Aunque no se me da muy bien la crítica cinematográfica, me encanta el cine. Soy un cinéfilo desde muy pequeño, cuando una entrada en los cines de barrio costaba la friolera de cinco pesetas, allá por los años cincuenta y muchos.
Si el tiempo y las autoridades lo permiten (compromisos y demás obligaciones familiares), mi mujer y yo vamos al cine todos los sábados. Cena y cine o cine y cena. Tanto monta.
Estas vacaciones de verano, no podían ser una excepción. A la vuelta de nuestro periplo por tierras de los antiguos imperios Azteca y Maya, hemos realizado una pequeña maratón cinematográfica para ponernos al día. Y viendo película tras película me asaltaron de nuevo (pues no es la primera vez que me da ese arrebato) las ganas de sacar a relucir algo que ya consideraba ridículo, o por lo menos muy cuestionable, en mi niñez y adolescencia y que, pasadas tantas décadas, parece mentira que todavía persista, lo cual lo hace todavía más ridículo, cuando no absurdo. Son lo que yo llamaría los tópicos típicos, esas situaciones irreales que, como digo, aún podemos observar en bastantes películas de nueva confección, sean del género y nacionalidad que sean.
Como suelo hacer cuando critico la conducta o comportamiento ajeno, voy a ilustrar mi afirmación con algunos ejemplos:
- La pareja que está a punto de besarse apasionadamente, o está haciendo el amor, y suena la inoportuna melodía del teléfono móvil. ¿Quién en tales circunstancias contestaría la llamada? Nadie. Pues en el cine sí. Por muy hombre o mujer de negocios, o incluso policía, que uno/a sea, esperaría a terminar lo que estaba por hacer o haciendo. Pues en el cine no.
- O cuando uno de los protagonistas se calla algo que le ocurre, no se lo cuenta a nadie por grave que sea, ni a sus padres, ni al amigo, ni a la pareja, para no preocuparles, queriendo solucionarlo o hacerle frente por sí solo. Que tú lo ves y dices “pero, cuéntalo, cabeza de chorlito, que te podrán ayudar”. Que no se lo cuente a la policía porque podría agravar la situación tiene un pase, pero guardárselo para sí… Pues eso. Sufre en silencio. Sufre mamón. Pero si no fuera así, no habría película, me diréis. Pues que el guionista se las apañe con algo más creíble, más normal, que para eso cobra.
- O la perorata interminable de quien no deja hablar a su interlocutor, el cual quiere comunicarle algo importantísimo (que está embarazada, que lo han despedido, que quiere pedirle el divorcio). ¡Calla, joder, y déjale hablar! ¿No ves que necesita decirte algo?
- O quien oye, ve o experimenta algo extraño (en las películas de terror es donde más conductas atípicas podemos ver) y, en lugar de comentárserlo de inmediato a alguien de confianza, va a ver qué ocurre o hace frente al problema solo o sola. Te estará bien lo que te ocurra, por gilipollas.
- O quien se da de bruces con un cadáver y lo toca todo, arma incluida (sobre todo si es un cuchillo), dejando huellas por doquier, manchándose con la sangre del finado, para luego, cuando le sorprende la policía (también es casualidad) en el lugar de los hechos, decir aquello de “no es lo que parece”. Anda que te den, por tonto/a.
- O la pareja (otra, no la del beso ni la del revolcón) que se siente muy, pero que muy atraída, pero ambos callan como bellacos, sufren de amor en silencio, esperando que sea el otro quien dé el primer paso. Todo son miraditas furtivas pero nada más. ¡Serán remilgados y trasnochados! ¡Eso ya no se lleva, hombre!
- Y qué me decís de la suerte que tiene el conductor del vehículo que siempre encuentra aparcamiento justo donde debe detenerse. Ya sé que sería superfluo mostrar las peripecias del susodicho buscando un lugar dónde aparcar en el vecindario, pero se podría omitir este detalle.
- O cuando alguien debe marcharse apresuradamente de un bar o restaurante y deja el dinero sobre la mesa sin saber (a menos que sea un café, un cortado o un café con leche) a cuánto asciende la cuenta.
- Y como colofón, y para no prolongar demasiado la lista de irrealidades, la guinda del pastel: la mujer que, habiendo pasado la noche con su amante, se levanta del lecho y se dirige al baño o adonde le place arropándose con sábana y cobertor, arrastrando consigo esa ropa de cama para no mostrar su cuerpo desnudo ni siquiera de espaldas. Algo muy extraño en la actualidad, pues pocas son las actrices que no se presten a mostrar su desnudez ante la pantalla. Pero si alguna tuviera lícitamente ese pudor, pues se omite esa escena y ya está.
