Eso es lo que dice parte de una cita atribuida al poeta británico Alexander Pope y que, en su totalidad reza así: “Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios”.
La forma interrogativa que me he permitido utilizar se debe a que, en la práctica, llego a dudar de esta aseveración. Y es que uno acaba dudando de aquello que nunca, o casi nunca, acontece. No hace falta que algo sea ley para darlo por cierto, para asumirlo sin rechistar. Solo con verlo es suficiente. ¿Quién pondría en duda, por ejemplo, la ley de la gravedad, aunque ignorara su esencia? El hecho de que todos los objetos caen (por efecto de esa propiedad física) es incuestionable. Del mismo modo, todos tendemos a creer lo que afirma la gran mayoría. Si una gran mayoría lo dice es que será cierto. ¿Acaso la mayoría siempre tiene razón? Bueno, será mejor que lo deje y vuelva al asunto que me ha llevado a escribir estas líneas.
Quede claro que, como decía el poeta, todos podemos errar y debemos ser indulgentes con el prójimo cuando yerra, pues nadie es perfecto. Pero sobre lo que quiero reflexionar en esta ocasión es la falta de rectificación cuando alguien, públicamente, emite un pronóstico y tras equivocarse estrepitosamente, no se digna a disculparse, a excusarse ni, como mínimo, a rectificar.
Alguien definió un economista como un individuo que invierte mucho tiempo en explicar lo que acontecerá para, luego, invertir el mismo tiempo en justificar por qué no ha acontecido lo que había vaticinado. A pesar de que la economía sea una materia basada en las matemáticas, no puede considerarse una ciencia exacta pues intervienen multitud de variables, muchas veces inesperadas, que distorsionan lo que se había considerado más que probable.
La misma definición anterior podría aplicase a los meteorólogos. La meteorología, una rama de la física, tampoco es una ciencia exacta. El meteorólogo basa sus predicciones en una serie de parámetros físicos que están sujetos a variaciones a veces imprevisibles. Ignoro la proporción de pronósticos desacertados en los que el Instituto Nacional de Meteorología, e incluso la NASA, han incurrido a lo largo de su existencia, pero me da la impresión de que debe superar el cincuenta por ciento, cifra que podría ser todavía más elevada si nos refiriésemos a las predicciones a largo plazo.
No soy ni economista ni físico y, por lo tanto, no estoy en condiciones de valorar la gravedad de tales errores. No es este el motivo de este post, como se desprende de su enunciado.
Si ya resulta chocante que, tras una detalladísima y enfática exposición, con todo lujo de detalles, de lo que va a acontecer en un breve periodo de tiempo, la realidad acabe siendo totalmente distinta, lo que no llego a comprender es que quienes se han explayado, muchas veces vehementemente, con tales predicciones nunca, que yo tenga constancia, expliquen, con igual detalle, el por qué de dichos cambios.
Habrá algún espacio dedicado al tiempo en alguna cadena de televisión, quiero creer, en el que el hombre o la mujer del tiempo dé una explicación de lo ocurrido pero debo tener mala suerte porque nunca he sido testigo de ello.
Como vivo en Cataluña, suelo ver este espacio en la cadena autonómica pública (TV3) y en una privada local (8TV), pensando que la predicción será más acertada por ceñirse a un territorio más restringido. Craso error.
Indefectiblemente, la predicción diaria para toda una semana va metamorfoseándose. Lo que el lunes se dijo que ocurriría el miércoles, el martes ya no es así. A medida que pasan los días, la previsión para los siguientes va cambiando progresivamente, de modo que al llegar al esperado fin de semana, el parecido con lo dicho el lunes es inexistente. Insisto en que acepto los errores en tales previsiones, aunque me pese. A muchos –ciudadanos y hosteleros- les ha arruinado un fin de semana en la montaña o en la playa. Una predicción meteorológica desfavorable puede provocar multitud de cancelaciones innecesarias si el tiempo ha acabado siendo bueno. Lo que me irrita no es eso sino la falta de reconocimiento de que la previsión falló por las circunstancias que sean. La Semana Santa es un caso especial. Todo el mundo está pendiente del tiempo y las previsiones suelen hacerse, en vista de las posibles consecuencias, bajo un halo de prudencia. En este caso, la predicción suele ser lo más ambigua o ecléctica posible. Todo puede suceder: nubes y claros, chubascos dispersos, en el interior y en la costa. Pero cuando se trata de una semana cualquiera los cambios de previsión pasan mucho más desapercibidos pues se van produciendo “disimuladamente”, día a día.
Si hiciéramos una fotografía de la secuencia de los mapas secuenciales que nos van mostrando, veríamos que la toma efectuada el lunes, describiendo la evolución semanal, no se parece en casi nada a la del viernes. Si el lunes señalaban un sol radiante en la Costa Brava para todo el fin de semana, el viernes la imagen es de algunos tímidos claros con predominio de un cielo cubierto, pero cuando llega el sábado la previsión pasa a ser de lluvia. Y nadie comenta a qué se ha debido un cambio tan acusado. Simplemente es como si cada día pusieran el contador a cero y realizaran la previsión por primera vez.
