el ánimo para más.
Voy a seguir tu ejemplo y recortaré un poco la lista de los blogs que leía (eran muchísimos) aunque me cuesta muchísimo. Tenía un montón de trabajo entre leer, comentar y contestar a los comentarios (y todo me lo tomo en serio). Pero hay que distribuir energías, ¿no? De todos modos, tu blog estará siempre en mi lista de lectura.
Un beso enorme, Josep.
Sí, Chari, me he percatado que, tras tu retorno al redil (jeje), has tenido que hacer un esfuerzo tremendo para ponerte al día leyendo las últimas publicaciones de los blogs que seguías antes de ese paréntesis. Ese es un claro ejemplo de lo que intento decir. Llega un momento en que un acto que debe ser relajante y placentero, como el de leer, se torna un trabajo al que hay que acudir para cumplir con un deber para con nuestros compañeros. La única forma de aliviar ese peso (a mí llegó a estresarme) es reducir el número de blogs a un número que nos resulte accesible y no nos ocupe más tiempo del necesario según nuestras prioridades en el día a día. Ciertamente resulta difícil hacer esa selección, pero si tenemos que ser prácticos y honestos, debemos seleccionar aquellos blogs que nos llenan más, esos de los que no podríamos prescindir después de lo que hemos ido leyendo a lo largo del tiempo. Si a uno le encantan las reseñas de libros o los relatos de terror, por poner solo dos ejemplos muy dispares, lógicamente conservará en su lista esos blogs que satisfacen esta afición y prescindirá, por poner otro ejemplo al azar, los dedicados a moda o salud que, aunque resultaban interesantes y entretenidos, puede prescindir de ellos.
EliminarTodo esto lo he comprendido recientemente, cuando mi círculo de "amistades escritoras" ha crecido de tal modo que ya no sabía por dónde tirar. En cuanto a los seguidores, al principio, cuando solo me leían unos pocos y siempre los mismos, su desaparición me supuso casi una alarma, preguntándome qué había ocurrido con ellos o conmigo para que se dieran a la fuga. En algún caso sigo preguntándomelo, por lo extraño, pero en otros, como digo en mi entrada, supongo que se debió a que tuvieron que priorizar y mi blog quedó en su lista de prescindibles.
Me alegro que no sea este tu caso, jeje.
Un beso.
Yo sí que entro a los blogs de las personas que entran al mío y habitualmente me quedo en ellos. Procuro dejar constancia de mi visita comentando, aunque a veces el tema me desborde y lo haga con torpeza. En el mío respondo encantado a todos los comentarios, no solo porque creo que es la única forma de agradecerlos, sino porque además me gusta hacerlo. Lo que no hago es releer entradas antiguas si se me han acumulado. Admiro a los de entrada diaria, pero no siempre me da tiempo a seguirlos. No llevo muy bien las entradas demasiado largas y en caso de ir justo de tiempo suelen ser las que pagan el pato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego tu comportamiento es ejemplar en este campo. Siempre contestaa a todos los comentarios puntualmente y eso que tienes muchos, lo que te obliga, lógicamente, a no extenderte mucho. Siempre he señalado lo importante que para mí es corresponder a quienes nos han dedicado su tiempo a leernos y a dejar su comentario. Ya lo dice el refrán: es de buen nacido ser agradecido. Otra cosa es visitar los blogs de todos los que nos dejan esos mensajes. Si se ha llegado a un equilibrio, es decir que ya se ha alcanzado un número constante de lectores-comentaristas, a lo mejor se hace viable esa correspondencia, pero si el número va aumentando, se me antoja francamente difícil leer y comentar puntualmente docenas y docenas de blogs. Y ahí está el dilema. ¿Qué hacer con tantos blogs?