En fin, que me resulta increíble que todavía haya guionistas y/o directores que todavía se sirvan de estas situaciones tan manidas y fuera de lugar. Así que, por mucho que me guste una película, si aparece alguna de ellas, no puedo evitar que se me escape una mueca de disgusto.
Supongo que vosotros también habréis observado algún que otro tópico típico. Y es que, por mucho que haya progresado, el cine sigue siendo cine y quizá en el cine todo, o casi todo, está permitido.
Ahora no se me ocurre ninguna, pero recuerdo que la del aparcamiento fácil ya le ponía de los nervios a mi padre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja. Pues a mí se me han ido ocurriendo algunas más después de haberle dado a publicar. Como, por ejemplo, esas palizas tremendas que se dan y que los interfectos aguantan como si nada. En realidad, un puñetazo en el hígado o una patada en los huevos dejaría a cualquier mortal fuera de juego a la primera.
EliminarUn abrazo típico.
Lo de aparcar en la puerta a mí también me ha llamado siempre la atención. Debe de ser porque a mí siempre me toca dar, como mínimo, dos vueltas a la manzana para dejar el coche a tomar viento del lugar al que voy,jajaja.
ResponderEliminarOtra escena absurda: caserón/casa abandonada, sin luz, con sótano lúgubre y la protagonista (normalmente suele ser una mujer, no voy a reflexionar por qué) baja a mirar qué hay ahí. En estas escenas yo me digo siempre: no bajes, no bajes que lo vas a pasar fatal. Pero la tía baja y se encuentra o con un asesino o con un espíritu o con cualquier cosa muy desagradable.
Un abrazo.
Lo del aparcamiento en la puerta, es de las cosas que también más me han llamado la atención, seguramente porque es lo más irreal de todo, jeje
EliminarY un poco de machismo sí que hay en muchas escenas de terror. La histeria, las caídas inoportunas durante la huida a través del bosque (siempre que veo a la chica correr, me digo: seguro que se da de bruces contra el suelo). Quizá el guionista se cree aquello del sexo débil.
Y luego está lo que no puede faltar en toda película de terror (con honrosas excepciones): el susto inútil e injustificado, en forma de gato que salta al abrir la puerta o un portazo acompañado de un pataplam estruendoso. Me da una rabia esos "toques" tan repetitivos...
Un abrazo.
Ayyyy pues yo lo de las miraditas y amores escondidos me encanta, no lo puedo evitar. Soy una romántica empedernida y esas escenas de amor son las que más me gustan. Jejeje.
ResponderEliminarOtra cosa que yo he visto que siempre me pone de los nerviso es la pareja en la cama y la sábana en ella está a la altura del pecho y la misma sábana en el a la altura de la cadera. Sea verano o invierno da igual. Ese movimiento de sábana es irregular, si no quieres enseñar los pechos de ella, tápalos a los dos a la misma altura. Jajajaja
Me ha encantado estas irregularidades del cine.
Un besillo.
Pues creo que no somos mayoría los que detectamos esos, digamos, fallos. Mucha gente ve una película sin fijarse en los detalles que, para mí, son importantes. A menos que una película sea una comedia cómica estrafalaria, donde todo vale (las que no suelo ir a ver), los personajes deben comportarse como lo harían en la realidad. Incluso los géneros de ciencia ficción y de terror deben tener sus reglas. De lo contrario, la película se convierte en un bodrio indigerible o irrisorio. En una película (al igual que en una novela), yo busco la realidad, o lo más parecido a ella. Ver una reacción absurda, que nadie tendría en esas mismas circunstancias, me da mucha rabia, y más que la gente se lo trague.
EliminarSi entramos en las escenas de sexo, me resulta excesivamente repetitivo (y hasta cierto punto inverosímil) la escenita de la pareja que, en plena efervescencia amorosa, entra en el apartamento a trompicones, sin poder reprimirse el tiempo necesario para llegar a la cama, que lo van tirando todo a su paso, se van desgarrando la ropa a medida que avanzan por el pasillo, tropiezan con el mobiliario y al final, para ir al grano lo antes posible, lo hacen sobre la mesa de la cocina, la encimera o en el suelo. Serán fantasías eróticas del guionista o del director, digo yo. Por lo menos, a mí no me ha pasado nunca, jajaja
Un beso.
jajaja qué bueno Josep Mª, la chica arrastrando la sábana, esa escena todavía saleeee, o buscando aparcamiento paqueeeé va a buscarlo perdiendo tiempo jejeje, y la llamadita del móvil en medio del jolgorio sexual, cómo me he divertido, comparto todas y es que es verdad que en esto los guiones no cambian. Un abrazo
ResponderEliminarPues sí, Eme, parece que hay cosas que nunca cambian ni cambiarán. Si algo funciona y nadie se queja pues palante, jajaja
EliminarUn abrazo.
