martes, 14 de febrero de 2017

¿El tamaño importa?


Si no fuera por la imagen que ilustra esta entrada, podríais haber pensado que me estoy refiriendo a un atributo sexual masculino. Disculpad que haya jugado por un momento a la confusión con este término. 

A lo que voy a referirme, sin embargo, es a otro atributo físico masculino, éste visible a simple vista: la estatura, que, a fin de cuentas, es el tamaño corporal. También podría haberme referido a objetos cuyo tamaño importa a bastante gente, como el televisor, el coche, la casa, o cualquier otra cosa que provoque la envidia del prójimo envidioso. Pero he elegido la estatura porque, en más de una ocasión, sobre todo en mi adolescencia, me produjo una gran envidia y algún que otro inconveniente. 

¿La estatura realmente importa? Si me remito a las pruebas, sí, y mucho. Especialmente en los hombres, debo reiterar. La mía, por cierto, es más bien modesta. Mido, o por lo menos medía en mi juventud, 169 cm., estatura que fue, en su día, un impedimento para ligar con ─y ser correspondido por─ las chicas que eran más altas que yo, aunque solo fuera por culpa de sus tacones. Es lógico, pues, que trate este tema desde el punto de vista de quien se ha sentido “bajito” toda su vida, aunque con el tiempo llegara a perder importancia. 

Es bien sabido y perfectamente asumido que las mujeres prefieren a los hombres altos y, si no es mucho pedir, fornidos. Solo hay que ver a la mayoría de parejas. Pero si esta cuestión tan evidente me ha vuelto a llamar poderosamente la atención ha sido gracias a un programa de televisión sobre citas a ciegas. Que conste ─no vayáis a pensar mal─ que no soy un seguidor habitual de los programas del corazón, más bien abomino de ellos, pero el zapping me llevó un día hasta este programa y la curiosidad me pudo durante un cierto tiempo. Así pues, de su visionado, parcial y alternado, he podido volver a reparar en lo extremadamente importante que resulta este rasgo físico para una mujer. En dicho programa, una mayoría aplastante de mujeres, cuando se les pregunta por su prototipo de hombre, mencionan en primer lugar su estatura, seguido de una retahíla de otras cualidades. Pero la estatura figura casi siempre en primer lugar y como una condición sine qua non. Y cuanto más alto, mejor. Así podrá calzarse unos zapatos con tacón de aguja sin superarlo en altura, más de una ha añadido.

Pero no son solo las adolescentes las que expresan esa preferencia ─una edad en la que predomina la atracción física sobre otras consideraciones─, sino que mujeres maduras (pues en dicho programa la franja de edad es muy amplia), también prácticamente en su gran mayoría, dejan bien claro que su pareja tiene que ser alta, o por lo menos más alta que ella. Cada vez que oía cómo expresaban esta preferencia no podía evitar tener la sensación de que se estaba valorando a un ser humano por su tamaño, como el que compra un objeto o un cerdo. Cuanto más grande mejor. 

Ya sé que este, llamémosle, prejuicio, no es exclusivo del sexo femenino, pues muchos hombres se sentirían acomplejados junto a una mujer que les sobrepasara en estatura. Ni la antropología ni la genética humana son mi especialidad, pero de algún modo llevamos impreso en nuestro código genético unos condicionantes que se expresan como preferencias estéticas que, en realidad, responden a unos requerimientos para el apareamiento, heredados de nuestros ancestros y que se han mantenido más o menos inalterados a lo largo de la evolución. Los especialistas en la materia afirman que, por ejemplo, el hombre se siente más atraído por una mujer de caderas anchas porque ese rasgo indicaba una mayor fecundidad. Del mismo modo, la mujer, inconscientemente, busca en un hombre más alto y corpulento la seguridad y la protección que los hombres primitivos ofrecían a las mujeres del clan. Pero no pretendo aquí hacer un estudio biosociológico, para el que no estoy mínimamente preparado. Solo pretendo reflexionar sobre un hecho que deberíamos cuestionarnos: si podemos modificar estos moldes sociales heredados y/o impuestos. ¿Que el físico es importante a la hora de buscar pareja?, no cabe duda. ¿Que cada uno/a es libre de elegir como tal a quien le parezca?, faltaría más. Solo deseo señalar que quizá estamos demasiado imbuidos por prejuicios absurdos que, al margen de esa herencia milenaria, nos vienen impuestos y reforzados por una sociedad manifiestamente superficial. 

Salvando, pues, las escasas excepciones, que a mi parecer confirman la regla, la pareja “ideal” debe estar en primer lugar constituida por un hombre más alto y algo mayor en edad que su pareja femenina. ¿Acaso unos centímetros pueden ser una barrera infranqueable para que dos personas se amen? ¿Cuántas personas habrán perdido la oportunidad de hallar al hombre o a la mujer de su vida por haberse dejado llevar por ─o por no haberse atrevido a romper con─ esa exigencia? ¿La dimensión humana es directamente proporcional a la física? Por supuesto que no, pero la gente sigue mirando con curiosidad y extrañeza a una pareja cogida de la mano en la que ella le sobrepase a él un maldito palmo. 

