miércoles, 4 de enero de 2017

De héroe a villano


Hay detalles que me hacen reflexionar más que otros, simplemente porque me llegan más hondo o me recuerdan hechos importantes para mí. Supongo que como a casi todo el mundo.

Que la vida puede ser muy ingrata es algo que todos tenemos asumido, pues ¿quién no ha sufrido una injusticia que nos ha soliviantado por su arbitrariedad sin poder hacer nada por evitarla? Simplemente la hemos tolerado como un mal menor. Para sobrevivir.

Como ya no tengo ninguna posibilidad de ser objeto de una injusticia o arbitrariedad en mi vida laboral ─donde más se producen─, pues esa vida ya la dejé atrás, ahora me fijo en las que ocurren a mi alrededor. Aquí voy a referirme a un hecho, harto frecuente, que acontece en el mundo del deporte. Si en el ambiente empresarial se habla de despido improcedente, en el deportivo, como la improcedencia se mide por otro rasero, yo lo calificaría como ingrato. Pero no vayáis a creer que voy a hacer un alegato en contra del maltrato laboral en el mundo del deporte, que seguro que también lo hay, sino en cómo un profesional de prestigio puede caer en desgracia en poco tiempo y el papel que en ello juega la afición y los intereses económicos del club al que aquél pertenece.

¿Cuántas veces hemos visto encumbrar hasta lo más alto de la fama y del reconocimiento a un entrenador de futbol o de baloncesto para verlo, al cabo de un tiempo, defenestrado sin piedad? Cuando las cosas van bien, todo son aplausos. Cuando un equipo gana trofeos, su entrenador es laureado, vitoreado, se lo disputan los clubes. Pero cuando ese mismo equipo pierde la imbatibilidad de la temporada anterior, entonces es denostado, es un inútil, incapaz de hacer rendir a sus hombres, los responsables directos de un éxito o de una derrota, y es despedido fulminantemente, sin importar los servicios prestados dignamente durante los últimos años. Es como una pieza dañada, sin posibilidad de reparación, que hay que reemplazar de inmediato. En muy poco tiempo, ese hombre ha pasado de ser el héroe nacional al villano más repulsivo.

No soy un entendido en futbol ni en ningún otro deporte, sólo soy un observador que se pone en la piel del afectado. Y siento pena por él. Diréis que por el dinero que ganan bien pueden soportar el trato recibido. Yo creo que no. Lo que me mueve a escribir estas líneas no es la pena por su futuro profesional inmediato, que seguro que lo tienen resuelto. No es un trabajador despedido en una edad difícil cuya indemnización no le va a sacar del apuro económico en el que se encontrará cuando se le agote el subsidio por desempleo. Lo que esa situación me hace pensar es en lo frágil que puede ser un profesional cuyo puesto y reputación están en manos de una afición y de los directivos de un club que olvidarán los servicios prestados y esa época de gloria que les brindó en cuestión de horas, días o semanas. 

Insisto en que no soy un entendido en la materia y quizá no sepa valorar suficientemente el papel de un entrenador. Para mí, si un músico desafina, la orquesta sonará mal por muy bueno que sea su director. En tal caso, nadie despediría al director, sino al músico.

Posiblemente me meto en un terreno resbaladizo, pero sólo me fijo en lo que, a ojos vista, me parece injusto. Para poner solo un ejemplo reciente de los muchos que hay: Xavi Pascual, hoy ex entrenador del equipo de baloncesto del Barcelona, tras ocho años de una carrera profesional digna de elogio, con multitud de títulos ganados por su equipo (en mayo de 2010 se convirtió en el entrenador más joven de la historia que consigue ganar la Euroliga), se le rescindió el contrato el pasado mes de junio porque en la temporada 2015-2016 no ganó ninguno salvo la Supercopa Endesa 2015 (me he informado, que conste). En pocos días pasó de ser un elogiado triunfador a un censurado fracasado. De ganador a perdedor en un abrir y cerrar de ojos.

No se trata, pues, de dinero ─quizá alguien piense que con lo que ganan algunos entrenadores se cambiarían por ellos incluso en esos instantes─. Yo no. Cuando contemplé la cara y los ojos llorosos de Xavi Pascual al despedirse de los que habían sido sus jugadores durante casi una década, me sentí dolido. Del mismo modo que se puede sentir vergüenza ajena, yo sentí dolor ajeno, pues parecía que de pronto todos los esfuerzos que ese hombre había realizado, habían caído en saco roto y pronto pasarían al olvido.