No pretendo una autoflagelación, o unas disculpas al más puro estilo oriental, con reverencias y lágrimas en los ojos. Simplemente con decir “ayer dijimos (siempre hablan en plural) que haría sol pero…”. Deben (uso ahora yo el plural porque generalizo) pensar que tenemos amnesia diaria y que cuando nos levantamos ya no recordamos lo que nos dijeron ayer.
No solo se puede sino que se debe rectificar y reconocer que, por el motivo que sea, el pronóstico se ha tenido que modificar o que erraron en la predicción. Si no, ¿qué utilidad tiene ver la sección dedicada a la previsión meteorológica de los informativos? Con esperar al día siguiente y mirar por la ventana sería suficiente. Ante una previsión de una calamidad meteorológica (que, por cierto, parece que algunos disfruten con ello), siempre le digo a mi mujer lo mismo: no te lo creas, esperemos y veamos el tiempo que hará. Muchas veces he estado tentado de comprarme uno de esos barómetros conocidos como el “fraile del tiempo”, Seguro que son mucho más fiables.
Saludos, Josep. Lo mejor para estos casos: tener a mano a alguien aquejado de reumatismo. Son barómetros infalibles. De hecho, creo que los metereólogos deberían sufrir todos reumatismo (ignoro si esta reflexión obedece más a mi deseo de vengarme de esos tipos por tantos y tantos años de predicciones fallidas y de más de un constipado por predecir sol y mamarme una lluvia de campeonato por haberles hecho caso). :P
ResponderEliminarUn abrazo, Josep. Por cierto, creo que mañana va a hacer bueno. ; )
Jajaja. Pues solo hay que echarles una maldición y se acabó. No les deseo ningún mal pero sí se merecen un buen tirón de orejas.
EliminarLo del reumatismo debe de funcionar pues sé de más de un reumático que predice la lluvia con exactitud. Quizá algún día (espero que no) mis huesos se conviertan en un barómetro portátil.
Un abrazo, Pedro, y gracias por la predicción de mañana. Como te equivoques...
Hola!!!!! Yo también he pensado eso en alguna ocasión, especialmente en mi tierra(Asturias), que varias veces han anunciado una Semana Santa catastrófica y al final la hemos pasado en manga corta y al aire libre, y el sector hostelero ha sido el gran damnificado.
ResponderEliminarMuy buena reflexión.
Un abrazo.
Al parecer, éste es un hecho universal. Podríamos decir aquello de que en todas partes cuecen habas. Y en Asturias, mejor que las habas son las fabes. Con una buena fabada asturiana, a mal tiempo buena cara, jajaja.
EliminarUn abrazo.
Jajaja muy bueno yo diría que las presiones de ciertos lobbys acaban decidiendo el tiempo atmosférico que hará y nadie dice nada.
ResponderEliminarNo conozco ese barómetro del fraile pero seguro que acertaba más.
Un saludo
Sólo te diré que los auténticos barómetros están (o estaban, pues no sé si todavía se venden) fabricados con un pelo de caballo. La humedad y la presión atmosférica hacen que aquél se contraiga o se dilate y ese movimiento se transmite al bastoncillo que un fraile de cartón, u otro material, sujeta en sus manos. Así pues, el bastoncillo se desplaza hacia arriba o hacia abajo señalando las distintas opciones atmosféricas que se ilustran en el marco del barómetro.
EliminarHala, ya te he desvelado el secreto mejor guardado del siglo XX, jajaja. Hay quien asegura que es infalible, y no hay que pagar sueldo alguno al fraile porque, además, es de la orden de los franciscanos y éstos tienen a la pobreza como pilar fundamental.
Un abrazo, Conxita y que el tiempo sea bueno por doquier este fin de semana.
Pues yo creo que el mejor barómetro que hay y ha habido siempre, son los huesos humanos, jajaja, sobre todo cuando se llega a una edad. Hoy en gimnasia me dolían un poco las lumbares, y pregunto, sabéis si cambia el tiempo?, y me dicen: sí han dicho que este fin de semana llueve, y claro ahí estaba la causa, jajaja.
ResponderEliminarYo creo que algunas veces aciertan, y no me extraña que no sea así, porque los cambios deben de ser imprevistos. ¡Qué no tengo ningún familiar metereólogo!, jajaja.
Que bien lo escribes.
Un abrazo.
Sí, a mi ya empieza a funcionarme este barómetro personal interno, jaja. Y funciona sin pilas!
EliminarSupongo lo que hacen los meteorólogos es consultar la información que les ofrece el Instituto Nacional de Meteorología o algún otro centro u observatorio. No me imagino a cada uno de ellos haciendo sus cálculos y elaborando sus propios mapas del tiempo. Así pues, el error no es suyo sino de origen.
De lo que me quejo es de la falta de explicación del por qué no se ha producido lo que dijeron que se produciría. Donde dije digo digo diego.
Muchas gracias, siempre es un placer encontrarte por aquí.