Efectivamente, el cine de terror suele ser el más predecible, salgo honrosas excepciones.
ResponderEliminarYo creo, en cambio, que los efectos especiales, cada vez más perfectos, añaden un plus de terror pero lo malo es que se abusa de ellos de modo que el argumento en sí queda relegado a un segundo plano. Y hay otras películas que lo único que logran es hacer que el espectador pegue un salto de la butaca por un susto gratuito a base de sonidos que luego son falsas alarmas.
Renovarse o morir.
Un abrazo.
Pues mira, llevas mucha razón. Yo normalmente no voy al cine pero me trago todo en televisión, y mis expresiones siempre son las mismas... "pero que hace est@, que tontería", y si está alguna de mis hijas, dice: mama, se terminaría la película.
ResponderEliminarLo que si te puedo decir que las escenas de sexo me sobran, me gustaban más lo de antes, esas miradas profundas que se intuía todo, ahora hasta producen bostezos mientras gastan ciertos minutos en ello, jajaja.
Como veo que te gusta mucho el cine, te voy a recomendar un blog de un muchacho que te da la crítica fantásticamente de las películas en cartel, y que no sé como llego a mí, pues yo de cine no entiendo nada, solo sé lo que me gusta o no. Te dejo el enlace, seguro que te gustará: http://www.cineycriticasmarcianas.com/
Un abrazo Josep.
Bueno, Elda, no solo en las películas (sean en el cine o en la televisión) sino también el las series podemos ver un abanico de tonterías que, parece mentira, ya se veían cuando yo era un crío. Y es que, al parecer, hay coas que no cambian.
EliminarMechas gracias por facilitarme ese blog cinematográfico, pues al igual que con las reseñas de libros, muchas veces me fía más de la opinión de un lector o espectador que de un crítico profesional (ya sabes lo que pienso de los críticos, jeje).
Un abrazo.
jajaja cuánta razón, Joseph.
ResponderEliminarCreo que en el cine siempre existirán esos tópicos de forma inevitable. Es verdad que muchos de ellos se utilizan para agilizar la trama, pero eso no quita que se vean muy surrealistas al otro lado de la pantalla.
¿Y qué me dices de esas mujeres que se levantan con el pelo perfecto, maquilladitas y resplandecientes por la mañana? No he visto ni a una sola mujer que se despierte tan fresca, en mi vida.
Gran entrada, como siempre.
Abrazos.
jeje. Aunque supongo que algunas actrices no quieren que las veamos al natural, sin maquillaje, debe ser generalmente cosa del director presentar a la actriz protagonista super sexy en todo momento. Todo es cuestión de la calidad de ambas cosas: película y director.
EliminarMuchas gracias, Sofía, por comentar.
Un abrazo.
Me ha ha encantado y divertido tu entrada, Josep Mª! Tienes mas razón que un santo. Yo siempre me he preguntado lo mismo, coincidiendo casi al 100% en lo que expones. Sobre todo en lo referente a las sábanas de la vergüenza –a ver, que si has acabado así es porque YA ha habido tomate, jaja, te ha visto más que desnuda– y lo de las pelis de terror. Quizá en este punto te has dejado el manido: "Separémonos", y si es posible, en grupos de uno, para que el (asesino/monstruo/lo que sea de turno) se lo pase pipa, jaja. Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminarSi, si, Ramón; las películas de terror (sobre todo las de clase B) son las más ricas en tonterías y absurdidades. Correr mirando atrás y encontrarse, de pronto, de frente con el asesino o entrar a oscuras en una casa o piso. Que yo digo: ¿es que np hay interruptor de la luz?, jeje
EliminarOtro fuerte abrazo!
Suscribo punto por punto tu lista de tópicos cinematográficos, Josep. Es increíble cómo pueden llegar a repetirse por más que en la realidad son del todo absurdos. Ayer mismo estábamos mi marido y yo viendo una serie en la que dos protagonistas tenían algo muy importante que decirse para esclarecer la trama y no hacían más que dar vueltas alrededor del tema sin llegar a decirlo. ¡Frustrante! :(
ResponderEliminarUn instructivo placer leerte, como siempre.