EliminarLo de las entradas muy largas es otra cuestión y, a pesar de que a mí también me incomodan, por el tiempo que me obligan a dedicarles, reconozco que soy de los que se explayan mucho en mis relatos. De ahí que, más de una vez, los he dividido en varios episodios, para no cansar. Mira lo absurdo y contradictorio de esta situación, que en más de una ocasión, al pasar por un blog de un autor que suele publicar relatos muy largos, pienso "ojalá hoy no haya publicado nada nuevo", jajaja. Y si lo ha hecho, suelo dejarlo para otro día, con más tiempo y más buena disposición por mi parte.
Un abrazo.
Desgraciadamente, imagino que como la mayoría de la gente, dispongo de muy poco tiempo. Mi vida laboral es bastante intensa y he aprendido a aprovechar pequeños momentos que aleatoriamente me quedan a lo largo del día. Ahora mismo estoy sonriendo al pensar que ni os imaginais los luagres desde los que os leo (en este mes pasado desde Hamburgo, Bremen, Boston, New York), desde mil hoteles diferentes, desde aeropuertos de medio mundo, ... y como no, algunas veces como ahora, desde casa. Pero como tú dices es necesario aprovechar el tiempo,... por ello y porqué existe vida más allá de la pantalla también he tenido que optimar,... primero reduciendo mis entradas mensuales (solo 2 al mes) y en segundo lugar quedándome en aquellos lugares en los que me siento a gusto,... Un abrazo Josep Mª
ResponderEliminarNo me extraña que Norte tenga tanta información sobre lugares tan dispares y, a veces, tan lejanos, si anda por todo lo largo y ancho de este mundo, jeje. Dada esta situación, se hace aun más valiosa tu aportación y tus lecturas a textos ajenos, como los míos.
EliminarSi en mi caso, que dispongo de mucho más tiempo libre que la mayoría de mortales trabajadores activos, me resulta agobiante tener que atender a esta tarea (tanto la de escribir mis propios textos y contestar a los comentarios que recibo, como la de leer las entradas de aquellos blogs que sigo y dejarles los míos), no me imagino el esfuerzo que ello debe representar para los que tenéis muchas más ocupaciones de las que no podéis apartaros.
Por lo que estoy leyendo, sois muchos los que habéis tenido que priorizar a la hora de seleccionar los "blogs amigos". Así que la teoría del psicólogo al que menciono en esta entrada, también se aplica al círculo de amistades escritoras.
Un abrazo, compañero viajero.
Mi razón principal por la que sigo en internet es porque me gusta muchísimo leer. Siempre he comentado.
ResponderEliminarMuchos compañeros me decían por qué no abría un blog para mi. He conocido muchos escritores de antes que han colaborado. Y recientes como Miguel Pina, David Rubio, Paloma y yo Josep M.
Prefiero formarme para escribir mejor. Y las expectativas no se han cumplido porque muchos escritores invitados no leen a ningún compañero. (Los mencionados si, y me han dado buenos consejos)
No me gusta dejar a nadie colgado Y publicaré a los escritores que están por publicar.
Os seguiré leyendo sin comentar. Un abrazo.
El placer por la lectura es el motor para iniciar la aventura de escribir. Si decides llevar adelante esta experiencia no hay mejor forma para hacerlo que abrir tu propio blog y dar a conocer tus textos. Si todavía no te sientes preparada para ello, puedes tomarte tu tiempo, pero te diré que en la blogosfera hay textos que no merecerías ver la luz de tanta mediocridad que tienen. Claro que esta es una opinión muy personal y hasta podría parecer pedante. Todo es cuestión de autoestima. Hay quien, según mi criterio, escribe muy bien y se infravalora, y quien escribe bastante mal y no se corta ni un pelo. Incluso reciben alabanzas de sus lectores y muchas más visitas de las que mis blogs jamás recibirán. Es este un mundo complejo y arbitrario. ES lo que hay y no nos queda más remedio que aceptarlo aunque, como yo, me guste cuestionarlo.
EliminarAunque decidas no publicar y seguir leyendo, no veo por qué no puedes comentar si lo que lees te gusta. Un comentario favorable da alas a quien lo recibe y le anima a seguir adelante.