Obviamente, estas circunstancias son extrapolables a multitud de profesiones y profesionales, incluso en la vida privada. Hasta en el amor. Hoy eres el mejor, mañana el peor. Hoy eres mi hombre o mujer ideal, mañana eres el más imperfecto de los mortales. Pero aunque estos casos no salen en los medios informativos, tienen todos algo en común: que fue bonito mientras duró.



14 comentarios:

  1. ¡¡¡Hola!!!! Totalmente de acuerdo. Aquí nos pasó con un entrenador de fútbol ya fallecido. Manolo Preciado, que subió al Sporting a primera y todos lo adorábamos, y cuando el equipo empezó a fallar se deshicieron de él como de un clinex usado. He de decir que fue la directiva y no la afición, yo asistí a su homenaje en El Molinón, y la afición se volcó con su hijo y con la familia, pero los directivos a los que hizo ganar dinerales al subir el equipo...esos lo borraron.
    Un abrazo.

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    1. Sí, me acuerdo de él y de homenaje que le hicieron. Pero no deja de ser una lástima que homenajeen a alguien cuando ya no está. La fama, para algunos, es efímera pero la injusticia es para siempre.
      Muchas gracias, Marigem, por dejar aquí tu aportación personal al tema.
      Un abrazo.

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  2. Muy cierto Josep Ma lo que comentas, es así parece que de la gloria al olvido se pase en un minuto porque en el ejemplo que relatas es así, es injusto porque se olvida muy rápidamente los años que esas personas han dedicado a sus clubes, a hacerles ganar títulos pero es así en el deporte y en muchos ámbitos profesionales, parece que vales por lo que has hecho solo en el último momento. Afortunadamente no siempre es así y se reconoce a los profesionales el trabajo que han hecho.
    Creo que vivimos cada vez más en una sociedad de usar y tirar y esos valores o mejor, la falta de ellos lo llenan todo, conseguir pensar de manera distinta cuesta.

    Con motivo de los juegos olímpicos del ya año pasado, me acuerdo que un deportista que los conocía y que había vivido varios de ellos me comentó que a veces nos olvidamos de valorar el esfuerzo de todos los deportistas que están allí, parece fácil quejarse de que no han conseguido medallas pero conseguir estar entre los mejores atletas del mundo ya es un triunfo, quedar 4, 5 o 10 es un premio porque muchos ni siquiera han llegado y es cierto que a veces todo lo que no sean las medallas parece que es un fracaso.

    Ahora he recordado una frase sobre lo importante no es llegar a la cima sino disfrutar del camino, a veces nos preocupamos en exceso de la cima.
    Besos

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    1. Si, para algunos la memoria histórica no existe. Sólo se acuerdan de lo inmediato, sólo valoran el presente. Los méritos de toda una carrera profesional no cuenta cuando lo que se quiere es el triunfo a muy corto plazo.
      Como decía en mi entrada, esto también ocurre en otros ámbitos profesionales, en los que tan sólo somos un número y nadie es imprescindible. Los recuerdos son sólo para los nostálgicos. Se dice que la vida debe seguir adelante y no debemos mirar hacia atrás, que es donde quedaron las buenas obras.
      También es muy cierto que no se valora suficientemente el esfuerzo que requiere la preparación atlética para competir, bien sea en unos JJOO como en cualquier otra competición. Sólo vemos los resultados y las medallas pero no el mérito que hay detrás de todo ello.
      Sí, disfrutemos del camino mientras dure.
      Un abrazo, Conxita.

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  3. Estoy de acuerdo con todo lo que dices. Cuando el equipo no funciona el responsable es el entrenador y no es así. El despido o el cese lo hacen los directivos. El dinero no lo es todo, está la dignidad del profesional. El juego es bueno o malo depende de muchos factores. Un abrazo

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    1. En todos los ámbitos de esta vida, cuando todo va bien te dan palmaditas en la espalda, pero cuando las cosas se tuercen, lo que te dan en la espalda son cuchilladas. Esa es la peor injusticia. Siempre he creído aquello de que hay que estar a las duras y a las maduras. Hay tiempos felices y tiempos difíciles, pero en el deporte, donde se juega una gran cantidad de dinero, eso no importa.
      Un abrazo, Mª Carmen.