¡Un abrazo!
Bienvenida, Julia. Echaba de menos tu presencia por acá.
EliminarAl parecer, los tópicos cinematográficos no desaparecerán, al igual que algunos programas basura. La gente acepta los primeros y les gusta los segundos, jeje.
Un buen guionista y un buen director no deberían permitir que en su película aparecieran esos tópicos tan vistos. En una comedia en la que abundan los malentendidos se entiende, pero en una película "seria" deberían estar prohibidos.
Un abrazo.
La verdad es que después de leerte es cierto que hay muchos tópicos en los cuales se repiten una y otra vez, y lo malo es que como tú bien señalas en tú reflexión, en la mayoría de los casos no se ajustan a la realidad, y yo soy de la opinión que una película se debería de ajustar lo mas posible a la realidad, y no solo eso, si no ver escenas que deslucen la película porque son escenas que en cuanto se ven saben lo que va a ocurrir, en fin deberían los guionistas plantearse cambiar el planteamiento de sus guiones. un abrazo y como siempre una reflexión muy interesante. TERE.
ResponderEliminarCuanto más realista y creíble es una película, más entra en el espectador. Se espera que los actores se comporten como lo hacen los seres humanos en la realidad.
EliminarAhora me viene a la memoria algo que, de niño, no entendía y de mayor me parecía lo más ridículo del mundo: cuando la mujer le dice a su marido que está esperando un bebé (en el lenguaje de la época) y este recibe la noticia como si hubiera sido obra del Espíritu Santo.
Un abrazo.
Hola Josep Mª por un momento he pensado que alguna de esas escenas tan tópicas se siguen haciendo porque en la realidad algunos las siguen haciendo, eso de dar vueltas y vueltas y no ir al grano, pues diría que algunos y algunas lo siguen aplicando.
ResponderEliminarEstoy contigo en que algunas son tan tópicas que hacen hasta reír, la de la sabana es una, pero también cuando se dan mamporrazos y educadamente el protagonista va esperando a pegar uno a uno, los otros atienden su turno jajaja serguro que va así. El de aparcar sin buscar ya es el colmo pero a mi el que me sigue sorprendiendo es el de dejar el dinero en la barra sin saber lo qué cuesta y sí han pagado de menos ¿por qué no salen detrás? jajaja Nada que me has hecho reír imaginando esos tópicos.
Besos
Jajaja. Ahora has sido tú quien me ha hecho reír. Tienes toda la razón. La escenita de la paliza, de uno contra cuatro y todos esperan su turno para atizar al protagonista, es desternillante. Por otra parte, en la realidad con unos mamporros, cualquiera, por fortachón que sea, quedaría para el arrastre y, en cambio, el guapo y duro protagonista, después de acabar con todos los malos, se levanta sacudiéndose el polvo y se va tan campante, jeje
EliminarBesos.
Je, je, je... Desde luego esta divertida selección daría para un relato basado en esos tópicos. A bote pronto se me ocurre el de esos finales cuando los malos han capturado al héroe y su novia, o al revés, los odian, están deseando acabar con ellos pero... de repente al malo que los apunta con una pistola le da por explicar sus planes y sus motivaciones. Entonces, en vez de pegarles un tiro decide marcharse a ejecutar su plan y los deja solos en una sala, ordenando a sus secuaces más tontos que los maten, en la mayoría de los casos, de una forma complicadísima, con paredes que los chafen, encadenándolos a un coche sin freno... Cualquier cosa, menos pegarles un tiro y zanjar el asunto. Un abrazo!!
ResponderEliminarJajaja. Cuántas veces me habré reído de escenas que, en realidad, pretendían impresionar. La que describes también es para nota. En lugar de pegarle un tiro y acabar con el super perseguido enemigo, le cuenta toda la historia de su vida O bien cuando la chica por fin ha logrado hallarse cara a cara con el super malo y, con la pistola en mano, le apunta tan de cerca que ya adivinas que acabará arrebatándosela. Es cuando yo le digo "hala, por tonta, te está bien merecido!, jajaja
EliminarUn abrazo, David.
