Hoy he tenido un sueño.
He soñado que la justicia era igual para todos, sin distinción de raza, credo ni condición económica y social.
He soñado que todos los políticos eran honestos, decían siempre la verdad, velaban por el bien común y, si erraban, reconocían sus faltas, se arrepentían y acataban la ley cumpliendo la condena sin prebendas ni favores de ningún tipo.
He soñado que no había mujeres maltratadas que perdían la vida a manos de asesinos, sus parejas actuales o pasadas, movidos por el desdén, el odio, los celos o un perverso deseo posesivo.
He soñado que la xenofobia, los prejuicios raciales, sexuales y religiosos se habían erradicado.
He soñado que nadie era despreciado ni marginado por su forma de pensar, por su ideología política; que la democracia no era solo una palabra biensonante en boca de ciudadanos políticamente correctos sino una realidad.
He soñado que el diálogo se imponía a la disputa y la cerrazón, el sentido común al despropósito y el consenso a la imposición.
He soñado que las leyes eran justas, que justicia y legalidad iban de la mano y que las normas estaban para servir al ciudadano y no al revés.
He soñado que la libertad de expresión no era un subterfugio para insultar, ofender, calumniar y dañar la imagen de quien nos cae mal, piensa de forma distinta o representa aquello que no nos gusta.
He soñado que había trabajo para todos, que los jóvenes preparados no debían emigrar, que no existían los contratos-basura, que los salarios eran justos y no se explotaba clandestinamente a trabajadores aprovechándose de su necesidad de supervivencia. Y las mujeres tenían igual salario que los hombres, realizando las mismas tareas, y ninguna mujer trabajadora era objeto de acoso sexual.
He soñado que la riqueza se repartía equitativamente por todo el planeta, no había distinción entre países ricos y países pobres. El tercer mundo había desaparecido. No había empresarios que, movidos por la codicia y ávidos por enriquecerse, externalizaban la producción a países en los que utilizaban mano de obra barata y explotada y que, para acrecentar aún más su capital, evadían pagar impuestos e invertían sus ganancias en paraísos fiscales.
He soñado que el dinero público solo servía para invertirlo en los bienes y servicios para los que había sido recaudado, sin desviaciones fraudulentas, y que las corruptelas y maquinaciones entre empresarios y políticos habían pasado a la historia.
He soñado que en las escuelas no había alumno/as que sufrían bullying por parte de sus compañero/as, por culpa de su físico, su forma de ser u orientación sexual.
He soñado que no había sublevaciones contra regímenes dictatoriales, porque estos ya no existían. No había guerras genocidas por cuestiones religiosas, ni por cuestiones económicas, ni para alimentar la industria armamentística, ni para acabar con la oposición, ni para reivindicar y ocupar territorios.
He soñado que no existían los extremismos religiosos ni facciones armadas que, en defensa de una fe, llevaban a cabo cruzadas sangrientas para exterminar a los que consideraban infieles y contrarios a sus preceptos.
He soñado que ninguna religión, creencia o ideología sometía a sus fieles a imposiciones que atentaban contra su integridad física o moral. El burka, la ablación, la esclavitud sexual ya eran cosa del pasado. Ya no se adoctrinaba a nadie ni se le instruía para matar a su adversario ideológico. Todas las religiones eran tolerantes con las demás.
Y creo haber soñado que todos los hombres y mujeres sabían vivir en paz y armonía. Habían aprendido de sus errores y de los de sus antepasados.
Pero, por desgracia, solo ha sido eso, un sueño.
Imagen: Martin Luther King Jr, quien, en un discurso pronunciado el 28 de agosto de 1963 en Washington a favor de los derechos civiles, dijo la famosa frase "Yo tengo un sueño (I have a dream)"
Uffff no sabría por donde empezar. La verdad es que sueñas con tantas cosas que parecen tan imposibles que todas ellas se hagan realidad... pero ten por seguro que no eres el único soñador. Un besillo.
ResponderEliminarSi, María, soñamos muchas cosas inalcanzables. Por eso a quien piensa que algo imposible puede hacerse realidad le llaman soñador.
EliminarSoñar es de la pocas cosas para las que no necesitamos permiso de nadir.
Un beso.
Te iba a decir: ¡Josep, despierta! pero ya he visto que despertaste, jajaja.
ResponderEliminarMejor tomarlo con humor porque esto que soñaste ni la mínima parte se hará realidad. Creo que soy más realista que soñadora en estas cuestiones.
Como siempre un placer.
Un abrazo y buen fin de semana, y ¡feliz día del padre!
A todos nos gusta soñar cosas agradables. Lo malo es cuando despiertas y compruebas que solo fue un sueño y que la realidad es muy distinta.
EliminarLo único que nos queda, pues, es soñar mientras podamos.
Que pases también un feliz y soñador fin de semana y gracias por la felicitación,
Un abrazo.
Si Martkn Luther King estuviese entre nosotros estoy convencido de que suscribiría todos tus sueños, los haría suyos.
ResponderEliminarY hay que soñar siempre por muy difícil que sea alcanzar esos sueños.
Un abrazo
Yo creo, Juan Carlos, que la lista de sueños sería interminable si pidiéramos seguir soñando indefinidamente. Soñar con imposibles es, sin embargo, frustrante, pues al despertar te das de bruces con la cruel realidad y te sientes impotente ante tanta injusticia.
EliminarUn abrazo.