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  4. Supongo que lo que pasa con el mundo del fútbol ocurre como en la vida misma, pero ciertamente es injusto que un deporte donde se manejan millones y millones de euros y donde el esfuerzo es máximo por parte de un entrenador para que su equipo salga adelante, y supongo que no será nada fácil, es una pena que maltraten o hagan el olvido a alguien que lo a dado todo en un momento dado, y si te he visto no me acuerdo, en fin es una pena, pero la vida del deporte como en otros aspecto de la vida por desgracia es así quizás se debería de valorar mucho mas de cara a la sociedad el papel que juega un entrenador de fútbol hablar mas de ello y que papel juega en un equipo a la hora de ganar o perder su equipo, y menos valorar a Cristiano Ronaldo o otros cuando verdaderamente el importante es el entrenador y no solo un solo jugador o equipo, sería una forma de darle el valor al alama verdadera de un equipo junto a los jugadores, es mi modesta opinión. un abrazo. TERE.

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    1. Hola Teresa. Este mundo del fútbol es realmente extraño. Gente (los jugadores), que ganan a veces una fortuna, no rinden lo suficiente y se le da la culpa al entrenador. A veces, incluso, los jugadores han llegado a boicotear a un entrenador porque no les cae bien o no les trata todo lo bien que ellos creen merecer.
      Yo creo que la deportividad debería existir también en el vestuario y fuera del campo.
      Un abrazo.

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  5. En mi juventud fui una entusiasta seguidora del baloncesto y asistí a varios episodios parecidos al que aquí nos traes. Jugadores y entrenadores que demostraron ser unos buenos profesionales cayeron en desgracia en cuanto los trofeos dejaron de llegar o cuando vinieron mal dadas, entonces los que fueron alabados empezaron a escuchar pitos e incluso insultos.
    No me quiero poner de ejemplo de nada, Dios me libre, pero he presumido siempre de ser una aficionada con buena memoria para recordar los buenos momentos que algunos jugadores y/o entrenadores me hicieron pasar y tenerlos presentes cuando dejan de ser tan efectivos. Siempre he afeado ese tipo de conductas con amigos aficionados también y cuya memoria era más débil que la mía.
    Es completamente injusto pero, por desgracia, es muy habitual. Me temo que no vamos a cambiar, tenemos una memoria muy frágil, Josep.
    Un abrazo.

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    1. No sé si pega mucho decirlo en este contexto, pero siempre he pensado en el refrán que dice "es de bien nacido ser agradecido". En el mundo del deporte deberíamos tratar merecidamente a aquellos que ganaron trofeos para su club y para la afición pero que, llegado un momento de "desgaste", dejan de ser los brillantes jugadores que fueron.
      Un abrazo.

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  6. Es que los seres humanos de ahora somos así: adoctrinados por los medios que quieren vender sus periodicuchos deportivos nos lavan el cerebro para que sintamos como nuestra una idea que en realidad han implantado ella. Y encima, en lugar de razonar la gente se pone a defenderla visceralmente a capa y espada, como si les fuera la vida en ello.

    Y claro, así pasa :(

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    1. Es una pena que haya gente que no sepa pensar por sí misma y siga, como corderos, a la masa enfebrecida e incluso, agresiva.
      Un abrazo, Holden.

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  7. No entiendo mucho sobre el mundo del fútbol, no me hagas mucho caso, pero creo que sí parece que el futbol es un mundo dónde se gana y maneja mucho dinero, amigo JOSEP, aunque también se pasa muy pronto de la fama al olvido y eso es una verdadera pena.

    Muy Feliz Año 2017.

    Un beso.

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    1. Hola María!!
      Yo tampoco es que entienda de fútbol pero sí observo ciertas cosas (esas pagas multimillonarias, ese intercambio de jugadores, que más bien parece tráfico humano, y esos éxitos tan efímeros) que siempre me han llamado la atención y que son las que motivaron a que escribiera esta entrada.
      Gracias por tu presencia y por tu comentario.

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