Muchas veces evitamos recordar para no llorar. No queremos recordar para que no afloren sentimientos que habíamos congelado. Porque la vida sigue y no queremos volver la vista atrás para contemplar lo que hemos perdido.
Cuántas frases dejamos en el aire. Cuántas palabras se quedaron sin pronunciar y ahora desearíamos decirlas cuando ya es demasiado tarde. Sientes el deseo de decirle “te quiero” cuando sus ojos no volverán a mirarte. Esos ojos que se cerraron en tu ausencia mientras estabas durmiendo, poco antes de que te despertara el teléfono porque te llamaron del hospital para decirte que ya se había ido. Y cuando le volviste a ver, lo que tenías ante ti ya no era él o ella sino algo más parecido a un muñeco de cera que ya no te volvería a contar aquellas historias, mil veces repetidas, a las que ya apenas prestabas atención por conocidas y porque su memoria le jugaba malas pasadas y trastocaba la realidad.
Y solo pensamos en ello cuando ya no están y quisiéramos que todavía estuvieran. Cuando les añoramos. Pero lo peor de todo es que si volviéramos al pasado, si tuviéramos una segunda oportunidad, posiblemente cometeríamos el mismo error. Quizá preferimos no pensar en ello, para no sentirnos más culpables todavía. Porque la vida sigue y no queremos volver la vista atrás para contemplar nuestros errores y nuestros vacíos.
¿Acaso solo somos capaces de sentir y dar amor a los que ya no están para recibirlo?
Digamos “te quiero” ahora que todavía no es demasiado tarde.
Díselo ahora, todavía estás a tiempo.
Fantástico amigo, me he sentido quizás identificado con ello, supongo que no soy el único al que le ocurre, pero cuando aún se está a tiempo, la reflexión adquiere más sentido si cabe.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo (y por ello he querido plasmarlo por escrito) que esta situación es harto frecuente, más de lo que debería ser. Quien más quien menos ha experimentado un sentimiento de pérdida y de culpa por no haber sabido aprovechar el tiempo amando y diciendo "te quiero" a nuestros padres y seres queridos.
EliminarMuchas gracias, Geus, por tu visita y tu comentario.
Un abrazo.
Me he sentido bastante identificada con esta reflexión. Hay que decir las cosas cuando hay tiempo, no se puede volver atrás. Muchas experiencias vitales tienen que ver con decir las cosas o no.
ResponderEliminarSigue así.
Un beso!
Bienvenida, Rachel, a este rincón para la reflexión.
EliminarComo le decía a Geus, muchos se sentirían identificados con lo que he expuesto. Al parecer, y por desgracia, es humano (y como tal imperfecto) olvidarnos de quienes tenemos a nuestro lado sin decirles un "te quiero" porque, simplemente, lo damos por supuesto.
Agradezco tu visita y tus palabras.
Un abrazo.
Excelente reflexión, amigo. No puede ser más certera. Me voy a poner a repartir "te quiero" sin censura lo antes posible. Con lo bien que sienta decirlo y que que te lo digan. Qué bobos somos a veces.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hay quien le da vergüenza decir un "te quiero" como, si de este modo, se sintieran más vulnerables o infantiles. A otros se nos olvida decirlo porque la monotonía de la vida materialista no aleja de la vida sensitiva. No abrimos nuestro corazón y soltamos nuestros sentimientos más profundos por simple pereza u olvido.
EliminarTampoco para el amor hay que dejar para mañana lo que puedas hacer y decir hoy.
Me alegro que esta reflexión te haya resultado útil y, sobre todo, me alegrará que la pongas en práctica.
Un abrazo.
Qué bonita entrada de blog, Josep, y qué cargada de razón está! Nuestros mayores han hecho mucho por nosotros, pero cuando llega nuestro momento de corresponder estamos demasiado ocupados o demasiado cansados para mostrarles nuestro agradecimiento y nuestro cariño. Hay que pensar que no siempre estarán aquí, desgraciadamente, y es mejor no dejarnos pendiente ese "te quiero" tan especial. Gracias por un texto tan reflexivo y hermoso!!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz miércoles.
Muchas gracias, Julia, por tus comentarios.
EliminarEs realmente paradójico que la vida no os deja tiempo para vivirla con la intensidad necesaria para sentirnos vivos, para que esta vida tenga sentido para nosotros y para los que nos rodean. Trabajamos para vivir y no vivimos. ¿Cuántas veces nos hemos hecho estas reflexiones y n las ponemos en práctica? ¿Cuántas frases sabias y reflexiones no habremos compartido en Facebook y luego quedan en el olvido?
Repetimos el famosos Carpe Diem y luego no vivimos el presente y solo pensamos en el futuro. Y cuando ese futuro se ha convertido en presente nos reprochamos no haber aprovechado el tiempo pasado en ser felices y hacer felices a los demás.
Un abrazo.
Que razón tienes. La vida y nuestras obligaciones nos ahogan tanto que nunca nos acordamos de dedicarle un poco de atención a aquellas personas que nos echan de menos cada día y nos piden una y otra vez que vayamos a verlos. Piensas otro día, ya habrá tiempo más adelante pero se pueden ir y no volver en cualquier momento. Buen consejo a seguir tu escrito. Saludos!
ResponderEliminarTodos pecamos o hemos pecado de desidia. Siempre dejamos para mañana lo que deberíamos hacer hoy. Para el amor, mañana puede ser demasiado tarde.
EliminarMuchas gracias, Aida, por tu presencia y tu comentario.
Un abrazo.