Atravieso montañas y valles
cambio de paisaje y de estaciones
piso con placer la hojarasca y el barro
recibo la lluvia en mi cara curtida
por el paso del tiempo.
Miro las nubes que observan mi deambular
por este largo camino
que de tu mano se hace más placentero.
Ni el mar me detiene
rumbo a poniente
dejando atrás estelas de espuma agitada
y recuerdos de puertos abandonados
tormentas y nieblas vencidas
viajo con el sol templándome la cara.
Tras el ocaso, el amanecer diáfano
abre horizontes ignotos y lejanos
llenos de esperanza.
Dos almas surcando nuevos mares
alcanzando metas, infatigables
viviendo nuevos sueños, nuevas vidas
llenas de abrazos de ida y vuelta
de alegría inagotable
de ternura sin fin
con compañías acogedoras
con amor sin prisas
viviendo sin abandono ni soledad.
A esto le llamo felicidad.
La felicidad sencilla de lo cotidiano, de los que saben gustar el gran viaje de la vida. Llena de aventuras inimaginables y sorprendentes. Y sobre todas las cosas la compañía grata del que nos acompaña con su acogedora sonrisa y su firme mano. El amor como salvoconducto para que el viaje prosiga y no se acabe nunca...Pues más allá del horizonte, no sabemos bien lo que nos espera.
ResponderEliminar¡Preciosa reflexión! Josep. Recibe un abrazo.
Alguien dijo que lo importante no es llegar a la cima sino disfrutar del camino andado hasta ella. Según cómo y con quién se ande, este camino puede resultar un infierno o un lecho de rosas.
EliminarMuchas gracias, Francisco, por tu visita y tu inestimable comentario.
Un abrazo.
Bueno, ¡no me lo puedo creer!, si anoche desde el móvil cuando estaba en la cama te dejé un comentario aquí, jajaja, pues no le daría a publicar, ¡pues que rabia!, porque empezaba yo muy efusiva aplaudiéndote
ResponderEliminarpor este poema que has dejado lleno de paisajes en esa felicidad cotidiana que está latente, sino no hay ningún problema que la empañe.
Me ha gustado mucho Josep, podías regalarnos más versos de vez en cuando porque sin duda haces una buena pintura con ellos.
Mis felicitaciones, aunque no sea una persona demasiado entendida... me gusta lo bonito.
Un abrazo y feliz noche.
Por las noches, Elda, los móviles no son de fiar, pueden comportarse como espectros, jaja
EliminarGracias por tu crítica tan positiva para con mi poema. Y ello me congratula de forma especial porque, aunque digas lo contrario, como escritora de bellos y sentidos poemas, estás mucho más capacitada que yo para dar una opinión.
Un abrazo.
Eso es la felicidad, el abandono total de las corazas que nos obligamos a ponernos cada día.
ResponderEliminarEl apartar los miedos para mostrarnos tal cual somos, el sentir que el que forma parte de tu camino entiende cada paso dado. Seguir y no recular, reír, llorar, emocionarse. Pero sobretodo la sencillez de entender que no necesitamos más de lo que somos.
Realmente precioso y lleno de imágenes, de vida.
Un abrazo Josep Mª, me ha encantado.
Te agradezco, Irene, esas palabras tan bellas para describir lo que, a mi modo todavía bastante limitado en cuanto a poesía se refiere, mi sentir acerca de lo que la vida ha sido, es y espero que sea hasta dar por terminada mi estancia en este mundo físico.
EliminarUn abrazo.
La felicidad de gozar la vida con esos pequeños grandes instantes, abarcando las sensaciones que nos proporcionan los sentidos expuestos al entorno, y como todo ello se multiplica, crece y se expande cuando, dicha felicidad, es compartida con otro ser, que del mismo modo que se manifiesta el mundo, nos une en un solo y imperecedero ente de amor y camino, la vida en sí misma.
ResponderEliminarMuy grande Josep Mª... Inspirador, evocador, especial.
¡Abrazo, Compañero!
Muchísimas gracias, Edgar, por este sentido y entrañable comentario. La vida está llena de sorpresas, positivas y negativas pero la forma de percibirlas y, sobre todo, de afrontarlas depende mucho de la actitud de cada uno y del apoyo, moral y sentimental de quien decide acompañarte en ese largo y, a veces, tortuoso camino.
EliminarUn abrazo.