Ha habido mucha polémica por este tema...yo suelo mirarlo por internet en varias páginas y es gracioso ver como en cada una de ellas dice algo diferente. Suelo usar el meteocat radar para ver la previsión del día. Aunque a veces es increíble lo rápido que llegan las nubes de una punta a otra! Imagino que no debe ser fácil. La naturaleza es imprevisible y más desde el temido cambio climático...
ResponderEliminarUn abrazo!
En efecto, Aida, la naturaleza es cada vez más imprevisible. Creo que, en realidad, los programas informaciones meteorológicos deberían llamarlos "la imprevisión del tiempo".
EliminarMuchas gracias por venir a leer mis pequeñas reflexiones y por dejar tu opinión.
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo contigo, Josep: el tiempo casi siempre es el que es y no el que está previsto. Yo no sé si la gente en general hace mucho caso de las previsiones metereológicas, pero en mi experiencia lo mejor es consultarlas justo la noche antes del viaje planificado y aún así contar con que solo es una aproximación de lo que pasará. La de veces que he cargado yo con el paraguas para nada...
ResponderEliminarAh, y por supuesto, de excusas o explicaciones nada de nada. "Se siente", pensarán ellos :P
Un abrazo y feliz viernes!!
Muchas gracias, Julia, por compartir tu opinión y experiencias meteorológicas.
EliminarYo creo que la mejor forma de evitar que llueva cuando tenemos una salida planeada y el tiempo está "rarito" es llevar el paraguas. A veces parece que sea un amuleto contra la lluvia. Si lo coges, no llueve pero si te lo dejas en casa, entonces vas a saber lo que es bueno.
Un abrazo y feliz finde.
Desde luego es cierto, porque se equivocan muchisímos y yo muchas veces me he planteado eso mismo, que poco cuesta dar una explicación, porque es eso, las consecuencias las sufrimos todos, pero especialmente los que sueñan con sus vacaciones y ven como su maleta la han llenado de ropa de invierno y luego hace calor o a la inversa o anuncian sol y no tienes ni chubasquero ni paraguas, y por supuesto no digamos los hosteleros y demás, en fin que como tú bien dices no es una ciencia exacta, pero al menos podian pensar un poquito en los demás, por su bien y el nuestro. Y si como tú bien dices mas vale mirar por la ventana que es mas fiable, yo siempre digo que hasta que no lo vea no me lo creo.
ResponderEliminarDecirte que echo de menos la TV3, se veía en la Comunidad Valenciana hasta que dejaron de dar señal, era una televisión que me gustaba por sus programas de coloquios, y sobre todo por el tiempo precisamente, aunque luego nos íbamos como tú al Canal 9 (Televisión autonómica que no emite ahora, la cerraron) y eran muy distintos.
Un abrazo y perdona el rollo. TERE.
De rollo, nada, Teresa. Me gusta mucho conocer el parecer y las experiencias ajenas, sobre todo las anécdotas. Y hablando de anécdotas, hay una que, si es real, es buenísima (ahora el rollo lo voy a soltar yo):
EliminarA finales de los noventa, el encargado de las noticias del tiempo era un tal Alfred Rodríguez Picó. Pues bien, un día dejó grabado el espacio del tiempo que se emitía por la noche, con la misma previsión que había dado al mediodía, una previsión de un tiempo magnífico. Pues hallábase el hombre, unos minutos antes de esa emisión, atascado con el coche en la Ronda del Litoral de Barcelona, porque estaba cayendo un aguacero de los que hacen época. Evidentemente no le dio tiempo a volver a los estudios para hacer el programa en directo. De este modo, mientras su imagen grabada decía por la pantalla que seguiría haciendo un tiempo magnífico y que la noche sería serena, Barcelona se inundaba. Las malas lenguas dicen que lo despidieron fulminantemente. El caso es que ya no salió más por TV3.
Espero que en la Comunidad Valenciana, al igual que en "ses illes", podáis volver a ver TV3. Los políticos siempre tienen que "liarla".
Un abrazo.
Hola, Josep. Coincido plenamente con Pedro Fabelo: tener a un reumático cerca es el mejor barómetro. Aquí somos dos, Fibi y yo, así que cuando va a llover lo sabemos enseguida :)
ResponderEliminarSi miras en diferentes páginas de meteorología, nunca ves los mismos datos, es algo increíble. Mi padre tenía uno de estos "frailes" (exacto al que muestras) y funcionaba muy bien. Me ha recordado muchísimo a él.
Un beso enorme
Hola Chari!
EliminarDesde luego no hay nada mejor que los métodos "naturales" o artesanales.
La gente de campo, aun sin estudios, sabe predecir el tiempo mucho mejor que cualquier programa científico, jajaja.
Tendremos que meter en un mismo bote a los economistas, meteorólogos y políticos. No hay que creer lo que dicen. jeje
Otro beso enorme y a disfrutar del fin de semana paseando con Fibi.
jajajja y si te contara en Canarias llevas mucha razón debería reconocer su error uufff pos claro que si tu título mejor imposible un beso y feliz finde desde mi brillo del mar
ResponderEliminarY eso que en Canarias tenéis generalmente un clima más benigno y estable.
EliminarMuchas gracias, Bea, por traer hasta aquí tu brillo del mar.
Un abrazo.