Hola Josep, ya veo que nuestra amiga común Elda nos ha puesto en contacto y me alegro por ello. Como dices en el inicio del texto, a mí tampoco se me da muy bien la crítica de cine, así que me dedico a ello,ja,ja,ja. Curiosamente, he leído tu artículo sobre la crítica de cine y aunque no lo puedo compartir en toda su extensión, comprendo lo que quieres expresar. En todo caso mi dedicación es no profesional y siempre subjetiva, no pretendiendo dar lecciones ni convencer a nadie (hasta que me contrate fotogramas, ja,ja,ja) y personalmente aprendí a amar al cine, entre otras muchas cosas, por emocionantes críticas que leí de niño en revistas cinematográficas o prensa generalista. En cualquier caso me gusta más el quizás que categorizar sobre un tema (perdón por la charla personal). Respecto a lo que nos trae aquí, que no es otra cosa que tu excelente articulo, he disfrutado mucho y me he reído también con las situaciones que has narrado. Desde luego que el cine esta llenos de tópicos, pero incluso con eso nos gusta. Una de las cosas que me llama la atención de las actrices, es cuando al despertar -haya pasado lo que haya pasado en la noche- su maquillaje está siempre en suaves tonos presente, a veces incluso con mucho maquillaje y por supuesto hay algo que siempre está ahí y que siempre estará, por supuesto son los coches que no arrancan. Supongo que luego no pasarán la ITV.
ResponderEliminarUn abrazo Josep Y felicidades por tu texto.
Hola Miguel. Bienvenido a este rincón, devolviéndome así mi visita al tuyo. Conociendo Elda mi afición al cine me recomendó tu blog y creo que fue un acierto.
EliminarEvidentemente, toda crítica tiene una cierta dosis de subjetividad. Como creo que decía en mi artículo (supongo que te refieres al titulado la crítica y los críticos, o viceversa, ya no lo recuerdo), a veces la opinión profesional me ha llevado a engaño y otras veces ha sido la de los usuarios. Antes de ir a ver una película suelo echar un vistazo a lo que dice Film Affinity, que es la página que me sale casi siempre en primer lugar en la búsqueda de la película en Google. Muchas veces observo grandes discrepancias entre la opinión de los críticos profesionales y la de los espectadores. ¿A quién hacer caso? Entonces suelo guiarme por el tipo de película (o por la opinión de algún amigo "de confianza"). Por ejemplo, si es de terror o cómica ya sé que no debo fiarme mucho de la audiencia, que en este género se lo traga todo, jajaja,
En cuanto a esos tópicos que aquí menciono, a los que ya nos hemos acabado acostumbrado, cada día que pasa y con cada comentario que recibo, me doy cuenta que me he dejado de citar un montón, aunque de haber intentado ser exhaustivo, la lista habría sido interminable. Lo del coche que no arranca en el momento más necesario es algo que ya se intuye antes de que pase. Es un clásico. Esos trastos siempre fallan cuando más los necesitas. No solo espero que no pasen la ITV sino que los manden directamente al desguace, jaja.
Un abrazo.
Josep Mª qué razón tienes!! Cómo se te ha ocurrido elaborar ese decálogo?? Yo no lo habría puesto mejor, comparto todos los puntos contigo y me identifico con el cabreo que me pillo (hablando sola cuando estoy en casa) en las escenas que me digo "pero por qué no lo cuentas??" jajaja o en la de "pero no toques nada...!!!" o en del aparcamiento... bueno, muchísimas como comentáis.
ResponderEliminarYo también recuerdo las largas tardes de cine, de pase doble, dónde empecé a amar el cine, pero ahora te tienes que pensar muy bien a qué película ir, los precios son intocables.
Bueno Josep, ya nos contarás vuestro periplo por las tierras de los Mayas y Aztecas, me encantaría.
Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
Jajaja. Todos somos sufridores pasivos de esos desaguisados cinematográficos que nos cuelan como quien no quiere la cosa, como si fuera lo más natural de mundo, que a veces pienso si nos toman por tontos.
EliminarNo soy de los que ven una película y van a cazar gazapos, que se fijan en detalles que a cualquiera nos pasa desapercibidos. Aun así, en alguna ocasión, sobre todo en series de televisión, he llegado a ver la jirafa, ese palo con el micrófono en su extremo, que digo yo por qué no habrán cortado ese fragmento y vuelto a rodar.
El cine no es barato, desde luego, pero sarna con gusto... Tendrían que rebajar el IVA pero estos gobernantes... En cambio se lo han bajado a las corridas de toros. Pero mejor me callo, por si eres taurina, jeje.
Pues quizá sí me decida a contaron mi viaje a México. Ya veremos.
Un fuerte abrazo y feliz finde, Xus.