Por otra parte, tu labor de publicar a escritores desconocidos es muy encomiable. Desde que conozco Tertulia de Escritores, me paso siempre por este blog, aunque debo reconocer que no siempre dejo un comentario.
Un abrazo, Lola.
Creo que las cosas que le suceden a tu blog también les suceden a otros; al mío desde luego sí. Para no extenderme en exceso por aquello de ahorrar mi tiempo y el tuyo, al contestarme, te diré que además de todo lo que tan sensatamente expones, hay que sumar los "poltergeists" de blogger. Me explico: cuando me cambié de blog me desaparecieron en dos días cinco seguidores. Dado que seguían mi perfil y no mi blog en concreto, me pareció raro. Pero más raro fue que he vuelto a recuperarlos, en número, en cuestión de días también. No sé si son los mismos que se fueron u otros, pero tampoco me importa demasiado. La cuestión es que si yo "fidelizara" a cinco usuarios nuevos cada dos días, sería la reina del mambo versión Google jajajjaa. No es el caso.
ResponderEliminar¡Ay el tiempo, qué cosas tan desagradables nos obliga a hacer! Confieso que recientemente yo también he tirado de tijeras para aligerar mi lista de blogs favoritos. No me siento bien, pero no me ha quedado más remedio. ¿Y lo de cambiarme de blog? En cierta medida también ha tenido que ver con un intento de abandonar viejos hábitos blogueros que me consumían mucho más tiempo del deseado.
Al final parece que sí me he extendido, pero la culpa la tienes tú por sacar temas que nos interesan :P Yo, por si acaso tienes dudas, me quedo a tu vera (en sentido literario, claro).
¡Un abrazo, compañero!
Poltergeists, jajaja. Sí, sí que los hay.
EliminarVeo que todos tenemos dos grupos de seguidores: los que están ahí sin verlos, los que leen sin comentar; y los que dejan un comentario, los visibles y conocidos, los que están a nuestra vera, literariamente hablando, jeje.
Que entre los del primer grupo haya altas y bajas no me preocupa tanto como que ello ocurra entre los del segundo, que es a lo que me refería al principio de este post. Personas con las que había entablado una relación constante, cruzándonos comentarios, dejaran de hacerlo casi todos a la vez, me hizo sospechar que algo raro había ocurrido. ¿Quizá dije algo inadecuado que les molestó? ¿Acaso una crítica reflexiva que hice en este Cuaderno sobre la hipocresía en las redes sociales les dolió porque se sintieron aludidos? ¿Quizá alguna crítica socio-política les ofendió? ¿Pero a todos a la vez? De hecho, todos participábamos paralelamente en una web de escritores (que ellos habían contribuido a fundar) y concursábamos regularmente en un certamen al estilo de El Tintero de Oro que en ella se organizaba. Todo iba viento en popa hasta que en el grupo de escritores-concursantes apareció un pedante sabelotodo, que no se cortaba un pelo a la hora de enjuiciar los textos que concurrían (tras conocer los ganadores se abría un turno de comentarios para quienes querían hacerlo), dejando a más de uno a la altura de la suela de un zapato. Además el tío no es que fuera precisamente un Cervantes. El caso es que un día se organizó un rifirrafe de padre y señor mío entre ese crítico lumbreras y el criticado y desde entonces decidí no volver a concursar. No quería verme expuesto a las duras críticas de aquel impresentable. Cuando esos blogueros "amigos" se dieron cuenta de mi ausencia y me preguntaron el motivo, les dije que no estaba dispuesto a aguantar impertinencias de aquel ni de ningún otro miembro del "club". Dijeron lamentar mucho oír eso. El caso es que a partir de entonces fueron desapareciendo uno a uno sin prisas pero sin pausa.
Quizá sea una simple paranoia mía y otros motivos tuvieron, pero siempre me pregunté por qué dejaron de seguirme a pesar de que seguí bastante tiempo más visitando sus blogs. Y entonces fue cuando recurrí por primera vez a la tijeras y me los cargué.