¿A alguno/a de vosotros/as la diferencia de estatura os ha supuesto un inconveniente a la hora de buscar y formar pareja? ¿Creéis que la estatura importa?


18 comentarios:

  1. ¡¡¡Hola!!!! Me gusta la reflexión. Yo mido 1,70 y me gustan los tacones así que soy de las que iba en pandillas con unos cuantos chicos más bajitos que yo y la verdad es que no me importaba, pero la verdad nunca tuve un novio que fuese más bajo, aunque no creo que fuese por la estatura, miraba otras cosas. Mi marido es alto, pero cuando vamos a eventos y me pongo tacón soy como él, y aunque fuese más alta me daría igual. Mi hijo es muy alto y ha salido con chicas muy bajitas, jejeje, y eso tampoco es muy "estético" pero mientras ellos sean felices...
    De todas formas te doy la razón, la gente mira raro a parejas donde la chica es más alta.
    Un abrazo.

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    1. Pues me parece muy bien que no descriminaras a los componentes de tu pandilla por su estatura. Quizás a más de uno de esos chicos más bajitos que tú le "molaras" y no se atrevió a decirte nada por miedo a recibir calabazas, jaja
      Lógicamente buscamos como posible pareja a quien pueda tener afinidades con nosotros y entre esas coincidencias o similitudes están ciertos rasgos, incluso físicos. Pero del mismo modo que no debería importar el color de la piel, tampoco debería ser un impedimento la estatura.
      Muchas gracias, Gemma, por tu aportación.
      Un abrazo desde un centímetro más abajo.

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  2. Sí importa y mucho amigo. Al menos a ellas les importa. Al menos hay muchas más chicas bajitas de las que se puede echar mano. Pero es interesante esa cuestión que planteas, qué tal que has dejado ir al amor de tu vida por un asunto de estatura.
    Abrazos Josep

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    1. Las chicas bajitas lo tienen mucho mejor, tiene más probabilidades de encontrar pareja sin que esta, por alta que sea, las rechace por no cumplir con la diferencia de estatura "reglamentaria". A la vista de la gente, no es lo mismo un chico muy alto con una chica bajita que al revés.
      Y sí, resulta muy decepcionante que te miren desde arriba con cara de estar pensando "tío, no tienes nada que hacer con este pedazo de mujer", jeje
      Un abrazo. Gildardo.

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  3. Hola Josep, yo no he tenido problema al ser corta de estatura, y aunque solo fuera unos centímetros, normalmente me pasaban, pues de lo contrario habrían sido casi enanos, jajaja.
    He recordado leyendo este relato ese dicho... burro grande, ande no ande, jajaja, así somos de brutos.
    Ahora en honor a la verdad, los hombres altos lucen más, exactamente como las mujeres.
    En fin, que lo superfluo ha estado y está a la orden del día, sobre todo en la primera vista.
    Un placer la lectura Josep.
    Un abrazo.

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    1. Jajaja, Bueno, Elda, en vuestro caso esto se resuelve poniéndoos unos taconazos y Santas Pascuas. Pero nosotros, con alzas en los zapatos como que no quedaría muy bien.
      En mi tierra también tenemos un dicho sobre la estatura del hombre pero más bien en contra. No te la traduciré porque perdería la rima y porque seguro que lo entenderás muy bien: "Com més alt, més animal". En cambio, hay otro que alaba a las mujeres bajitas diciendo algo así como que en el tarro pequeño se guarda la buena confitura, que viene a ser lo mismo que el perfume en frasco pequeño se guarda.
      Claro está que todos los extremos son malos y tienen sus inconvenientes, ni muy muy alto ni muy muy bajo. Pero lo importante, como pretendía señalar aquí, no se mide en centímetros.
      Muchas gracias por comentar.
      Un abrazo.

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  4. Buena reflexión Josep Mª que se puede aplicar a la estatuta y a muchos atributos físicos. Desgraciadamente se valora a las personas por la apariencia y especialmente en esos programas que mencionas dónde solo cuenta el escaparate exterior. Con la edad uno se va dando cuenta que lo que importa aunque suene a mito está en el interior de las personas y hay personas y personas.
    Un saludo

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    1. Hola, Conxita. Evidentemente no solo la estatura es un atributo que alguno/as tienen en cuenta a la hora de fijarse en un/a candidato/a a formar pareja. Podría haber recurrido, por ejemplo, a esos hombres que lo primero que ven en una mujer es el escote y que -algunos lo han mencionado claramente en ese programa que menciono- le dan más importancia al busto que al cerebro.
      Afortunadamente, con la edad se van abandonando esos estereotipos pero es en la juventud, momento especialmente activo en la búsqueda de pareja, cuando más se manifiestan y se sufren esos prejuicios.
      Un abrazo.

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  5. A mí nunca me ha supuesto un problema y tampoco soy un jugador de baloncesto, 173 centímetros de varonil apostura. Pero admito que llevas toda la razón: en las apps estas que hay ahora para conocer gente muchas hembras ponen su estatura y especifican que ni se van a plantear conocer a hombres más bajitos. Ellas se lo pierden: personalmente a mí es un detalle que me importa más bien poco.