Y yo Y yo ... cuantas cosas lindas sueñas, tú .....una frase eternamente bella, la inmortalizó me gustaría una justicia igualdad para todos !!, entrañable entrada un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarLos sueños de Martin Luther King acabaron con su vida. Quiso que sus sueños se hicieran realidad pero el odio racista de la supremacía blanca, que no estaba dispuesta a conceder libertades y derechos a los negros, hizo que una bala le impidiera seguir soñando. Pero para esto estamos los demás mortales, para seguir soñando aunque no alcemos la voz como él lo hizo.
EliminarUn abrazo.
Esos sueños no solo tú eres el que los sueña, yo creo que muchos de nosotros, deseamos que esos sueños se cumplan, no eres el único, pero es tan complicado y no debería serlo, pero lo es, pero bueno la esperanza y la ilusión en un mundo mejor, en un mejor horizonte, pienso que nunca hay perder esa ilusión, ese horizonte, mientras sigamos soñando que no perdemos nada ¿no te parece? hay tanto que cambiar, pero ya no solo por nosotros, si no por las generaciones venideras. un abrazo. TERE.
ResponderEliminarSin duda todos soñamos, Teresa, unos más que otros, pero soñamos, incluso despiertos. Nos imaginamos cómo sería la vida, nuestra vida, si las cosas fueran distintas. Lo malo es cuando no podemos cambiarlas, por mucho que lo deseemos, porque no dependen solo de nuestra voluntad, y cambiar el status quo implica luchar contra las grandes potencias, los poderes fácticos, las multinacionales, con todo el mundo. Son unos enemigos muy poderosos y no tenemos armas suficientes para combatirlos. Entonces solo nos queda el derecho al pataleo, y mi pataleo son mis sueños, que son los mismos que los de cualquier ser humano con un mínimo de humanidad.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado el texto, Josep Mª! Por desgracia todo eso ha sido un sueño, porque de ser real, viviríamos en un mundo mejor y maravilloso, lleno de luz. Ahora también la hay, aunque para nuestra desgracia está constantemente ensombrecida por la avaricia, la codicia, la mezquindad, las guerras y la falta de escrúpulos. No obstante sigo teniendo fe en que cada vez son mas las personas que cedemos más ante los buenos deseos que ante los malos, pese a ser humanos y poder cagarla algunas veces. Un abrazo! ; )
ResponderEliminarSolo con que, poco a poco, se fueran despejando esos negros nubarrones para ir dando paso a la luz, solo con que algunos de esos sueños se fueran haciendo realidad, ya podríamos cantar victoria.
EliminarMuchas gracias, Ramón, por compartir esos sueños tan bellos como aparentemente irrealizables.
Un abrazo.
Que maravilla de sueño , si eso se haría realidad viviríamos en un mundo como el paraíso. Quizás fue ese error de Adán y Eva quien ha hecho que los hombres no podamos vivir en paz en este mundo, que no sabemos ni conservarlo para todos por igual. Un abrazo
ResponderEliminarPor desgracias, María del Carmen, el hombre no es merecedor de haber poblado un planeta en el que solo ha sabido crear discordia y maltratarlo hasta dejarlo herido de muerte.
EliminarEl odio y las guerras fraticidas no son solo cosa del presente. El hombre ha dado pruebas de su inhumanidad desde hace miles de años.
Un abrazo.
Tus sueños son maravillosos, pero muy muy difíciles. Los comparto todos, y espero que poco a poco las nuevas generaciones sean educadas de forma adecuada y las cosas cambien.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz finde.
Sueños inalcanzables, lo sé, por eso son tan bellos. Pero, por lo menos, soñar no está prohibido y podemos explayarnos imaginándonos que vivimos en un mundo feliz. Así, mientras dura el sueño, somos felices.
EliminarUn abrazo, Gemma, y feliz domingo.
Bonitos sueños Josep Mª, ojalá no solo fueran sueños y sí cada vez más cercanos a la realidad, pero al menos aún nos quedan los sueños.
ResponderEliminarUn beso
Los sueños tiene su función; sirven de desahogo y nos ofrecen unos efímeros momentos de satisfacción y felicidad. Lástima, efectivamente, que solo sean sueños. Si, por lo menos, alguno se cumpliera...
EliminarBesos, Conxita.
I have a dream,... un sueño que me hizo volver a tener esperanza, que lo que soñé un día se hizo realidad, un sueño en el que, por fin, "la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad", se hacía realidad.
ResponderEliminarQuizá si todos los hombres y mujeres de este planeta soñáramos juntos en esos mismos ideales, podríamos despertar algún día y verlos cumplidos. Quizá esa utopía llegue a ser realidad en un futuro, que se me antoja muy lejano.
EliminarUn abrazo, amigo.
Soñar siempre es bueno, aunque la mayoría de las veces esos sueños no se cumplan. Creo que hay que tener amplitud de miras y desear mucho. Sigue soñando, Josep, y espero que tus sueños sean tan ambiciosos como los que nos traes aquí, eso demuestra cuán inconformista y generoso eres.
ResponderEliminarYo te secundo.
Un abrazo.
Ojalá con los sueños también se cumpliera aquello de que "la unión hace la fuerza". Si fuéramos muchos los que sonáramos con los mismos ideales, a lo mejor se acababan cumpliendo. Pero el mundo de los sueños es tan irreal como la vida misma :)
EliminarGracias por secundar mis deseos.
Un abrazo.