Parece que al final yo me extendido más que tú y, lo peor de todo, que me ido por las ramas. Mea culpa. Lamento haberte robado tanto tiempo. Solo espero que, siendo domingo, no te hayas acercado hasta aquí para leer este rollo. Ya ves, yo sí que lo he hecho para dejar mis respuestas que habían quedado pendientes, cuando generalmente no trabajo en el día del señor, jajaja.
¡Un abrazo, compañera!
A mi juicio más pierden esos "compañeros" que tú. Si el seguirte y leerte estaba sujeto al hecho de que concursaras, pues entonces que se vayan con viento fresco. Yo desde luego también habría salido corriendo de un sitio donde se consiente que un usuario de a pie como el resto ponga a caer de un burro a los demás. Ya estoy mayor para aguantar impertinencias y llevarme malos ratos jajajaja.
Eliminar¡¡Un abrazo solidario y que vivan las tijeras blogueras!!
Hola Josep!! Pues a ver...aquí hay tema jajaja Primero, creo que el hecho de que los lectores se vayan es como la vida que explicas, a todo no se puede dedicar uno, y supongo que la gente va evolucionando y les apetece más o menos leer ciertas cosas. No creo que se hayan cansado de tu blog, simplemente es que han descubierto otras cosas que ahora mismo les apetece más o que no consiguen gestionar su tiempo.
ResponderEliminarMi caso es que me cuesta mucho llevar al día el blog. Me encantaría publicar dos veces por semana pero ya he asumido que es imposible. Ahora suerte si publico antes de los siete días. No sabía lo difícil que es mantener un blog. Tengo mis rinconcitos preferidos que sigo fielmente, pero a veces (como este comentario que estoy escribiendo ahora mismo) llega unos días más tarde porque antes no he tenido tiempo de nada. También sigo a blogs que comento de vez en cuando sin llegar a ser lectora fiel.
He leído algunos comentarios y el de David me ha llamado especialmente la atención porque me he sentido identificada con ese ritmo de vida. A mí también me pasa que a veces el blog me roba tanto tiempo que no puedo apenas escribir. Pero de momento no pienso desaparecer ni dejar de comentar a nadie jejej y tampoco a ti!! Por cierto, ahora solo tienes este blog, ¿no? En català si us plau se cerró, ¿verdad? No sé si tienes más.
Resumiendo, que no sé por qué desaparece la gente, pero imagino que es por el tiempo. Ya me gustaría organizarme mejor o salir antes de trabajar y poder irme a escribir jejeje También te digo que el hecho de que los lectores se vayan no es algo que me preocupe mucho, mientras no se me vayan todos y no venga nuevos...entonces me preocuparé...jajaj al final son las historias quienes eligen a los lectores, y no al revés!! ;)
Un besote enorme!!!
PD: casi que me alegro de saber que no soy la única a la que le cuesta gestionar el gran volumen del blog jajaja más que nada porque veo que el problema no soy yo y mi mala organización ;)
ResponderEliminarPor lo que estoy viendo, el tiempo (no el meteorológico, jeje) podría ser el culpable de todo. Gestionar muchos blogs puede llegar a ser una tarea abrumadora, y querer quedar bien con todos mucho más. Llegados a este punto, es normal que tengamos que priorizar y seleccionar aquellas lecturas que más nos llenan. Pero no deja de llamarme la atención (incluso de apenarme) ver que se han ido lectores que durante años han estado ahí, dejando sus comentarios, siempre muy positivos, y con los que establecí una muy buena interrelación y que, de la noche a la mañana, dejan de hacerlo. Pero, efectivamente, no es algo dramático, puede ser incluso algo natural como la vida misma, pero necesitaba explayarme contando mi experiencia personal en torno a este tema.