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    1. Estas apps son escaparates en los que se exponen cuerpos y a través de las cuales se realizan transacciones en busca de la pareja "ideal", basándose en gustos y/o exigencias personales. Es como comprar online, por catálogo. No tengo absolutamente nada en contra. Cada uno que lo haga a su manera y si ambas partes están de acuerdo, pues nada que objetar. Pero, simplemente, no me parece el modo idóneo de encontrar una persona con la que mentaner una relación estable y profunda.
      He dicho.
      Un abrazo.

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  6. Hola, Josep. Desde mi punto de vista, la altura no debería importarnos a la hora de enamorarnos,pero tenemos muchos prejuicios que nos influyen. Tal vez las nuevas generaciones sean más inteligentes que nosotros. Un abrazo.

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    1. NI la estatura, ni el color de la piel, ni las creencias (a menos que uno de los dos sea un talibán), deberían ser un impedimento. Pero, efectivamente, quién más quién menos, llevamos marcados unos cánones de belleza y prejuicios sociales que nos hacen obrar de un determinado modo y en una determinada dirección.
      Un abrazo.

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  7. Yo tengo que entonar el "mea culpa" pues reconozco que prefiero un hombre alto a uno bajo. El color del pelo, el de los ojos, y otras señales me dan igual, es decir, no tengo preferencias. No soy amiga de llevar tacones altos y tampoco tengo demasiada estatura (no soy bajita pero tampoco soy muy alta) pero es cierto que me atraen más los hombres altos.
    Sin embargo, y a pesar de lo que he contado, no creo que el tamaño importe pues después de esa primera impresión viene todo "lo demás". Un hombre por muy alto que sea si luego no tiene otras virtudes para mí está descartado.
    En cualquier caso se podría decir algo parecido del físico en general, en hombres y mujeres. Los guapos siempre lo han tenido más fácil para establecer ese primer contacto; luego ya se lo tienen que currar igual que los feos.
    Estupenda reflexión.
    Un abrazo.

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    1. Yo nunca he tenido un modelo de mujer en la mente. Simplemente porque me gustaban todas, jajaja
      Hablando en serio, una cosa es la impresión a primera vista que puede darte una persona a la que acabas de conocer, su imagen externa influye mucho. Pero luego, como bien dices, está lo que hay detrás de ese físico. Cuántas veces me acabaron gustando chicas que en un principio las consideré "feuchas". Su forma de pensar, su forma de expresarse, su voz, su mirada, su sonrisa, su personalidad, hicieron que las viera con otros ojos, con los que todos deberíamos mirar a nuestros semejantes.
      Ciertamente no somos perfectos y muchas veces juzgamos demasiado frívolamente a una persona por su aspecto, sin tener en cuenta su verdadera personalidad. Como mínimo, deberíamos darles una oportunidad. Si a mí me la hubieran dado esas chicas que siempre estaban cansadas cuando les pedía si querían bailar conmigo, otro gallo me hubiera cantado, jajaja
      Pero, en fin, las cosas son como son, o como queremos que sean.
      Un abrazo.

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  8. Hola Josep Mª en mi caso se rompe la norma, yo soy más alta que mi pareja. De hecho cuando nos conocimos bromeábamos que tenía que subirse a una escalera para besarme. Sí, es un modelo que nos viene impuesto desde los cuentos que leíamos siendo pequeñas, después que nos tendrían que levantar en brazos (viendo películas) y ....bueno cuando buscas más allá, que más da quién levanta a quién, bueno,... Me gusto leerte, tienes toda la razón del mundo el corset social sigue ahí apretando. Un abrazote

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    1. Pues me alegra haber hallado una excepción a la regla, Emerencia. Eso significa que, al margen de la primera impresión inevitable y de los clichés, hay quien sabe mirar más allá, como bien dices.
      Muchas gracias por dejar tu testimonio. Algún día no estará mal visto que los hombres luzcan tacones y entonces todavía habrán menos problemas y prejuicios, jaja
      Un abrazo.

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  9. Hola Josep!, como ya se ha dicho en algunos comentarios "el escaparate" suele contar solo en los primeros momentos, y aunque es cierto que esos primeros momentos son importantes a la hora de "etiquetar", no es menos cierto que se da con más frecuencia en ciertos segmentos de la población. Pero volviendo a los aspectos antropológicos que citas en tu entrada, pienso que miles de años de evolución dejan una huella genética difícil de borrar ¿no crees? En todo caso, afortunadamente todos conocemos casos en que la fuerza del corazón ha ganado por goleada a la genética ;-) Feliz semana a tod@s,... alt@s y baj@s!

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    1. Efectivamente, como primates que somos hemos heredado no solo rasgos físicos sino también esquemas de conducta y algún que otro instinto primitivo. No sé si con el tiempo se irán limando esos condicionantes a la hora de buscar pareja o se mantendrán hasta el fin de los días.
      También es cierto que los medios de comunicación, con sus estereotipos de belleza física, no ayudan mucho, todo lo contrario.
      Un abrazo.

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