EliminarEn cuanto a mis otros blogs, solo cerré "En català si us plau" por, como justifiqué en su momento, falta de interés por parte del público; no así mi blog de relatos, el primigenio, "Retales de una vida" (verás el enlace en el margen derecho, en "mi otro blog"), que sigue vivito y coleando.
Un abrazo, María, y gracias por pasarte y dejar tu comentario.
Ahh he ido a mirar al blog y ya te sigo!! Se me había olvidado por completo! Bueno ahora ya te leeré en los dos :)) buen lunes!!!!
EliminarBuena reflexión. Desde luego que es imposible ni leer ni escribir todo lo que nos gustaría, sobre todo para los que tenemos esto como afición. Después de todo el día trabajando, queda poco tiempo para dedicar a este y al resto de hobbies, pero creo que siempre es un tiempo bien empleado.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, David. La administración de nuestro tiempo no siempre resulta fácil, desde luego, sobre todo cuando se tienen muchas actividades a las que atender a lo largo del día. Hay quien dedica los fines de semana para ponerse al corriente. Yo, al estar jubilado, prefiero dedicarme a leer los blogs amigos los días laborables (para los demás, claro) y de una forma muy metódica, pasándome por cada uno de los que tengo añadidos como favoritos y por orden alfabético. Como decía, llegaron a ser tantos que difícilmente llegaba a leer los últimos de la lista, pues cuando llegaba a la R ya era hora de dedicarme a otros quehaceres, jeje. De este modo, se me acumulaba la tarea pendiente y acababa agobiándome. Había días que deseaba que no hubieran demasiadas publicaciones nuevas que leer para, de este modo, poder acabar leyendo las pendientes. Cuando reflexioné sobre esta situación, me pareció ilógico agobiarme para quedar bien con todos mis compañero/as bloguero/as y decidí que debía tomar una decisión que, aunque drástica y lamentable, aligerara este peso.
EliminarAsí pues, si cuando tenía pocos seguidores lamentaba la pérdida de alguno y me preguntaba la razón, ahora que he llegado a tener bastantes más, soy yo quien ha tenido que abandonar algunos blogs que seguía. No sé cómo pueden gestionar el tiempo quienes tienen muchos más seguidores y reciben muchos más comentarios que yo, pues leerlos y contestarlos todos ocupa también mucho tiempo.
Un abrazo.
Poco puedo aportar que no se haya comentado ya, Josep. En este momento de mi vida, en concreto, creo que he llegado al tope "de bocas a las que alimentar" en la blogosfera xD. Los blogs que a día de hoy comento y visito realmente los he seleccionado en función de calidad e interés propio. Por otro lado, bien es verdad que la reciprocidad cuenta mucho. Si son lectores que comentan y visitan con asiduidad, además de aportar opiniones enriquecedoras, -lo cual para mí es todo un lujo, teniendo en cuenta la jungla en la que se ha convertido internet jaja-, qué menos que corresponderles. Tal vez uno aspire a más lectores, pero creo firmemente que este es uno de esos casos en los que más vale la calidad que la cantidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pocos y bien avenidos, jeje. Corresponder a quienes amablemente dejan un comentario es algo, casi diría que obligado. Responder a un comentario es algo normal y relativamente fácil, aunque hay quienes reciben decenas de comentarios en solo 24 horas después de haber publicado una entrada y ello supongo que se hace más difícil de manejar. Otra cosa es corresponder a un nuevo lector visitando su blog y quedarse en él como futuro seguidor. Si bien al principio lo hacía, llegó un momento en que las bocas a las que alimentar, jajaja, crecieron hasta imposibilitar darles de comer a todas y tuve que dejar a más de una en ayunas.
EliminarComo decía en esta entrada, si tuviéramos que atender a tantos blogs como descubrimos en la blogosfera, solo viviríamos para ello. De momento estoy satisfecho con los blogs que visito a diario, tanto por su calidad como cantidad, y espero no tener que volver a reducir su número, pues blog que se pierde, un lector que se pierde. Que le vamos a hacer.
Un abrazo.
Hola, nueva seguidora; felicitaciones por blogs y publicaciones; este es el último publicado por mí: https://ioamoilibrieleserietv.blogspot.it/2018/04/recensione-serie-diabolic-s-j-kincaid.html
ResponderEliminarSi quieres te espero como lectora permanente
Gracias
Hola Benedetta. Veo que eres una de esas apariciones de las que hablo en este post. Con mucho gusto me pasaré por tu blog.
EliminarUn abrazo.
Hola Josep Ma como siempre interesantes los temas que propones y me has hecho reír ahora con tu comentario anterior sobre las apariciones y ese corta y pega.
ResponderEliminarSoy de las que publico poco porque como muchos tengo muy poco tiempo y porque me gustan los intercambios con las personas que me leen y esos intercambios pasan por leer también lo que publican.
Cuando empecé con el blog desconocía el funcionamiento (aún hoy mucho no lo domino) y enseguida me sorprendió la de personas que se acercaban con el Te sigo, me sigues. Por norma no sigo a las personas que hacen esto, sigo a las personas porque me interesa lo que escriben y lo que comentan. Eso sí siempre me acerco a devolver las visitas que me hacen y después si me interesa me quedo.
Me parece que no se trata de acumular sino de disfrutar de lo que leemos y lo que otras personas publican pero eso hace que bailen los seguidores y esos te sigo que no sigues, desaparecen inmediatamente pero tampoco me parece que me aporten.
Otra cosa es la de las personas que sí me apetece leer y que son muy prolíferas, en esos casos sí que hago lo que puedo y me tendrán o tendréis que disculpar porque no siempre llego a todas las entradas porque hay veces en que me resulta imposible entrar en el blog entre semana por falta de tiempo y no quiero que el tema blogger se convierta en un estrés que me impida disfrutar.
Y otras veces tengo lapsus y pienso que sigo y no sigo, ahí te pido disculpas porque me he dado cuenta que en el otro blog no te seguía aunque hubiera jurado que sí, pero vamos jurar dicen que está mal, así que lo he arreglado.
Besos
Hola, Conxita. No te preocupes por esa omisión, entiendo perfectamente que cuando se tienen muchas obligaciones no se puede atender a todos los blogs. Como decía, el tiempo es limitado, incluso para los que, como yo, tienen más tiempo libre al no tener que ir a "currar", jeje. Que conste que no me había percatado de tu ausencia hasta ahora que lo has mencionado, y no porque no la valore, todo al contrario, sino porque sé que eres una lectora habitual y siempre acabas apareciendo, jajaja.
ResponderEliminarNo vayas a creer que paso lista y que anoto en una libreta las ausencias. Las desapariciones que más me han llamado la atención (y que han sido el motivo central de esta entrada) es las de aquellas personas que durante mucho tiempo, años incluso, me han estado siguiendo y comentando todos mis textos de forma entusiasta y de pronto lo ha dejado de hacer, a pesar de que yo haya seguido visitando su blog. Desde luego, no se trata de tener la obligación de leer y comentar cada una de las nuevas publicaciones, sino de hacerlo por gusto, como bien dices.
Si bien al principio, en la fase de darse a conocer, uno sí que tiende a corresponder a las visitas de los demás por cortesía y, de paso, para incrementar las relaciones entre nuestros blogs, llega un momento en que debemos quedarnos con aquellos que realmente nos satisfacen, especialmente cuando exceden un número por encima del cual se nos hace literalmente imposible seguirlos a todos.
He visto que somos muchos, cada uno por distintas razones, que nos hemos visto un poco agobiados a la hora de cumplir con esa labor lectora. Hay quien dedica los fines de semana, otros incluso altas horas de la noche. Supongo que cuando se llega a esta situación es cuando hay que ser selectivo y quedarse con los blogs más atractivos.
Muchas gracias, Conxita, por dedicarme tu escaso tiempo, tanto en este blog como en Retales de una vida.
Besos.